Un tio que se pone falda y denuncia a una cajera (si no recuerdo mal) que se dirije a el por lo que es: "caballero" no merece ningún respeto...
¿Y quién eres tú para adjudicar o rechazar respeto a alguien?...; y además declaras: "si no recuerdo mal" o sea que ni siquiera sabes de qué hablas...; eso es de una lógica inexistente, como el 99% de tus escritos...
Z V.I.P.
Mensajes : 23014 Edad : 71 Localización : Europa.
Tema: Re: FAKES Sáb Jul 01, 2023 7:24 pm
NEROCAESAR escribió:
Z escribió:
Un tio que se pone falda y denuncia a una cajera (si no recuerdo mal) que se dirije a el por lo que es: "caballero" no merece ningún respeto...
¿Y quién eres tú para adjudicar o rechazar respeto a alguien?...; y además declaras: "si no recuerdo mal" o sea que ni siquiera sabes de qué hablas...; eso es de una lógica inexistente, como el 99% de tus escritos...
Se der lo que "hablo" y tu no, no recuerdo si era cajera, era una mujer de LIDL... y m ereafirmo, esa "persona" no merece ningún respeto! Y ya vale con tus críticas absurdas a mis escritos!
Séneca V.I.P.
Mensajes : 13512 Edad : 69 Localización : Madrid libre de separatismos y de Podemos
Tema: Re: FAKES Dom Jul 02, 2023 1:59 pm
Z escribió:
NEROCAESAR escribió:
¿Y quién eres tú para adjudicar o rechazar respeto a alguien?...; y además declaras: "si no recuerdo mal" o sea que ni siquiera sabes de qué hablas...; eso es de una lógica inexistente, como el 99% de tus escritos...
Se der lo que "hablo" y tu no, no recuerdo si era cajera, era una mujer de LIDL... y m ereafirmo, esa "persona" no merece ningún respeto! Y ya vale con tus críticas absurdas a mis escritos!
Es un alivio poder descartar a Irene Montero
athenea V.I.P.
Mensajes : 7651 Localización : Buenos Aires
Tema: Re: FAKES Dom Jul 02, 2023 3:26 pm
Z escribió:
Un tio que se pone falda y denuncia a una cajera (si no recuerdo mal) que se dirije a el por lo que es: "caballero" no merece ningún respeto...
No creo equivocarme si digo que para muchos como Ud, nadie que disienta con su pensamiento le va a merecer respeto...
Z V.I.P.
Mensajes : 23014 Edad : 71 Localización : Europa.
Tema: Re: FAKES Dom Jul 02, 2023 3:32 pm
athenea escribió:
Z escribió:
Un tio que se pone falda y denuncia a una cajera (si no recuerdo mal) que se dirije a el por lo que es: "caballero" no merece ningún respeto...
No creo equivocarme si digo que para muchos como Ud, nadie que disienta con su pensamiento le va a merecer respeto...
A mi me importa un rábano lo que piense la gente, lo que me importa es que ese fulano con falda denunció a la cajera para que la expulsaran del trabajo...
Tatsumaru V.I.P.
Mensajes : 31690
Tema: Re: FAKES Dom Jul 02, 2023 3:49 pm
Z escribió:
NEROCAESAR escribió:
¿Y quién eres tú para adjudicar o rechazar respeto a alguien?...; y además declaras: "si no recuerdo mal" o sea que ni siquiera sabes de qué hablas...; eso es de una lógica inexistente, como el 99% de tus escritos...
Se der lo que "hablo" y tu no, no recuerdo si era cajera, era una mujer de LIDL... y m ereafirmo, esa "persona" no merece ningún respeto! Y ya vale con tus críticas absurdas a mis escritos!
¿Por qué no? Ni has hablado con ella ni te ha dicho nada y sólo la ves y la tomas en cuenta porque quieres. La cajera seguirá en su puesto, nadie ha pedido que sea despedida. Y ya lo dije: al cliente de usted sin más de recomendación.
