Somos una sociedad que nos encanta juzgar, juzgamos a los politicos, famosos o ahora tenemos programas llamados realitys, donde juzgamos a un grupo de personas encerradas en algun sitio.
Pareciera que aquel que juzga se cree por encima del juzgado y le exige un comportamiento modelico, intachable. como si el juzgador careciera de actos impuros o reprochables y se sintiera con el poder de un juez para defenestrar al juzgado
Ha llegado un momento y un punto donde lo que mas apetece es ser uno de esos a los que se juzgan y cagarse literalmente y metaforicamente para dar con el concepto hipocresia en las narices a los juzgadores