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| Mis fragmentos favoritos. | |
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Gloria Veterano/a
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| Tema: Mis fragmentos favoritos. Miér Nov 02, 2011 5:21 pm | |
| Sin dudad, cuando leemos un libro, siempre hay fragmentos que sobresalen del resto de la obra. Se nos quedan en la mente y los vamos saboreando a poquito. Creo que sería buena idea poner en este hilo esos párrafos que nos gustaron. Puede que su lectura anime a otros a leer ese libro en cuestión.
Aquí dejo un fragmento de una obra que me gusto mucho cuando la leí hace tiempo ya, Los santos inocentes de Miguel Delibes.
"Y en éstas, se presenta en el cortijo el Azarías, y la Régula le dio los días y le tendió el saco de paja junto a la cocina como era habitual, pero el Azarías ni la miraba, se implaba y rutaba y hacía como si masticara algo sin nada en la boca y su hermana, ¿te pasa algo, Azarías, no estarás enfermo? y el Azarías, la vacua mirada en el fuego, gruñía y juntaba las encías desdentadas, y la Régula, ae, no te se habrá muerto la otra milana que tú dices ,¿verdad, Azarías? Y tras mucho porfiar, el Azarías, el señorito me ha despedido, y la Régula, ¿el señorito? Y el Azarías, dice que ya estoy viejo, y la Régula, ae eso no puede decírtelo tu señorito, si te pusiste viejo, a su lado ha sido, y el Azarías, yo tengo un año más que el señorito, y rutaba y mascaba la nada. Sentado en el taburete, acodado en los muslos, la cabeza entre las manos, la mirada huera, fija en el hogar, pero, inopinadamente, se oyó el alarido de la Niña Chica y los ojos del Azarías se iluminaron, y sus labios se distendieron en una sonrisa babeante, y le dijo a su hermana, arrímame a la Niña Chica anda, y la Régula, ae, estará sucia y el Azarías, alcánzame a la Niña Chica, y, ante su insistencia, la Régula se incorporó y regresó con la Charito cuyo cuerpo no abultaba lo que una liebre y cuyas piernecitas se doblaban como las de una muñeca de trapo, como si estuvieran deshuesadas, pero el Azarías la tomó con dedos trémulos, la acomodó en el regazo, sujetó delicadamente su cabecita desarticulada contra su brazo fornido, bajo el sobaco, y comenzó a rascarle suavemente en el entrecejo mientras musitaba, milana bonita, milana bonita..." | |
| | | Gloria Veterano/a
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| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Miér Nov 02, 2011 5:30 pm | |
| Otro libro que me encanta: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
El inicio del libro ya promete una historia apasionante:
"Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquiades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. «Las cosas, tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.» José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve.» Pero José Arcadio Buendía no creía en aquel tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados. Úrsula Iguarán, su mujer, que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio doméstico, no consiguió disuadirlo. «Muy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casa», replicó su marido. Durante varios meses se empeñó en demostrar el acierto de sus conjeturas. Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río, arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquíades. Lo único que logró desenterrar fue una armadura del siglo xv con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido, cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras. Cuando José Arcadio Buendía y los cuatro hombres de su expedición lograron desarticular la armadura, encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer..." | |
| | | tay V.I.P.
Mensajes : 5719 Edad : 58 Localización : Museo del Jamón
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Miér Nov 02, 2011 5:42 pm | |
| Mi niña... lo de los "fragamentos" del título ha quedado bastante pintoresco, y hay que admitir que le da al hilo un "aire" político singular... habrá que abrir otro de "Zetamentos", o "Rubalmentos", o "Rajoymentos"... je je je... En serio, buen buen hilo, intentaremos darle un digno relleno [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] | |
| | | tay V.I.P.