Pd. a disposición de los clientes está la posibilidad de presentar quejas por trato recibido, productos comprados o etc , todos tenemos derecho a hacerlo.
el.loco.lucas Administrador
Mensajes : 38974
Tema: Re: FAKES Dom Jul 02, 2023 6:27 pm
athenea escribió:
Z escribió:
Un tio que se pone falda y denuncia a una cajera (si no recuerdo mal) que se dirije a el por lo que es: "caballero" no merece ningún respeto...
No creo equivocarme si digo que para muchos como Ud, nadie que disienta con su pensamiento le va a merecer respeto...
Bueno, ten en cuenta que, como ha reconocido en el foro, piensan otros por él.
A athenea y a Laberinto les gusta esta publicaciòn
"La estafa funcionaba de la siguiente manera: ACODAP generaba presuntamente documentos falsos en los que se mostraban depósitos de grandes cargos del Estado en paraísos fiscales. Acto seguido, presentaba denuncias contra ellos y, a través de su web y diversas redes sociales, publicaba noticias falsas sobre las denuncias e incluso sobre la imputación de estos cargos. La asociación pedía donativos en cada publicación y llegó a recaudar 188.722 euros, que habrían ido a parar a los bolsillos de todos ellos. Fernando Presencia se habría embolsado al menos 34.230 euros; Alberto Royuela, 27.000 euros; Lidia Reina, 15.174. "
Séneca V.I.P.
Mensajes : 13512 Edad : 69 Localización : Madrid libre de separatismos y de Podemos
"La estafa funcionaba de la siguiente manera: ACODAP generaba presuntamente documentos falsos en los que se mostraban depósitos de grandes cargos del Estado en paraísos fiscales. Acto seguido, presentaba denuncias contra ellos y, a través de su web y diversas redes sociales, publicaba noticias falsas sobre las denuncias e incluso sobre la imputación de estos cargos. La asociación pedía donativos en cada publicación y llegó a recaudar 188.722 euros, que habrían ido a parar a los bolsillos de todos ellos. Fernando Presencia se habría embolsado al menos 34.230 euros; Alberto Royuela, 27.000 euros; Lidia Reina, 15.174. "
"La estafa funcionaba de la siguiente manera: ACODAP generaba presuntamente documentos falsos en los que se mostraban depósitos de grandes cargos del Estado en paraísos fiscales. Acto seguido, presentaba denuncias contra ellos y, a través de su web y diversas redes sociales, publicaba noticias falsas sobre las denuncias e incluso sobre la imputación de estos cargos. La asociación pedía donativos en cada publicación y llegó a recaudar 188.722 euros, que habrían ido a parar a los bolsillos de todos ellos. Fernando Presencia se habría embolsado al menos 34.230 euros; Alberto Royuela, 27.000 euros; Lidia Reina, 15.174. "
La extrema derecha se mueve en los bulos como los cerdos en el fango.
"La estafa funcionaba de la siguiente manera: ACODAP generaba presuntamente documentos falsos en los que se mostraban depósitos de grandes cargos del Estado en paraísos fiscales. Acto seguido, presentaba denuncias contra ellos y, a través de su web y diversas redes sociales, publicaba noticias falsas sobre las denuncias e incluso sobre la imputación de estos cargos. La asociación pedía donativos en cada publicación y llegó a recaudar 188.722 euros, que habrían ido a parar a los bolsillos de todos ellos. Fernando Presencia se habría embolsado al menos 34.230 euros; Alberto Royuela, 27.000 euros; Lidia Reina, 15.174. "
Si han cometido delito, al trullo con ellos.
Sin haber fianza indica bastante, al menos que no se quiere que revienten ordenadores a pedradas y que estén moviendo dineros...
marapez V.I.P.
