“LA INTERNACIONAL” HA MUERTO
Tárbena es una pequeña población, posiblemente no llegue a los 800 habitantes, situada en la Marina Baixa en la provincia de Alacant. Sus habitantes son descendientes de los mallorquines que, cuando la reconquista por Jaime I, se instalaron en esta zona, y aún conservan en el habla el “ses” y el “sa” tan peculiar del deje balear. Allí podemos encontrar la sobrasada al mejor estilo mallorquín.
Y sí, aquí el himno de “La Internacional” ha muerto, o mejor dicho morirá en pocos días. Se ha firmado su acta de defunción.
Les explicaré.
Casa Pinet es un restaurante que desde hace unos 40 años está en esta población. Es un restaurante muy peculiar, donde entre otros manjares sirven unos arroces extraordinarios, y asómbrense, se sirven al son de “La Internacional”. La decoración del mismo es muy curiosa: banderas republicanas y cuatribarradas, y grandes fotos de verdaderos ídolos de la verdadera izquierda, tanto española como internacional. Fotos del Che Guevara, de la Pasionaria o Carrillo, de Miguel Hernández o Federico García Lorca y tantos otros. Fotos en definitiva de verdaderos hombres y mujeres comprometidos con la verdadera izquierda, no como esos mequetrefes de hoy en día que igual valen para un roto que para un descosido, que para ellos son ellos lo importante y sólo buscan su proyección y sus soldadas y privilegios… Pero Casa Pinet se marcha de Tárbena, y con él tantos y tantos recuerdos de un verdadero centro donde se respiraba auténtica izquierda. Sin algaradas, sin estruendos, con un sentimiento de alcanzar un día un lugar de prosperidad para todos.
Dicen, y aunque en parte es verdad, y yo creo que deben haber otros motivos inconfesables, que el local, situado en los bajos del Ayuntamiento que dueño de los mismos, no le prorroga el alquiler. Ni pagando más. No lo quieren tener tan cerca es lo que pienso. Y así el gobierno local, formado por un concejal del PP, y tres del PSOE —el PPSOE—, han dicho que nones, que se ha de marchar de allí.
La Internacional mientras deleitas un arroz guisado con amor y esmero, ya no se oirá en Casa Pinet, ni en Tárbena, aunque tras la manifestación de hace días en sus puertas, y el aprecio de muchos asistentes de otros lugares así como extranjeros, creo que han hecho pensar, a su dueño, y a pesar de sus muchos años, que debe recoger tantos recuerdos y trasladarlos a otro lugar, Al parecer, ira a otra pequeñísima población de la comarca: Alcalaí (qué nombre árabe tan sonoro) donde sí acogerán a este restaurante donde tanta felicidad he sentido cuando lo he visitado.
Permítanme (puesto que publicidad no es) que deje este escrito aquí, con mi felicitación a la familia Moncho Ferrer por su buen hacer, y si toman la decisión del traslado, deseo ser uno de los primeros en visitarles.
El P©stiguet
