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Antisozzial V.I.P.
Mensajes : 31117 Localización : La muerte
Tema: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 11:27 am
Porque nos centramos muchos en nuestro aburrido pais , que si la izquierda , la derecha, que si pa lante pa tras , un dos tres. Pero fuera de nuestras fronteras pasan cosas y cosas muy interesantes y para eso es este hilo, no se si se conseguirá, pero este es su objetivo
Y que mejor tema para empezar, que con los talibanes, esos rebeldes adolescentes fundamentalistas islámicos, a los que nadie consigue doblegar u occidentalizar y ahora Occidente, después de 20 años, se va con el rabo entre las piernas, pero literalmente
marapez V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 11:32 am
Una se pregunta para que ha servido esa ayuda al ejercito afgano para que pudiese luchar contra los talibanes. Tan mal les entrenaron?. Tan malas son las armas que les han vendido?. Quien suministra armas a los Talibanes?
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Antisozzial V.I.P.
Mensajes : 31117 Localización : La muerte
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 11:37 am
marapez escribió:
Una se pregunta para que ha servido esa ayuda al ejercito afgano para que pudiese luchar contra los talibanes. Tan mal les entrenaron?. Tan malas son las armas que les han vendido?. Quien suministra armas a los Talibanes?
Mas es una cuestion cultural, es complejo de explicar, pero simplemente, a las elites gobernantes afganas que se pusieron, resultaron ser muy corruptas . Por otro lado, la ineficaz ONU, no entiende, que en el 60% de los Estados no occidentales, no se puede aplicar la democracia como sistema, creyendo que aplicando este sistema, que casi ni para Occidente sirve, va solucionar el caos de esas sociedades
Que Dios se apiade de las pobres mujeres afganas que se queden
el.loco.lucas Administrador
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 12:45 pm
marapez escribió:
Quien suministra armas a los Talibanes?
Traficantes privados de China, Rusia, Irán o Estados Unidos, con la connivencia de sus gobiernos, venden armas a inversores privados de Afganistán (estas armas se pagan con los dividendos del opio y sus derivados). Los inversores afganos las revenden tanto al propio ejército afgano como a los talibanes (a través de intermediarios en Pakistán).
Z V.I.P.
Mensajes : 23049 Edad : 71 Localización : Europa.
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 1:58 pm
'
Aclaración:
Talib, estudiante, es singular, Talibán es plural. "Talibanes" es "rizar el rizo"...
Tatsumaru V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 2:06 pm
marapez escribió:
Una se pregunta para que ha servido esa ayuda al ejercito afgano para que pudiese luchar contra los talibanes. Tan mal les entrenaron?. Tan malas son las armas que les han vendido?. Quien suministra armas a los Talibanes?
No es cuestión de armas, lo de que los occidentales estuviesen allí sabían que era provisional y así se lo han tomado los que forman parte a nivel tropa los del gobierno. Cobrar y ahora esperar a que no se lo tengan en cuenta los talibanes. Eso si no son simpatizantes talibanes de a ver qué hacen estos y poder informar..Además en Pakistán el mercado de imitaciones de armas es bastante grande y su precio es menor que la de las reales y hay bastante comercio talibanes- mercado fule de armas en Pakistán, también reciben las autenticas vía Pakistán , claro .Los talibanes tienen bastante dinero gracias al opio y ayudas de terceros de la zona.
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Antisozzial V.I.P.
Mensajes : 31117 Localización : La muerte
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 2:23 pm
Z escribió:
'
Aclaración:
Talib, estudiante, es singular, Talibán es plural. "Talibanes" es "rizar el rizo"...
Muchacho , los talibanes no llevan rizos, eso es de occidentales, de yeyés, de sarasas, pon mas atención en los temas a tratar por Dios
Nolocreo V.I.P.
Mensajes : 20909
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 2:50 pm
Ya comienzan a señalar casa por casa y vecino a vecino (allí se conocen todos entre ellos) entre acusaciones de unos a otros a los que colaboraron con los americanos, para ajusticiarlos según la ley islámica..
Tatsumaru V.I.P.
Mensajes : 31703
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 3:19 pm
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Resumido: desde Pakistán reciben apoyo en esta ofensiva , nadie la esperaba en la Otan, las negociaciones de la administración Trump donde cedieron en todo a los talibanes por sus prisas en irse,Biden no ha sido mejor. China es la que va a presentarse a obtener tajada a por minerales pesados presentes en el país y claro, va a haber una gran cantidad de gente que huya en dirección a Occidente. Y son unos talibanes aún más extremistas tras su paso por Guantanamo de algunos.
Nolocreo V.I.P.
Mensajes : 20909
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Sáb Ago 14, 2021 5:56 pm
Tatsumaru escribió:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Resumido: desde Pakistán reciben apoyo en esta ofensiva , nadie la esperaba en la Otan, las negociaciones de la administración Trump donde cedieron en todo a los talibanes por sus prisas en irse,Biden no ha sido mejor. China es la que va a presentarse a obtener tajada a por minerales pesados presentes en el país y claro, va a haber una gran cantidad de gente que huya en dirección a Occidente. Y son unos talibanes aún más extremistas tras su paso por Guantanamo de algunos.
Los de Guantanamo aún siguen allí me parece, España a acogido a alguno..
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Antisozzial V.I.P.
Mensajes : 31117 Localización : La muerte
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Dom Ago 15, 2021 3:28 pm
Na, no habéis dado ni una, esto me pasa a mi pro estar en foros con gente sin hestudios. Hace tiempo comente que los talibanes se habían moderado de cierta manera y aunque su gobierno fuera radical, ya empezaban a tener cierta diplomacia y a tener contactos mas serios con paises vecinos
De hecho, quieren participar en una conferencia de paz en Estambul y hoy mismo están dialogando con el gobierno afgano para que se realice una transición del poder , sin usar la fuerza
Bueno, en el caso de Rusia, al que EEUU acusa de proporcionar armamento a los talibanes , argumenta en su defensa , que no es cierto y que solo han proporcionado cierta ayuda logística para que estos luchen contra el ISIS, facción mas radical y sin visos de poder dialogar con ellos en el ámbito diplomático
Resumiendo a los rusos les interesa que esa zona, fronteriza que antiguas exrepúblicas suyas y que sirven de tapón contra el Islam , no sean influenciadas por el ISI y que sea el redimen talibán el que controle Afganistán, que de alguna manera, se contentaran con gobernar el pais, pero sin influenciar en los paises vecinos
Y lo mismo pasa con China, con el que hace frontera y que en esas regiones fronterizas, tiene péquelas colonias musulmanas y tiene miedo a que haya revueltas y prefiere un redimen talibán , que a uno ms depredador como el Isis
marapez V.I.P.
