«Requiem æternam dona eis, Domine, et lux perpetua luceat eis»
El descanso perpetuo está dentro de la caja de pino, con lo cual creo que se me desea la muerte. Pero para un fascista como yo, la muerte no me asusta. Soy como mi ídolo Millán Astray, el tuerto, el de ¡Viva la Muerte!, y además en la cabecera de mi cama tengo la foto de san Franco Franco y fray José Antonio, y les rezo diariamente, con lágrimas en los ojos, eso de:
"Pepe Toni y Francisquito,
sois muy niños como yo,
por eso os quiero tanto,
y os doy mi corazón.
Tomarlo, tomarlo,
vuestro es, mío no".
¡Ah, y por Abascal bebo los vientos, las nubes y los arcos iris, y aquel que se meta con él, lo odiaré toda mi vida.
Pero que nadie se lleve a engaño, volveré, y atizaré a los malhechores, arribistas, vividores, zánganos, botarates, corruptos y gente de mal vivir que usan de la política para enriquecerse y comprarse fincas y palacetes. Volveré... dentro de unos días a continuar con mi labor.
Saludos y sean felices, coman perdices y no se enojen. El que se enoja pierde...
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