Mensajes : 5719 Edad : 58 Localización : Museo del Jamón
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Miér Nov 02, 2011 6:32 pm | |
| Vamos allá... uno de mis fragmentos favoritos, en uno de mis libros favoritos:
"Destinado en el departamento de Ataúlfo, desde el primer momento se odiaron. Aunque parezca inconcebible, a aquel cretino le molestaba que el enfermo quisiera ser archiduque. AI paciente le molestaba que al otro le molestase, y pretendió que le diese tratamiento de alteza. Mal comienzo. La Primavera llega también a los hospitales psiquiátricos. Aquel día radiante, las ventanas y puertas abiertas dejaban pasar libremente el aire embalsamado y a los enfermos, por el jardín, pasillos y salas. Todos estábamos de buen humor menos el nuevo médico. Llevaba varios días empeñado en llamar al Archiduque por su nombre legal, Bernardo. Nadie recordaba que Ataúlfo se llama así. Por supuesto, el enfermo se negó a contestar por este nombre, respondiendo al médico con un silencio despectivo. El colega decidió aquella mañana que los enfermeros y la monja «tenían» que llamarle también Bernardo, pues los nombres utilizados eran «clínicamente inadmisibles». La monja y un enfermero que estaban hartos de él, ante la intransigencia del médico se plantaron, amparándose en ser «humanitariamente inadmisible». La violencia del médico convirtió el incidente en un altercado y vinieron todos a la dirección. En el despacho había una reunión, que interrumpió el afectado con su cortesía habitual, exigiendo una, «solución inmediata». Pedí a los presentes que nos acompañasen, con lo que prácticamente todo el equipo del hospital en procesión malhumorada se dirigió al departamento en conflicto, en realidad sin saber para qué. Ataúlfo, un tanto ajeno al drama que se había desencadenado en torno a su persona y nombre, estaba precisamente utilizando el orinal... en mitad del pasillo. Por lo visto se sentía especialmente sociable aquella mañana luminosa, y desde allí podía saludar a los que paseaban por el jardín. Dos pájaros de un tiro. Así lo encontramos, de sopetón. Sentado y leyendo el periódico. El grupo paró sorprendido, y el conflictivo arremetió vociferante: « ¡Guarro! ¿Qué haces aquí? ¡Vete ahora mismo de aquí!» Ante el estupor del grupo, Ataúlfo improvisó una frase redonda y demoledora. Bajó calmosamente el periódico, y como un buen director de cine que enfoca la escena desde el ángulo adecuado, fue subiendo la vista poco a poco, despacio, hasta llegar a la cara del médico. Entonces, mirándole fijamente a los ojos, dijo con voz suave y heladora: « ¿POR QUE SE ATREVE USTED A TUTEARME? SENTADO DONDE ESTOY SENTADO, NO LLEGA USTED A LA ALTURA DE MI DESDÉN», y pausadamente tomó al periódico. Quedamos paralizados. Yo de gusto, los demás ellos sabrán de qué. Como espectadores de un partido de tenis las cabezas se volvían alternativamente del médico al enfermo, del enfermo al médico. Nadie habló. El médico tramitó poco después su traslado. Nunca volví a llamar «don Ataúlfo» a Bernardo. «Archiduque» delante de los demás; y en la intimidad del despacho: «Alteza»; hasta mi último día en el manicomio. Las deudas hay que pagarlas."
Concierto para instrumentos desafinados, de Juan Antonio Vallejo Nájera. | |
| | | Tatsumaru V.I.P.
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| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Miér Nov 02, 2011 6:53 pm | |
| Fabricio Del Dongo está prisionero en la cárcel de Parma por intrigas palaciegas, aislado en la torre de su prisión y posiblemente ejecutado puede enamorarse de la hija del director de la prisión, y no pensar en su destino:
"El día, octavo de la prisión de Fabricio, Clelia hubo de sentir una gran vergüenza. Estaba absorta en sus pensamientos mirando fijamente la pantalla que ocultaba la ventana del preso; ese día todavía Fabricio no había dado señales de presencia, cuando de pronto, un pedazo de madera, mayor que la mano, fue retirado y Fabricio asomó la cara mirándola con expresión jocosa y saludándola con los ojos. La pobre niña no pudo aguantar esta inesperada prueba y se volvió rápida hacia los pájaros, para prodigarles sus cuidados; pero temblaba tanto su mano, que derramaba por el suelo toda el agua que les estaba echando. Fabricio podía ver muy bien su emoción; Clelia no pudo soportar más esta situación y se marchó corriendo.
Este momento fue el más hermoso de la vida de Fabricio, sin comparación. ¡Con qué energía hubiera rechazado su libertad, si en este instante vienen a ofrecérsela!
El día siguiente fue el día de desesperación grande para la duquesa. Todo el mundo en la ciudad tenía por cierto que Fabricio estaba perdido"
La cartuja de Parma, Stendhal
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| | | Gloria Veterano/a
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| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Jue Nov 03, 2011 2:22 pm | |
| Muchas gracias Tay y Tatsumaru por vuestros fragmentos. el que ha puesto Tay me ha parecido muy interesante.