Mensajes : 46437
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 12:29 pm
Cuatro presidentes para un fracaso: Bush, Obama, Trump y Biden en Afganistán
En octubre de 2001 llegaron a Afganistán los primeros soldados estadounidenses para derribar un gobierno talibán y, salvo un giro inesperado, en los próximos días se marcharán de Afganistán los últimos soldados estadounidenses y dejarán atrás un gobierno talibán. Estados Unidos ha perdido allí casi 2.500 militares y unos 2.000 millones de euros (mucho más si se cuentan otros gastos como el cuidado de veteranos) para acabar en el punto de partida. Un enorme fracaso que comparten, con diferentes grados de responsabilidad, los cuatro presidentes que han dirigido la guerra más larga de la historia del país.
Bush: una misión cambiante
En aquel octubre de 2001 la misión estadounidense en Afganistán parecía bastante clara y fácil de comprender: las ruinas del World Trade Center de Nueva York aún ardían un mes después de los atentados del 11-S y el gobierno talibán de Afganistán no había ocultado sus lazos con la organización responsable, Al Qaeda. El presidente George W. Bush dio a los talibanes un ultimátum para entregar a Osama Bin Laden y sus lugartenientes, pero su líder espiritual el Mulá Omar lo rechazó. El plan de invasión siguió su marcha, con una inquietante falta de atención a lo que vendría después de la invasión. La decisión del Gobierno de Bush no suscitó polémica en un mundo conmocionado por el 11-S. Casi el 90% de los estadounidenses estaba a favor de la invasión de Afganistán y la comunidad internacional, que luego sería más crítica con la decisión de entrar en Irak, estaba firmemente del lado estadounidense y en contra de los talibanes. Desde el día posterior al 11-S, EEUU contaba con una resolución unánime del Consejo de Seguridad de la ONU que no sólo condenaba el atentado, sino que reconocía su “derecho a defenderse” e instaba a todos los países a “colaborar con urgencia” en la captura de sus autores. Con el apoyo de los estadounidenses y de la OTAN, las milicias opositoras a los talibanes no tardaron ni un mes en tomar la capital. La guerra aparentemente había terminado, pero, ¿se podía hablar de misión cumplida? A esas alturas Bin Laden y su alto mando habían huido ya a la tranquilidad del vecino Pakistán al igual que los líderes talibanes, desde donde unos y otros podían dirigir sus ataques contra los estadounidenses. Aquella misión tan sencilla y fácil de justificar se iba a convertir rápidamente en una mucho más compleja y casi imposible de completar. Si cuando cayó Kabul estaban en Afganistán unos 2.500 soldados estadounidenses, un año después había casi 10.000 y ya no estaban buscando a Bin Laden, sino gestionando una ocupación. Es decir, peleando con la insurgencia talibán. Si en esa primera fase de la guerra Bush había visto morir a 12 soldados estadounidenses, cuando dejó la Casa Blanca en 2008 ya había perdido 50 veces más. Para cuando le dio el relevo a Obama, probablemente ya sabía hasta qué punto eran ciertas las palabras que había pronunciado en el Congreso unos días después del 11-S, cuando advirtió de que su “guerra contra el terror” sería una “campaña tan larga como ninguna otra que hayamos visto”.
Obama: una oportunidad perdida
Cuando Barack Obama juró el cargo el 20 de enero de 2009, recibió una economía en crisis y dos guerras lejanas a las que había prometido poner fin. Durante el segundo mandato de Bush habían muerto casi 3.000 soldados estadounidenses en la ocupación de Irak, pero el gran reto del nuevo presidente iba a estar en Afganistán. Para entonces hacía ya casi seis años que oficialmente EEUU ya no está en el país haciendo la “guerra” sino la “reconstrucción”, pero a veces la diferencia era difícil de percibir. No es que no hubiera progresos: Afganistán había celebrado elecciones democráticas y la situación de las mujeres había mejorado notablemente, pero la seguridad se estaba deteriorando rápidamente y era obvio que el Ejército afgano no estaba preparado para defender el país. Obama, como su antecesor y sus sucesores, tenía que decidir si se marchaba y asumía las consecuencias o si elevaba la apuesta. Optó por lo segundo: en su primer año en el cargo y en contra del consejo de su vicepresidente Joe Biden, envió otros 30.000 soldados estadounidenses al país, dejando un total de casi 100.000. La misión principal, en realidad, no había cambiado. El objetivo estadounidense en Afganistán hacía ya años que se había reducido a una sola cosa: retirarse. Y la única manera de poder retirarse sin reconocer que la experiencia había sido un fracaso y sin que los talibanes regresaran inmediatamente era entrenar, armar y ayudar al ejército afgano para que fuera él quien los mantuviera a raya. Entre 2002 y 2020, Estados Unidos se ha gastado unos 75.000 millones de euros sólo en preparar a la policía y las fuerzas armadas afganas para esa tarea en la que ahora mismo están fracasando espectacularmente. El primer mandato de Obama fue, de largo, el período más peligroso para ser un militar estadounidense en Afganistán. Murieron más de 1.500, el 60% de los que han fallecido en 20 años de ocupación. Sin embargo, en mayo de 2011 el entonces presidente recibió una nueva oportunidad para declarar la victoria y marcharse: sus fuerzas especiales encontraron y mataron a Osama Bin Laden en su refugio de Pakistán. Su muerte representó un enorme alivio para los estadounidenses, pero también reforzó las dudas sobre qué se les había perdido exactamente a sus soldados en Afganistán. Su misión principal seguía siendo apoyar al Ejército afgano, pero en 2011 en Washington ya eran bien conscientes de que había que mantener otras opciones abiertas. El Gobierno de Obama reconoció públicamente algo que habría sido impensable hacía sólo unos años: que estaba negociando directamente con los talibanes. El presidente presentó entonces un plan para ir reduciendo drásticamente la presencia militar de EEUU hasta 2014 y luego anunció una retirada completa en 2016, como broche de oro a su Presidencia. No iba a ser así. El día en que Obama le dejó el puesto a Donald Trump, en enero de 2017, aún quedaban en Afganistán 10.000 soldados estadounidenses. Después de ocho años, no había conseguido cumplir esa promesa electoral. Los talibanes seguían siendo una amenaza, tanto que las últimas retiradas previstas durante la Presidencia de Obama tuvieron que ser canceladas por la inestabilidad en el país. Trump heredaba una guerra que ya duraba 15 años y que iba a poner a prueba sus propias promesas.