Mensajes : 46414
Tema: Re: FAKES Mar Jul 04, 2023 10:44 am
La gran mentira de Pedro Sánchez
Propongo un plan para ganar dinero rápido de forma honorable, mientras contribuyes a una importante labor cívica, la defensa de la verdad en la vida política española. ¿Has oído alguna vez que Pedro Sánchez mintió al formar Gobierno con Podemos después de haber dicho que le quitaría el sueño hacerlo? Posiblemente lo hayamos oído y leído cientos de veces durante los últimos cuatro años. Incluso el propio Feijóo lo ha utilizado como argumento de crítica en estas semanas.
Pues bien, puedes apostar a que es absolutamente mentira. Ganarás la apuesta. Nunca lo dijo. Posiblemente estamos ante el punto de arranque de la fabricación de la Gran Mentira en la que ha basado la derecha política y mediática la campaña de intento de destrucción de la figura de Pedro Sánchez y el denominado como Sanchismo, cuya derogación es el único eje de la campaña de PP y Vox en estas elecciones. Ya les sirvió para ganar las del 28 de mayo.
Una ilegitimidad inventada
El éxito de la moción de censura contra Rajoy en 2018, lejos de juzgarse desde la derecha como una seria llamada de atención sobre su comportamiento corrupto como formación política, sirvió como justificación para enarbolar la bandera de la ilegitimidad del nuevo Gobierno que, según su criterio, no fue resultado de una victoria electoral, sino de una especie de confabulación parlamentaria alejada de la ortodoxia democrática. Nació la Gran Mentira a la española, similar a la Big Lie estadounidense, promovida por Trump y sus seguidores, con relación al inventado pucherazo electoral que pretendía tapar su derrota en las urnas. Durante estos últimos cinco años, la única estrategia seguida por la derecha en nuestro país ha sido la de deslegitimar, atacar y descalificar al Gobierno. La llegada de Pedro Sánchez a la presidencia tiene lugar en junio de 2018 y acabó con la legislatura de Mariano Rajoy. La profunda implicación del PP en casos de corrupción de la trascendencia de la trama Gürtel –que, posteriormente, se vería agudizada por la Kitchen– consiguió lo que parecía imposible en España. Todas las fuerzas de la oposición, desde el centro hasta la izquierda radical y la independentista, apoyaron la llegada de Sánchez. Seguramente fue posible gracias a que todo transcurrió en apenas una semana, lo que impidió entrar en juegos tácticos y abrir complejos períodos de negociación. Era sí o no, sin dilación alguna.
No era ganar elecciones
El argumento de la ilegitimidad era absurdo en toda su formulación. Nada expresa mejor la representatividad democrática en su máxima expresión que obtener una mayoría parlamentaria. Para la derecha, el único argumento válido era que Pedro Sánchez no había ganado unas elecciones. Olvidaban siempre que, en su investidura, Rajoy sólo pudo formar Gobierno gracias a la abstención del PSOE, lo que provocó por cierto una histórica ruptura interna. De todas formas, la furia que desencadenó la pérdida del poder por parte de la derecha empujó la teoría de la ilegitimidad como instrumento de descarga de su monumental enfado. Podía haber sido cualquier otra. De hecho, otra diferente apareció poco tiempo después cuando Pedro Sánchez ganó dos elecciones consecutivas en abril y noviembre de 2019. La repetición electoral se debió, como la derecha intenta ignorar, a que el PSOE rechazó la coalición de Gobierno que Unidas Podemos le planteaba. Tras los comicios del 10 de noviembre, los socialistas asumieron que los españoles no le iban a facilitar una mayoría suficiente para gobernar en solitario y aceptaron finalmente la coalición.
