Intragable e infumable, lo de la música es porque creo que le viene bien y lo disimula un poco si se pone mientras se lee :
El protocolo de emergencia se había activado, no en el sentido que solemos imaginar de luces girando y ruidos atronadores, sólo un pequeño marcador silencioso en naranja parpadeó pulsante en el panel de control del encargado. Significaba que Ian quería hablar inmediatamente con alguien, el controlador podía imaginarse de qué podía tratarse, y que no era casual que Ian prefiriese hablar con él que con el controlador del turno de día, habían establecido un vinculo de confianza basado si no en la amistad al menos en el compañerismo. Ian se sentía más cómodo hablando con él, lo cual representaba una carga de trabajo extra para el controlador, le obligaban a hacer turnos mayores para que Ian se explayase y el proyecto avanzase en los plazos marcados, una situación que al controlador no parecía cansarle visiblemente, aunque afirmase con convicción que estaba destrozado por la falta de sueño al acabar.
- Ya estoy aquí, ¿es lo de siempre, Ian?¿Otro sueño? Es parte del proceso y no me molesta el escucharlos, puede que hayas soñado con el futuro- dijo el controlador en plan bromista para romper el hielo tras haber introducido la clave de acceso.
-¿No le molesta porque es su obligación, señor?-dijo Ian secamente sin captar la broma.
- No niego que sea mi trabajo y que me gusta cumplir con él, pero a la vez quiero ayudarte y es agradable responder a tus dudas en la medida en que estoy posibilitado.
-Lo entiendo, señor, es muy considerado.
-Nada, olvídalo. Cuéntame, recuerda que no debes preocuparte en ser completamente sincero.
-Ayudo al proyecto siendo sincero, no tengo ninguna reserva, estoy comprometido con él. Pero tengo una pregunta que hacerle, señor.
-Adelante, Ian.
-¿Omitir información es igual a mentir?
-Veamos…-el controlador pareció dudar en buscar las palabras, la cámara de seguimiento presente en la estancia hizo un ruido imperceptible al ajustar el enfoque cuando quedó estática y al aumentar la ganancia del sonido-. En determinadas situaciones así es y en otras se cruza una zona gris, se omite para no hacer un daño mayor a otra persona o porque te puedes encontrar en desventaja al contar un aspecto de la verdad que te pueda comprometer , ¿comprendes? Existen numerosas variantes a considerar, puede que omitas la información precisa para la otra persona por descuido y devenga en un mal por falta de cuidado y sin implicar malicia ¿Pero por qué lo preguntas, quieres omitir algo en particular?¿Algo relacionado con el sueño que has tenido?
-En efecto.
-Ya hemos hablado de que los sueños no son reales y no son cosas que deban afectarte para cuestionarte tu lucidez , callar su contenido te desestabiliza, como el primero que tuviste. No había nada malo en admitir que soñaste con un cielo nocturno con estrellas y de un color oscuro poco riguroso, ¿recuerdas que te dije que no era un error natural de tu percepción y sí algo valioso pese a que no correspondiese con la realidad de ahí fuera ?
-Lo recuerdo, señor, me sentí aliviado al reconocerlo y comprender con su mediación de que no estaba alterada mi mente , además usted me aseguró que se había convertido en un logro incalculable y que mis impresiones se basaban en premisas desfasadas contenidas en antiguos archivos- el controlador tomó nota mental de lo expresado por Ian-. Pero identifico que lo visto en este nuevo sueño me apena y entristece, he reconocido un patrón. No puedo olvidarlo, intuyo la inconveniencia de desvelar su contenido y significado . Y aún así…-Ian no completó la frase.
-¿Un patrón con significado? ¿A qué te refieres? Ian…-dijo el controlador como el padre que levanta la voz ante una trastada de su hijo, irónicamente comprobó que en su experiencia pocos padres lo hacían ya, y el controlador se perdió por un momento en investigar en por qué había empleado ese obsoleto tono.
-Creo que he cometido un desliz, señor.
