[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Siria ha definido como erróneo y políticamente motivado el reciente informe de Amnistía Internacional (AI) sobre ejecuciones masivas en el centro de detención de Saydnaya.
La mencionada prisión está ubicada cerca de Damasco, y la AI ha informado sobre un ahorcamiento supuesto de 5000 a 13.000 presos, entre 2011 y 2015.
Al respecto, cabe mencionar que este documento se presenta casualmente en días anteriores a la reunión sobre paz programada para la región y no aclara con seriedad los hechos ilógicos que plantea:
es imposible ajusticiar tal cantidad de personas en sólo tres años puesto que serían un promedio de cuatrocientas personas por mes, lo que resulta increíble y materialmente imposible, aún más cuando la Constitución de Siria establece un procedimiento judicial verificable para las condenas de muerte. Un análisis serio sugiere taxativamente que el avance de las fuerzas de liberación del país son la causa de esta acusación, sin mencionar por su parte las diversas amnistías que ha ofrecido el gobierno sirio a opositores armados como a aquellos que dejen libres a sus rehenes, con el fin de propiciar la reconciliación en dicha nación.
En esta dirección, para conocer el objetivo real de una organización es preciso identificar su origen, la producción de declaraciones y acciones, así como el sentido verdadero frente a la angustia social de personas y naciones que sufren la represión por parte de gobiernos o bandas criminales.
En primer lugar, hay que decir que existe un temor alto a cuestionar a dichos entes pues parece que están revestidos de una labor que no puede ser tocada por su inmensidad valórica, como un todo religioso defendido por la divinidad de su rol. Esto es falso pues las acciones humanas son concretas y responden a intereses determinados, los que están conectados al mundo del geopoder, por tanto, son parte de una constante lucha de objetivos en contradicción.
Segundo, el origen de Amnistía Internacional se ha contrapuesto con su rol actual decididamente puesto que George Soros, así como diversas instituciones afiliadas a Medios y organizaciones de inteligencia, financian a través de mecanismo reservados todas sus operaciones, las que se ven reflejadas en la propaganda emitida.
Las fuentes son precarias y se convierten en simples opiniones dadas en forma de verdades absolutas, violando todos los cánones de la investigación. AI reconoce que una de ellas es Rami Abdel Rahman, opositor de Al Assad y jefe del “Observatorio Sirio de Derechos Humanos” (OSDH), que reside en Londres desde donde emite sus comunicados. Asimismo, el Damascus Center for Human Rights Studies, que promociona el cambio del gobierno legal en Siria, junto con
Al Jazeera o la cadena de TV Saudí
Al Arabia, ampliamente desacreditadas. Se conoce que Global Research develó que la tortura y los crímenes denunciados por Amnistía Internacional han sido probados en un número muy limitado de casos y donde el director de Amnistía para Siria, Sammonds Neil, aseguró en una entrevista para la televisión estadounidense Democracy Now que él ni sus colegas han visitado Siria, pues su información la obtienen principalmente de Londres", de los "países vecinos", y a partir de una "amplia red" de corresponsales en Siria.
Tercero, se reconoce que en algunas ocasiones AI denuncia situaciones realmente impactantes aunque el porcentaje de trabajo propagandístico es abismante. Cabe mencionar su papel destructivo en Siria y Libia, promocionando falacias que han justificado guerra y sanciones con la excusa de proteger los derechos humanos. Extrañamente noticias verdaderas que coadyuvan a la paz como el establecimiento de una amnistía para los opositores armados en Siria son ocultadas debido a que contribuyen a los Derechos Humanos y ello no interesa a estas organizaciones comprometidas con la explotación capitalista.
Cinco preguntas claves ha realizado el activista social Jesús Hidalgo sobre las acciones antiéticas de AI: ¿Por qué altos cargos de Amnistía Internacional son miembros o ex-trabajadores del Departamento de Estado de EE.UU., de la CIA, millonarios y pro-sionistas, como por ejemplo Henry Solomon Benenson, Irene Khan, Zbigniew Brzezinski o Heather Odom, que son los mismos que controlan ONGs como Greenpeace, WWF, Sierra Club , Human Rights Watch, Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción?;¿Por qué propicia y favorece las guerras contra aquellos países árabes o islámicos que se oponen a las pretensiones de control y sumisión de Occidente?; ¿Por qué Amnistía Internacional no solicita ni propicia una intervención internacional ante las claras acciones de vulneración de Derechos Humanos de las dictaduras monárquicas de los países del Golfo como Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes, Qatar, Bahrein?;¿Por qué Amnistía Internacional no denuncia y manipula los datos de la clara guerra de agresión que cometió la OTAN contra Libia y en todos las guerras donde EE.UU., Israel y/o la OTAN han participado?
Promover los derechos humanos con el propósito de incitar intervenciones, masacres, genocidios, bloqueos, entre otras perversiones, jamás podrá ser una noble idea para defender a los pueblos y regiones cuyos derechos han sido conculcado por obra de la violencia, provenga del polo que provenga. Sólo la verdad será siempre la fuente de los derechos humanos. Jamás su hipocresía mediática. Sólo cuando AI reconozca su compromiso con las élites transnacionales podrá demostrar valor civil, ya que el papel encubierto en contra de comunidades y naciones soberanas lo ubica como una organización de propaganda cuyo propósito es contribuir a la desinformación y no al respeto humano.
Es hora de desnudar a aquellas organizaciones “imparciales” o “neutrales” que reciben aportes económicos de persona o instituciones ligadas a la domesticación de los pueblos y que bajo un manto de supuesta transparencia actúan contra la creación de un mundo multipolar, volviéndose cómplice de genocidios y crímenes de lesa humanidad, insistiendo a los medios alternativos en no caer en la trampa de presentar sus informes como verdaderos cayendo en una información sesgada también. Es la hora de decidir en pro de los verdaderos Derechos Humanos conculcados por obra de organizaciones y complejos militares cuyo propósito colonial jamás puede ser aceptado.