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Tema: Re: Tribuna abierta Miér Mayo 31, 2023 5:04 pm
Salú y República.
marapez V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna abierta Jue Jun 01, 2023 12:30 pm
Votar ahora es un estado de ánimo
Entiendo que Pedro Sánchez cree que el voto ahora mismo es emocional. Quizá tiene razón, es posible que esta campaña (y los últimos resultados electorales) hayan demostrado que ahora el voto es un artefacto arrojadizo que sirve para expresar emociones, la mayoría de ellas a la contra. Que se ha votado contra un monstruo llamado Pedro Sánchez, contra el terrorismo, contra Irene Montero. Por otro lado, el partido que más apeló a las emociones fue Podemos (le pidió a la gente que votara en sus ayuntamientos contra Ana Rosa y Florentino Pérez) ha fracasado con estrépito, así que es posible que la batalla de las emociones esté perdida. Pero es la guerra que se libra, parece. Y los sentimientos, cree Sánchez, estarán menos atrofiados para sus intereses en julio que en septiembre. Puede que tenga razón. Otra cosa es que tenga la más mínima opción de no perder igualmente. El precio que paga es alto: por ejemplo, el PSOE renuncia de manera casi expresa a la oportunidad real de abolir la prostitución, posiblemente en la próxima década.
Una de las consecuencias del adelanto electoral es que Podemos y Sumar se van a tener que poner de acuerdo. Es triste y descorazonador que vayan a ser capaces de hacerlo en tan breve espacio de tiempo porque tienen el cuello colgando del precipicio, pero parece claro que la unidad de la izquierda no es más que un ejercicio instrumental. No hay ninguna intención real de caminar juntos, simplemente la realidad los va atropellando y se van formando alianzas a conveniencia. El resultado, como se ha visto, es la muerte, pero no parece que vayan a aprender. Ahora es lógico que se geste un parche por la premura de los tiempos, pero no estaría de más que pasado el verano se empezase a gestar un proyecto de futuro para este país desde la izquierda. La previsible descomposición del PSOE por las luchas internas que se desatarán tras el sanchismo hace que sea, ya no solo necesario, sino incluso oportuno electoralmente. Lo digo porque, como veo que es lo que les importa, pues a ver si así. Los resultados de Más Madrid en la ciudad y la comunidad de Madrid nos dan una pista de lo necesario que es una candidata con tirón electoral. El trabajo del partido ha sido el mismo, y los resultados, dispares. Yolanda Díaz es una candidata con el impacto electoral trasversal de Carmena pero sin su desastrosa ejecución a la interna y a la externa. No rehuirá el conflicto con las fuerzas del verdadero poder cuando sea necesario (ha llegado a apoyar públicamente a los sindicatos en una hipotética convocatoria de huelga; Carmena laminó a cualquier elemento que se enfrentara a la más mínima brizna del establishment económico de la capital), será un ser humano a la interna (Carmena demostró lo despiadada que puede ser en un despacho uno contra uno frente a su propia gente), tiene una talla política infinitamente superior e, insisto, mantiene el tirón electoral que tenía Carmena, que se puede medir en los votos que ha perdido Rita Maestre con respecto a ella. Tomar el ejemplo de lo bueno (mucho) y lo malo de Más Madrid estas elecciones será un buen termómetro de lo que hay que hacer. Y todo lo que sea laminar el tirón de Yolanda Díaz, cuestionarla, mermarla e incluso acosarla, como se ha hecho sistemáticamente desde el espacio de Podemos en los últimos tiempos, no es más que tirarse piedras contra su propio tejado. Parece bastante claro que sin lo que aporta en las urnas Díaz, Podemos tiene todas las papeletas para tener, como mucho, un grupo parlamentario propio en el Congreso. Otro análisis es hacerse trampas al solitario una vez más. Votar, por tanto, parece que es un estado de ánimo que tiene más peso que el trabajo político y de gestión que se ha hecho. Incluso en las municipales, el terreno de la política de a pie y cercana al ciudadano, parece haber ocurrido. El PSOE tiene complicado revertir esto porque lo hace desde la continuidad. La izquierda tiene la posibilidad de crear una rápida corriente de ilusión que salve los muebles en esta nueva cita electoral. Que se haga. Y que esto no opaque la realidad: necesitamos sentarnos y elaborar el plan para la próxima década. Será la única manera de que esto deje de ser un sálvese quien pueda permanente. Yolanda Díaz ya lo ha verbalizado y debe liderarlo. Ojalá todos sean lo suficientemente responsables para cumplir en lo emocional que viene y en el largo plazo que necesita la izquierda.
Tema: Re: Tribuna abierta Dom Jun 04, 2023 10:30 am
Entre el síndrome de Penélope y la antipolítica
La pregunta fundamental que nos hacemos los progresistas y la izquierda después de la reciente derrota electoral y al leer las últimas encuestas (salvo las del CIS) es por qué las evidentes mejoras sociales y los avances en materia de derechos civiles aprobados por el gobierno de coalición en un contexto de catástrofes y emergencias no movilizan al electorado progresista, y por el contrario el falso relato de la ruina de España y la impugnación del gobierno, agitada desde un principio y al margen de la realidad por parte de las derechas, ha calado hasta el punto de movilizar a una mayoría.
La primera explicación podría ser que muchos de estos avances se dan por descontados para una parte de la ciudadanía, independientemente del color del gobierno de turno, formando una parte casi intrínseca del juego perverso del populismo político de las ofertas electorales inagotables y del narcisismo ciudadano de las demandas crecientes e insatisfechas. Sin embargo, cuando la experiencia reciente demuestra precisamente lo contrario, ya que la salida de la crisis de hace tan solo una década se produjo en base a los recortes, el recorte de derechos y las privatizaciones, provocando una devaluación de los salarios y del sector público hasta entonces sin precedentes. Solo la desmemoria podría por lo tanto explicarla.