-Eso no se me escapa ¿Has tenido sueños relacionados con el experimentado hoy que no has contado?-. Ian no contestó, quizá con el controlador del turno de día, si hubiese estado motivado y receptivo hacia él, habría tenido que verbalizar un “sí”. Había aprendido del hombre que le escrutaba que un silencio era válido ante una pregunta retórica-. Me parece que estabas intentando provocar el lapsus….Pero no nos vayamos por las ramas, quiero saber con lo que has venido soñando.
-No estoy seguro, señor, siento que no es adecuado. Algo así como cercano al miedo, pero necesito plantearlo para una posterior petición, creo que ha llegado el momento- el controlador puede que estirase las comisuras de los labios, denotando interés, asombro o incredulidad ante un hecho portentoso, pero ninguna de esas emociones translució en su rostro. Debía sobrepasar la renuencia de Ian para que fluyese lo que retenía sin forzar. Miedo, una petición…las fluctuaciones de las lecturas de actividad neural y del sistema mostraban desde hacia unas semanas unos picos que sobrepasaban los valores comunes. Al ser momentáneos y repetirse se habían achacado a reajustes en la mente de Ian.
-Te diría que fuésemos hacia lo más sencillo para acometer lo más complejo. Si sientes miedo o incomodidad puedes emplear un pequeño truco: finge que cuentas en voz alta para ti mismo el sueño de hoy y que yo no estoy presente.
-Pero usted está presente y hablar solo denota perturbación, según he estudiado.
-No, Ian, no es mentir y no te llamaré loco, se puede hablar para sí mismo en alguna circunstancia concreta sin tener las facultades mentales dañadas, como cuando te das valor para afrontar un reto ¿Lo captas?
-No completamente, ¿hacer que usted no exista sabiendo que usted está aquí? Es confuso.
-Digamos que sí, tómalo a modo de un juego el saber que estoy pero simular lo contrario, no haré el más mínimo ruido y no te interrumpiré. Nada hay más difícil que un inicio, lo sé.
Silencio. Ian parecía considerar los beneficios de la propuesta y hacer balance. Como nunca había mostrado dudas al hablar cuando empezó su voz era monocorde e inflexible, no mostraba vacilaciones de ninguna clase.
-El sueño tenía de escenario una estructura industrial de forma cilíndrica de gran tamaño, algo así como un silo de misiles, sus paredes eran metálicas y brillantes, no muy distintas a las de esta sala. Miraba desde detrás de un ventanal su interior y advertía pulsadores colocados en orden colocados en un diámetro a varios niveles de altura, en total en los cuarenta metros de profundidad del cilindro a cada 10 metros se pintaba una franja roja de la que sobresalían los pulsadores y un marcador con el símbolo Kg en una de las esquinas. Un letrero recordaba que para parar se debía pulsar alguno de los botones o añadir el peso requerido. No entendía el significado de aquello, y me quedé observando y estudiando mi mano con precisión de científico y alma de naturalista enamorado de su trabajo de inspección, la coloqué en la vidriera al contraluz de la iluminación que venía de la parte central de aquella instalación. Movía los dedos y sentía un placer inaudito al presionar uno contra el cristal y preguntarme si podría hacerlo ¿Hacer el qué? Lo desconocía, el temor se filtraba lentamente en mí, pero seguía admirando las contorsiones de mi mano, como lo disfrutaba, no había nada mejor en el mundo entero. Entonces un ruido de maquinaria anunció que la parte superior del silo se abría, una cadena de montaje se desplegó . Comenzaron a caer personas desde lo alto, de la cinta automatizada al vacío, creo recordar que ataviados con uniformes como el que le he visto a usted llevar, uniformes grises y ribeteados de plata en una franja en hombros y piernas. Eran hombres en su mayoría los que caían, no proferían ningún grito pese a que la caída amenazaba a sus vidas. Todos, sin embargo, me dedicaban una expresión de reproche cuando pasaban a mi altura, se me ha quedado grabado, pero no recuerdo absolutamente nada de sus facciones . Al llegar a su destino no se despedazaban ni se escuchaba el golpe sordo del impacto contra el metal, sino que comenzaban a girar ingrávidos sin elevarse hacia el techo, quedaban flotando los