Trump: sólo palabras
Donald Trump llegó a la Presidencia con una retórica durísima sobre las ocupaciones estadounidenses de Irak y Afganistán, a las que llamó “las guerras eternas”. El mensaje era parecido al de Obama ocho años antes, pero aún más encendido. Para el candidato republicano, la presencia militar de EEUU en Afganistán era “un despilfarro de vidas y millones”, pero en cuanto llegó a la Casa Blanca vivió una transformación bastante similar a la de su antecesor. En lugar de la retirada prometida, Trump se negó en su primer año en la Casa Blanca a poner fecha de caducidad al despliegue estadounidense. Trump también siguió la estela de Obama en la celebración de negociaciones directas con los talibanes para lograr un acuerdo que permitiera a los estadounidenses marcharse sin ser culpados directamente del desastre posterior. El texto lo firmaron en 2020 y en él los talibanes, que habían ido controlando más territorio y habían sembrado el terror en las ciudades con atentados, se comprometían a no ayudar a grupos enemigos de EEUU y a participar en un diálogo con otros grupos afganos para decidir el futuro del país. Los talibanes ya han incumplido de momento esa segunda parte. Ni siquiera con ese acuerdo bajo el brazo pudo Trump ejecutar la prometida retirada de Afganistán. Con las elecciones ya perdidas y a la espera de que su sucesor jurara el cargo, redujo el número de tropas en el país, pero en la toma de posesión del nuevo presidente aún quedaban unos 3.500 militares estadounidenses allí. La retirada quedaba en manos de un viejo enemigo de la ocupación de Afganistán: Joe Biden.
Biden: asumir la realidad
Joe Biden nunca vio muy claro que EEUU fuera a lograr crear un Estado democrático en Afganistán. En 2001, apoyó la invasión, pero para 2009 ya estaba convencido de que su entonces jefe Obama cometía un error perpetuando la presencia estadounidense allí para cumplir una misión que ya poco tenía que ver con luchar contra Al Qaeda y sí con ser una fuerza ocupante en un país con una larga tradición de sacudirse de encima a los ejércitos extranjeros. Por supuesto, también sus tres antecesores sabían en buena medida que eso era así, pero ninguno quiso arriesgarse a ser el presidente que asumiera la derrota. Sus asesores militares explicaron en público y en privado que una retirada podía hacer que el Gobierno afgano cayera dejando paso a los talibanes, pero Biden se preguntaba: ¿y si nos vamos en un año, eso no pasará igual? ¿Y en 10? Lo que estamos viendo estos días es la consecuencia de la respuesta a la que llegó: no, que Estados Unidos se quede más tiempo no garantiza un resultado diferente. Los afganos debían solucionarlo entre ellos. Aún así, el desastre de estos días es un fracaso de Biden. El presidente puso en marcha la ofensiva definitiva de los talibanes cuando anunció que, sí o sí, las tropas estadounidenses estarían fuera de Afganistán antes de septiembre. Las estimaciones que decían primero que Kabul podía estar en peligro en 18 meses luego pasaron a medio año y luego a unas semanas. El Gobierno de EEUU no ha sido capaz ni de organizar una retirada ordenada, mucho menos de evacuar a todos los afganos que han colaborado con él en las últimas dos décadas y que hoy están en peligro. Están evacuando estadounidenses con los talibanes ya en Kabul. Un fracaso actual que culmina 20 años de fracasos. El Ejército afgano que EEUU ha estado entrenando, mimando y equipando durante dos décadas, con un coste astronómico, no ha sido capaz de resistir ni siquiera hasta la marcha de los estadounidenses. Su equipamiento de última generación está ya en manos de los talibanes. El mismo grupo que prohibió a las mujeres trabajar o salir solas está llamado a gobernar de nuevo, como si nada hubiera pasado desde que llegaron los estadounidenses en 2001. Probablemente, como dice Biden, un año más de presencia estadounidense no hubiese cambiado nada. Puede que tampoco otros 10 años. Y sin embargo, es difícil no pensar en los miles de afganos y sobre todo de afganas que se creyeron todas las promesas estadounidenses de los últimos 20 años y se atrevieron a vivir de otra manera. Un enorme desperdicio de vidas y recursos para volver a la casilla de salida.
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 12:31 pm
¿Y ahora qué? El impacto de la caída de Kabul en la región y en el resto del mundo
La caída de Kabul en manos de los talibanes no es, desgraciadamente, el título de una película sino el hito más reciente de un trágico proceso en el que hay muchos más perdedores que ganadores. Entre los primeros sobresale, con diferencia, el conjunto de los afganos que, sin haber salido en ningún momento de la miseria y la inseguridad permanente en la que han vivido estos últimos veinte años, vuelven ahora a quedar bajo el dictado de quienes ya demostraron en la última década del pasado siglo su absoluto desprecio por la vida de quienes no compartan su iluminada visión del Islam. Entonces fueron instrumentos de otros, con Pakistán respaldando activamente sus ansias de poder y con Estados Unidos admitiendo sin titubeos su utilidad para pacificar un escenario revuelto. Hoy, inamovibles en su afán de poder, son presentados como la encarnación del mal, sin reparar en que cuentan con sustanciales apoyos internos y externos tanto o más poderosos que entonces, aunque tras la fachada de generalizada condena apenas se disimula su aceptación como un mal menor. Y no parece que las milicias locales y los antiguos ''señores de la guerra'' –auténticos señores feudales escasamente comprometidos con los derechos humanos o las necesidades de los que no pertenezcan a su grupo– vayan a resultar eficaces en su oposición armada a quienes pretenden reverdecer sus pasados laureles.
La credibilidad de EEUU
Pierde, asimismo, Estados Unidos y el resto de países que acompañaron a Washington en la desventura militarista que arrancó con la invasión de octubre de 2001. La credibilidad estadounidense como gendarme mundial y como garante último de la seguridad de sus aliados se resquebraja por completo ante el empuje talibán. Inevitablemente, aliados como Taiwán o los países bálticos se estarán preguntando ahora mismo qué garantías reales de seguridad pueden esperar de Estados Unidos ante el empuje de Pekín o Moscú, si, a pesar de su abrumadora superioridad militar, ni siquiera ha podido hacer frente a un simple grupo irregular. En todo caso, se equivocan quienes consideran que EEUU ha fracasado en Afganistán porque los afganos se quedan desamparados y los talibanes vuelven al poder. El error deriva de no entender que el objetivo de la invasión y ocupación nunca fue el bienestar y seguridad de los casi 40 millones de afganos o democratizar el país, sino que solo buscaba responder al 11S, haciendo lo necesario para que no se repitiera algo similar.
Escenario secundario
Visto desde esa lógica se entiende que, cuando China y Rusia plantean desafíos que afectan directamente a los intereses vitales del hegemón mundial, Washington haya decidido retirarse de un escenario, a fin de cuentas, secundario en su agenda, desentendiéndose de lo que deja tras de sí. Y ahora, si los talibanes cumplen con su parte del trato establecido con Washington en Doha en febrero del pasado año (no con el inoperante Gobierno de Ghani-Abdullah) –evitando atacar objetivos occidentales y distanciándose de Al Qaeda y Dáesh–, a nadie le va a importar si los afganos vuelven a sufrir las consecuencias de un poder tan nefasto. Y lo mismo vale para China y Rusia, siempre que los talibanes eviten traspasar líneas rojas que pudieran obligarles a tener que ir más allá de las consabidas declaraciones de condena, tan altisonantes como vacías de contenido político y militar. No escapa a ese cartel de perdedores el conjunto de las instituciones de la comunidad internacional, por mucho que haya habido agencias humanitarias y organizaciones de la sociedad civil que hayan procurado sinceramente aliviar los efectos más brutales de una situación como la que arrastran los afganos desde hace décadas. Que la OTAN o la ONU amenacen ahora a los talibanes con no reconocerlos como interlocutores válidos no les va a quitar el sueño ni un minuto.