Aquí os dejo otro fragmento del libro “Cometas en el cielo”, de Khaled Hosseini, una historia que me encantó.
“Diciembre de 2001, Me convertí en lo que hoy soy a los doce años. Era un frío y encapotado día de invierno de 1975. Recuerdo el momento exacto: estaba agazapado detrás de una pared de adobe desmoronada, observando a hurtadillas el callejón próximo al riachuelo helado. De eso hace muchos años, pero con el tiempo he descubierto que lo que dicen del pasado, que es posible enterrarlo, no es cierto, porque el pasado se abre paso a zarpazos. Ahora que lo recuerdo, me doy cuenta de que llevo los últimos veintiséis años observando a hurtadillas ese callejón desierto. Mi amigo Rahim Kan me llamó desde Pakistán un día del verano pasado para pedirme que fuera a verlo. De pie en la cocina, con el auricular pegado al oído, yo sabía que no era sólo Rahim Kan quien estaba al otro lado de la línea. Era mi pasado de pecados no expiados. En cuanto colgué, salí a dar un paseo por Spreckels Lake, en la zona norte de Golden Gate Park. El sol de primera hora de la tarde centelleaba en el agua, donde docenas de barcos diminutos navegaban empujados por una brisa vivificante. Levanté la vista y vi un par de cometas rojas con largas colas azules que se elevaban hacia el cielo. Bailaban por encima de los árboles del extremo oeste del parque, por encima de los molinos de viento. Flotaban la una junto a la otra, como un par de ojos que observaran San Francisco, la ciudad que ahora denomino “hogar”. De repente, la voz de Hassan me susurró al oído: “Por ti lo haría mil veces más”. Hassan, el volador de cometas de labio leporino. Me senté junto a un sauce en un banco del parque y pensé en lo que me había dicho Rahim Kan justo antes de colgar, como si se tratara de una ocurrencia de última hora. “Hay una forma de volver a ser bueno”. Alcé de nuevo la vista en dirección a las cometas gemelas. Pensé en Hassan. Pensé en Baba. En Alí. En Kabul. En la vida que había vivido hasta que llegó el invierno de 1975 y lo cambió todo. Y me convirtió en lo que hoy soy.”
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| | | Gloria Veterano/a
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| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Jue Nov 03, 2011 2:27 pm | |
| “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel,
"Mi abuela tenía una teoría muy interesante, decía que si bien todos nacemos con una caja de cerillos en nuestro interior, no los podemos encender solos, necesitamos, como en el experimento, oxígeno y la ayuda de una vela. Sólo que en este caso el oxígeno tiene que provenir, por ejemplo, del aliento de la persona amada; la vela puede ser cualquier tipo de alimento, música, caricia, palabra o sonido que haga disparar el detonador y así encender uno de los cerillos. Por un momento nos sentiremos deslumbrados por una intensa emoción. Se producirá en nuestro interior un agradable calor que irá desapareciendo poco a poco conforme el tiempo, hasta que venga una nueva explosión a reavivarlo. Cada persona tiene que descubrir cuáles son sus detonadores para poder vivir, pues la combustión que se produce al encenderse uno de ellos es lo que nutre de energía al alma. En otras palabras, esta combustión es su alimento.
Si uno no descubre a tiempo cuáles son sus propios detonadores, la caja de cerillos se humedece y ya nunca podremos encender un solo fósforo.
Si eso llega a pasar el alma huye de nuestro cuerpo, camina errante por las tinieblas más profundas tratando vanamente de encontrar alimento por sí misma, ignorante de que solo el cuerpo que ha dejado inerme, lleno de frío, es lo único que podría dárselo." | |
| | | Gloria Veterano/a
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| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Jue Nov 03, 2011 2:52 pm | |
| Cielos de barro - Dulce Chacón.
"Estaría bueno, señor comisario. ¿Cómo le iba a leer a esa madre todo lo que el pobre zagal le escribía? Pero si no le pasaban más que infortunios. La parienta me lo contaba a mí, porque a alguien tenía que contárselo, pero a ella no se lo leía, no señor. ¿Quiere usted una sopita caliente?
Y arrímese a la lumbre, que está la tarde que congela al diablo.