Fabricar una nueva mentira
Esta decisión se supone que debería haber terminado con la campaña de la derecha y la ultraderecha contra la ilegitimidad del Gobierno, recién salido de las urnas, en doble votación consecutiva, y avalada por la pertinente mayoría parlamentaria. No fue así. La descalificación de okupa de La Moncloa se ha seguido utilizando reiteradamente sobre la acusación de que Sánchez había llegado al poder de forma ilegítima. No cabe mayor mentira política, unida a una muestra de profunda y evidente inmoralidad personal. Ahora bien, como decía Merimée, “una mentira importante necesita de algún detalle circunstancial para ser creída”. El estallido de la Gran Mentira surgió a partir de una famosa intervención televisiva de Pedro Sánchez cuando era presidente del Gobierno en funciones en septiembre de 2019, en plena fase de negociación con Unidas Podemos para formar la coalición. Las conversaciones estaban en el centro de toda la atención mediática. Sánchez da una entrevista en el Palacio de La Moncloa en el prime time de laSexta al periodista Antonio García Ferreras.
La frase textual
En aquella entrevista, Sánchez explica las razones, a su juicio, del fracaso de las negociaciones hasta ese momento, que atribuye a su no aceptación de las condiciones que exigía UP. Expone, textualmente: “Sería un gobierno de coalición donde el problema sería que tendría que haber aceptado, por ejemplo, que el ministro de Hacienda, el ministro de la política energética o el ministro que se encarga de las pensiones en nuestro país, de la Seguridad Social, fuera una persona del círculo personal y de confianza del Sr. Iglesias, con poca experiencia política o de gestión pública. Bien, yo sería presidente del Gobierno y tengo que reconocerle que sería un presidente del Gobierno que no dormiría por la noche, junto con el 95% de los ciudadanos de este país que tampoco se sentirían tranquilos, incluso votantes de Unidas Podemos. Por eso no acepté esa propuesta que me hizo el Sr. Iglesias”. El vídeo se conserva en la red. Pedro Sánchez afirmó, remarcándolo con especial detalle, que le quitaría el sueño ceder a Podemos los ministerios de Hacienda, Energía y Pensiones y Seguridad Social, alguno de los cuales, en aquel momento de la negociación, al parecer exigía controlar Pablo Iglesias. Para la historia de las grandes mentiras y manipulaciones de la política española, este episodio debería quedar como uno de los más sonados. Nunca jamás Pedro Sánchez dijo que no dormiría tranquilo si pactara con Podemos. Muchos hasta creerán haberlo oído. De tanto repetir la mentira, ha acabado por fijarse en la memoria colectiva. Es difícil encontrar un solo día en el que la mentira más extendida de los últimos años no se repita.
La extensión del bulo
A partir de esta clamorosa mentira, como tantas otras, se conformó la idea de que estábamos ante un Gobierno de coalición ilegítimo al haber sido constituido engañando a los españoles ya que Sánchez había asegurado que nunca gobernaría en coalición con UP, porque le iba a quitar el sueño. Nunca dijo eso y, además, cuando se formó la coalición tras la repetición electoral los tres ministerios aludidos quedaron en manos socialistas con María Jesús Montero, Teresa Rivera y José Luis Escrivá. No cabe mayor coherencia y cumplimiento de la palabra dada. La importancia de la permanente extensión de esta falsedad ha asentado en estos años no sólo la categoría de una inventada ilegitimidad del Gobierno progresista. Además, sirvió de base para la construcción de la catalogación del presidente Sánchez como un político mentiroso. Es especialmente llamativo para los estudiosos de la construcción de la mentira en la política analizar este fenómeno. Cómo con la elaboración de una absoluta mentira sobre una persona acabas fijando que esa persona es la que es mentirosa. No cabe mayor aberración. El principal ejecutor de la propaganda nazi, Goebbels, es el autor de la célebre frase de que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Este es un ejemplo de libro. A partir de fijar en la memoria colectiva una falsedad absoluta, se han sucedido una larga serie de nuevas mentiras cargadas sobre este Gobierno en torno al llamado Sanchismo. Todas ellas pueden desmontarse una a una, pero para ello se requiere contar con la posibilidad de llegar a los ciudadanos a través de medios de gran difusión y con prescriptores dispuestos a contrastar estas mentiras. En estos cuatro años, al parecer, no ha sido posible.
