Como he prometido, inauguro hoy, 21 de mayo de 2023, este hilo, donde expondré mis verdades, que no intento sean las auténticas, sino las mías propias, pues verdades, como los higos en la higuera, hay muchas.
Para no conocer las mías, simplemente con no entrar al hilo, problema resuelto, en el supuesto de que no gusten o molesten verlas escritas. Supongo que se tolerará, no por parte de la Administración o Moderación de lo que estoy convencido, puesto que en ellas no habrá citación personal sobre ningún miembro del foro, ni del staff ni de los colaboradores, cosa necesaria. Ni utilizaré frases ni palabras malsonantes, como tengo a gala hacer siempre, simplemente será un hilo para hablar de lo que se me antoje, del pasado y del futuro que yo crea posible. En fin, expresarme.
Sé que los hay (es este foro no, por supuesto) que no gustan de que haya expresiones fuera de lo que consideran la Verdad Absoluta, la suya, y tildan de bulos aquello que no desean se propague aun siendo verdad. Pero en este lugar no creo haya gente vendida, ni al oro de Moscú, ni a ningún otro oro, y que la libertad se tolera con agrado y gusto.
Pues nada, queda inaugurado el hilo. A partir de ahora, lo iré ampliando.
¿Y si comienzo mi hilo tratando de los errores del Innombrable? bueno, que aquí en mi hilo si lo nombraré, me refiero, cómo no ¿a que lo han adivinado? a Pablo Iglesias.
Cuando Pablo Iglesias encumbró a Yolanda Díaz, no sabía, a su pesar, lo que hacía. Seguramente pensó que era algo pronto para nombrar a su pareja, Inés Montero, en esa idea que tenía de ser la segunda pareja de la casta pija de España, copiando a Aznar y la Botella, y que Yolanda acabaría obedeciéndole y respetando su jerarquía. Grave error impropio de quien se cree infalible, o sus palmeros se lo hacen creer.
La realidad es que Iglesias antes de lanzar su propio partido, nunca llegó a captar la esencia del personaje. Porque si lo hubiera hecho, nunca la habría elegido a ella teniendo en cuenta que, directa o indirectamente, su meta era seguir mandando.
Yolanda Díaz, gallega,es mujer capaz de desconcertar, porque tras susimpática sonrisa y sus formas cariñosas, y la tendencia al besuqueo a quien se le ponga delante, se esconde una voluntad férrea y una habilidosa jugadora de póquer. Tal es así que en estos momentos crucialesla cúpula de Podemos se debate entre dos salidas igualmente dolorosas: o bien se apean del burro aceptando las condiciones de Yolanda para participar en su candidatura o bien rompen la baraja y se presentan solos, con el riesgo real de que haya una estampida de militantes y cargos hacia el nuevo proyecto de Díaz, que ahora aparece como el más rutilante en el universo del progresismo español. Ser extraparlamentarios sería la puntilla para Podemos, que igual se la merecen por la prepotencia de sus líderes actuales.
Yolanda Díaz poseeuna gran diferencia básica con el núcleo formado por Iglesias, Montero, Echenique y Belarra, y es que ella viene del mundo sindical y está entrenada en mil y una batallas y negociaciones mucho más difíciles. Esto quiere decir que conoce como nadie el concepto de correlación de fuerzas, es decir, qué poder de negociación tiene cada actor cuando se sientan en la mesa. Y ella siempre ha tenido claro que una vez designada líder in pectore por el propio Iglesias, el mango de la sartén lo tenía ella y no el antiguo líder, que ya mostraba su descenso en popularidad y la caída humillante estaba pronosticada.
Pero Iglesias, siempre equivocado y siempre prepotente de creerse el ser superior, pensaba que Yolanda sería flexible y que aceptaría su juego. Otro error. Precisamente, como Yolanda Díaz es consciente de la importancia de las negociaciones que en el futuro tendrá que entablar con el PSOE, sabe que no puede ir con una mano atada a la espalda sino que tiene que tener todo el poder. Y todo quiere decir todo. Del mismo modo que un presidente de comité de empresa negocia con toda la fuerza si tiene a todos los trabajadores detrás, ella entiende que necesita toda la autoridad, como la tuvo Iglesias, por cierto usándola malamente por su ego desmedido y solo por su interés personal,y poder desarrollar su labor con garantías de éxito.
De alguna manera Díaz está pagando a Iglesias con la misma moneda que él había aplicado con anterioridad a sus adversarios internos (Errejón) o externos (Sánchez, cuando lo obligó a repetir las elecciones). Iglesias, por tanto, tendrá que decidir cuál de las dos cicutas bebe: la de la humillación de arrodillarse ante Yolanda, o bien la del fracaso electoral, y quizás ser visto ante la izquierda española como el culpable del acceso de la derecha al poder, que sin duda lo es.