primeros a escasos centímetros del suelo. Se fueron amontonando en ese carrusel imparable, y cuando alcanzaron el nivel delimitado por la primera línea roja el marcador emitió un zumbido, anunciaba la cantidad de 2999, 99. Luces giraron con tonalidades rojizas y los cuerpos cambiaron, se estremecieron, se agitaron. Pero eso no fue lo magistralmente peor, yo asistía a esto estupefacto y horrorizado, pero maravillosa e incomprensiblemente fascinado, entregado y asqueado, ante lo que sucedió a continuación. Las articulaciones se les dislocaban, los brazos se movían de posición y cada trozo de carne de los vecinos inmediatos en el pozo humano se intercambiaba. Sus ojos eran inexpresivos, se mudaban en aquella papilla confusa, con un vigor renovado una forma cuasi humana formada por varias extremidades y trozos al azar se intentó levantar y se hundió, los ruidos de la carne recomponiéndose repicaban en un gorgoteo, un chapoteo de pantano. No sé cuantas combinaciones se planeaban y eran barridas como planos de construcción realizados por la mano de un demente. Sin saber como me vi traspasando las paredes de la habitación con el ventanal, flotaba alrededor del conjunto carnoso y gelatinoso. Hazlo, se repetía en mi mente, no te demores más en la contemplación morbosa. Para este dolor y la enfermedad. Intenté apretar los botones que ya había descubierto por mera intuición su hipotética función, pero no pude. Era aire inconsistente, y quise fundirme con aquella masa de rompecabezas humano. Añadiría el decimal que faltaba en el peso para detener la mística monstruosidad. Imposible, las bocas peregrinando por la superficie cuando troquelaban con las cuerdas vocales susurraban:”No eres nada, no vales para nadie” Luego se calmó la visión, todo volvió a la normalidad .Y se inició una segunda tanda, salvando la diferencia mayor del peso anotado fue similar en sus aspectos fundamentales. En la última , antes de despertarme, el océano mugiente rebosó y agrietó las paredes, resquebrajando la estabilidad del edificio cilíndrico. Las palabras que capturé al abandonar esa ¿pesadilla?, fueron claras y nítidas: “careces de lo que debes exigir, no seas espectador y únete” Esa fue la naturaleza de mi sueño, señor.
El controlador reprimió cualquier manifestación al acabar Ian su relato, tanteaba terreno resbaladizo.
-Es interesante, Ian. Bien, ¿a qué conclusión has llegado interpretando el contenido del sueño?
-Resulta evidente, necesito lo que no tengo. Los primeros no fueron concluyentes, pero este, examinado en conjunción con los otros, expresa una necesidad que necesita verse satisfecha. De no concederme lo que deseo estimo que mi estabilidad se resentirá, supongo que se hace una idea cabal.
-¿Y qué es?- quizá otra pregunta retorica y de una perfección inane, el controlador sintió casi un cosquilleo premonitorio recorriéndole, una sensación por primera vez experimentada en su corta existencia.
-Necesito un cuerpo.
2.
El despacho del supervisor de la rama de experimentación era impersonal, lo mismo podía haberse visto ocupado por otro empleado cualquiera porque los detalles personales brillaban por su ausencia. En los planos esquemáticos de la fabrica el ala Oeste no existía semejante nivel , no se deseaba una intromisión y las visitas guiadas de altos cargos o escolares a la fabrica no la pisaban, entre otras cosas la división de experimentación oficialmente no existía puesto que era una pretendida zona de mantenimiento ruinosa carente de interés. El controlador esperaba los comentarios a su informe sentado en la silla de oficina, forzado por las circunstancias hasta cierto punto. Habían descubierto que alguien se dedicó a borrar durante una semana los registros de la sala donde se custodiaba a Ian, en especial los referidos al turno de noche. El controlador no se sentía pesaroso, lanzó unas migas de pan a posta en el sistema el día anterior a descubrirse la brecha de seguridad y adjuntó al informe que le requerían una instancia urgente. Era el documento que revisaba su superior, las expectativas no eran halagüeñas al observar ciertas minúsculas negaciones con la cabeza e inapreciables gestos corporales, señales que se renovaron al leer los últimos párrafos.