La victoria talibán
En el bando contrario, como ganadores netos –lo que no quiere decir que su victoria sea sostenible–, destacan obviamente los talibanes. No han necesitado vencer batallas sobre el terreno, sino que les ha bastado con asistir a la implosión de un gobierno corrupto e incompetente, con muy escaso apoyo popular y fracturado internamente entre un presidente que ya ha abandonado el país y un rival que tan solo hace un año organizó su propia ceremonia de toma de posesión. Por su parte, las fuerzas armadas y de seguridad han colapsado, sin voluntad alguna de defensa y dejando en manos de sus enemigos abundante material militar que ahora se vuelve en su contra. En paralelo, los talibanes han ido recabando el apoyo mercantilista de unos líderes tribales que ahora los ven como caballo ganador (y que mañana pueden volver a cambiar su apuesta) hasta el punto de que, como ahora se ha visto en Kabul, apenas ha habido grandes combates. Pakistán es, por último, el vecino que más beneficios obtiene de lo ocurrido. Hace mucho que Islamabad lleva jugando con fuego en el territorio de su vecino, tratando de imponer allí un gobierno amigo o, al menos, uno que no plantee una amenaza a sus intereses, para poder así concentrar su atención en su tradicional enemigo, India. Lo que ahora espera es poder rentabilizar ese sostenido apoyo, aunque no cabe suponer que India se lo vaya a poner fácil.
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 12:36 pm
El asalto de Kabul: qué ha pasado en Afganistán y por qué ha pasado tan rápido
Milicianos talibanes han entrado este domingo por la mañana en Kabul, el último reducto de poder del Gobierno afgano. Unas horas después, el presidente de Afganistán ha abandonado el país mientras, tras casi dos décadas de despliegue militar, Estados Unidos y otros aliados quemaban documentos y sacaban al personal de sus embajadas.
Esta misma semana, la Administración Biden, en sus peores previsiones, calculaba que Kabul podría caer en manos de los talibanes en el próximo mes. Y, a principios de julio, el presidente Biden decía que era “muy improbable” que los talibanes dominaran todo el país.
¿Qué ha pasado?
Los talibanes perdieron el poder tras la invasión de Estados Unidos en 2001, pero no desaparecieron ni renunciaron a sus aspiraciones de volver a controlar el país mientras algunos de sus líderes se refugiaban en Pakistán. Se replegaron a algunas zonas, pero la guerra civil nunca ha cesado. Más de 60.000 soldados del Ejército afgano han muerto luchando contra ellos, y más de 70.000 civiles han sido víctimas del fuego de ambos lados en la guerra. Más de 2.300 soldados de Estados Unidos han muerto. Dentro de la operación de la OTAN, también han muerto 102 soldados de España, que se retiró en mayo. Desde que Donald Trump anunció en 2020 la retirada de las tropas de Afganistán, confirmada después por Joe Biden, los talibanes se han reorganizado aprovechando un supuesto acuerdo de paz. En mayo de este año, los talibanes lanzaron una ofensiva militar y lograron controlar varios distritos, incluidas localidades cerca de Kandahar, un lugar simbólico porque ahí empezaron su ascenso en 1994 y porque era la sede de una gran base de Estados Unidos.
¿Por qué no estaba preparado el Ejército afgano?
Es una de las grandes preguntas. El Gobierno de Estados Unidos se ha gastado desde 2001 al menos 83.000 millones de dólares para formar y armar a los soldados del Ejército afgano. En algunas de esas operaciones de formación han participado también militares y policías españoles. Pero en estos años parte del dinero invertido sobre todo por Estados Unidos ha acabado financiando proyectos fantasma en manos de sátrapas locales, y los gobiernos afganos no han construido un Estado con el valor más preciado que ha faltado a menudo en la historia del país: legitimidad. Los talibanes tienen menos fuerzas y menos armas que el Ejército afgano, pero su avance ha sido más fácil por la deserción de los soldados del ejército regular, que a menudo han conseguido salvar la vida a cambio de abandonar sus puestos y entregar su arsenal a los talibanes.
¿Y el presidente de Afganistán?
Es Ashraf Ghani, un antropólogo y ex empleado del Banco Mundial que Estados Unidos decidió apoyar de nuevo en las elecciones de 2019, en las que Ghani fue reelegido después de un disputado proceso y con una participación de menos del 20%. Su aire intelectual y sus estudios en universidades americanas inspiraron una confianza en Estados Unidos que no se correspondía con su capacidad y aceptación en su propio país. Su baja popularidad y poca capacidad de liderazgo dentro de su Gobierno han hecho que tenga aún menos margen de maniobra que sus predecesores. Ghani ha tenido mala relación con su ejército, cuyos miembros se han sentido a menudo abandonados por dirigentes que parecían más preocupados por salvar el equipamiento que a sus soldados. En los últimos meses, el Gobierno de Estados Unidos también había perdido la confianza en el presidente afgano, como dejaba claro el secretario de Estado, Antony Blinken, en una carta donde mostraba irritación en marzo. A lo largo de estas dos décadas, sus predecesores tampoco han conseguido apoyo suficiente entre la población como para estabilizar el país. Hamid Karzai, que presidió el país de 2001 a 2014, solía ser apodado “el alcalde de Kabul”.
¿Qué responsabilidad tiene EEUU en la fragilidad del Gobierno afgano?
La corrupción generalizada y la consolidación en el poder de algunos políticos y funcionarios conocidos por sus abusos han sucedido con la complacencia -como poco- de Estados Unidos, como reveló el Washington Post con la publicación de la documentación y entrevistas más extensas sobre la gestión de gobierno de estas dos décadas. “Washington toleró a los mayores delincuentes -señores de la guerra, traficantes de droga, subcontratistas de defensa- porque eran aliados de Estados Unidos… El Gobierno de Estados Unidos fracasó a la hora de enfrentarse a una realidad más inquietante: fue responsable de alimentar la corrupción soltando enormes cantidades de dinero con poca visión o atención a las consecuencias”, escribe el Post en los llamados “papeles de Afganistán”.
¿Y las negociaciones?
Desde 2018, ha habido varias rondas de negociaciones entre los talibanes y el Gobierno afgano con la participación en varias ocasiones de Estados Unidos y momentos en que un acuerdo de paz parecía cercano. En septiembre de 2020, el Gobierno afgano aceptó liberar a miles de prisioneros talibanes. Y en marzo de este año, los talibanes aceptaron un alto el fuego. Supuestamente, la retirada de las tropas de Estados Unidos se iba a producir como parte del acuerdo para que los talibanes y el Gobierno afgano negociaran la paz.