Otra posible argumentación es que dichas mejoras, entre otras en el salario mínimo, en las pensiones o en el incremento de la financiación de los servicios públicos como la educación, la sanidad y los derechos sociales se han visto finalmente reducidas a su mínima expresión, por ejemplo en la sanidad pública como consecuencia del impacto de la pandemia y en el caso del salario mínimo, las pensiones o los apoyos a los sectores afectados como efecto de la inflación de los precios, reduciendo o cambiando la valoración de los afectados y de la ciudadanía en general y su consiguiente voluntad de movilización electoral. Eso explicaría también las respuestas aparentemente contradictorias en las encuestas entre la favorable situación personal y la mala impresión general. Otra explicación sería una mezcla de las anteriores como subproducto de la polarización social, política e ideológica, de modo que una parte de los ciudadanos progresistas las valoraría como insuficientes y motivo de frustración el balance de las medidas adoptadas, mientras, por contra, entre los sectores conservadores se las consideraría como una agresión intolerable a sus intereses y valores, cada vez más ligados al mercado y más alejados de cualquier sensibilidad con la defensa de lo público. Se añadiría además la polarización ideológica en torno a temas identitarios como la patria y sus símbolos frente a los apoyos nacionalistas y las sobreactuaciones del propio Gobierno, en relación al laicismo y en defensa de una pseudo confesionalidad católica, en particular en la enseñanza, también como reacción al empoderamiento de las mujeres y a las leyes de igualdad de género, así como en contra de las restricciones que conlleva la emergencia climática... y en definitiva sobre los temas culturales. Todo esto llevaría a una activa movilización de resistencia a los cambios y por contra a la pasividad de quienes no los apoyan activamente, unos por considerarlos excesivos y otros por insuficientes. A todo ello se suma la dificultad para encontrar algún territorio compartido entre gobierno y oposición que permita amplios acuerdos en materias institucionales y también en cuestiones sociales como se dio en su momento en el Pacto de Toledo o ambientales como la protección de los espacios naturales como Doñana que eviten el síndrome de Penélope del tejer y destejer en cada alternancia electoral, con el consiguiente desprestigio de la política, entendida como dirección colectiva de la sociedad mediante el diálogo y el acuerdo entre buena parte de los ciudadanos. En este clima no es de extrañar el crecimiento del peligro del nihilismo y de la antipolítica como culminación del populismo y antesala del autoritarismo. A estas posibles causas habría que añadirles la distorsión del mensaje de unos medios de comunicación abrumadoramente cada día más conservadores y cada vez más adictos al negativismo, cuando no al catastrofismo, que diluyen y distorsionan la percepción de los ciudadanos, excitando el desafecto con la evidente intención de movilizar a los propios y desactivar a los ajenos. Este conjunto de factores podría llevar a la conclusión de que la situación es poco menos que ineludible, dada la desigual relación de fuerzas entre la simplicidad del mensaje populista de la oposición conservadora frente a la complejidad de la política de gestión progresista, además en un clima de catástrofes y de transformación digital que primaría el trazo grueso populista frente a los matices de la política. Lo más dañino del populismo, y que ha infectado a toda la política, es que ha deteriorado el espacio para la explicación racional, y eso afecta más a la izquierda porque es más vulnerable a la manipulación de un mensaje emocional aunque también haya intentado servirse de esa emoción como principal vía para el cambio social. Es cierto que lo emocional no puede estar al margen de la política pues la impulsa a nuevos retos e impide retrocesos, pero hacer de ella la estructura central en la vida institucional deteriora el sistema político y, peor todavía, el de la propia convivencia. Ahora se trata de poner en valor las principales medidas adoptadas y al tiempo de reconocer sus limitaciones, como también de la rectificación y del compromiso para evitar las sobreactuaciones en el debate identitario huyendo de la polarización populista, y también de establecer las diferencias de modelo y estratégicas con los circunstanciales aliados parlamentarios en temas tan importantes como el modelo de Estado o el de convivencia democrática. También se trata de combinar la dialéctica política en los medios de comunicación con la de las redes sociales, pero sobre todo de recuperar la presencia en la sociedad civil y en particular de la presencia en los sindicatos y todo tipo de organizaciones sociales, culturales y de solidaridad. Recuperando, en definitiva, la conciencia de la complejidad que indica que es el acuerdo, el pacto, y por tanto la deliberación, el principal método de cambio.
Tema: Re: Tribuna abierta Sáb Jun 10, 2023 10:50 am
¿Trumpismo a la española?
Nuestro sistema democrático presenta insuficiencias de cierta entidad, pero también cuenta con fortalezas relevantes, a menudo ignoradas. Entre ellas, debemos subrayar que la calidad de nuestro procedimiento electoral ha progresado notablemente en las últimas décadas. Sería muy lamentable que la penetración en España de los discursos trumpistas acabara erosionando lo que se ha construido colectivamente con gran esfuerzo. Los evaluadores internacionales califican a nuestro país de forma habitual entre los mejores del mundo en materia de limpieza del proceso electoral, eficiencia en la organización de elecciones y respeto al pluralismo político. El prestigioso índice V-Dem de la Universidad de Gotemburgo acaba de situar en su último informe a España en el puesto 11 a nivel global en esta materia, junto a las democracias más avanzadas y por delante de países como Alemania, Reino Unido, Finlandia o Estados Unidos. Además, se trata de una valoración positiva que resulta comprobable con datos que están a la vista. Lo sabemos quienes ejercemos funciones en las juntas electorales o en los más diversos organismos. Lo saben quienes han desempeñado puestos en las mesas y también los interventores de los partidos. Lo sabe nuestra propia ciudadanía, que es muy exigente con el juego limpio en el proceso electoral. Nos hemos superado en ese campo como sociedad, porque apenas hay irregularidades en los comicios. Como regla general, el escrutinio se realiza correctamente, el resultado se difunde en pocas horas y todas las fuerzas políticas lo aceptan sin reservas. Hay democracias más antiguas que la nuestra en las que estas cuestiones siguen siendo problemáticas. No se trata de lanzar las campanas al vuelo. Los mismos evaluadores internacionales que nos elogian en esta cuestión también nos reprochan cada año que se nos han enquistado alarmantes problemas de corrupción política, que sufrimos graves injerencias partidistas en el poder judicial y que los niveles de participación ciudadana en la democracia (más allá de esas citas con las urnas) son más bien raquíticos. En esos otros apartados, las puntuaciones de España están alejadas de las democracias más avanzadas. En cambio, en el componente electoral hemos evolucionado muy favorablemente y deberíamos estar orgullosos de ello. El trumpismo y otras corrientes similares se han distinguido en los últimos años por sus ataques contra principios esenciales de la democracia representativa, con riesgos elevados de involución autoritaria. Entre sus acaloradas proclamas contra el pluralismo se encuentra la no aceptación de los políticos rivales como adversarios legítimos y, especialmente, la puesta en duda del proceso electoral de forma arbitraria y la desautorización agresiva de los resultados cuando no les benefician. Sería muy nocivo para la consistencia de nuestro sistema democrático que esos postulados se desarrollaran también en España. Sin embargo, hemos visto alegatos inquietantes en esa dirección por primera vez en las últimas elecciones municipales y autonómicas. Evidentemente, la solidez acreditada de las estructuras electorales resulta compatible con la aparición de anomalías muy puntuales. En las últimas elecciones se han denunciado algunas irregularidades en el voto por correo, de escasa trascendencia de conjunto y de magnitud similar a lo sucedido en votaciones anteriores. Han aparecido en unos pocos pueblos pequeños y han salpicado a agrupaciones locales de los dos principales partidos del país. Únicamente en Melilla los indicios de fraude han implicado a más electores, pero también se trata de una situación con precedentes en comicios anteriores. Son episodios singulares que afectan a unos pocos miles de electores de una docena de poblaciones, en unas elecciones en las que pueden votar más de treinta y siete millones de ciudadanos de 8.131 municipios.
No es extraño que se puedan comprar votos en un puñado de lugares periféricos. Lo que ahora ha sido muy novedoso es que destacados dirigentes políticos a nivel estatal hayan empezado a cuestionar por primera vez nuestro proceso electoral, sin ninguna base. Puede ser un salto cualitativo muy peligroso. Ante la convocatoria de las próximas elecciones generales, sería una enorme irresponsabilidad continuar por ese camino con finalidades partidistas, porque dañaría la confianza en nuestro sistema democrático, que es una de las claves medulares de su funcionamiento eficaz. El reconocimiento internacional de la limpieza de nuestro proceso electoral es un logro colectivo. Ningún partido puede atribuirse esa mejora en solitario, porque es un mérito de todas las fuerzas políticas, de instituciones muy diversas y del conjunto de nuestra ciudadanía. No deberíamos aceptar que la toxicidad de las estrategias trumpistas deteriore los avances democráticos de nuestra sociedad. Sería un serio retroceso en la calidad institucional de nuestro país. No lo merecemos.