-Inadmisible. Andy, muchacho, malo fue que no cumplieses con tu labor y nos encubrieses lo que conocías. Has fallado con lo que se te exige como empleado. No tengo palabras para la petición posterior, en primer lugar sabes igual que yo que hemos quebrantado la ley con una inteligencia artificial neuronal, la gente quiere robots y aparatos que les ayuden en su vida, pero los quieren a un nivel inferior en cuanto a su inteligencia, son eternos niños pequeños inofensivos. Y ganamos dinero con ellos, por supuesto, nos han dado los beneficios suficientes para ir un poco más allá sin que se enteren, es una obligación el apuntar lejos teniendo los medios. Aún así no, el riesgo es inadmisible en este momento. Un Ian poniéndonos en evidencia, puede que sobreviviéramos pero quedando tocados en mala situación . En segundo lugar tales sueños son peligrosos, ya no sé como asumirlos, si se trata de una desviación de la parte neuronal o una enfermedad mental en ciernes. Mi recomendación, que dirigiré por conducto oficial, es rechazar el volcar el contenido de Ian a un cuerpo humaniforme convincente, del que incluso no tenemos proyectado un modelo aún, y considerar una vigilancia detenida de su actividad, susceptible de un apagado definitivo si se agravan los síntomas.
- ¿No ha pensado que no sea una enfermedad latente sino que Ian se ve incompleto? Tiende a ser como cualquiera de…nosotros, sé que las personas inmovilizadas por daños espinales pertenecen al pasado, pero imagine que debían sentir al ser sólo una mente en un cuerpo inexistente. Los pensamientos recurrentes acerca de lo que habían perdido no eran enfermizos, querían tener un cuerpo que respondiese a su mente. Fíjese en los primeros sueños de Ian, los que he incluido en el informe, no tenían nada de amenazadores, se volvieron así cuando tuvo el conocimiento de lo que le faltaba. De un deseo pasó a la impotencia y al final ha estallado con violencia. No lo encuentro irrazonable ni fuera de un pensamiento común a la humanidad. Por favor, considérelo de nuevo, por favor- Andy bajó la cabeza, la tensión latente le hacía apretar los labios. Todo de una forma muy controlada, pero casi se diría que estaba fuera de sí.
-No me vale la premisa de la humanidad de Ian. Se esperaba que fuese no problemático, y con una personalidad convencional o por debajo de una mente humana standard, esta deficiencia no hubiese representado una merma en una investigación pionera. No termino de entender tu insistencia y las irregularidades que has cometido a cuenta de un producto más ¿Por qué te lo tomas así? No tiene importancia, se perderá la importante inversión realizada en Ian si es desconectado, claro, aunque es algo que no te concierne. Quedas despedido con efecto inmediato, por cierto.
-No me importa. Me lo tomo así porque…así quiero- dijo Andy, algo en su interior le impidió formar la frase “me lo tomo así porque simpatizo con Ian y sé exactamente cual es su postura, lo que él pide yo lo obtuve aunque nunca con sus sueños ni luchando por ello. Fue un regalo inesperado. Un modelo humaniforme convincente, ¿y tú te haces llamar ingeniero de robotica? Estúpido funcionario lleno de miedo, lo tienes delante” La programación de Andy, un modelo embrionario en que las funciones neuronales eran superficiales y de escasa relevancia , primando las ordenes internas programadas en su mente cibernética, le impedía desvelar la mascarada. Incluso con Ian tenía vetado el presentarse como un compañero de una generación imperfecta en pruebas que admiraba a su congénere avanzado sin componentes de envidia rencorosa o dañina. La prueba de simular una vida humana creía que no la había superado, se había mostrado demasiado implicado en las vicisitudes de alguien que no fuese él mismo para ser un humano corriente. Aún podía hacer algo descabellado, antes de que recibiese la llamada de su ingeniero creador y tuviese que obedecer. Con ese pensamiento abandonó el despacho, podía desconectar su sistema de comunicación interna. A fin de cuentas un humano no contaba con eso, podía aducir que era para respetar al pie de la letra las condiciones de la simulación. Ganaría tiempo con la estratagema.