¿De dónde salen los talibanes?
Esta es una nueva generación, en parte, de los extremistas que conquistaron el país entre 1994 y 1996 en pleno caos por los intentos de guerrillas de dominar Afganistán. En este contexto, el creciente mercado de drogas financiaba a todos los bandos: a finales de los 90, Afganistán era el principal productor de opio del mundo. Entonces la llamada Alianza del Norte, liderada por Ahmed Masud, se presentaba ante Estados Unidos y Europa como la manera de restaurar la paz en el país tras la invasión soviética de 1979, la retirada de los rusos en 1989 y la caída del Gobierno comunista de Mohammad Najibulá en 1992. Masud recibió ayuda de Rusia, pero apenas apoyo de los aliados occidentales, como se quejaba en su visita al Parlamento Europeo en abril de 2001. El 9 de septiembre de ese año, dos días antes del 11-S, fue asesinado durante una falsa entrevista que en realidad era una trampa talibán. Su hijo decía esta primavera que habría otra guerra civil en Afganistán si Estados Unidos retiraba las tropas ahora. Como lamentaba Masud, en los años 80, los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Pakistán ayudaron a algunos de los grupos que después serían conocidos como los talibanes para que lucharan contra la invasión de la Unión Soviética. Es uno de los fantasmas que persigue a la política exterior de Estados Unidos, aunque el papel de sus espías en aquellos años no está detallado.
¿Cómo llegaron al poder la última vez?
En 1996, los talibanes arrasaron con comunidades enteras y se empezaron a dar a conocer por sus prácticas extremistas en nombre del Islam, como la prohibición de las mujeres en la educación o la vida pública, el veto de la música o el ataque de cualquier símbolo de religiones diferentes del Islam, como los Budas esculpidos en las montañas de Bamiyán, un tesoro arqueológico que había resistido durante siglos a los vaivenes de Afganistán y que los talibanes volaron. Entretanto, los civiles eran asesinados en los enfrentamientos militares o por las millones de minas antipersona diseminadas por el Ejército soviético. Decenas de miles de niños morían cada año por la disentería.
¿Por qué las mujeres huyen ahora?
El avance de los talibanes ha creado una ola de nuevas refugiadas que intentan huir desesperadas de la tiranía talibán. Cerca de un millón de personas han abandonado su hogar en busca de refugio en los últimos meses, según estima la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán. El Ministerio de Refugiados y Repatriaciones calcula que casi el 70% son mujeres y niños. En los últimos meses de mayor fortaleza militar, los talibanes ya se han ensañado con las mujeres, atacando colegios y matando periodistas. A diferencia de lo que sucedía en los 90, cuando parecían una guerrilla más, su brutalidad ahora les precede.
¿Por qué Estados Unidos invadió Afganistán?
Los talibanes dieron cobijo a Osama Bin Laden y a sus militantes de Al Qaeda durante años mientras organizaban atentados en Occidente. Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el entonces presidente George W. Bush pidió que entregaran al cabecilla que había orquestado los ataques. Cuando los talibanes no lo hicieron, Estados Unidos lanzó una ofensiva militar, autorizada por el Congreso y apoyada entonces por la OTAN y los aliados europeos. Estados Unidos mató a Bin Laden en mayo de 2011, durante la Presidencia de Barack Obama, pero eso tampoco acabó con el despliegue militar en un país que seguía amenazado por los talibanes. Este domingo, el secretario de Estado Blinken dijo que el castigo de los atentados del 11-S era su única misión en Afganistán y ya está cumplida "con éxito".
¿Por qué Biden se retira ahora?
Es uno de sus compromisos electorales y viene de su convencimiento de años de escepticismo sobre la capacidad de Estados Unidos de estabilizar Afganistán después de tantos años de ocupación. Como vicepresidente de Obama, Biden se opuso incluso a la operación para capturar o asesinar a Bin Laden porque la consideraba demasiado arriesgada. En sus años como vicepresidente, solía jugar el papel de “paloma” y también se opuso a las intervenciones en Siria o Libia en contra de otras personas del equipo de Obama, como la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Parte del aparato del Pentágono quería convencerle ahora para que dejara al menos un número reducido de tropas en Kabul para ayudar al Gobierno afgano, pero Biden se negó argumentando que si se trataba de pocas fuerzas no servirían para detener la ofensiva, y Estados Unidos no podía mantener una guerra sin final. “Soy el cuarto presidente de Estados Unidos en dirigir la presencia de tropas de Estados Unidos en Afganistán: dos republicanos, dos demócratas. No pasaré esta responsabilidad a un quinto”, dijo Biden en abril. También añadió: "No haremos una carrera apresurada hacia la salida. Lo haremos de manera responsable, deliberada y segura". La población de Estados Unidos no ha mostrado opiniones muy contundentes en los últimos años sobre esta guerra, pero la élite militar y experta en política exterior de ambos partidos es crítica con esta retirada.
¿Ha mejorado algo el país en estos 20 años?
El rápido deterioro de la situación política y militar del país indica que el Estado sigue siendo frágil y sin las instituciones que prometía. La sociedad ha tenido atisbos de progreso, con el avance en la educación de las mujeres y su acceso, aunque todavía limitado, a cargos públicos. Una de las tres mujeres gobernadoras del país contaba hace unos días como ella misma tomaba las armas contra los talibanes. La situación sanitaria ha mostrado un lento progreso, si bien Afganistán sigue siendo uno de los países del mundo donde es más probable morir por enfermedades que se pueden prevenir, sobre todo en el caso de mujeres y niños. La libertad de prensa, inexistente hace dos décadas, ha avanzado gracias a la lucha de periodistas valientes, especialmente mujeres jóvenes. Ahora temen por su vida, como contaba una reportera que ha dejado de dar las noticias para huir de su ciudad e intentar salvarse. “Sé que los talibanes vienen a por mí”, escribía hace unos días.
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 12:54 pm
La crisis humanitaria en Afganistán ya es una catástrofe para el mundo
El país ya se encontraba en una situación desesperada antes del repliegue de tropas occidentales y de la vuelta de los talibanes al poder. Ahora, será imposible evitar una crisis de refugiados. En los últimos días, Afganistán se ha visto envuelto en una feroz oleada de enfrentamientos a medida que los talibanes han ido ganando terreno al Gobierno afgano. La evolución de la situación hace extremadamente difícil predecir qué pasará en las próximas semanas y meses. Sin embargo, sí tenemos una certeza. Si bien los medios de comunicación tienen el foco puesto en quién tiene el control de la situación militar, el país se enfrenta inevitablemente a una catástrofe humanitaria. Los afganos de a pie se enfrentan a una triple calamidad: de seguridad, de salud y económica. Estas cruentas circunstancias son anteriores al acuerdo de Doha que el Gobierno Trump firmó con los talibanes en febrero de 2020 y que inició el proceso de retirada militar de Estados Unidos; también son anteriores a la confirmación del presidente Biden de que la retirada total se produciría antes del 11 de septiembre de este año. Afganistán comenzó el año 2021 en una situación desesperada, con más de 18 millones de afganos, casi la mitad de la población, en situación de necesidad humanitaria. La disminución de la ayuda internacional, la escalada del conflicto, la debilidad de las instituciones públicas y los problemas medioambientales, como las sequías, han contribuido a ello. El impacto de la pandemia del año pasado hizo que en enero de 2021 Afganistán fuera el segundo país del mundo con mayor número de personas que necesitaban ayuda urgente por sufrir inseguridad alimentaria.