Esta batalla que presenta Díaz no es porque sí. Si probablemente se repite la coalición para gobernar, la política gallega mandará sobre los ministros de su grupo, cosa que ahora no puede hacer. Será finalmente un bipartido, y no un tripartito como hasta ahora. Sumar en realidad va de esto: de empoderar a Yolanda Díaz. Y como diría un paisano suyo: sin tutelas ni tutías
Quizá la hegemonía de Podemos en la izquierda haya terminado, pero la política, al menos en la izquierda, debe ofrecer reglas sensatas para dirimir las correlaciones de fuerzas.
(Pablo Iglesias)
Quizá, sí, aunque al parecer más que quizá es una realidad, y hay un culpable: Usted. La hegemonía de la izquierda la tuvo en la mano, y la disipó por su carácter de creerse el ser supremo, el más inteligente, el poseedor de la única Verdad y la Razón, y no atender a los que junto a usted habían logrado despertar del letargo de la juventud española mediante el 15-M.
Utilizó usted en demasía la demagogia, el engaño, como si entendiera que por ser jóvenes eran idiotas, y de idiotas nada, simplemente se dejaron engañar durante un corto tiempo, y la verdad del bluff que es usted, del engañabobos, por bocachancla aún los despertó más y se le alejaron, ¿cuántos millones de votos ha perdido por el camino?
Pero en ese ritmo de engaños y la repetición constante de “que viene el lobo”, hizo que otra juventud despertara en sentido contrario, y hoy, usted y su partido, por su insana repetición de que era fascismo todo aquello situado a su derecha, ha conseguido no solo despertar a la bicha dormida, sino que la bicha salga a la calle, crezca y le supere en simpatías y apoyos.
Es usted el ser supremo, sí, pero del Error. Se ha equivocado muchas veces, y lo malo de ello, es que por sus errores, fruto de la soberbia, la vanidad, el egocentrismo de creerse el ombligo de la política, la ciudadanía española democrática lo pagará, viendo como el neo fascismo se instala en el gobierno. Y pese a eso, la suerte que usted tiene, es que la cohorte de seises, monagos, palmeros y trompeteros, no le pedirán cuenta ni le pasarán factura; los tiene tan embobados, tan sumisos a sus encantos, que echarán la culpa de la desgracia que se nos viene encima, a los demás. Usted, gracias a ellos, saldrá inmaculado, como nueva Virgen María, pero pagará su soberbia viéndose abandonado de todos algún día.Hasta sus trompeteros ya comienzan a dudar de usted y cabizbajos se le marchan, no tardará en quedarle solo con el del saxo, muy conocido de todos.; y no es Louis Armstrong precisamente.
La izquierda política en España ya existía antes de 2014, incluso en la clandestinidad durante el fascismo, y mucho antes… y seguirá existiendo aunque Podemos desaparezca. Incluso si desaparece puede ser que hasta mejore; pero los que han quedado en ella para dirigirla, no se dan cuenta de ello, creyéndose los únicos, los más inteligentes, sabios y eruditos. Y sí, lo son, pero en hacer la maleta para marcharse o colocar el trasero para la correspondiente patada.
Necesitan, en su insano ideario, destruir políticamente a Yolanda Díaz, la nueva lideresa de la izquierda ilusionante, la alternativa a sus despropósitos, demostrando con ello que son los más fuertes y poderosos en el espacio político de la izquierda actual... ¡Ilusos!
Los líderes Podemitas: Echenique, Montero, Belarra… incluso Pablo Iglesias situado fuera de las bambalinas teatrales, están minando, e intentandohacer fracasar la posición de Yolanda de cara al electorado. Al parecer es más enemigo para ellos que el PP, o Vox, por ejemplo.
Que la política gallega haya decidido tener voz propia y alejarse de los “Cuatro Jinetes del Apocalipsis” de Podemos, no gusta a éstos, pero debieran reconocer que la señora Díaz es la candidata que señaló, precisamente con buen acierto, el botarate de Iglesias antes de su huida. Y lo hizo sin pedirle permiso, sin pregunta alguna de si estaba conforme, posiblemente creyéndola maleable para sus intereses, y ahora mismo, por la fuerte personalidad demostrada por Yolanda y su buen hacer, los “Cuatro Jinetes del Apocalipsis” están trabajando en contra de ella, con desprecios e insultos.
El núcleo duro de Podemos, además de los escasos militantes que van quedando más allá de los dirigidos desde Telegram por Juanma del Olmo, no aceptan ningún tipo de réplica que no sea considerada una conspiración urdida en oscuros despachos para minar su presencia política, sin darse cuenta de que su actitud es, precisamente, la que los está dejando cada vez más solos. La autocrítica, como he dicho tantas veces, no es palabra conocida en el lenguaje podemita.