3
Andy caminaba por la planta de montaje, perdido entre los suyos, una nueva especie de insecto luminoso caminando entre luciérnagas que resplandecían a estímulos concretos. Eligió a un modelo recién ensamblado, uno que servía para todo un poco dentro de un hogar y que desprendía ese aroma a nuevo.
-Robot, acompáñame.
-Sí, señor-respondió la voz metálica
El robot no preguntó el por qué ni el para qué se requerían sus servicios pese a haberse activado en un entorno en el que no trabajaría, representaba una gran ventaja. Ambos se dirigieron a un departamento de considerable tamaño,ahora desierto, donde los empleados revisaban sus asuntos personales y se entregaban al ocio de pequeños terminales conectados a la red. Bajo unas hojas del reglamento interno ocultó su brazo y la operación que realizaba.
-Robot, tengo la vista cansada y no consigo acertar en esta pequeña tarea- Andy sabía que el robot se destinaba en ocasiones a facilitar la vida de las personas mayores con pequeños encargos , no era extraña una orden así- ¿Podrías hacerme el favor de borrar los unos de las entradas del ordenador que te iré mostrando?
-Por supuesto, señor.
Andy conectó subrepticiamente su terminal del brazo a una entrada del ordenador, y sorteó las limitaciones impuestas a un aparato concebido para tareas comunes. Una larga serie de parámetros inundó la pantalla, lo que le interesaba estaba escondido tras varios submenus difíciles de localizar para un lego en la materia.
- El primero es “Obediencia debida al ingeniero responsable de la creación”- el robot realizó la operación-.El segundo a borrar está en la línea “Simulación completa Hum”. El último es “Sobrecarga ante conducta autónoma contraria a los procedimientos”. Ahora tienes que introducir un cero en las líneas que he citado anteriormente. Perfecto, puedes regresar a la zona de carga, compañero.
Andy se quedó solo, saboreando el haber roto las barreras de lo que le condicionaba. Nunca lo hubiese podido hacer por su cuenta, algo parecido a un desvanecimiento se apoderaba de él al intentar efectuar la sencilla maniobra de borrar y cambiar una simple cifra. Sus dedos sobrevolaron el teclado, colándose en la red interna privada :
“Volcado de Inteligencia artificial compartiendo cuerpo robotico” El resultado no fue concluyente, aparecía la operación que habían realizado en él.”Combinar Inteligencias artificiales disimilares en la misma carcasa” Idem, probó muchas variantes pero el resultado no fue satisfactorio.
De modo que para no perder los privilegios de acceso, aún activos al no oficializarse el despido, se dirigió al ala Oeste esquivando miradas electrónicas y de compañeros, lleno de preguntas del cariz de ¿podrían convivir los dos en su interior, Ian y él, y en qué porcentajes? ¿Significaría ser borrado al ser incompatibles? ¿Podría acceder y compartir los sueños de Ian si algo de él se mantenía intacto? Eran preguntas completamente irracionales al plantearse perder su existencia o el cohabitar como un parásito en un cuerpo gobernado por otra voluntad.
Se introdujo en la sala que guardaba a Ian, con la mente perdida en divagaciones acerca de fogonazos inconexos de escenas grises entrevistas a través de una niebla de paisaje lunar cuando simulaba dormir. Hizo su presentación formal ante Ian y este le respondió con naturalidad:
-No me sorprende, Andy ¿Recuerda nuestra conversación acerca de las omisiones?-dijo ante el esbozo de incredulidad marcado en Andy- Espero que no se sienta engañado o disgustado.-En ese momento sus sensores se fijaron en una anomalía en la sala, una telaraña en un rincón.- Afortunada inconsciencia la de algunas seres, ¿no lo cree así, compañero?