Propongo un plan para ganar dinero rápido de forma honorable, mientras contribuyes a una importante labor cívica, la defensa de la verdad en la vida política española. ¿Has oído alguna vez que Pedro Sánchez mintió al formar Gobierno con Podemos después de haber dicho que le quitaría el sueño hacerlo? Posiblemente lo hayamos oído y leído cientos de veces durante los últimos cuatro años. Incluso el propio Feijóo lo ha utilizado como argumento de crítica en estas semanas.
Pues bien, puedes apostar a que es absolutamente mentira. Ganarás la apuesta. Nunca lo dijo. Posiblemente estamos ante el punto de arranque de la fabricación de la Gran Mentira en la que ha basado la derecha política y mediática la campaña de intento de destrucción de la figura de Pedro Sánchez y el denominado como Sanchismo, cuya derogación es el único eje de la campaña de PP y Vox en estas elecciones. Ya les sirvió para ganar las del 28 de mayo.
Una ilegitimidad inventada
El éxito de la moción de censura contra Rajoy en 2018, lejos de juzgarse desde la derecha como una seria llamada de atención sobre su comportamiento corrupto como formación política, sirvió como justificación para enarbolar la bandera de la ilegitimidad del nuevo Gobierno que, según su criterio, no fue resultado de una victoria electoral, sino de una especie de confabulación parlamentaria alejada de la ortodoxia democrática. Nació la Gran Mentira a la española, similar a la Big Lie estadounidense, promovida por Trump y sus seguidores, con relación al inventado pucherazo electoral que pretendía tapar su derrota en las urnas. Durante estos últimos cinco años, la única estrategia seguida por la derecha en nuestro país ha sido la de deslegitimar, atacar y descalificar al Gobierno. La llegada de Pedro Sánchez a la presidencia tiene lugar en junio de 2018 y acabó con la legislatura de Mariano Rajoy. La profunda implicación del PP en casos de corrupción de la trascendencia de la trama Gürtel –que, posteriormente, se vería agudizada por la Kitchen– consiguió lo que parecía imposible en España. Todas las fuerzas de la oposición, desde el centro hasta la izquierda radical y la independentista, apoyaron la llegada de Sánchez. Seguramente fue posible gracias a que todo transcurrió en apenas una semana, lo que impidió entrar en juegos tácticos y abrir complejos períodos de negociación. Era sí o no, sin dilación alguna.
No era ganar elecciones
El argumento de la ilegitimidad era absurdo en toda su formulación. Nada expresa mejor la representatividad democrática en su máxima expresión que obtener una mayoría parlamentaria. Para la derecha, el único argumento válido era que Pedro Sánchez no había ganado unas elecciones. Olvidaban siempre que, en su investidura, Rajoy sólo pudo formar Gobierno gracias a la abstención del PSOE, lo que provocó por cierto una histórica ruptura interna. De todas formas, la furia que desencadenó la pérdida del poder por parte de la derecha empujó la teoría de la ilegitimidad como instrumento de descarga de su monumental enfado. Podía haber sido cualquier otra. De hecho, otra diferente apareció poco tiempo después cuando Pedro Sánchez ganó dos elecciones consecutivas en abril y noviembre de 2019. La repetición electoral se debió, como la derecha intenta ignorar, a que el PSOE rechazó la coalición de Gobierno que Unidas Podemos le planteaba. Tras los comicios del 10 de noviembre, los socialistas asumieron que los españoles no le iban a facilitar una mayoría suficiente para gobernar en solitario y aceptaron finalmente la coalición.