Pues porque los señores no tenían hijos, por eso, y nada más que por eso se lo llevaron. Y no crea usted que estaban todos conformes, no, ni mucho menos. Doña Victoria se encaprichó de él nada más nacer. Le pidió a la madre que se lo regalara, y la madre se lo negó como es natural. La verdad es que la Isidora no fue muy avispada, porque servía en el cortijo y se llevaba al niño con ella para darle gusto a su señora. Y ya lo creo que le daba gusto, se lo encaramaba en brazos en cuanto llegaban, y no lo soltaba hasta que la Isidora se lo pedía para irse. Y pasaron 17 los años, pero el capricho a la señora no se le pasó, qué va. Mi difunta decía que los antojos que doña Victoria no cumplía se le enquistaban de rabia. Y así le debió de pasar con éste. Ya le digo que la Isidora no tuvo ojos para esa avería. Y ha de pasar un perjuicio si no están los ojos para lo que tienen que estar, por fuerza.
¿Que qué pasó? Pues que dejó de llevárselo al cortijo. La señora no paró en mientes, y empezó por echarle en la cara a la Isidora que ella no tenía posibles para educar al crío. Pero la madre ya le había pedido a mi Catalina que le enseñara a leer y a escribir, y si la Nina había aprendido sin posibles todo lo que sabía, el niño también podía aprender sin posibles. Y pasó que la señora le dijo al señorito que se mudaba a la capital y que si no le conseguía a la criatura, se olvidara para siempre de ella. Así que se lo dijo, que lo escuchó mi difunta cuando acababa de restregar un mantel en la panera del patio de atrás." | |
| | | Tatsumaru V.I.P.
Mensajes : 31687
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Vie Nov 04, 2011 4:46 pm | |
| «Pero... ¿qué es esto? ¿Me caigo? ¿Se me doblan las piernas?», pensó. Y cayó de espaldas.
Abrió luego los ojos para enterarse de cómo había acabado la lucha de los franceses contra el artillero. Quería saber si el artillero rojo había sido muerto o no, si los cañones habían sido salvados o habían caído en manos de los enemigos. Pero no veía nada. Sobre él no se extendía otra cosa que el cielo, el alto cielo, lleno de nubes grises, que pasaban dulcemente. «¡Qué dulzura, qué calma, qué solemnidad! ¡Qué distinto es esto de lo de hace un momento, cuando corría yo, cuando corríamos gritando - pensaba el príncipe Andrés -, cuando nos batíamos, cuando, con los rostros furiosos, descompuestos, el francés y el artillero se disputaban el escobillón! Entonces no desfilaban de esta forma las nubes por el cielo infinito. ¿Cómo no me he dado cuenta hasta ahora de este cielo? ¡Qué contento estoy ahora! Sí, todo es tontería, engaño, fuera de este cielo infinito. No existe nada sino este cielo. Pero ni este mismo cielo existe. No hay sino la calma y el reposo. ¡Alabado sea Dios!»
Guerra y paz | |
| | | tay V.I.P.
Mensajes : 5719 Edad : 58 Localización : Museo del Jamón
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Vie Nov 25, 2011 3:39 pm | |
| "Durante una prueba de ultrafondo, se te pasa de todo por la cabeza: ‘quién me metería en esto, de que me sirvió entrenar tanto si voy hecho polvo…’.Y cuando eso sucede tienes que animarte a ti mismo: ‘soy el mejor, esto está chupado…, ¿y cuando les diga a mis amigos que he terminado?, no te duermas, tira más fuerte…’. En todas las pruebas hay un ‘muro’: en la media maratón en el kilómetro 15, en la maratón entre el 30 y el 35 y en los 100 km. entre el 60 y el 70. Pero, al cruzar la meta, sueltas toda la adrenalina acumulada. Eres el más feliz del mundo. Das abrazos a todos, aún sin conocerlos y ya no te acuerdas de los dolores pasados: tan solo piensas en la próxima carrera de ultradistancia." José María García-Millariega: "Historias de la maratón, los 100 kilómetros y otras largas distancias" [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] | |
| | | manulondra Veterano/a
Mensajes : 764 Edad : 65 Localización : Sevilla
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Mar Nov 29, 2011 11:44 am | |
