|
| Tiempo libre... | |
|
+3el.loco.lucas Antisozzial Pur 7 participantes | |
Autor | Mensaje |
---|
Rhhevoltaire V.I.P.
Mensajes : 11326 Localización : NePtuNo
| Tema: Re: Tiempo libre... Mar Sep 30, 2014 7:54 pm | |
| Yo creo que es parte de la evolucion, cuando veo la generacion de mi hermano que tiene 16 años entiendo que ellos van a ser mucho mas conscientes de lo importante que es las sostenibilidad.
Estos proyectos emergen de todos lados y tarde o temprano venceran porque son el futuro....aunque los viejos dinosaurios persistan en su ideologia de usar tirar y crecimiento infinito...pondran palos en las ruedas mientras mantengan el poder.
Pero ese poder les sera arrebatado...porque las nuevas ideas las nuevas generaciones apostaran por un mundo sostenible, porque esos niños estan creciendo y observando los problemas medio ambientales y ven como no hacemos nada por el bien del planeta que van heredar.
Ya existen muchos movimientos ecologicos y muchas acciones en ese sentido...ahora creo que solo es cuestion de tiempo...Porque no tenemos los medios de comunicacion masivos para inculcar cultura...pero es la cultura verdadera la de siempre la que al final triunfara en este fallo de sistema. | |
| | | Liptuan V.I.P.
Mensajes : 14027
| Tema: Re: Tiempo libre... Mar Sep 30, 2014 8:02 pm | |
| - Pur escribió:
- El antropólogo anarquista prefiere Madagascar
POR PABLO FERRI
En los años 30 Keynes dijo que a estas alturas deberíamos trabajar como mucho tres horas al día —fines de semana libres—. David Graeber, uno de los cerebros de Occupy Wall Street, profesor en la London School of Economics, explica qué salió mal y por qué usted languidece en la oficina todas las tardes. La respuesta empieza en África.
David R. Graeber llegó al aeropuerto internacional de Ivato, en Madagascar, en 1989. Empezaba una estancia de 20 meses en el país africano que cristalizaría en la tesis doctoral Magia, historia y esclavitud en la Imerina rural. Tenía 28 años. De los casi dos que pasó allí recuerda uno de los primeros momentos en los que conducía por los suburbios de una ciudad pensando dos cosas: «La primera, wow: esta gente es muy pobre, mucho más de lo que imaginaba. Su ropa está rasgada, cargan agua en baldes y la acumulan en cisternas de cemento; todo tiene un aspecto miserable, destartalado… La segunda fue esta otra cuestión: ¿Por qué parecen entonces tan felices?».
Antropólogo anarquista, exprofesor en Yale y uno de los ideólogos del movimiento Occupy Wall Street, Graeber tardó un tiempo en entenderlo. Dice que en Norteamérica la gente no sonríe como en Madagascar, así que un día, de pronto, lo vio todo claro: los habitantes de los suburbios en el país africano sonríen porque son mayoritariamente autónomos, no tienen jefes. «Recuerdo una reunión en una ciudad pequeña con gente de clase media que hablaba de un viaje a un congreso de agronomía en Filipinas. Parecían deprimidos por la pobreza del otro país. Fui a internet para comprobar algo que imaginaba: la renta per cápita en Filipinas es tres veces mayor que en Madagascar. La diferencia es que en este país todos son más o menos igual de pobres, al menos entonces lo eran, todos tenían casa y comida, poco más, pero no había millonarios viviendo en mansiones y conduciendo coches grandes y, sobre todo, nadie tenía que ir de aquí para allá ganándose su favor o trabajando para ellos».
El profesor Graeber, de 53 años, enseña ahora antropología en la prestigiosa London School of Economics. En 2011 fue una de las cabezas pensantes de Zucotti Park, en Nueva York, sede de las protestas contra las malas artes del sistema financiero. La revista Rolling Stone dijo que Graeber había ideado la frase «we are the 99%», que luego se convertiría en el lema del movimiento en el país entero. Antes, en 2005, la Universidad de Yale había decidido no renovarle el contrato pese a las quejas de sus colegas. Graeber dijo que obviamente se trataba de una decisión política. Yale, dice, es parte de una élite que él ataca, la «casta» de los discursos de Pablo Iglesias, el sistema, pero de algo hay que vivir.