Fabricar una nueva mentira
Esta decisión se supone que debería haber terminado con la campaña de la derecha y la ultraderecha contra la ilegitimidad del Gobierno, recién salido de las urnas, en doble votación consecutiva, y avalada por la pertinente mayoría parlamentaria. No fue así. La descalificación de okupa de La Moncloa se ha seguido utilizando reiteradamente sobre la acusación de que Sánchez había llegado al poder de forma ilegítima. No cabe mayor mentira política, unida a una muestra de profunda y evidente inmoralidad personal. Ahora bien, como decía Merimée, “una mentira importante necesita de algún detalle circunstancial para ser creída”. El estallido de la Gran Mentira surgió a partir de una famosa intervención televisiva de Pedro Sánchez cuando era presidente del Gobierno en funciones en septiembre de 2019, en plena fase de negociación con Unidas Podemos para formar la coalición. Las conversaciones estaban en el centro de toda la atención mediática. Sánchez da una entrevista en el Palacio de La Moncloa en el prime time de laSexta al periodista Antonio García Ferreras.
La frase textual
En aquella entrevista, Sánchez explica las razones, a su juicio, del fracaso de las negociaciones hasta ese momento, que atribuye a su no aceptación de las condiciones que exigía UP. Expone, textualmente: “Sería un gobierno de coalición donde el problema sería que tendría que haber aceptado, por ejemplo, que el ministro de Hacienda, el ministro de la política energética o el ministro que se encarga de las pensiones en nuestro país, de la Seguridad Social, fuera una persona del círculo personal y de confianza del Sr. Iglesias, con poca experiencia política o de gestión pública. Bien, yo sería presidente del Gobierno y tengo que reconocerle que sería un presidente del Gobierno que no dormiría por la noche, junto con el 95% de los ciudadanos de este país que tampoco se sentirían tranquilos, incluso votantes de Unidas Podemos. Por eso no acepté esa propuesta que me hizo el Sr. Iglesias”. El vídeo se conserva en la red. Pedro Sánchez afirmó, remarcándolo con especial detalle, que le quitaría el sueño ceder a Podemos los ministerios de Hacienda, Energía y Pensiones y Seguridad Social, alguno de los cuales, en aquel momento de la negociación, al parecer exigía controlar Pablo Iglesias. Para la historia de las grandes mentiras y manipulaciones de la política española, este episodio debería quedar como uno de los más sonados. Nunca jamás Pedro Sánchez dijo que no dormiría tranquilo si pactara con Podemos. Muchos hasta creerán haberlo oído. De tanto repetir la mentira, ha acabado por fijarse en la memoria colectiva. Es difícil encontrar un solo día en el que la mentira más extendida de los últimos años no se repita.
La extensión del bulo
A partir de esta clamorosa mentira, como tantas otras, se conformó la idea de que estábamos ante un Gobierno de coalición ilegítimo al haber sido constituido engañando a los españoles ya que Sánchez había asegurado que nunca gobernaría en coalición con UP, porque le iba a quitar el sueño. Nunca dijo eso y, además, cuando se formó la coalición tras la repetición electoral los tres ministerios aludidos quedaron en manos socialistas con María Jesús Montero, Teresa Rivera y José Luis Escrivá. No cabe mayor coherencia y cumplimiento de la palabra dada. La importancia de la permanente extensión de esta falsedad ha asentado en estos años no sólo la categoría de una inventada ilegitimidad del Gobierno progresista. Además, sirvió de base para la construcción de la catalogación del presidente Sánchez como un político mentiroso. Es especialmente llamativo para los estudiosos de la construcción de la mentira en la política analizar este fenómeno. Cómo con la elaboración de una absoluta mentira sobre una persona acabas fijando que esa persona es la que es mentirosa. No cabe mayor aberración. El principal ejecutor de la propaganda nazi, Goebbels, es el autor de la célebre frase de que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Este es un ejemplo de libro. A partir de fijar en la memoria colectiva una falsedad absoluta, se han sucedido una larga serie de nuevas mentiras cargadas sobre este Gobierno en torno al llamado Sanchismo. Todas ellas pueden desmontarse una a una, pero para ello se requiere contar con la posibilidad de llegar a los ciudadanos a través de medios de gran difusión y con prescriptores dispuestos a contrastar estas mentiras. En estos cuatro años, al parecer, no ha sido posible.