| Hola Gloria Me recuerda este hilo al de la pág 117 con el que conocimos tantas obras nuevas. Este fragmento es de Viaje a Ixtlán, de Carlos Castaneda: En el caso de mi trabajo con don Juan, he limitado mis esfuerzos exclusivamente a verlo como brujo y a adquirir membrecía en su conocimiento.Con el fin de presentar mi argumento, debo antes explicar la premisa básica de la brujería según don Juan me la presentó. Dijo que, para un brujo, el mundo de la vida cotidiana no es real ni está allí, como nosotros creemos. Para un brujo, la realidad, o el mundo que todos conocemos, es solamente una descripción.Para validar esta premisa, don Juan hizo todo lo posible por llevarme a una convicción genuina de que, lo que mi mente consideraba el mundo inmediato era sólo una descripción del mundo: una descripción que se me había inculcado desde el momento en que nací.Me señaló que todo el que entra en contacto con un niño es un maestro que le describe incesantemente el mundo, hasta el momento en que el niño es capaz de percibir el mundo según se lo describen. De acuerdo con don Juan, no guardamos recuerdo de aquel momento portentoso, simplemente porque ninguno de nosotros podía haber tenido ningún punto de referencia para compararlo con cualquier otra cosa. Sin embargo, desde ese momento el niño es un miembro.Conoce la descripción del mundo, y su membrecía supongo, se hace definitiva cuando él mismo es capaz de llevar a cabo todas las interpretaciones perceptuales adecuadas, que validan dicha descripción ajustándose a ella.Para don Juan, pues, la realidad de nuestra vida diaria consiste en un fluir interminable de interpretaciones perceptuales que nosotros, como individuos que comparten una membrecía específica, hemos aprendido a realizar en común.La idea de que las interpretaciones perceptuales que configuran el mundo tienen un fluir es congruente con el hecho de que corren sin interrupción y rara vez, o nunca, se ponen en tela de juicio. De hecho, la realidad del mundo que conocemos se da a tal grado por sentada que la premisa básica de la brujería, la de que nuestra realidad es apenas una de muchas descripciones,difícilmente podría tomarse como una proposición seria.Afortunadamente, en el caso de mi aprendizaje, a don Juan no le preocupaba en absoluto el que yo pudiese, o no, tomar en serio su proposición, y procedió a dilucidar sus planteamientos pese a mi oposición, mi incredulidad y mi incapacidad de comprender lo que decía. Así, como maestro de brujería, don Juan trató de describirme el mundo desde la primera vez que hablamos. Mi dificultad para asir sus conceptos y sus métodos derivaba del hecho de que las unidades de su descripción eran ajenas e incompatibles con las de la mía propia.Su argumento era que me estaba enseñando a "ver", cosa distinta de solamente "mirar", y que "parar el mundo" era el primer paso para "ver". | |
| | | conchyta Novato/a
Mensajes : 287 Edad : 81 Localización : desde 2006 en todoslosforos y aún se me considera novata.
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Mar Dic 27, 2011 11:18 am | |
| “No tema Renée pues, por usted, a partir de ahora buscaré los siempres en los jamases. La belleza en este mundo”
“Por primera vez en mi vida, he sentido el significado de la palabra nunca. Pues bien, es horrible. Pronunciamos esa palabra cien veces al día pero no sabemos lo que decimos antes de habernos enfrentado a un verdadero nunca más. El caso es que uno siempre tiene la ilusión de que controla lo que ocurre; nada parece definitivo. Por mucho que me dijera estas últimas semanas que me iba a a suicidar, ¿de verdad lo creía?¿De verdad me hacía sentir esta decisión el significado de la palabra nunca? En absoluto. Me hacía sentir mi poder de decidir. Pero cuando alguien a quien se quiere muere… entonces de verdad os digo que uno siente lo que significa, y hace mucho, mucho daño. Es como un castillo de fuegos artificiales que se apagara de golpe y todo quedara negro. Me siento sola, enferma, me duele el corazón y cada movimiento me cuesta unos esfuerzos titánicos.”
“Yo suplico al destino que me de la oportunidad de ver más allá de mí misma y de conocer a la gente.”
La elegancia del erizo, Muriel Barbery
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| | | Gloria Veterano/a
Mensajes : 997
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Vie Oct 12, 2012 4:41 pm | |
| Porque en la vida no hay música, no se tienen pistas. La mayoría de las cosas suceden en silencio. Vives la vida hacia delante y la recuerdas sólo hacia atrás. Nada se vuelve a vivir, solo se recuerda y eso de manera incompleta. Y la vida no es tan sencilla como el argumento de una película, hay demasiadas cosas que recordar.
La hija del sepulturero, Joyce Carol Oates | |
| | | Gloria Veterano/a
Mensajes : 997
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Lun Oct 15, 2012 4:05 pm | |
| Tenía oído que algunos decían que el amor era todo regocijo, alegría y contento, más, aquella noche, sentada en la playa, hubiera yo querido tener ante mí a aquellos sabios parlanchines para hacerles sentir con el filo de mi espada el regocijo, la alegría y el contento que ocasionaba el terrible dolor del amor.
