Algunas personas dicen que la suerte y el destino, no se pueden cambiar. Algunos expertos en el tema aseguran que mientras la suerte se puede cambiar a través de la perseverancia y el duro trabajo, el destino está predeterminado, por lo tanto, no puede ser alterado. ¿Pero realmente esto es así? Para responder a esta pregunta tenemos que entender cómo funciona el futuro.
Entendiendo el pasado, presente y futuro
El pasado, presente y futuro está sucediendo simultáneamente o al mismo tiempo. Desde nuestra perspectiva, el pasado es algo que ya ha sucedido. El presente es algo que está sucediendo a medida que lees este artículo. Al igual que el pasado, el futuro es algo que ya ha sucedido. Sin embargo, el futuro tiene infinitas posibilidades, por lo que el destino no está escrito. Recuerda, el pasado, presente y futuro están sucediendo al mismo tiempo. Pero claro está, esta es la teoría de aquellos que no creen en el destino, y piensan que nuestras propias acciones determinan por sí sola lo que nos pasa. Esta opinión normalmente pertenece a personas jóvenes, inteligentes y racionales. Sin embargo, su suprema confianza no suele sobrevivir el curso errático e impredecible de la vida.
Y por otra parte están en los que no sólo cree en el destino, también insisten en que simplemente no se puede cambiar. Pero incluso los más acérrimos creyentes en el destino no piensan que el destino determina cada detalle de nuestra vida. Por ejemplo, son pocos los que piensan que, si añado hoy una cucharada de azúcar en el café en lugar de las dos habituales, es porque fue una parte de mi destino. La verdad sobre el destino es compleja, y todos los diversos puntos de vista tienen un grado de verdad, pero ninguno de ellos tiene la verdad universal.
El destino y el libre albedrío
Ya que aparentemente no tenemos ningún papel en la elección de los padres y el entorno en el que creceremos, hay muchas cosas que va más allá de nuestro control.
Entonces todo parece indicar que las grandes líneas de nuestra vida están predeterminadas, pero podemos escoger ciertos detalles. Estos detalles que nos quedan son oportunidades para el ejercicio de nuestro libre albedrío. El libre albedrío nos da la libertad de tomar decisiones. Las elecciones que hacemos tienen dos consecuencias principales. El resultado más importante de las elecciones que hacemos es el efecto de estas opciones en el crecimiento espiritual, o el nivel de la conciencia. En la misma situación, la elección que hacemos determina si avanzamos o fracasamos en la consciencia. El otro resultado de las elecciones, especialmente las grandes opciones tales como la elección de una carrera o de la persona con la que nos casaremos, son las elecciones que determinan en gran manera las condiciones y circunstancias de nuestras vidas.
Las condiciones que obtenemos serán atribuidas al destino. Por lo tanto, nuestro destino está siendo reescrito durante la vida por las decisiones que tomamos. Para ilustrar este punto, si en el camino nos encontramos con un cruce, tenemos que tomar una decisión. La elección que hacemos tiene dos consecuencias. En primer lugar, dependiendo de la elección que hagamos, vamos hacia un lado u otro de nuestro destino. En la vida, la elección que conduce al crecimiento espiritual nos lleva hacia la meta de la vida. En segundo lugar, en la elección que hacemos depende de los acontecimientos que nos encontraremos.
Con independencia de las decisiones que tomamos, las experiencias son generalmente una mezcla de aquellas que son agradables y aquellas que son desagradables. Estos dos tipos de experiencia son necesarias para cumplir el propósito de la vida, que es el crecimiento espiritual. Si todos va bien, la vida se convertiría en interesante y nos olvidaríamos del propósito de la vida. Por otro lado, si todo sigue yendo mal en nuestra vida, la mayoría de nosotros entrará en una profunda depresión, y otra vez el propósito de la vida quedaría sin cumplir. Si se entiende este hecho básico de la vida, no sólo podemos controlar todas las circunstancias, también podemos utilizar todas las experiencias para crecer espiritualmente, ya que es posible crecer a través de la llamada buena fortuna, así como a través de la desgracia.
¿Cómo influye nuestras elecciones?
Importa en al menos dos formas. En primer lugar, las buenas opciones nos llevan hacia metas de la vida, las malas decisiones nos llevan lejos de la meta de la vida. En segundo lugar, las buenas opciones nos dan la paz mental, mientras que las malas decisiones nos hacen estar incómodos, y nos perseguirá un malestar durante años. Esto plantea otra pregunta, ¿cómo podemos distinguir las buenas opciones de las malas?
Las mejores opciones vienen del yo más profundo, y se comunican a nosotros por nuestra voz interior. Con el fin de identificar esta voz, debemos preguntarnos cuál de las opciones que tenemos nos dará una inmensa alegría y nos dará paz mental. Esa es la mejor opción, independientemente del número de argumentos racionales que podamos encontrar en su contra. Además, aprender a ponerse en contacto con nuestro ser más profundo, también nos ayuda a saber si las condiciones de la vida llegan a ser demasiado dolorosas. Por lo tanto, tenemos un destino, está escrito, pero pequeños detalles pueden cambiar toda una vida.
El futuro es como un árbol mágico
Si alguien continúa teniendo dudas, el futuro tiene infinitas posibilidades. Piensa en el futuro como un árbol mágico con miles de millones de hojas y ramas que no dejan de multiplicarse por toda la eternidad. Las ramas actúan como caminos que se toman en la vida, y las hojas son como eventos o puntos de destino en el tiempo. Las elecciones de libre albedrío que se realicen en la vida son las que van a determinar qué hoja o hojas son las correctas. En otras palabras, el futuro está determinado por las elecciones de libre albedrío. Aunque por destino estás exactamente dónde te encuentras en la vida, pequeñas acciones determinan importantes cambios.
Algunas personas pueden decir que esto significa que el destino está escrito. Lo que no se dan cuenta es que tomando la decisión del libre albedrío cogen una ruta alternativa de la vida. En nuestra versión de la realidad, todo el mundo está destinado a morir. Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que nosotros tenemos un enorme control sobre nuestro destino, ya que podemos elegir cómo vivir nuestras vidas antes de nuestro último aliento.