Propongo un plan para ganar dinero rápido de forma honorable, mientras contribuyes a una importante labor cívica, la defensa de la verdad en la vida política española. ¿Has oído alguna vez que Pedro Sánchez mintió al formar Gobierno con Podemos después de haber dicho que le quitaría el sueño hacerlo? Posiblemente lo hayamos oído y leído cientos de veces durante los últimos cuatro años. Incluso el propio Feijóo lo ha utilizado como argumento de crítica en estas semanas.
Pues bien, puedes apostar a que es absolutamente mentira. Ganarás la apuesta. Nunca lo dijo. Posiblemente estamos ante el punto de arranque de la fabricación de la Gran Mentira en la que ha basado la derecha política y mediática la campaña de intento de destrucción de la figura de Pedro Sánchez y el denominado como Sanchismo, cuya derogación es el único eje de la campaña de PP y Vox en estas elecciones. Ya les sirvió para ganar las del 28 de mayo.
Una ilegitimidad inventada
El éxito de la moción de censura contra Rajoy en 2018, lejos de juzgarse desde la derecha como una seria llamada de atención sobre su comportamiento corrupto como formación política, sirvió como justificación para enarbolar la bandera de la ilegitimidad del nuevo Gobierno que, según su criterio, no fue resultado de una victoria electoral, sino de una especie de confabulación parlamentaria alejada de la ortodoxia democrática. Nació la Gran Mentira a la española, similar a la Big Lie estadounidense, promovida por Trump y sus seguidores, con relación al inventado pucherazo electoral que pretendía tapar su derrota en las urnas. Durante estos últimos cinco años, la única estrategia seguida por la derecha en nuestro país ha sido la de deslegitimar, atacar y descalificar al Gobierno. La llegada de Pedro Sánchez a la presidencia tiene lugar en junio de 2018 y acabó con la legislatura de Mariano Rajoy. La profunda implicación del PP en casos de corrupción de la trascendencia de la trama Gürtel –que, posteriormente, se vería agudizada por la Kitchen– consiguió lo que parecía imposible en España. Todas las fuerzas de la oposición, desde el centro hasta la izquierda radical y la independentista, apoyaron la llegada de Sánchez. Seguramente fue posible gracias a que todo transcurrió en apenas una semana, lo que impidió entrar en juegos tácticos y abrir complejos períodos de negociación. Era sí o no, sin dilación alguna.
No era ganar elecciones
El argumento de la ilegitimidad era absurdo en toda su formulación. Nada expresa mejor la representatividad democrática en su máxima expresión que obtener una mayoría parlamentaria. Para la derecha, el único argumento válido era que Pedro Sánchez no había ganado unas elecciones. Olvidaban siempre que, en su investidura, Rajoy sólo pudo formar Gobierno gracias a la abstención del PSOE, lo que provocó por cierto una histórica ruptura interna. De todas formas, la furia que desencadenó la pérdida del poder por parte de la derecha empujó la teoría de la ilegitimidad como instrumento de descarga de su monumental enfado. Podía haber sido cualquier otra. De hecho, otra diferente apareció poco tiempo después cuando Pedro Sánchez ganó dos elecciones consecutivas en abril y noviembre de 2019. La repetición electoral se debió, como la derecha intenta ignorar, a que el PSOE rechazó la coalición de Gobierno que Unidas Podemos le planteaba. Tras los comicios del 10 de noviembre, los socialistas asumieron que los españoles no le iban a facilitar una mayoría suficiente para gobernar en solitario y aceptaron finalmente la coalición.
