Cuando aprendemos habilidades nuevas, cuando adquirimos conocimientos o maneras de gestionar situaciones, estamos condicionados por la capacidad que tenemos para interiorizar y asumir la nuevas herramientas. El hecho es que no es lo mismo interiorizar una habilidad motora para un deporte, por ejemplo, que una habilidad intelectual. Aun así, ambas requieren repetición, para que al final seamos capaces de hacerlo de manera natural y sin necesidad de pensar demasiado en ello.
Cuando se trata de adquirir una habilidad motora, las estructuras fisiológicas implicadas están relacionadas principalmente con el cerebelo, aunque también tienen conexiones hacia estructuras más complejas del cerebro. Habilidades diferentes como golpear la pelota de tenis cuando está subiendo tras el bote, lanzar la cadera al golpear una bola de golf, limpiar escamas de un pez en la pescadería, manejo de la laparoscopia en operaciones de vesícula, coser heridas, mantener el equilibrio sobre unos patines… son solo alguna de ellas. Como puede verse no todas son igualmente complejas, ni siquiera hablamos de una habilidad completa sino de la adquisición de capacidades que poco a poco construyen el todo.
Hay habilidades que en cuanto se entiende qué es lo que queremos y cómo conseguirlo, se pueden adquirir en pocos ensayos
Algunos estudios hablan de que es necesario repetir un mismo comportamiento un número de veces no inferior a 4000 veces, para automatizar conductas. Desde ese momento es cuando no hace falta pensar en la tarea y de una forma fluida somos capaces de realizar esa tarea. Viendo lo costoso que es, no es de extrañar que a veces se fantasee con la posibilidad de aprender mientras dormimos. Por desgracia aún no se ha conseguido. Parece que en cualquier caso la clave para aprender una nueva habilidad está en ser capaz de entender qué queremos hacer y que movimientos, o pasos hay que dar para conseguirlo. Hay habilidades que en cuanto se entiende qué es lo que queremos y cómo conseguirlo, se pueden adquirir en pocos ensayos.
Centrándonos ya en las habilidades psicológicas, aprender a afrontar situaciones de manera diferente a las que normalmente usamos requiere en un primer momento identificar qué hacemos hasta ahora, para que luego podamos identificar qué opciones o alternativas existen para resolver esas situaciones. Cuando ofrecemos a nuestros pacientes nuevas maneras de hacer frente a la opinión de otras personas, o a gestionar la autoexigencia renunciando a algunas presiones, nos encontramos primero con la sensación de amenaza que tiene el paciente. Éste siente a menudo que si cambia esa estrategia puede dejar de conseguir lo que hasta entonces ha conseguido. Siente que es peligroso e incluso que puede dejar de ser como le gusta ser, así pues el primer paso para poder cambiar un hábito es estar dispuesto a probar otras opciones. No hay que hacerlo a lo loco y es importante confiar en quien nos guía para ello.
Aprender y modificar hábitos
Dentro de los cambios psicológicos podemos observar dos partes principales: aprender nuevas habilidades y modificar hábitos. El primero es más específico, y el segundo engloba varias habilidades. Sobre los hábitos y cómo modificarlos le recomiendo que lea el artículo: “porque tendemos a los hábitos y las rutinas“. Los psicólogos clínicos centramos gran parte de nuestro trabajo a enseñar habilidades nuevas que hagan que nuestros pacientes sean capaces de alejar malestares o bloqueos de sus vidas. Podemos decir que una psicoterapia es en esencia trabajar sobre estos objetivos.
Aprender nuevos hábitos
Aprender nuevas maneras de hacer frente a los malestares, a situaciones sociales, responsabilidades… es parte del proceso de madurez que es necesario en las personas para avanzar en la vida. Aprender requiere hacer cambios más complejos que los implicados en una habilidad motora. Es necesario que las diferentes áreas del cerebro relacionadas con sonidos, imágenes, normas sociales, olores, etcétera interioricen nuevos datos y sean capaces de integrarlos para usarlos en futuras situaciones.
Una vez decidimos probar cambios debemos valorar si pueden o no aportar algo. Hay que ver si generan alguna sensación diferente y si podrían ser mejores que las que ya tenemos. Si es así, desde ese momento habrá que estar dispuesto a repetir un gran número de veces la misma estrategia para conseguir automatizarla e interiorizarla. Recogí un gran número de ejemplos de tareas útiles para avanzar en diferentes áreas en artículos como: la magia de las tareas en psicología, un truco para conseguir la calma, una técnica para que la opiniones de los demás nos dañen menos, o la técnica de detección y afrontamiento de la consecuencia temida.
http://gabinetedepsicologia.com/cuanto-tiempo-falta-modifiquemos-habito-psicologos-madrid-tres-cantos