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LAMENTABLE, SEÑOR IGLESIAS
Su huida del plató donde se celebrara un debate político, cosa a la que usted es tan dado, porque la representante de Vox dudara de la veracidad de las cartas amenazantes recibidas por usted y dos miembros del actual Gobierno de España, sinceramente me ha parecido deplorable.
Usted, sino recuerdo mal, cuando se han difundido actuaciones de su partido que ha creído falsas, ha culpabilizado a las "cloacas del Estado" como las ha llamado, dando a entender que desde allí se cocían falsedades y que luego se comunicaban a ciertos medios no afines a usted y sus ideas, para desprestigiarle. Ahora, esa señora del Vox, a la que no le tengo simpatía alguna, ni personal ni por ser su partido, a mi entender, el despertar del fascismo que dormido se escondía en el PP y sale a hora a la luz para caminar independiente. Y algo más, ha tenido usted que escuchar la frase chulesca y prepotente de "al salir cierre la puerta", como una venganza, pobre y cobarde, de sus propias palabras. Esto es lo que pasa cuando se siembran vientos, que se recogen tempestades.
Usted, un buen mitinero, sabe que hay gente que vota al partido de su preferencia y que necesita escuchar irrealidades para sentirse más unido al líder y justificarse interiormente el motivo de votarle, y eso, para mí una necedad, también pasa en los demás partidos, ya moderados, ya extremistas como Vox. Pero esto, este juego sucio para quien esto escribe, es juego del que usted participa y en abundancia, y del que nunca le he oído renunciar, porque aunque la Democracia lo permita en su amplia generosidad, es poco democrático, ya que democracia, para un servidor, es un complejo muy amplio del sentir y actuar del ser humano, y el respeto entra perfectamente en su concepción.
Huir no es la mejor manera de defender sus ideas; quizás ignorar a esa señora del fascismo patrio, hubiera sido lo conveniente, pero esa huida suya, y esa disposición a no acudir a las otras citas televisivas, que creo se han anulado, lo dejan a usted como el único culpable. Flaco favor le ha hecho usted por su marcha a la Democracia, precisamente en unos momentos en que la sociedad echa de menos a políticos con temple, fuertes, capaces de soportar mentiras y difamaciones del contrario, y más si llegan del insultante fascismo, y sí dedicarse a defender sus ideas pasando olímpicamente de actitudes provocadoras.
He de decir que en este aspecto también me ha decepcionado usted. Quienes le siguen por amplias simpatías personales o sus propuestas, quizás no entiendan el feo que le ha hecho a la Libertad y a la Democracia, pero yo, que así lo entiendo, y no siendo votante de sus propuestas, sin acritud, con todo el respeto del mundo, le digo que ha echado muchas cosas por la borda. Su razón, que debe tenerla y acerada, no puede estar por encima de la Democracia, ha demostrado un ego infantil ofendiéndose por una duda; una duda muy cruel, de acuerdo, incluso diría que totalmente falsa y dañina, pero no es usted, precisamente, quien se aplica el cuento de no ofender al oponente. Le han dado de su misma medicina, y ante eso, una pataleta de niño malcriado, no le beneficia en nada.
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