En agosto del año pasado la revista Strike! (Huelga) publicó un texto de David Graeber. Se llamaba On the phenomenon of bullshit jobs (Sobre el fenómenos de los trabajos de mierda). Se volvió viral. En el texto, Graeber escribe: «Las clases dominantes han averiguado que una población feliz y productiva con tiempo libre en sus manos es un peligro mortal (piensa en lo que empezó a pasar cuando esto comenzaba a ser así en los años 60). Además, el sentimiento de que el trabajo es un valor moral en sí mismo y que cualquiera que no se someta a una disciplina intensa de trabajo la mayor parte del tiempo no se merece nada es extraordinariamente conveniente para ellos». Este es uno de los puntales de su teoría.
En los años 30, J. M. Keynes pronosticó que la semana laboral se reduciría a 15 horas si la tecnología avanzaba lo suficiente para finales de siglo. Eso nunca ocurrió y Graeber dice que los que mandan prefieren tener a la gente ocupada aunque sea en trabajos basura, escritores de informes prosaicos que alimenten a otros escritores de informes prosaicos que traten la nada o algo parecido. Muchos abogados mercantiles y pocos poetas: «¿Qué se diría de una sociedad que parece generar una demanda extremadamente limitada de músicos y poetas talentosos y, a la vez, una demanda infinita de abogados mercantiles?». Respuesta: «Si el 1% de la población controla la mayor parte de la riqueza disponible, el mercado, lo que llamamos mercado, refleja lo que ellos creen que es útil e importante, nadie más».
—Usted escribió: «Los trabajadores productivos son sistemáticamente exprimidos, explotados. El resto se divide entre el aterrorizado y universalmente denostado estrato de los desempleados y un estrato aún mayor a quien se le paga por hacer básicamente nada, en empleos diseñados para que se identifiquen con las perspectivas y sensibilidades de la clase dominante». ¿Qué hay del futuro? ¿Qué viene después si el sistema no cambia?
—El sistema acelera hacia un muro de ladrillos. Creo que gran parte de la élite se está dando cuenta y que las clases dominantes enfrentan un dilema (…). Ellos solían decir que, incluso aunque el capitalismo creaba una gran desigualdad, la mayoría pobre mejoraba sostenidamente. Ya nadie dice eso porque no es el caso. Solo les quedan argumentos morales del tipo ‘el trabajo en sí es una virtud’ e incluso más, que quien no trabaje duro en algo que no le gusta es una mala persona; que pagar tus deudas —vivir de acuerdo a tus posibilidades— es una responsabilidad moral y solo la mala gente no lo hace… Estos argumentos funcionan, pero el aumento continuo de la cantidad de trabajo que se realiza y el incremento constante de la deuda han creado un monstruo que está destruyendo el planeta. Nadie se imagina realmente que el sistema aguante otra generación, pero se han pasado 30 años tratando de convencer al mundo de que solo su sistema es posible.
David Graeber contesta a las preguntas desde algún lugar del globo, por correo electrónico, mientras prepara un libro sobre la burocracia. De alguna manera, dice, el papeleo entorpece cada vez más nuestras vidas. «La burocracia de la administración y de la empresa privada se fusionan de tal manera que uno ya no sabe de dónde viene cada cosa». Entretanto le da vueltas a la mejor forma de convencer a la gente de la necesidad de un nuevo movimiento laborista, sindical, que se plantee lo que él tiene tan claro: trabajar por trabajar para tener cada vez más y más no puede ser el camino.
El niño que escuchaba historias de un padre que luchó como brigadista por la República Española, el anarquista que no se pierde una movilización antiglobalización —estuvo en Quebec y Génova y en las protestas contra el Foro Económico Mundial en 2002 en Nueva York—, el antropólogo que levanta miradas perplejas allá donde pasa encontró inspiración en un rincón pobre del mundo.