Tema: Re: Tribuna abierta Mar Jun 13, 2023 12:29 pm
El triunfo del berlusconismo más allá de Berlusconi
Mi generación creció políticamente viendo cómo el auge de Berlusconi se convertía rápidamente en hegemonía del berlusconismo, un modelo cultural y de valores que ha permeado Italia en los últimos 30 años mucho más allá de la política. El terreno se había sembrado con la televisión comercial de los 80 y 90, aunque la colonización del imaginario podía contar con todo el enorme arsenal empresarial del que Berlusconi disponía: desde la narrativa de los triunfos del Milán al encanto hiperconsumista de las tiendas de la cadena Standa, que pasó a ser “la casa de los italianos”. Con el terreno labrado y cabalgando la ola de indignación tras Tangentopoli, Berlusconi ya podía anunciar en 1994 su discesa in campo, vendiendo el relato del hombre que bajaba al barro de la política para salvar el país como años antes había vendido aspiradoras puerta a puerta. Sería reduccionista analizar el berlusconismo solo desde el punto de vista político, porque mientras los gobiernos cambiaban de color (en estos 30 años el centroizquierda ha gobernado varias veces) el mar de fondo del país seguía dominado por él. La mitad del país lo amaba, la otra mitad lo detestaba. Pero en medio del escenario estaba siempre él: para unos el gran primer actor, el genio histriónico; para los otros, un payaso sinvergüenza, la máscara cínica de la tragicomedia que vivía el país, en un sinfín de escándalos e investigaciones judiciales. Así fue sin duda en el primer ventennio cuyas largas sombras han alcanzado también la última década, la del declive personal y, al mismo tiempo, de la maduración definitiva de los efectos de largo plazo del berlusconismo, con la llegada al poder de la ultraderecha. El tono hagiográfico de gran parte de la cobertura de la noticia de su muerte en los medios italianos es también el reflejo de la fascinación que supo ejercer sobre sus detractores, hasta el punto de que con algunos tenías la sospecha de que el objetivo era parecerse a él.
El berlusconismo, un populismo que se adelantó a muchos otros y que dejó una Italia más individualista y dividida, pudo arraigar también porque durante años los adversarios políticos se limitaron a definirse en contraposición a Berlusconi, olvidándose de construir e ilusionar con una propuesta realmente alternativa. Se votaba “en contra de”, tapándose la nariz, se decía. Y claro que la estrategia solo podía acabar fracasando, entregándole el país más allá de las urnas. Con ese “mandato”, Berlusconi cambió el tablero de juego al que invitó, normalizándola, a la extrema derecha. Y aunque los jugadores de primera línea parezcan otros, el marco en el fondo sigue siendo el que dibujó el berlusconismo, que sobrevivió a las derrotas política de su fundador y sobrevivirá también a su muerte. Aquel modelo de valores que, mucho antes de Trump, convirtió la mentira en una ficción bien adornada que también podía valer como verdad.
Tema: Re: Tribuna abierta Lun Jun 19, 2023 3:31 pm
La chupitocracia
Ignacio Dancausa, presidente de las NNGG de Madrid, subió a un atril durante la Junta Directiva Regional de las juventudes populares y, con tono ceremonioso, agarró el micrófono para hacer un anuncio importante: “Tenemos las negociaciones muy avanzadas y los acuerdos se anunciarán pronto”. Cabría pensar que hablaba de VOX en alguna comunidad o ayuntamiento, pero no exactamente. Dancausa se refería a las avanzadas negociaciones con las “mejores discotecas” de Madrid para que los afiliados al PP tengan un “acceso preferente” a estos locales. El carnet del PP dará otro tipo de ventajas adicionales, o “privilegios” como anotó Dancausa: chupitos, copas gratis y demás regalías todavía por determinar. El anuncio arrancó aplausos sonoros de los asistentes. “Nuevas Generaciones está donde están los jóvenes”, añadió. Más aplausos. De un partido y sus juventudes cabría esperar, sin caer en la demagogia, promesas para los jóvenes como mejor acceso a la vivienda, alquileres más baratos, acceso a becas, subida del salario mínimo interprofesional, atajar el desempleo juvenil, atención psicológica, campañas contra la ansiedad, pero en los inescrutables caminos de una campaña electoral todo vale, incluso el garrafón. Es todo tan burdo que provoca resaca antes siquiera de haber consumido. Siempre me ha causado cierta fascinación antropológica el status del reservado de discoteca. Gente que paga un precio superior, o que normalmente va invitada, para estar recluida en un espacio separado del resto de la sala por una cuerdecita. Es como el cordón sanitario a la ultraderecha, pero al revés. Una vez estuve en uno por circunstancias improvisadas de la noche. Nos trajeron una botella con una bengala encendida encima, que yo no sabía si había que beberla o lanzarla a la pista clamando por algún derecho. Los reservados otorgan, sin embargo, algo fundamental para esta gente: la anhelada distinción. Los reservados sirven para agrupar, pero también para dividir. Por ellos fluye la meritocracia del baile y el alcohol, que podríamos denominar como “chupitocracia”. Porque también en las discotecas se recogen los privilegios sembrados a los que se refería Dancausa. Hay algo gregario y envidiable en el comportamiento de los privilegiados: siempre eligen y cuidan de los suyos, de sus iguales. Lo hacen en todas las esferas de la vida; por supuesto también la política. Cuando murió Lola Flores, leí una crónica en El País en la que Eduardo Lago “Chirro” contaba que Lola se presentaba, sin previo aviso, en discotecas en las que estaban de fiesta, como Pachá. Se presentaba sola y Eduardo le decía entonces que se subieran al reservado, que dejaran la pista llena, a lo que ella respondía: “Yo no me he arreglado y pintado para reservados. Yo quiero que me vea la gente”. El objetivo de los reservados es que te vean, pero desde abajo; lo que los convierte en una metáfora precisa.
Juventudes del PP publicaba un tuit hace unas semanas criticando el bono cultural del PSOE: “Un 40% de paro juvenil y lo importante para Sánchez es que tengamos un bono para ir al cine. Dar dinero y no trabajar. Marca PSOE”, escribían. No sé a qué marca corresponderá esta medida de copas, chupitos y reservados gratis para jóvenes afiliados del PP, pero es de suponer que será marca Tanqueray o Barceló. En el fondo de esta medida anecdótica está lo de siempre: la grotesca desigualdad. Una desigualdad que no solo deja cicatrices en la sociedad, sino que ya la define.
Tema: Re: Tribuna abierta Mar Jun 20, 2023 11:58 am
El arte de tener razón
Tengo que hacerles una revelación: he descubierto que algunos de los políticos que se han presentado recientemente a las elecciones y a golpe de pactos están a la espera de ocupar las instituciones, son auténticos herederos de afamados filósofos del sigo XIX. En concreto no dejan de recordarme en su afán de tener razón al maestro Schopenhauer, y más en concreto al uso de las 38 estratagemas que para obtener el reconocimiento de dicha razón dictó el autor como normas infalibles. Y vaya si lo han sido.