Ahora su paranoia enfermiza intentan contaminarla a las bases, a los dirigidos, al elenco de monagos, seises, palmeros que aún les quedan, haciéndoles creer que todo es una conspiración del fascismo;pero las bases, que no son idiotas, cada día van entendiendo que los que les dirigen les mienten; queintentan manipularlos para mantenerse el poder interno, posibilitándoles al mismo tiempo estar unos años más con presencia pública. Ypara ello necesitan construir un enemigo exterior para blindarse ante los propios y resistir un poco más, cuando lo más sensato sería decirles, “Somos unos fracasados. Para que Podamos no desaparezca, buscad entre todos a gente más válida, menos prepotente, más dispuesta al trabajo y menos apegada a los privilegios y emolumentos, o la caída de Podemos será más estrepitosa que la del Imperio romano”. .
La actual Gran Vía madrileña, durante el fascismo, pasó a denominarse Gran Vía de José Antonio, dando nombre con esta gran arteria de la capital al creador del partido fascista Falange Española.
En esta vía, hoy eliminado de su rotulación el nombre del fascista, a sus espaldas existe otra calle paralela, la del Desengaño.
En la Gran Vía existía unos grandes almacenes, llamados SEPU, que ignoro si existirán actualmente; pues bien, el humor socarrón del español, hacia la siguiente pregunta “¿Sabes en que se le parece Falange Española a los almacenes SEPU? Y la respuesta era: “Porque se entra por José Antonio, y se sale por Desengaño”.
José Antonio Primo de Rivera, juzgado y condenado en Alacant por tenencia ilícita de armas, era un joven abogado que, hijo de un dictador, al margen de sus ideas fascistas, tenía atractivo personal para las gentes, pero del desengaño de su ideario hizo nacer este chiste.
Para mí es una pregunta sin respuesta, y es la siguiente ¿qué nos hace ir en contra de lo que diga el otro, y a veces con malas artes y prepotencia?. Es como si no nos diéramos cuenta de que el otro pudiera tener sus razones, que hay muchas atalayas y muchos oteros desde donde otear el horizonte, y que por su lugar y altura éste se divisa de distinta manera, color y anchura.
En algunas personas es como una necesidad imperante arremeter contra el otro, diga lo que diga, ya que muchas veces, por las respuestas que ofrecen, dan a entender que no han leído lo que se ha dicho, o bien que faltos de la suficiente inteligencia para entender, no han entendido. O bien que hay mucho fracasado en esta vida, ya sea por tal o cual motivo, o por exigirse saltar una valla a la que no están entrenados para saltar.
Y el problema final, que duplica el de origen, es que por soberbia, prepotencia, envanecimiento, orgullo, vanidad, son incapaces de reconocerse que no son dioses, que son humanos, que están más prestos, como tales, a errar que a acertar. Y errar es de humanos, y es triste pretender eliminar esta faceta de nuestro ser.
Se acerca la hora temida, la que puede significar un paso atrás, o varios pasos, porque dados hacia adelante es algo que ya pasó a la historia.
Aunque tras las votaciones del domingo “todos” ganarán, como nos tienen acostumbrados, pero la realidad no es así, alguno perderá. Perderá escaños en los parlamentos regionales, y perderá asientos en los municipios. Uno de los perdedores, seguramente y lamentándolo por sus fieles seguidores, esos que no ven mancha alguna en sus ídolos, y que generalmente son de barro todos ya pertenezcan al color político que sea, será Podemos según las encuestas. Esas encuestas presentadas por el CIS y que la señora Belarra hace tiempo no quiso reconocer. “Vamos hacia arriba”, dijo en un pronóstico carente de veracidad, porque hacia arriba es subir, y hacia abajo descender.
A Podemos la subida ni se le espera, es el descenso lo que se le avecina, y por sus propios errores, en especial de sus líderes, y mucho más del fugado, el señor don Pablo Iglesias de Galapagar. Fugado, huido, escapado, echado... o como gusten, una vez alcanzado sus intereses, que nunca fue gobernar, pues es oficio del que no sabe absolutamente nada, ni como principiante ha dado muestras de serlo; con la pancarta y el megáfono no s egobierna. Para gobernar un país como España, hay que tenerlos muy bien puestos, y bien apretados los machos.
Pero Podemos “aún” tiene gancho. Lo que fuera una ilusión aún no ha desaparecido de todos los millones de españoles que le votaron, aunque votación tras votación se intuye que serán el Ciudadanos de la izquierda; mucho subir repentinamente como un souflé para desinflarse como globo de feria pinchado. Y es que hay muy poco para confiar en ellos. Hay que reconocerlo.
La izquierda española a la izquierda del PSOE, necesita de mujeres y hombres más preparados para la ardua tarea de gobernar. No vale el engreimiento y vanidad de verse aupados a la cima, a base de engendrar en los ciudadanos ilusiones populistas que luego no se cumplen, ni de ofrecerle de palabra lo que necesitan oír sabedores de que no sabrán llevarlo a cabo, porque luego, cuando llega el descubrimiento del engaño, que tarde o temprano llega, viene la huida de estampida, y los dejan, como dejaron a la señora Arrimadas y a sus mariachis, en la decadencia que se les avecina.