«El campesino de arroz medio en Madagascar entiende los puntos básicos de las relaciones globales de poder con bastante claridad, con más detalles, diría, que un representante sindical de Pennsylvania. Pero claro, eso es porque nadie se molesta en engañar al campesino. Resulta bastante obvio cómo funciona el mundo, es solo que la gente en los países ricos sufre constantes bombardeos propagandísticos».
http://www.yorokobu.es/david-graeber/
Esto no es novedad (y estoy de acuerdo con todo lo que dice), la pregunta es: «Las clases dominantes han averiguado que una población feliz y productiva con tiempo libre en sus manos es un peligro mortal".... ¿qué imaginan ustedes que haría una población feliz y productiva con tiempo libre en sus manos? ¿En ese tiempo preguntó a los autóctonos por qué sonreían. o alguna otra cosa similar? | |
| | | Pur V.I.P.
Mensajes : 42595 Localización : remota
| Tema: Re: Tiempo libre... Mar Sep 30, 2014 8:50 pm | |
| - Nolocreo escribió:
- Asi es; yo justamente tengo una de esas bombillas de hace 50 años probablemente debe ser la única que queda en funcionamiento de esa época, y la guardo como oro en paño aunque para prenderla se necesitan aparatos especiales cuando la prenda le haré una foto y la pondré aquí para que puedas ver una luz de hace 50 años..
si, me encantaría | |
| | | Pur V.I.P.
Mensajes : 42595 Localización : remota
| Tema: Re: Tiempo libre... Mar Sep 30, 2014 8:54 pm | |
| - Rhhevoltaire escribió:
- Yo creo que es parte de la evolucion, cuando veo la generacion de mi hermano que tiene 16 años entiendo que ellos van a ser mucho mas conscientes de lo importante que es las sostenibilidad.
Estos proyectos emergen de todos lados y tarde o temprano venceran porque son el futuro....aunque los viejos dinosaurios persistan en su ideologia de usar tirar y crecimiento infinito...pondran palos en las ruedas mientras mantengan el poder.
Pero ese poder les sera arrebatado...porque las nuevas ideas las nuevas generaciones apostaran por un mundo sostenible, porque esos niños estan creciendo y observando los problemas medio ambientales y ven como no hacemos nada por el bien del planeta que van heredar.
Ya existen muchos movimientos ecologicos y muchas acciones en ese sentido...ahora creo que solo es cuestion de tiempo...Porque no tenemos los medios de comunicacion masivos para inculcar cultura...pero es la cultura verdadera la de siempre la que al final triunfara en este fallo de sistema. Yo también creo que será así, el avance en las tecnologías de la información, especialmente Internet, abrió un nuevo paradigma que facilita muchos de esos cambios culturales y de un modo muy accesible y vertiginoso. Y que las nuevas generaciones estén cada vez más familiarizadas con estas herramientas conlleva algún que otro problema pero son muchas más las ventajas... varias de las cuales ya se pueden observar. | |
| | | Rhhevoltaire V.I.P.
Mensajes : 11326 Localización : NePtuNo
| | | | Pur V.I.P.
Mensajes : 42595 Localización : remota
| Tema: Re: Tiempo libre... Mar Sep 30, 2014 9:00 pm | |
| - Liptuan escribió:
- Pur escribió:
- El antropólogo anarquista prefiere Madagascar
POR PABLO FERRI
En los años 30 Keynes dijo que a estas alturas deberíamos trabajar como mucho tres horas al día —fines de semana libres—. David Graeber, uno de los cerebros de Occupy Wall Street, profesor en la London School of Economics, explica qué salió mal y por qué usted languidece en la oficina todas las tardes. La respuesta empieza en África.
David R. Graeber llegó al aeropuerto internacional de Ivato, en Madagascar, en 1989. Empezaba una estancia de 20 meses en el país africano que cristalizaría en la tesis doctoral Magia, historia y esclavitud en la Imerina rural. Tenía 28 años. De los casi dos que pasó allí recuerda uno de los primeros momentos en los que conducía por los suburbios de una ciudad pensando dos cosas: «La primera, wow: esta gente es muy pobre, mucho más de lo que imaginaba. Su ropa está rasgada, cargan agua en baldes y la acumulan en cisternas de cemento; todo tiene un aspecto miserable, destartalado… La segunda fue esta otra cuestión: ¿Por qué parecen entonces tan felices?».