Estos señores (que lo son, varones de manera muy mayoritaria) siguen a pie juntillas con una fe digna de mejor causa las enseñanzas del filósofo a la hora de construir un relato público y conformar la razón colectiva. Sin reparo, dejan al margen la verdad objetiva para convertirla en accidental, ya saben: no hay crisis climática, el tiempo es así, cambiante. Al menos en otras épocas se recurría a algún primo o cuñado como referente frente a la unidad científica. Ahora ni eso, la dialéctica ganadora no necesita más que ser expresada con firmeza, sin complejos, y todo lo que la contradiga es “ideología”. Nuestros aventajados alumnos utilizarán el ataque personal o ad personam reiteradamente para desacreditar la posición política o la gestión pública del adversario. Como decía el autor, siempre se puede encontrar alguna forma de vejamen, aunque sea falsa, o aunque esté vacía. El insulto se personaliza, se abandona el objeto de la contienda para atacar al contendiente. Nadie sabe lo que es el Sanchismo, pero es fácil intuir en el contexto, y en las voces que lo expresan, que debe ser algo terrible y que lo protagoniza el malvado ser al que se refieren. Es una apelación a las fuerzas del espíritu, a la animalidad. Y si alguien pregunta (siempre hay maleducadas) se recurre a premisas falsas o se grita más fuerte, y si la cosa se pone fea a fuerza de datos, lo mejor es abandonar la disputa y cambiar el tema de discusión: Txapote. Reconozco que mi estratagema favorita de entre las utilizadas es la denominada golpe descarado, un giro magistral que deja mudos a propios y extraños. Díganme si no es un golpe maestro y desconcertante poner a un torero al frente de la política cultural y a un maltratador a negociar el reparto de carteras. Seguramente veremos a un fondo buitre dirigiendo pronto las actuaciones sobre vivienda en determinadas partes del país. Reconozcamos que el descaro es máximo y el golpe impactante. Unos genios. Es imposible la respuesta, nos convierte en inauditos. La contradicción y la lucha por alcanzar mayores cotas de poder incluyen más estratagemas: la de la distracción (ETA), de la exageración (violadores sueltos en la calle), el aturdimiento mediante un conjunto de palabras sin sentido (promover la cultura para promover la cultura). En vez de influir con razones en el entendimiento se influirá con emociones en la voluntad. ¿Les suena el mantra de la libertad? La dialéctica, a la que dedicó Schopenhauer la obra que hoy les recomiendo (El arte de tener razon), viene de antiguo y trae causa de la necesidad o el deseo naturalmente humano de salir victoriosos de las disputas. Lo desarrollaron con profusión y deleite los griegos en la conformación de las primeras democracias, que consistían en una participación directa de la ciudadanía (allí también solo masculina) y en el debate. El convencimiento y el uso de la palabra eran pues muy relevantes. Sin embargo, déjenme recordarles que, como dijo el también filosofo Gorgias analizando las pautas de la retórica: ya no es tan noble la palabra si no sirve para apaciguar el miedo y eliminar el dolor, producir la alegría y excitar la compasión.
Tema: Re: Tribuna abierta Miér Jun 21, 2023 10:20 pm
Sémper, Sánchez y el espejo
Me escama un poco que se considere un valor mantenerte en una posición, idea o sentimiento durante toda tu vida. "Fue siempre fiel a sus valores y a sus opiniones", se suele decir de ese tipo de gente, como un halago. Una verdad aparentemente absoluta, un filtro, el de la coherencia, concebido como listón de la virtud sin matices. Siento romper el tono rimbombante de la columna para afirmar que, bueno, eso está bien si la posición en la que te mantienes es una bondadosa, sana, saludable. Si nadie te mueve de la virtud. Si decides anclarte a opiniones o ideologías de mierda, pues ser coherente con ello es, efectivamente, una basura. Como aquello de "sé tú mismo". Pues mire, si usted es imbécil, no sea usted mismo.
Lo que es insostenible, al menos en política, es decir una cosa y la contraria de manera constante y pretender que se te tome en serio. No niego que tenga réditos electorales: pero que no se pida respeto.
Si usted es Pedro Sánchez, capaz de decir, primero, que Pablo Iglesias tiene que apartarse del gobierno, y después, que no dormiría con ministros de Podemos en el gobierno, para acto seguido hacer vicepresidente a Pablo Iglesias y tener varios ministros de Podemos, usted ganará elecciones y formar gobiernos, pero no pida respeto. Como cuando puede mantener una posición sobre el Sáhara y afirmar que es la contraria, cuando se proclama respetar los derechos humanos pero se valida la masacre de Melilla, o como uno es capaz de transmutar en cuñado de cuarta para decir que un chuletón al punto es imbatible o que sus amigos de 40 años están asustados con todo feminismo más joven que Carmen Calvo. Si usted es Borja Sémper será capaz de decir que ni un paso atrás en violencia de género el mismo día que defiende que su jefe hable de "un divorcio duro" sobre un tipo del partido con el que han pactado ceder la policía y los jueces ante quienes dicen que la violencia de género no existe. También puede salir a poner la cara a la moderación de un partido capaz de firmar un pacto en el que se prohíben las palabras "violencia de género" en las pancartas cuando se manifieste contra ella. Pues usted puede hacerlo, claro, pero no pida respeto. Su trabajo es lavar la cara y hacer pasar por decente a la extrema derecha y su odio. Y, claro, no haga campaña Borja Sémper diciendo lo poco que es de fiar Pedro Sánchez y no haga campaña Pedro Sánchez diciendo lo poco de fiar que es Borja Sémper. Porque seguro que eso les da rédito electoral, pero no pidan respeto por ello. Que España es mucho más que este juego de espejos de trileros es evidente. Que no son lo mismo, también, porque parten de lugares muy alejados. No se trata aquí de decir que PSOE y PP son lo mismo. Pero sí que cabe, vistas estas listas electorales, estos pactos y esta precampaña, decir que el PSOE que venga después de Pedro Sánchez, el que sea, no va a ser más conservador que el que ha fabricado para este 23J y que este PP no es menos conservador que el de Pablo Casado. Porque sí, ya sabemos que renta electoralmente jugar a esto y ser quienes son. Pero que no se pida respeto.
Tema: Re: Tribuna abierta Dom Jun 25, 2023 5:12 pm
A el.loco.lucas y a Laberinto les gusta esta publicaciòn
Laberinto V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna abierta Dom Jun 25, 2023 5:28 pm
Muy bueno.
Laberinto.
marapez V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna abierta Mar Jun 27, 2023 11:43 am
Del 28M al 23J: Desde la tierra quemada
Escribo desde la tierra quemada.
La noche del 28 de mayo media España, como en el poema de Gil de Biedma, volvió a ocupar España entera. O casi España entera.
