Akra-Leuke Profesional
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| Tema: EL ENGAÑO Sáb Jul 20, 2019 10:59 pm | |
| . EL ENGAÑO No se ha preguntado usted, en alguna ocasión, viendo una obra de teatro, ¿quién será, en realidad, ese joven apuesto que enamora a la bellísima doncella?, o ha dudado si esa doncella lo es o son los afeites y las luces del escenario lo que nos la hacen ver tan hermosa. Porque pudiera ser que el apuesto galán no lo sea tanto, y sean sus ropajes los que nos confunden. Igual ese rey que da órdenes a sus súbditos, con voces y gestos imperativos, sea, fuera de su papel, un hombre insignificante, o el anciano respetable, de pelo cano y encorvado, un joven barbilampiño que la mano del caracterizador nos hace ver lo irreal.
¿Y qué decir de la horrenda bruja? ¿Acaso no sea, desenmascarada, una bella y arrogante joven que fielmente interpreta su papel? Naturalmente que todo puede ser un engaño. Pero cuídese muy bien de intentar conocer la realidad subiendo al escenario y arrancarle uno a uno sus máscaras y vestimentas. Si eso hiciera, con toda probabilidad serían, no por los propios actores desenmascarados, sino los espectadores quienes le arrojarían de malos modos y con violencia a la calle, porque con su absurda osadía, habría roto el hechizo de la representación.
El ser humano gusta del engaño, y comprobar que la bruja era una bellísima joven, que el anciano era un apuesto mancebo, o que el galán pasaba de los cincuenta y que sus canas habían sido retocadas con tinte negro azabache, hubiera sido un desencanto. ¿Hay algo más fascinante que la incertidumbre de la escena? ¿No es conveniente, acaso, dejarnos llevar del premeditado engaño? Sigámosles la corriente, y nada de desenmascarar, nada de querer saber de la realidad, dejémonos llevar del juego de actores y directores, de la luz y bambalinas, de decorados de tela y pintura, de músicas que fortalezcan el engaño, y soñemos con ellos. ¡Vivan las máscaras!
Y es que, amigos, la vida no es más que otra máscara, una representación a nuestro alrededor de la que formamos parte. ¿Para qué indagar sobre la personalidad verdadera del corsario? ¿para qué preguntar la razón por la que el papel de la guapa Lucía se le ha dado a un hombre, la de rey al más miserable de la compañía, o la del anciano senador romano al más novato? ¿Y qué, si el purpurado cardenal es el más descreído de todos? ¡Qué más da! Lo importante es lo irreal, y sigamos con la irrealidad por mucho tiempo; alarguemos la comedia cuanto más tiempo mejor.. | |
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