Antropólogo anarquista, exprofesor en Yale y uno de los ideólogos del movimiento Occupy Wall Street, Graeber tardó un tiempo en entenderlo. Dice que en Norteamérica la gente no sonríe como en Madagascar, así que un día, de pronto, lo vio todo claro: los habitantes de los suburbios en el país africano sonríen porque son mayoritariamente autónomos, no tienen jefes. «Recuerdo una reunión en una ciudad pequeña con gente de clase media que hablaba de un viaje a un congreso de agronomía en Filipinas. Parecían deprimidos por la pobreza del otro país. Fui a internet para comprobar algo que imaginaba: la renta per cápita en Filipinas es tres veces mayor que en Madagascar. La diferencia es que en este país todos son más o menos igual de pobres, al menos entonces lo eran, todos tenían casa y comida, poco más, pero no había millonarios viviendo en mansiones y conduciendo coches grandes y, sobre todo, nadie tenía que ir de aquí para allá ganándose su favor o trabajando para ellos».
El profesor Graeber, de 53 años, enseña ahora antropología en la prestigiosa London School of Economics. En 2011 fue una de las cabezas pensantes de Zucotti Park, en Nueva York, sede de las protestas contra las malas artes del sistema financiero. La revista Rolling Stone dijo que Graeber había ideado la frase «we are the 99%», que luego se convertiría en el lema del movimiento en el país entero. Antes, en 2005, la Universidad de Yale había decidido no renovarle el contrato pese a las quejas de sus colegas. Graeber dijo que obviamente se trataba de una decisión política. Yale, dice, es parte de una élite que él ataca, la «casta» de los discursos de Pablo Iglesias, el sistema, pero de algo hay que vivir.
En agosto del año pasado la revista Strike! (Huelga) publicó un texto de David Graeber. Se llamaba On the phenomenon of bullshit jobs (Sobre el fenómenos de los trabajos de mierda). Se volvió viral. En el texto, Graeber escribe: «Las clases dominantes han averiguado que una población feliz y productiva con tiempo libre en sus manos es un peligro mortal (piensa en lo que empezó a pasar cuando esto comenzaba a ser así en los años 60). Además, el sentimiento de que el trabajo es un valor moral en sí mismo y que cualquiera que no se someta a una disciplina intensa de trabajo la mayor parte del tiempo no se merece nada es extraordinariamente conveniente para ellos». Este es uno de los puntales de su teoría.
En los años 30, J. M. Keynes pronosticó que la semana laboral se reduciría a 15 horas si la tecnología avanzaba lo suficiente para finales de siglo. Eso nunca ocurrió y Graeber dice que los que mandan prefieren tener a la gente ocupada aunque sea en trabajos basura, escritores de informes prosaicos que alimenten a otros escritores de informes prosaicos que traten la nada o algo parecido. Muchos abogados mercantiles y pocos poetas: «¿Qué se diría de una sociedad que parece generar una demanda extremadamente limitada de músicos y poetas talentosos y, a la vez, una demanda infinita de abogados mercantiles?». Respuesta: «Si el 1% de la población controla la mayor parte de la riqueza disponible, el mercado, lo que llamamos mercado, refleja lo que ellos creen que es útil e importante, nadie más».
—Usted escribió: «Los trabajadores productivos son sistemáticamente exprimidos, explotados. El resto se divide entre el aterrorizado y universalmente denostado estrato de los desempleados y un estrato aún mayor a quien se le paga por hacer básicamente nada, en empleos diseñados para que se identifiquen con las perspectivas y sensibilidades de la clase dominante». ¿Qué hay del futuro? ¿Qué viene después si el sistema no cambia?