Escribo desde una tierra quemada porque el huevo de la serpiente alumbró el rostro inhumano de la barbarie a las pocas horas de consumarse la victoria municipal y autonómica del PP y Vox en la Comunitat Valenciana. Sí, sólo habían transcurrido unas horas desde aquel 28 de mayo y la derecha y la extrema derecha pactaban un gobierno que a la memoria de la corrupción en los tiempos de Zaplana, Camps y Rita Barberá añadía una inquietante novedad: el fascismo ocupaba, y no sólo simbólicamente, buena parte de las instituciones valencianas. Un condenado por violencia machista contra su exmujer y en presencia de sus hijos y un torero que presume gallardamente de su franquismo sin complejos son sólo dos ejemplos de cómo el tiempo demasiadas veces se vuelve en contra de aquella razón que defendía Antonio Machado y de la propia democracia. Escribo desde una tierra quemada que, si el 23 de julio ganan las elecciones la derecha y la extrema derecha, será a la vez casi todas las tierras quemadas de un país que verá cómo será criminalizado el sufrimiento de las mujeres y los crímenes machistas que acaban con ellas por el solo hecho de ser mujeres; cómo los fondos buitre asediarán con mayor violencia a las familias que viven en las casas de la precariedad; cómo el movimiento LGTBI será lanzado a una intemperie clamorosamente desprotegida; cómo las pensiones sufrirán ese tembleque de la inseguridad que nunca abandona los derechos adquiridos después de una vida de trabajo; cómo la gente que llega a nuestro país en busca de una vida mejor descubrirá que la vida que buscaba no es una vida mejor sino una emboscada; cómo el cambio climático será un chiste malo en las bocas cínicas del negacionismo; cómo los servicios públicos y la defensa de lo común se convertirán en un juego de tahúres al servicio de la gente del dinero; cómo las comunidades que disfrutan de lengua y cultura propias verán disminuidos sus derechos aun reconocidos en sus estatutos de autonomía; cómo las víctimas de la represión y el exterminio franquistas serán devueltas a la oscuridad de una memoria devastada; cómo, en definitiva, veremos un país como el nuestro convertido en algo que más pronto que tarde –como ya ha sucedido en mi tierra valenciana– nos llenará de una vergüenza insoportable. Escribo, pues, desde esa tierra quemada por el resurgir de un daño que regresa sin contemplaciones. Pero escribo, también, no desde ese miedo tan presente estos días en nuestras vidas, en los medios de comunicación y en las redes sociales, sino desde ese miedo que, como en los versos de Mario Benedetti, es principalmente una insobornable forma de coraje. Y, sobre todo, escribo este breve texto desde una tierra que nunca arderá bajo la gallardía cuartelaria de los fascismos. Hablo de esa tierra que son todas las dudas y las incertidumbres que han sido en mi vida una guía irrenunciable: esas dudas y esas incertidumbres que son el lugar donde mejor anidan y se ponen a crecer imparablemente las grandes esperanzas. Sé que ante la cita electoral del 23 de julio hay mucho escepticismo inclinado a la abstención. Respeto y puedo compartir –y tanto que sí– ese escepticismo, venido desde muy diferentes y a buen seguro que ajustadas reflexiones individuales y colectivas, de una buena parte de la izquierda. Pero hago desde aquí, y ojalá asuma cuanta más gente mejor esta sugerencia, una llamada a que ese escepticismo pueda convertirse, a primera o a última hora, en un voto a favor, ya no digo por el progresismo o por la izquierda, que también, sino por la propia democracia. Ojalá sea así. Ojalá.
Tema: Re: Tribuna abierta Mar Jun 27, 2023 4:50 pm
Con mi voto cuenta!!
Laberinto.
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna abierta Miér Jun 28, 2023 1:47 pm
Carta a Pedro Sánchez
Estimado Pedro, veo que a la derecha le ha molestado su decisión de meterse en la boca del lobo y acudir a entrevistas hasta de programas basura de gran audiencia manifiestamente hostiles a su persona. Creo que es una idea imaginativa y útil a la vista de cómo huye de los debates reales el candidato Núñez Feijóo. Usted se va a enfrentar a sus valedores y su sembrado de trampas. Leo diversas interpretaciones a lo que llaman su “lavado de imagen” con estas entrevistas. Curiosa metáfora -en varios casos- ir a limpiar nada en estercoleros mediáticos. No debimos llegar a este escenario. Y es tarde para remediar los enormes fallos estructurales que nos han traído hasta aquí, algunos frenos a lo que debió hacerse. Como periodista genuina, necesito hacer preguntas y buscar respuestas. Y también situarlas en el contexto preciso. Es verdaderamente alarmante que precise “lavar su imagen” el presidente de un gobierno que ha apechugado con nota alta problemas de enorme envergadura como una pandemia, con confinamiento y paralización mundial de la economía, una guerra, un mundo que cruje en convulsiones, el ascenso de la peor ultraderecha -podrida de franquismo- en España y con una brutal oposición política y mediática (no periodística, defendemos la dignidad de la palabra). Como mucha otra gente, imagino esa situación con un gobierno del PP. No hace falta imaginarlo, en Madrid estuvo en manos de Ayuso, convirtiendo la Comunidad en la de mayor aumento de la mortalidad en Europa, con datos reales. Extrapolándolos, podríamos estar hablando de miles de muertos y, sin asomo de duda, de falta de ERE y medidas compensatorias a semejante tragedia. No hubieran sido descartables más abandonos a la muerte sin asistencia médica, más aprovecharse hasta de las mascarillas necesarias para beneficios particulares, más inversiones de dinero público en almacenes de ladrillos, y muchas más terrazas y descaro. No ha necesitado lavar su imagen, ya ve. Se la lavan a conciencia -sin conciencia- sus cómplices mediáticos. Varios de ellos le van a recibir en sus platós. No se puede reutilizar la leche derramada, hay que afrontar los hechos como vienen en el momento preciso: crucial este. A través del tiempo usted fue limando defectos -como aquel abusivo uso del “yo” de los comienzos, el que Ayuso precisamente le copió con éxito-. Era esa su batalla, la del PP. Confrontar con España desde el MadridPP.S.A., de tú a tú. No deja de ser curioso vista la evolución de sus eslóganes. Lo diré ahora en tercera persona: Es asombroso el hecho cierto del prestigio internacional de Pedro Sánchez con tener que “lavar la imagen que le han enmierdado sus enemigos aquí”. Europa teme otro gobierno de ultraderecha en su seno y no hay comparación posible entre Sánchez y el Feijóo de los chascarrillos imposibles en castellano o gallego y pare de contar. Temen la cantidad de problemas que iba a provocar “derrocar el sanchismo” -el de un gobierno de coalición progresista- o ¿se creen que no conocen al PP y las maniobras turbias en Bruselas de Dolors Monserrat? Ha habido errores o dejaciones, sin duda, pero nada similar a los de sus rivales políticos, los enemigos de toda una ciudadanía en muchos casos que se cuelan por las rendijas -los enormes boquetes para hablar con precisión- de la manipulación mediática. ¿Por qué ante este panorama de desinformación ha permitido que un medio público como RTVE haya quedado bajo control de la peor facción del PP que es el lobby en ese medio? Hacía falta un contrapeso y todo fue un sinsentido. Se podía haber hecho y se obstaculizó al máximo. Y ni siquiera teniendo allí a sus acreditados manipuladores, admite Feijóo un debate en TVE. Solo quiere Antena 3. ¿Solo confía en que le salvará Vicente Vallés? Creo que en este caso, Sánchez debe declinar ese debate si no hay otros. La apuesta por la privada únicamente es terrible como mensaje. Mucho más grave, ¿por qué, presidente, ha cedido ante el secuestro del Poder Judicial perpetrado por el PP? Si ganan el 23J se consolidará por años el control antinatura de este instrumento fundamental de la democracia. ¿Qué pintan en un gobierno progresista, y en las candidaturas, figuras como Margarita Robles o Grande Marlaska? ¿Tan poderoso es el sector conservador del partido? Es evidente que el antiguo PSOE ha envejecido mal en democracia, ¿tanto pesan sus mochilas para no haberlas vaciado y