La Conjura de Cortés, Matilde Asensi. | |
| | | Gloria Veterano/a
Mensajes : 997
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Jue Oct 18, 2012 2:38 pm | |
| En cambio, la prudencia de Florentino Ariza tuvo una recompensa inesperada: ella extendió la mano en la oscuridad, le acarició el vientre, los flancos, el pubis casi lampiño. Dijo: “Tienes una piel de nene”. Luego dio el paso final: lo buscó donde no estaba, lo volvió a buscar sin ilusiones, y lo encontró inerme.
-Está muerto -dijo él.
Le ocurrió siempre la primera vez, con todas, desde siempre, de modo que había aprendido a convivir con aquel fantasma: cada vez había tenido que aprender otra vez, como si fuera la primera. Tomó la mano de ella y se la puso en el pecho: Fermina Daza sintió casi a flor de piel el viejo corazón incansable latiendo con la fuerza, la prisa y el desorden de un adolescente. Él dijo: “Demasiado amor es tan malo para esto como la falta de amor”. Pero lo dijo sin convicción: estaba avergonzado, furioso consigo mismo, ansiando un motivo para culparla a ella de su fracaso. Ella lo sabía, y empezó a provocar el cuerpo indefenso con caricias de burla, como una gata tierna regodeándose en la crueldad, hasta que él no pudo resistir más el martirio y se fue a su camarote. Ella siguió pensando en él hasta el amanecer, convencida por fin de su amor, y a medida que el anís la abandonaba en oleadas lentas la iba invadiendo la zozobra de que él se hubiera disgustado y no volviera nunca.
Pero volvió el mismo día, a la hora insólita de las once de la mañana, fresco y restaurado, y se desnudó frente a ella con una cierta ostentación. Ella se complació en verlo a plena luz tal como lo había imaginado en la oscuridad: un hombre sin edad, de piel oscura, lúcida y tensa como un paraguas abierto, sin más vellos que los muy escasos y lacios de las axilas y el pubis. Estaba con la guardia en alto, y ella se dio cuenta de que no se dejaba ver el arma por casualidad, sino que la exhibía como un trofeo de guerra para darse valor. Ni siquiera le dio tiempo de quitarse la camisa de dormir que se había puesto cuando empezó la brisa del amanecer, y su prisa de principiante le causó a ella un estremecimiento de compasión. Pero no le molestó, porque en casos como aquel no le era fácil distinguir entre la compasión y el amor. Al final, sin embargo, se sintió vacía.
Era la primera vez que hacía el amor en más de veinte años, y lo había hecho embargada por la curiosidad de sentir cómo podía ser a su edad después de un receso tan prolongado. Pero él no le había dado tiempo de saber si también su cuerpo lo quería. Había sido rápido y triste, y ella pensó: “Ahora hemos jodido todo”. Pero se equivocó: a pesar del desencanto de ambos, a pesar del arrepentimiento de él por su torpeza y del remordimiento de ella por la locura del anís, no se separaron un instante en los días siguientes. Apenas si salían del camarote para comer.
El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García Márquez. | |
| | | Ronaldo512 V.I.P.
Mensajes : 100010
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Jue Oct 18, 2012 3:55 pm | |
| Nos conocemos a nosotros mismos en la medida en que conocemos la historia del país. El conocimiento propio es el arco desde donde hemos de disparar la flecha de nuestras aspiraciones. Si no contamos con el arco, ¿cómo hemos de disparar la flecha? E. Laguerre El fuego y su aire | |
| | | Gloria Veterano/a
Mensajes : 997
| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. Vie Oct 19, 2012 12:41 pm | |
| Desde entonces había estado delgada porque el abandono de aquél chico, le dañó para siempre jamás dos órganos fundamentales de su organismo, el corazón y el estómago. Uno se lo rompió en mil pedazos y el otro se lo dejó cerrado, inútil para reconocer más sabor que el de la bilis, que era lo que llevaba tragando desde entonces, bilis pura y dura, amarga y dolorosa... Incapaz de amar y de saborear lo bueno de la vida, que al fin y al cabo es lo mismo.
El tiempo mientras tanto, de Carmen Amoraga. | |
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| Tema: Re: Mis fragmentos favoritos. | |
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