Creo que es tal el desánimo general que hay, que hasta nos hemos curado de la capacidad de espanto o sorpresa.
Quizás si aterrizara una nave estraterrestre delante del Congreso y un marciano se dirigiese a la nación desde la tribuna... quizás... sería una sorpresa, porque del resto, con lo revuelto que está el pais y el mundo... nada nos haría levantar la vista del plato de lentejas.
Pero vamos, que no creo que pase nada... es más... virgencita, virgencita, que me quede como estoy...
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