aireado? ¿Cree que es justo el trato que depara al Podemos que fue indispensable para formar el gobierno progresista que ha logrado meritorios avances sociales? Nunca los quiso, le costó un motín interno y una expulsión sumarísima. Pero fue su valentía en remontar lo que le redimió. Habrá que echarse otra vez a la carretera, y no solo a la de los medios hostiles, a la que soluciona problemas hondos para hacer de este país lo que debe ser. El feminismo no se puede parar y, en efecto, el PP entregado a Vox nos ha devuelto a las cavernas. Sea justo y convincente. Tendrá así muchas mujeres -y hombres- a su lado. Ceder siempre es la antesala de ceder más, lo he comprobado. Insista en decir a los desfavorecidos que se inoculan bulos cada día desde prensa, radios y televisiones que su vida se compone de muchos más valores, y que los descompone el odio. Es patético el uso y abuso de ETA, Bildu, el independentismo catalán. Le apoyamos en la razón y la valentía. Muéstreles que se han arbitrado leyes y medidas para protegerlos y que con seguridad se las va a cargar -también- un gobierno de ultraderecha en la Moncloa, dado que se han opuesto a todo. Lo han dicho, ya. Las pensiones, y el resto va detrás. Hay que usar el cerebro para ver y deducir. Vuelvo a la justicia. No se pueden dejar abandonadas a las familias de los ancianos muertos en los geriátricos sin asistencia médica. ¿Qué ha hecho la Fiscalía que es del Estado para defendernos a todos? Ciertamente, si me pongo a cuestionar algunas de sus actuaciones, entraría en otro tono, pero no nos lo podemos permitir, es momento de realismo y de ser prácticos. Le plantearía muchas más cuestiones, y no hay tiempo ahora mismo ni de ponerlas en marcha. Puede que sí para garantizarlas en un futuro. Vea qué puede hacer y prometer con verdad para librar de tanta indefensión como sienten muchos ciudadanos ante este descalabro democrático al que estamos asistiendo con los pactos institucionales del PP, ávido de hacerse con la llave de la caja fuerte de nuestros impuestos. Esto no es una entrevista, son preguntas. Mientras escribía, he visto que, además, quería hablar de asuntos más personales porque trascienden a toda la ciudadanía. Hay muchas más, y se las haría si pudiera la gente sana, gente normal que no cobra por mentir. No caiga en la trampa de la frialdad que le atribuyen. Esta gente critica tanto o más las lágrimas y la eclosión de los sentimientos en aquellos que considera sus enemigos. Me he pasado a la segunda persona. Del singular. Por serlo. Pedro, has mostrado sobrado arrojo en varias ocasiones señaladas. Hay que ser valiente y con alma, en favor también de quienes no pueden serlo. No imaginas lo difícil que resultó remontar el franquismo y más siendo mujer. Para encima encontrarnos otra vez en la boca de este infierno. Hubo que hacer justicia y no se hizo. Cuando toca, no puede eludirse. Lo peor fue dejar impune el franquismo, y de aquella dejación, este barrizal. De eso saben mucho los jarrones chinos de tu partido. Así que más Zapatero, menos González y ni una gota de Alfonso Guerra. Y es que hasta duro fuego amigo has padecido. Por cierto, esto ya lo previó Leonard Cohen cuando dijo: “A veces uno sabe de qué lado estar simplemente viendo quiénes están del otro lado”. Y funciona.
Millones de personas en este país no pueden esperar, no podemos esperar que pase un ciclo ultra. Yo me aplico muchas veces el dicho “de perdidos al río” y me lanzo al agua. De nuevo la valentía y la libertad de soltar ataduras si se puede. Cuando el dolor o la incertidumbre aprietan, escribo. Por si te sirve. En esa tesitura, lo que ha de hacer un gobernante es gobernar.
Tema: Re: Tribuna abierta Miér Jun 28, 2023 1:58 pm
He escuchado en alguna parte , no recuerdo dónde, esto: " Soy valiente porque incluso muerto de miedo, hago mi trabajo."
Aunque sea triste y duro y dé miedo, cada uno tenemos que hacer lo que creamos más justo...conozco gente que lo está haciendo y tienen todo mi apoyo...aunque dé miedo...
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Tema: Re: Tribuna abierta Sáb Jul 01, 2023 11:32 am
Pedro Sánchez y sus amigos
Pedro Sánchez tiene razón: hay muchos hombres incomodados por el feminismo. Cómo no estarlo cuando un movimiento social estalla y apunta hasta lo más hondo, a tu identidad como hombre, a lo que creías normal, a lo que no dabas importancia, a tu manera de relacionarte con las mujeres, a tu forma de entenderte y de estar en el mundo. En lo que Pedro Sánchez se equivoca es en todo lo demás: en la manera de enunciar la frase, en la explicación, el relato, las causas y las soluciones. Hay una inquietud antigua en el feminismo sobre ese 'qué hacer con los hombres'. Más recientemente, esa inquietud se ha convertido en un debate acerca de cómo conseguir, al mismo tiempo, interpelar y atraer a los varones a la causa, sobre todo en un momento en el que la extrema derecha está capitalizando el fenómeno de los 'hombres blancos cabreados'. Hay diferentes planteamientos y casi todos llevan algo de razón. ¿No deberíamos 'ofrecer' algo a los hombres para que entiendan que esta transformación también les pertenece y es buena para ellos?, ¿no es ingenuo pensar que aunque los varones puedan 'ganar' con el cambio feminista necesariamente también pierden privilegios, puesto que el sistema actual se los concede?, ¿debemos contener el discurso por miedo a la ofensa?, ¿es productivo hablarles a los hombres siempre desde la 'culpa'?, ¿no es naif e injusto que los hombres piensen que las feministas les llevarán siempre amablemente de la mano y harán por ellos el trabajo que les corresponde?, ¿hay realmente una forma perfecta de hacerles partícipes, de incomodar -tal y como el feminismo nos incomoda a las mujeres- y de atraerles? Sánchez habla de un “feminismo integrador” del que no da más detalles, pero parecería un eufemismo para no decir algo como “un feminismo que no incomode a mis amigos”. El debate sobre cómo abordar la masculinidad y la apelación a los hombres es necesario pero no está exento de riesgos. Uno de ellos es precisamente creer que puede haber un feminismo que señale el machismo y que no vaya a ser incómodo. Incomodamos cuando buscamos cambiar los usos y costumbres que nos hicieron creer normales, las estructuras que son así porque 'así fueron siempre', o los comportamientos con los que tantas veces se propasaron con nosotras porque no eran para tanto. El feminismo incomoda porque hace ver que el machismo no es solo un enemigo externo, sino también interno. Si tenemos un problema es la dificultad para que los hombres reconozcan en sí mismos el machismo, para que entiendan que, más allá de estructuras y fenómenos, también ellos lo reproducen, en mayor o menor medida, también los hombres progresistas. Es perturbador, también para las mujeres. Comprender de qué manera los mandatos machistas acerca del amor, el cuerpo o la familia están instalados en una misma es solo el inicio de una pelea que no termina nunca. Hay, sin duda, diferentes maneras de abordar la incomodidad y la perturbación que produce esa toma de conciencia y ese señalamiento feminista. Haríamos bien en combinar la crítica y la autocrítica con planteamientos productivos que admitan que cambiar no solo es deseable sino posible, para no encasillar a los hombres en compartimentos estancos de los que nunca es posible salir, al menos a veces, al menos en parte. Igual que podemos aprender a navegar contradicciones, incoherencias y conflictos. Lo que no podemos hacer es callarnos. Aunque quizá el peligro más evidente con el que nos encontramos es el de caer en un relato que también parece estar detrás de las palabras de Sánchez, ese relato que asegura que el feminismo ha ido demasiado lejos, que las feministas se han pasado y, claro, de aquellos polvos estos lodos. El presidente del Gobierno alerta estos días sobre el peligro de la extrema derecha y de un Gobierno de coalición entre PP y Vox. Debería entonces entender que cualquier discurso que abone la idea de que el feminismo se ha excedido en sus planteamientos contribuye a ese relato ultra que busca, cuanto menos, orillarnos, y cuanto más, tirarnos a la basura.