—El sistema acelera hacia un muro de ladrillos. Creo que gran parte de la élite se está dando cuenta y que las clases dominantes enfrentan un dilema (…). Ellos solían decir que, incluso aunque el capitalismo creaba una gran desigualdad, la mayoría pobre mejoraba sostenidamente. Ya nadie dice eso porque no es el caso. Solo les quedan argumentos morales del tipo ‘el trabajo en sí es una virtud’ e incluso más, que quien no trabaje duro en algo que no le gusta es una mala persona; que pagar tus deudas —vivir de acuerdo a tus posibilidades— es una responsabilidad moral y solo la mala gente no lo hace… Estos argumentos funcionan, pero el aumento continuo de la cantidad de trabajo que se realiza y el incremento constante de la deuda han creado un monstruo que está destruyendo el planeta. Nadie se imagina realmente que el sistema aguante otra generación, pero se han pasado 30 años tratando de convencer al mundo de que solo su sistema es posible.
David Graeber contesta a las preguntas desde algún lugar del globo, por correo electrónico, mientras prepara un libro sobre la burocracia. De alguna manera, dice, el papeleo entorpece cada vez más nuestras vidas. «La burocracia de la administración y de la empresa privada se fusionan de tal manera que uno ya no sabe de dónde viene cada cosa». Entretanto le da vueltas a la mejor forma de convencer a la gente de la necesidad de un nuevo movimiento laborista, sindical, que se plantee lo que él tiene tan claro: trabajar por trabajar para tener cada vez más y más no puede ser el camino.
El niño que escuchaba historias de un padre que luchó como brigadista por la República Española, el anarquista que no se pierde una movilización antiglobalización —estuvo en Quebec y Génova y en las protestas contra el Foro Económico Mundial en 2002 en Nueva York—, el antropólogo que levanta miradas perplejas allá donde pasa encontró inspiración en un rincón pobre del mundo.
«El campesino de arroz medio en Madagascar entiende los puntos básicos de las relaciones globales de poder con bastante claridad, con más detalles, diría, que un representante sindical de Pennsylvania. Pero claro, eso es porque nadie se molesta en engañar al campesino. Resulta bastante obvio cómo funciona el mundo, es solo que la gente en los países ricos sufre constantes bombardeos propagandísticos».
http://www.yorokobu.es/david-graeber/
Esto no es novedad (y estoy de acuerdo con todo lo que dice), la pregunta es: «Las clases dominantes han averiguado que una población feliz y productiva con tiempo libre en sus manos es un peligro mortal".... ¿qué imaginan ustedes que haría una población feliz y productiva con tiempo libre en sus manos? ¿En ese tiempo preguntó a los autóctonos por qué sonreían. o alguna otra cosa similar? El artículo no lo dice, pero supongo que si, ya que es antropólogo y lo que fue a hacer allí fue una tesis doctoral para lo cual estuvo 2 años: Empezaba una estancia de 20 meses en el país africano que cristalizaría en la tesis doctoral Magia, historia y esclavitud en la Imerina rural. Tenía 28 años. De los casi dos que pasó allí recuerda uno de los primeros momentos en los que conducía por los suburbios de una ciudad pensando dos cosas: «La primera, wow: esta gente es muy pobre, mucho más de lo que imaginaba. Su ropa está rasgada, cargan agua en baldes y la acumulan en cisternas de cemento; todo tiene un aspecto miserable, destartalado… La segunda fue esta otra cuestión: ¿Por qué parecen entonces tan felices?».Técnicamente lo que diferencia a un antropólogo de un sociólogo, entre otras cosas, es que dentro de la metodología del antropólogo que hace trabajos de investigación, debe recabar datos de una manera muy exhaustiva (delimitada por el objeto de estudio), entre los cuales son infaltables las entrevistas. Esto lo sé porque lo estudié en la Universidad. | |
| | | Liptuan V.I.P.
Mensajes : 14027
| Tema: Re: Tiempo libre... Mar Sep 30, 2014 10:00 pm | |
| Yo también lo supongo, pero no me inspira confianza que no se hable de ello, sino de una interpretación, que parece bastante libre, de su percepción de caras sonrientes...
pd: de todos modos trataré de obviarlo para comentar sobre el tema en cuestión =P | |
| | | Contenido patrocinado
| Tema: Re: Tiempo libre... | |
| |
| | | | Tiempo libre... | |
|
Temas similares | |
|
| Permisos de este foro: | No puedes responder a temas en este foro.
| |
| |
| |