Millones de refugiados
Durante más de cuatro décadas, Afganistán ha sido uno de los países que ha generado un mayor número de refugiados. Millones de afganos viven en Pakistán e Irán, y se calcula que la cifra total de afganos en Europa es de casi medio millón. Los continuos enfrentamientos entre los talibanes y el Gobierno afgano han empujado a decenas de miles de civiles a abandonar sus hogares, obligándoles a buscar seguridad allí donde la puedan encontrar. Más de 3,5 millones de afganos se han desplazado internamente, pero esta cifra aumenta rápidamente cada día mientras las organizaciones de ayuda humanitaria se esfuerzan por proporcionar apoyo a la población. Contrariamente a la percepción popular que tenemos en Occidente, para los afganos el periodo de conflicto en su país comenzó mucho antes de los atentados del 11-S en Estados Unidos. De hecho, comenzó con el golpe de estado comunista de 1978, seguido de la invasión militar soviética en la víspera de Navidad de 1979. Sin embargo, incluso para los complejos estándares de esta larga y espantosa guerra, la actual fase de incertidumbre en Afganistán no tiene precedentes. El asalto de los talibanes podría desencadenar una guerra civil o el desmantelamiento completo del Gobierno afgano, o ambas cosas. Un escenario menos probable, pero más optimista, sería un acuerdo político que condujera al establecimiento de un nuevo gobierno, que inevitablemente estaría bajo control de los talibanes.
Dinero y sangre
Con este telón de fondo, es razonable preguntarse qué ha pasado con la enorme inversión occidental de dinero tras el 11-S, y el posterior derramamiento de sangre. La respuesta tiene varias capas, y la culpa no puede recaer únicamente en el Gobierno afgano, aunque haya sido profundamente corrupto y dependiente de los donantes extranjeros. Estados Unidos y sus aliados también tienen una gran parte de responsabilidad. Una combinación de pésima gestión y falta de previsión, así como de voluntad para aplicar políticas eficaces, ha dado lugar al desastre que es hoy Afganistán. Estados Unidos gastó la escalofriante cifra de 978.000 millones de dólares en la guerra de Afganistán entre octubre de 2001 y finales de 2019. Lo absurdo de esta cifra se hace evidente cuando se compara con el gasto total de 36.000 millones de dólares de Estados Unidos en gobernanza y desarrollo en Afganistán durante el mismo periodo. A medida que la maquinaria bélica occidental se agitaba y las incoherentes estrategias militares daban prioridad a la asociación con una élite afgana corrupta, los ciudadanos de a pie quedaban más y más relegados. Los parques públicos de Kabul se están llenando rápidamente de desplazados internos que huyen de la violencia en sus provincias de origen. Sin embargo, a diferencia de los episodios anteriores de esta guerra, los afganos no pueden buscar refugio en Pakistán e Irán. No existe una "solución regional" para los afganos desplazados por la violencia actual. Kabul, una ciudad densamente poblada con casi 4,5 millones de habitantes y escasas infraestructuras, es el último recurso para miles de familias desplazadas. El mundo debe prepararse para una catástrofe humanitaria en Afganistán que es irreversible a corto plazo. Para el Reino Unido y otros países occidentales donantes, es urgente desempeñar un papel activo en la mediación de un proceso político que desemboque en el fin del conflicto con los talibanes. Si esto no sucede, el fracaso colectivo será una mancha para la humanidad y nos dejará con una "crisis de refugiados" a largo plazo mientras los civiles afganos huyen de la tragedia que envuelve a su país.
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 1:06 pm
Kabul y el amigo americano
Cuando concluyó Bienvenido, Mister Marshall, con la comitiva pasando de largo a toda hostia y los lugareños agitando banderitas, Berlanga puso un final feliz sin proponérselo, porque hoy sabemos que si los estadounidenses se quedan a ayudar a un pueblo, lo más probable es que no quede vivo ni el perro. Allí donde van a echar una mano los chicos de las barras y estrellas, ya sea a luchar contra el comunismo o a implantar por cojones la democracia, sólo acaban prosperando los asesinos, los negociantes de armas, los traficantes de droga y los propietarios de cementerios. Eso sí, ellos siempre sacan tajada, porque lo de América para los americanos es una metonimia de mierda con más de un siglo de antigüedad que hace tiempo se les quedó pequeña.
A los vietnamitas los auxiliaron a base de napalm y lo único bueno que salió de Vietnam, aparte de unos cuantos libros y unas cuantas películas, fue un movimiento de concienciación civil, jaleado por protestas y manifestaciones multitudinarias, que hoy día, tras casi medio siglo de neoliberalismo a ultranza, brilla por su ausencia. Salvo unos pocos intelectuales a los que no hace caso nadie, en Estados Unidos ha desaparecido por completo la sensación de responsabilidad después de arrasar un país, joderlo vivo y provocar la muerte de millones de personas. Fueron a arreglar Irak, fueron a arreglar Somalia, fueron a arreglar Libia y lo único que consiguieron, además de llenarse los bolsillos, fue devolver estos países directamente a la Edad Media. Es verdad que Sadam y Gadafi eran dictadores repugnantes y matones sanguinarios, pero gracias a la intervención estadounidense en Irak desayunan un atentado diario por lo menos mientras en Libia se han puesto de moda otra vez las subastas de esclavos. Están comparando el desalojo de la embajada de Kabul con la retirada de Saigón, sin caer en la cuenta de que, entre las muchas diferencias, allí se quedó Christopher Walken enfangado en un justo sentimiento de culpa y jugando a la ruleta rusa hasta que le falla la suerte. Una de las pocas películas que muestra Afganistán antes de la invasión soviética es Orgullo de estirpe, de John Frankenheimer, una película que en su día era casi un documental y que hoy parece cine fantástico. Entre Rambo III -donde Stallone iba a entrenar a Bin Laden y a sus amiguetes- y La guerra de Charlie Wilson -que muestra el absurdo de gastar dinero exclusivamente en misiles en vez de invertir también en hospitales, carreteras y colegios- se muestra a la perfección el despropósito del intervencionismo militar estadounidense, que culmina un buen día con dos aviones empotrados en las Torres Gemelas y unos cuantos empresarios y vendedores de armas frotándose las manos ante el negocio que les sirven en bandeja: machacar un país hasta los cimientos. Da igual el inquilino que en ese momento ocupe la Casa Blanca, ya sea el idiota de Bush o el memo de Clinton, el carnicero de Bush Jr. o el meapilas de Obama, el payaso de Trump o el zombi de Baden: la vida humana les importa un pimiento y únicamente cuenta la posibilidad de hacer negocio. Han abandonado a los afganos a su suerte, como lo hicieron en su día con vietnamitas, libios e iraquíes, después de forrarse los bolsillos y apadrinar gobiernos títeres repletos de corruptos y criminales. Todo en nombre de la libertad y la democracia, dos grandes palabras, tan grandes que por dentro rebosan toneladas de sangre. Como dijo Serrat en una de sus canciones, es una peculiar manera de entender la libertad esto de irse a cagar a casa de otra gente. "¿Libertad para qué?" se preguntaba Lenin. Evidentemente para esto, Mister Marshall.
Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 2:30 pm
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Mientras tanto, dicen que hay más de mil muertos en el terremoto de Haiti...
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Antisozzial V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 2:33 pm
Z escribió:
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Mientras tanto, dicen que hay más de mil muertos en el terremoto de Haiti...
La pobre Haiti no tiene solución, es un pais desgraciado y siempre lo será
Nolocreo V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 3:01 pm
marapez escribió:
Kabul y el amigo americano
Cuando concluyó Bienvenido, Mister Marshall, con la comitiva pasando de largo a toda hostia y los lugareños agitando banderitas, Berlanga puso un final feliz sin proponérselo, porque hoy sabemos que si los estadounidenses se quedan a ayudar a un pueblo, lo más probable es que no quede vivo ni el perro. Allí donde van a echar una mano los chicos de las barras y estrellas, ya sea a luchar contra el comunismo o a implantar por cojones la democracia, sólo acaban prosperando los asesinos, los negociantes de armas, los traficantes de droga y los propietarios de cementerios. Eso sí, ellos siempre sacan tajada, porque lo de América para los americanos es una metonimia de mierda con más de un siglo de antigüedad que hace tiempo se les quedó pequeña.
A los vietnamitas los auxiliaron a base de napalm y lo único bueno que salió de Vietnam, aparte de unos cuantos libros y unas cuantas películas, fue un movimiento de concienciación civil, jaleado por protestas y manifestaciones multitudinarias, que hoy día, tras casi medio siglo de neoliberalismo a ultranza, brilla por su ausencia. Salvo unos pocos intelectuales a los que no hace caso nadie, en Estados Unidos ha desaparecido por completo la sensación de responsabilidad después de arrasar un país, joderlo vivo y provocar la muerte de millones de personas. Fueron a arreglar Irak, fueron a arreglar Somalia, fueron a arreglar Libia y lo único que consiguieron, además de llenarse los bolsillos, fue devolver estos países directamente a la Edad Media. Es verdad que Sadam y Gadafi eran dictadores repugnantes y matones sanguinarios, pero gracias a la intervención estadounidense en Irak desayunan un atentado diario por lo menos mientras en Libia se han puesto de moda otra vez las subastas de esclavos. Están comparando el desalojo de la embajada de Kabul con la retirada de Saigón, sin caer en la cuenta de que, entre las muchas diferencias, allí se quedó Christopher Walken enfangado en un justo sentimiento de culpa y jugando a la ruleta rusa hasta que le falla la suerte. Una de las pocas películas que muestra Afganistán antes de la invasión soviética es Orgullo de estirpe, de John Frankenheimer, una película que en su día era casi un documental y que hoy parece cine fantástico. Entre Rambo III -donde Stallone iba a entrenar a Bin Laden y a sus amiguetes- y La guerra de Charlie Wilson -que muestra el absurdo de gastar dinero exclusivamente en misiles en vez de invertir también en hospitales, carreteras y colegios- se muestra a la perfección el despropósito del intervencionismo militar estadounidense, que culmina un buen día con dos aviones empotrados en las Torres Gemelas y unos cuantos empresarios y vendedores de armas frotándose las manos ante el negocio que les sirven en bandeja: machacar un país hasta los cimientos. Da igual el inquilino que en ese momento ocupe la Casa Blanca, ya sea el idiota de Bush o el memo de Clinton, el carnicero de Bush Jr. o el meapilas de Obama, el payaso de Trump o el zombi de Baden: la vida humana les importa un pimiento y únicamente cuenta la posibilidad de hacer negocio. Han abandonado a los afganos a su suerte, como lo hicieron en su día con vietnamitas, libios e iraquíes, después de forrarse los bolsillos y apadrinar gobiernos títeres repletos de corruptos y criminales. Todo en nombre de la libertad y la democracia, dos grandes palabras, tan grandes que por dentro rebosan toneladas de sangre. Como dijo Serrat en una de sus canciones, es una peculiar manera de entender la libertad esto de irse a cagar a casa de otra gente. "¿Libertad para qué?" se preguntaba Lenin. Evidentemente para esto, Mister Marshall.
Esto ocurre con aquellos países que son abandonados pero aquellos países en los que se quedan progresan y salen adelante, los afganos han tenido una oportunidad de progresar y no la han sabido aprovechar, ahora a ver quien les saca las castañas del fuego..
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Antisozzial V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 3:28 pm
Una de las incógnitas ha sido, porque el ejercito afgano, de 310,000 hombres, entre policías y militares , no ha dado la cara y no han plantado cara a los talibanes
Bueno es muy fácil de explicar, es un ejercito fantasma, es decir, los occidentales llegan a estos paises y entrenan tropas locales, les pagan y los armas, pero lo que ha pasado en Afganistán, que ya ha pasado en otros paises y épocas, es que los integrantes de estos ejércitos acudían a los cuarteles o centros de entrenamiento, cobraban la paga, hacían una pequeña instrucción y a sus casas, así que los talibanes con unos 60.000 o 70.000 efectivos han avanzado fácilmente, porque al final solo había un par de miles de policías y soldados para hacer frente al ejercito talibán
Tatsumaru V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 3:44 pm
Antisozzial escribió:
Una de las incógnitas ha sido, porque el ejercito afgano, de 310,000 hombres, entre policías y militares , no ha dado la cara y no han plantado cara a los talibanes
Bueno es muy fácil de explicar, es un ejercito fantasma, es decir, los occidentales llegan a estos paises y entrenan tropas locales, les pagan y los armas, pero lo que ha pasado en Afganistán, que ya ha pasado en otros paises y épocas, es que los integrantes de estos ejércitos acudían a los cuarteles o centros de entrenamiento, cobraban la paga, hacían una pequeña instrucción y a sus casas, así que los talibanes con unos 60.000 o 70.000 efectivos han avanzado fácilmente, porque al final solo había un par de miles de policías y soldados para hacer frente al ejercito talibán
Seguro que habrás visto la de El padrino 2, cuando Michael va a Cuba a hacer negocios y a repartirse la isla. Bien, un revolucionario cubano coge a un policía de Batista en un control de tráfico , lo empuja hacia el interior de un coche y se vuela con una granada. Lo que Michael piensa es que un revolucionario no lo hace por un sueldo sino por convicción y que pueden ganar. Y lo mismo con el Vietcong...comían arroz podrido y sufrían lo que hiciese falta frente a soldados bien equipados con toda la comida del mundo y diversiones a su alcance.