Mientras los amigos de Pedro Sánchez se sienten interpelados por un discurso, hoy miles de mujeres salen a la calle a ver si hay suerte y no hay miradas, comentarios ni tocamientos que las incomoden. Otras tantas entran en sus empleos a sabiendas de que cobran menos que sus compañeros o de que nunca llegarán a ocupar el despacho con la misma facilidad que el hombre que se sienta a su lado, sino pagando, si acaso, un precio mucho más alto. Las empleadas domésticas y las camareras de piso que limpian nuestros hoteles seguirán tomando analgésicos para soportar la incomodidad que les producen sus jornadas laborales. Muchas madres temerán el momento de volver al curro después de sus permisos por maternidad. Y miles de mujeres seguirán sin denunciar la violencia machista que sufren por miedo o por culpa, o porque no saben si el sistema realmente las ayudará Los amigos de Pedro Sánchez pueden hacer algo con su incomodidad: sentirla, pensarla, revisarla, compartirla con las mujeres de su entorno y escucharlas a ellas hablar sobre su propia incomodidad. Pedro Sánchez también puede hacer algo con la incomodidad de sus amigos y con la suya propia: articular un discurso que, en lugar de señalar acusatoriamente al feminismo y de convertir a Irene Montero en Yoko Ono, entienda que no hay cambio sin fricción y ponga sobre la mesa políticas bien concretas para, por ejemplo, abordar un cambio en la masculinidad. Eso sí que sería ocuparse de la incomodidad de sus amigos.
Desde hace una década, se escucha hablar con frecuencia de las “guerras culturales” sin prestar atención a qué esconde dicho concepto. Se hace, además, olvidando que fue Steve Bannon, el ideólogo de la ultraderecha, quien propuso esta idea, hoy popularizada, como si de un nuevo campo de batalla se tratara, y lo hizo aludiendo a ello como forma de cuestionar el derecho al aborto, criminalizar la migración, desprestigiar las instituciones y arrojar contra el “establishment democrático” toda la frustración, furia e indignación tanto de los perdedores de la globalización como, sobre todo, de los que tenían miedo a ser los siguientes que el sistema dejara varados en el camino. El objetivo era claro: la victoria de Donald Trump en EEUU y la construcción de una red de ultraderecha en Europa.
La expresión tiene sus antecedentes en la revolución cultural de Mao y su intento de recuperar a un proletariado peligrosamente desclasado, cambiando la lucha de clases por la lucha de identidades. Marcuse le siguió la pista y vio en lo que hoy llamaríamos valores o movimientos post-materialistas la construcción de un sujeto político revolucionario. Hoy, escondido por el desprestigio de la palabra “ideología”, se están produciendo auténticos combates ideológicos bajo el pseudónimo de “guerra cultural”, ayudando a generar una maraña de confusión que ayuda sobremanera a sus creadores.
Todas las nociones de cultura, que son muchas, aluden a la idea de saberes, conocimientos adquiridos mediante el estudio o las experiencias vividas, modos de vida, construcción compartida, placer o diálogo, entre otras. Algo diametralmente alejado de lo que hoy se etiqueta como “guerra cultural”. Nada de conocimiento, saberes, experiencias vividas o diálogo hay en la prohibición de una obra de Virginia Woolf, como ha sucedido en el madrileño municipio de Valdemorillo, donde gobierna Vox. Nada tiene que ver con la construcción compartida o el diálogo la censura a la película Lightyear por parte de la alcaldesa de Santa Cruz de Bezana (Cantabria) por una escena con un beso entre dos mujeres. Por cierto, al igual que hicieron hace un año en Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, y en un puñado de países asiáticos, como Malasia. Curiosamente, los que critican la presunta “invasión” del mundo árabe en Europa son los que se comportan como los más radicales e intransigentes de los integristas musulmanes. Lo llaman guerras culturales para no reconocer lo que esconden: una subversión de los valores de convivencia democráticos sobre los que se han fundado nuestras sociedades. Tampoco hay nada de conocimiento, sino más bien un desprecio absoluto del mismo, en la negación de la crisis climática que se manifiesta de forma cada vez más virulenta, o en actitudes antivacunas como las que profesa la recién elegida presidenta de las Cortes de Aragón en virtud del acuerdo entre el Partido Popular y Vox. Bajo la etiqueta, de apariencia cool, de las “guerras culturales” se esconde una auténtica batalla política, de ideología en vena, que se aprovecha de la incertidumbre, la frustración y el miedo.
Los demócratas no pueden votar a Feijóo. Las razones son múltiples dados sus antecedentes ideológicos profundamente reaccionarios. Pero ha superado todas las líneas cuando hace unos días expresó su pensamiento y actitud ante la tragedia que vivió España bajo la Guerra Civil y la dictadura franquista. Juicios y conclusiones de muy escasa categoría intelectual que expresaban su identificación moral y hasta emocional con el fascismo que se implantó en nuestro país desde el golpe militar de julio de 1936. En una entrevista, se negó a reconocer a las víctimas del franquismo y habló de “personas que murieron en la guerra de los dos bandos”. Y que “España no vive de lo que pasó hace 80 años”. Comentarios impropios de un dirigente político de cualquier signo, pero aún más graves en boca de quien pretende gobernar España, y que generan un verdadero pánico. Ambas consideraciones expresan, sin la menor duda, una sintonía y hasta apoyo al golpe militar fascista de 1936 y, desde luego, un desprecio a las víctimas de dicho golpe y de la violenta dictadura impuesta el 1 de abril de 1939 hasta 1975.
Es inadmisible que un candidato a la presidencia del Gobierno de nuestro Estado democrático se refiera con ese desprecio y tono humillante a los ciudadanos que sufrieron la persecución y represión por un Gobierno fascista soportando torturas, crueldad, juicios militares nulos y hasta fusilamientos, con una reparación, la mayor parte de ellos y sus familiares, aún pendientes. Cuando, además, el candidato Feijoo se atreve a desconocer o infravalorar los sufrimientos impuestos por dicho Gobierno durante los últimos 80 años. Ignorando los impuestos a tantas miles de personas que luchaban por la recuperación de la democracia. ¿O es que, señor Feijóo, le resultan intrascendentes o ajenos el fusilamiento de Julián Grimau, los crímenes de Atocha o el asesinato, en 1980, de Yolanda González? Por todo lo anterior, ningún demócrata puede dar este domingo su voto a este personaje y todo lo que él representa.
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Tema: Re: Tribuna abierta Dom Jul 23, 2023 10:42 am
Elogio del activismo
La densidad del activismo político, social o ciudadano es proporcional a la calidad democrática del poder. Es decir, como más autoritario es el poder, menos activismo tolera. No resulta casual que en el siglo XX fuera Hannah Arendt, autora del monumental ensayo Los orígenes del totalitarismo, la pensadora que puso énfasis al definir el de la “vita activa”, frente a los de la labor y la producción, como el ámbito que, en su pluralidad y espontaneidad, nos hace propiamente humanos. En su libro La condición humana, Arendt desarrolló uno de los aspectos centrales de su acercamiento a la modernidad: la reivindicación de la acción en la esfera pública, frente a la lógica de la técnica y la fabricación, como cualidad definitoria del ciudadano y garantía de una existencia colectiva digna y libre. En esta etapa del siglo XXI en la que se ven amenazadas, mediante la impugnación de derechos que ya se estaban ejerciendo, no solo las aspiraciones de igualdad sino también las mismas garantías de libertad, por pulsiones reaccionarias inspiradas desde el exterior pero sobre todo desde el interior de las sociedades democráticas, van a sufrir cambios inevitables las agendas y las formas de acción del ecologismo, el feminismo, el sindicalismo, el movimiento LGTBI, las plataformas a favor de las lenguas minoritarias o el antirracismo, y resultará más importante que nunca poner el foco en el valor del activismo como tal y en las actitudes que suscita. Dicho de otra manera, el negacionismo, la censura, el prohibicionismo legal (véase lo que ocurre en Estados Unidos con el aborto), la represión y la mentira, cuando no el escuadrismo más descarnado (con matones antiocupación, eslóganes de “a por ellos”, agresiones homófobas, violencias xenófobas, etc…) tratarán de deteriorar la convivencia y empobrecer la democracia, amparados en los atributos de la nueva versión del poder que surge con la entrada de la extrema derecha en las instituciones.