Fabricar una nueva mentira
Esta decisión se supone que debería haber terminado con la campaña de la derecha y la ultraderecha contra la ilegitimidad del Gobierno, recién salido de las urnas, en doble votación consecutiva, y avalada por la pertinente mayoría parlamentaria. No fue así. La descalificación de okupa de La Moncloa se ha seguido utilizando reiteradamente sobre la acusación de que Sánchez había llegado al poder de forma ilegítima. No cabe mayor mentira política, unida a una muestra de profunda y evidente inmoralidad personal. Ahora bien, como decía Merimée, “una mentira importante necesita de algún detalle circunstancial para ser creída”. El estallido de la Gran Mentira surgió a partir de una famosa intervención televisiva de Pedro Sánchez cuando era presidente del Gobierno en funciones en septiembre de 2019, en plena fase de negociación con Unidas Podemos para formar la coalición. Las conversaciones estaban en el centro de toda la atención mediática. Sánchez da una entrevista en el Palacio de La Moncloa en el prime time de laSexta al periodista Antonio García Ferreras.
La frase textual
En aquella entrevista, Sánchez explica las razones, a su juicio, del fracaso de las negociaciones hasta ese momento, que atribuye a su no aceptación de las condiciones que exigía UP. Expone, textualmente: “Sería un gobierno de coalición donde el problema sería que tendría que haber aceptado, por ejemplo, que el ministro de Hacienda, el ministro de la política energética o el ministro que se encarga de las pensiones en nuestro país, de la Seguridad Social, fuera una persona del círculo personal y de confianza del Sr. Iglesias, con poca experiencia política o de gestión pública. Bien, yo sería presidente del Gobierno y tengo que reconocerle que sería un presidente del Gobierno que no dormiría por la noche, junto con el 95% de los ciudadanos de este país que tampoco se sentirían tranquilos, incluso votantes de Unidas Podemos. Por eso no acepté esa propuesta que me hizo el Sr. Iglesias”. El vídeo se conserva en la red. Pedro Sánchez afirmó, remarcándolo con especial detalle, que le quitaría el sueño ceder a Podemos los ministerios de Hacienda, Energía y Pensiones y Seguridad Social, alguno de los cuales, en aquel momento de la negociación, al parecer exigía controlar Pablo Iglesias. Para la historia de las grandes mentiras y manipulaciones de la política española, este episodio debería quedar como uno de los más sonados. Nunca jamás Pedro Sánchez dijo que no dormiría tranquilo si pactara con Podemos. Muchos hasta creerán haberlo oído. De tanto repetir la mentira, ha acabado por fijarse en la memoria colectiva. Es difícil encontrar un solo día en el que la mentira más extendida de los últimos años no se repita.
La extensión del bulo
A partir de esta clamorosa mentira, como tantas otras, se conformó la idea de que estábamos ante un Gobierno de coalición ilegítimo al haber sido constituido engañando a los españoles ya que Sánchez había asegurado que nunca gobernaría en coalición con UP, porque le iba a quitar el sueño. Nunca dijo eso y, además, cuando se formó la coalición tras la repetición electoral los tres ministerios aludidos quedaron en manos socialistas con María Jesús Montero, Teresa Rivera y José Luis Escrivá. No cabe mayor coherencia y cumplimiento de la palabra dada. La importancia de la permanente extensión de esta falsedad ha asentado en estos años no sólo la categoría de una inventada ilegitimidad del Gobierno progresista. Además, sirvió de base para la construcción de la catalogación del presidente Sánchez como un político mentiroso. Es especialmente llamativo para los estudiosos de la construcción de la mentira en la política analizar este fenómeno. Cómo con la elaboración de una absoluta mentira sobre una persona acabas fijando que esa persona es la que es mentirosa. No cabe mayor aberración. El principal ejecutor de la propaganda nazi, Goebbels, es el autor de la célebre frase de que “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Este es un ejemplo de libro. A partir de fijar en la memoria colectiva una falsedad absoluta, se han sucedido una larga serie de nuevas mentiras cargadas sobre este Gobierno en torno al llamado Sanchismo. Todas ellas pueden desmontarse una a una, pero para ello se requiere contar con la posibilidad de llegar a los ciudadanos a través de medios de gran difusión y con prescriptores dispuestos a contrastar estas mentiras. En estos cuatro años, al parecer, no ha sido posible.