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Pudiera ser que, entre los votantes y militantes del Partido Popular, los haya con ideas centristas. No es de extrañar en un partido grande como lo es, pero lo que no cabe duda, desde sus comienzos como Alianza Popular, creado por unos cuantos ministros franquistas, por lo tanto responsables también, directa o indirectamente, de los crímenes de tan funesta y despótica etapa de la España moderna, donde unos 150.000 españoles fueron pasados por las armas tras la toma del poder por medio de la fuerza bruta y la ayuda de ejércitos foráneos, fascistas como el italiano o nazi como el alemán, esa línea directa no han sabido hacerla desaparecer.
No han sabido, o no han querido, transformarse en un partido de la derecha moderna al estilo de los de Europa, tanto es así que unirse con el extremismo fascistoide de Vox no les crea sarpullidos, sino que lo ven con naturalidad. Al fin y al cabo proceden de la misma familia y de tal árbol, tal astilla.
Y es una lástima que en España no haya un partido, por parte de la derecha, más acercado al centro democrático, desde donde (al margen de la corrupción que su último líder no ha sabido hacerla desaparecer como si fuera su divisa) intentar alcanzar nuevamente el Gobierno y solucionar los problemas que para el PSOE le puedan venirle grandes.
Aunque es de esperar, y desear, que la historia del pasado siglo no se repita, la derecha por su conexión franquista, y el PSOE por su debilidad y hasta ambigüedad, se ven obligados a gobernar con partidos extremistas, que nunca ayudarán al fortalecimiento de la democracia, aún en mantillas en España, ni avanzar para que el progreso haga mejorar la situación económica a ciudadanos, empresas grandes y pequeñas, y autónomos (recordemos la República).
Unos (a los extremistas me refiero) por unas condiciones y otras, atenazan el avance, es como si en las dictaduras vivieran mejor. Vox porque nadaría entre sus aguas preferidas si el dictador fuera fascista ya que un dictador comunista ni se le imagina ni espera, y por otra parte la amalgama de partidos de la extrema izquierda encabezada por UP, por ser en las aguas de la represión donde mejor pueden moverse creando las algaradas de las que tanto gozan.
El PP no alcanzará nunca ese centro que solo lo busca de boquilla, pues si da un paso hacia adelante, da tres hacia atrás. El PSOE, más centrado, ha olvidado sus raíces: la izquierda moderada tan necesaria que adelantó a los países europeos a mediados del pasado siglo. Esto no pinta ni mal ni bien: no pinta nada...
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