Ahora piensa en talibanes y en soldados de pega que cobran un sueldo en Afganistán para poder salir adelante y quien está convencido y quien no.
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Antisozzial V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 3:52 pm
Tatsumaru escribió:
Antisozzial escribió:
Una de las incógnitas ha sido, porque el ejercito afgano, de 310,000 hombres, entre policías y militares , no ha dado la cara y no han plantado cara a los talibanes
Bueno es muy fácil de explicar, es un ejercito fantasma, es decir, los occidentales llegan a estos paises y entrenan tropas locales, les pagan y los armas, pero lo que ha pasado en Afganistán, que ya ha pasado en otros paises y épocas, es que los integrantes de estos ejércitos acudían a los cuarteles o centros de entrenamiento, cobraban la paga, hacían una pequeña instrucción y a sus casas, así que los talibanes con unos 60.000 o 70.000 efectivos han avanzado fácilmente, porque al final solo había un par de miles de policías y soldados para hacer frente al ejercito talibán
Seguro que habrás visto la de El padrino 2, cuando Michael va a Cuba a hacer negocios y a repartirse la isla. Bien, un revolucionario cubano coge a un policía de Batista en un control de tráfico , lo empuja hacia el interior de un coche y se vuela con una granada. Lo que Michael piensa es que un revolucionario no lo hace por un sueldo sino por convicción y que pueden ganar. Y lo mismo con el Vietcong...comían arroz podrido y sufrían lo que hiciese falta frente a soldados bien equipados con toda la comida del mundo y diversiones a su alcance.
Ahora piensa en talibanes y en soldados de pega que cobran un sueldo en Afganistán para poder salir adelante y quien está convencido y quien no.
No soy muy cinéfilo, no la vi, yo solo veía porno, pero esto que he contado es la realidad , esta contrastado . El problema es la ingenuidad de Occidente, demócratas y ONU, creyendo , como dije, que en estos paises va funcionar una democracia, cuando son sociedades que se rigen por otros sistemas de gobierno, como teocracias, semidictaduras, republicas bananeras, etc y el sistema democrático fracasa estilosamente
En fin , la ONU ya se sabe
Nolocreo V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 5:29 pm
Antisozzial escribió:
Una de las incógnitas ha sido, porque el ejercito afgano, de 310,000 hombres, entre policías y militares , no ha dado la cara y no han plantado cara a los talibanes
Bueno es muy fácil de explicar, es un ejercito fantasma, es decir, los occidentales llegan a estos paises y entrenan tropas locales, les pagan y los armas, pero lo que ha pasado en Afganistán, que ya ha pasado en otros paises y épocas, es que los integrantes de estos ejércitos acudían a los cuarteles o centros de entrenamiento, cobraban la paga, hacían una pequeña instrucción y a sus casas, así que los talibanes con unos 60.000 o 70.000 efectivos han avanzado fácilmente, porque al final solo había un par de miles de policías y soldados para hacer frente al ejercito talibán
Es fácil, los afganos se cambian de bando según como sople el viento o quien mande y les pague y los mantenga, así si el chollo americano les ha durado 20 años pues eso que se han llevado, ahora que se van estos y vuelven los talibanes no les queda otra que reconvertirse en talibanes y unirse a sus enemigos para que no les corten el cuello, esa es una forma muy corriente de sobrevivir..
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Antisozzial V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 6:03 pm
Nolocreo escribió:
Antisozzial escribió:
Una de las incógnitas ha sido, porque el ejercito afgano, de 310,000 hombres, entre policías y militares , no ha dado la cara y no han plantado cara a los talibanes
Bueno es muy fácil de explicar, es un ejercito fantasma, es decir, los occidentales llegan a estos paises y entrenan tropas locales, les pagan y los armas, pero lo que ha pasado en Afganistán, que ya ha pasado en otros paises y épocas, es que los integrantes de estos ejércitos acudían a los cuarteles o centros de entrenamiento, cobraban la paga, hacían una pequeña instrucción y a sus casas, así que los talibanes con unos 60.000 o 70.000 efectivos han avanzado fácilmente, porque al final solo había un par de miles de policías y soldados para hacer frente al ejercito talibán
Es fácil, los afganos se cambian de bando según como sople el viento o quien mande y les pague y los mantenga, así si el chollo americano les ha durado 20 años pues eso que se han llevado, ahora que se van estos y vuelven los talibanes no les queda otra que reconvertirse en talibanes y unirse a sus enemigos para que no les corten el cuello, esa es una forma muy corriente de sobrevivir..
No has descubierto nada nuevo, el ejemplo mas claro lo tienes en los italianos en la I Guerra Mundial, pero a lo largo de la historia los ejemplos son abundantísimos . `Los talibanes actuales lo que quieren es tomar el poder , montar una teocracia , pero llevarse bien con los paises vecinos, sobre todo con Irán o Pakistan ., Sin que sean reconocidos por la ONU, si que quieren que sean reconocidos por ciertos paises, sobre todo potencias de la regio como China y Rusia
De hecho no hacen mas que mandar mensajes a la diplomacia internacional, de no tomar represalias, de no tener conflictos con paises vecinos, etc, su estrategia no es la del Isis, formar un califato e invadir ciertos paises, entre ellos España, su estrategia es gobernamos Afganistán, dejarnos tranquilos y nosotros no seremos una amenaza para nadie
Nolocreo V.I.P.
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Tema: Re: ¿Y que pasa con el resto de mundo? Lun Ago 16, 2021 6:50 pm
¿Descubrir nada nuevo? Eso ya es algo tan viejo como el mundo mismo y sus guerras..
El futuro se está escribiendo ahora en Afganistán.
Sin descubrir nada nuevo otra consecuencia directa del abandono hecho por parte de EEUU de Afganistán dejándolo librado a su suerte y en semejante situación es que el ejército afgano que ya no existe ha sido entrenado, armado, asistido y financiado por EEUU a lo largo de 20 años, toda esa experiencia, armamento y conocimientos militares pasarán ahora a manos de los talibanes que los pondrán a su servicio y se encontraran así reforzados con nuevos miembros en sus fuerzas entrenados directamente sobre el terreno por EEUU.,
Ahí es nada pues el nido de terroristas en que puede llegar a convertirse aquello con terroristas de nuevo cuño muy preparados en toda clase de tácticas militares que podrán aprovechar ahora para cometer sus atentados a lo largo y ancho del mundo, que vayan preparándose pues todas las naciones que han participado en la intervención del país afgano para recoger de lo suyo. España también como ya le ocurrió en el 11M