De repente
De repente
se me hace extrañísimo tu nombre,
tu nombre escrito en un
pupitre,
esas sílabas muertas
clavadas a la madera
entre rayas,
palomas, una mosca,
una estrella, un rostro, un martillo y una hoz.
Tu
nombre,
tu nombre hoy tan extraño,
alejado de ti, aquí, perdido.
Sólo tengo tu nombre en una mesa
en medio del silencio,
solamente esos
maragatos sin sentido
y todo este espacio lleno de tu ausencia.
Sólo
tengo mi alma destrozada
encima de esta mesa.
Toco la fría madera:
estás ausente.
No quedan
huellas de ti en estas letras suicidas,
nada de la mano que las hizo bajo su corteza
nada de ti me queda en esta
mañana sin tiempo.
Por qué,
por qué ahora me es tu nombre tan extraño,
por qué semeja sólo un espantajo tuerto,
una máscara vacía colgada de la
nada,
una llanura sin dios.
Por qué
ya no te reconozco en tu
nombre.
Llegarás de repente y yo ya no tendré
palabras para llamarte.
Tú también sentirás que algo se está rompiendo.
PILAR PALLARÉS
(España, 1857)