Las detenciones arbitrarias, la tortura o el control de los disidentes son comunes en regímenes autoritarios, como los de Vladímir Putin, Xi Jinping, el ayatolá Alí Jamenei o Daniel Ortega, por poner algunos ejemplos. La persecución de los activistas es implacable en cualquier dictadura, esté orientado el régimen por justificaciones ideológicas de derecha o de supuesta izquierda. Configurar una forma de racionalidad política deliberativa que permita a los ciudadanos preservar sus diferencias, al tiempo que les da la oportunidad de decidir formas de acción común, es lo que han hecho y deben seguir haciendo las sociedades democráticas avanzadas, aquello que las distingue. Pero la fase en la que nos adentramos se caracterizará, según todos los indicios, por el intento de acotar el campo, de reducir el alcance de la deliberación y del debate, de borrar la diversidad en nombre de valores morales conservadores. Y de marginar visiones disidentes y descartar todo lo que no se considere normativo. El espejo en el que se miran sus promotores es el de gobiernos como el del ultranacionalista Viktor Orbán, en Hungría, promotor de un declive democrático que mantiene encendidas las alarmas en la Unión Europea. Para que el intento de regresión que supone el programa del neofascismo no tenga éxito harán falta una oposición política solvente y la resistencia de los activismos organizados. Hay una justificación en ambientes de la derecha de los pactos del PP con Vox en instituciones como la Generalitat Valenciana que parte del engaño de que el elemento ultra se disolverá poco a poco, a medida que se consolide el ejercicio práctico del poder. Sin embargo, lo más probable (ya lo estamos viendo) es que la derecha en su conjunto somatice buena parte de los postulados extremistas y acabe por normalizarlos. Por eso, el jueves salieron a la calle en València miles de personas que no están dispuestas sin hacer oír su voz a pagar la factura que ese proceso implica para muchos sectores de la sociedad civil. “Ni un paso atrás frente a la extrema derecha”, vinieron a decir. La doble pregunta es hasta qué punto el activismo será capaz de evitar que se encoja la escena del debate público y hasta qué punto las formaciones políticas de izquierdas serán capaces de mantener una conducta referencial y ejemplar, dados sus abundantes antecedentes de guerras tribales cuando se han visto relegadas a la oposición.
Tema: Re: Tribuna abierta Mar Jul 25, 2023 1:50 pm
Tres razones por las que el PP no ha logrado sus objetivos
Apenas se han acabado los ecos de la noche electoral, se van perfilando algunas primeras conclusiones.
Quisiera señalar tres razones que pueden quizás explicar la abrupta diferencia entre las expectativas que tenía el PP, que soñaba como mínimo con 150 diputados, y la realidad de los datos electorales, que lo ha situado en 136 y complica, por no decir que imposibilita, que pueda formar gobierno en España.
La primera razón es probablemente la consecuencia más clara que podemos extraer de los resultados electorales del 23 J: el PP pensaba equivocadamente que pactar con Vox era algo que estaba ya normalizado en la sociedad española, que no le iba a suponer ningún coste. Y no solamente no ha sido así, sino que su pacto potencial con Vox ha sido penalizado por partida doble: tanto en la forma de pérdida de apoyos de Vox, como porque ha frenado que el PP tenga mayores apoyos. Si algo ha quedado claro en estas elecciones es que el pueblo español comienza a dar la espalda a la narrativa xenófoba, machista, intolerante y de cercenamiento de las libertades que defiende Vox. Y eso tiene consecuencias no solamente en España, sino en toda Europa, donde España, efectivamente, ha sido capaz de actuar como muralla contra el crecimiento de las extremas derechas europeas. La segunda razón por la que el PP ha recibido en estas elecciones un golpe de realidad en todo el rostro ha sido su arrogancia y su predisposición a dar por hecho que el poder le pertenece. Hemos asistido a una marea incesante de encuestas que ya lo declaraban ganador, y que querían actuar claramente en algunos casos como argumento desmovilizador para el resto del electorado. La política española en los últimos cuatro años, desde que el PP decidió tildar de ilegítimo al Gobierno de coalición, que fue en el minuto uno en 2019, ha sido una sucesión interminable de estudios demoscópicos que declaraban vencedor a un PP que abanderaba un cambio de ciclo. Ha habido innumerables declaraciones triunfantes de dirigentes del PP confundiendo prácticamente los resultados “irrefutables” de las encuestas con el veredicto de las urnas, que se iba considerando ya como un mero trámite, una mera formalización de lo que ya estaba destinado a ocurrir. La izquierda, enraizada en la certeza de que en estos cuatro años se ha hecho una buena política para la mayoría, ha sabido soportar con estoicismo ese ambiente prefabricado de triunfo aparente de las derechas, incluso frente a una mayoría desproporcionada de analistas, tertulianos y medios coaligados para crear esa ilusión de triunfo seguro de las derechas. Y la tercera y decisiva razón ha sido la utilización sistemática de la mentira como un elemento central de su campaña. Las mentiras han estado presentes, en la forma de “inexactitudes” reiteradas, en boca de su líder Feijóo, a lo largo de toda la campaña, en temas tan importantes como: el desempeño económico del Gobierno de coalición, la postura del PP ante la revalorización de las Pensiones de acuerdo con el IPC, la seguridad nacional en el caso Pegasus, la excepción ibérica y su inminente desaparición, el precio de la energía en comparación con otros países, la creación de puestos de trabajo en esta legislatura, el aumento de autónomos, la construcción de vivienda social en España y en Galicia o los datos de okupaciones. Todo ello ha sido apoyado en otro elemento táctico de libro: proyectar en el adversario lo que uno hace, con lo que la acusación de mentiroso se la han intentado endosar sistemáticamente a Pedro Sánchez. Pero el argumento de equidistancia, de que tanto unos como otros mienten, no es válido. La mentira ha sido un elemento imprescindible en la estrategia del PP por la sencilla razón de que el PP ha centrado su campaña en un concepto simple y que ellos pensaban eficaz: "derogar el sanchismo” y demonizar a su máximo responsable, Pedro Sánchez. Pero como quiera que la realidad del sanchismo ha sido más bien positiva y satisfactoria, y como quiera que Pedro Sánchez es un político limpio, el único modo de mantener esta estrategia ha sido deformar la realidad, es decir, mentir. Probablemente ha sido este uso sistemático de la mentira lo que ha indignado sobre manera a los electores de izquierdas. Probablemente, esa indignación ha sido el motor más poderoso de la movilización de los votos a favor del PSOE, y de su aliado Sumar. O dicho de otro modo: las “inexactitudes” de Feijóo, reproducidas por todos sus cuadros a lo largo de la campaña han sido, probablemente, el mejor revulsivo para la movilización del electorado progresista y para que el PP se encuentre ahora con unos resultados electorales que hacen muy complicado, por no decir imposible, que pueda formar gobierno.
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Tema: Re: Tribuna abierta Mar Ago 01, 2023 1:03 am
El 23J desactiva los mantras del PP
La gestión postelectoral del PP está dando la razón al resultado. Había algo más de bullying y encuestas dopadas que de cambio de ciclo consumado. Un himno popular antisanchista a tal volumen que ocultó la falta de programa, de diagnóstico y hoja de ruta propia del PP. No conviene infravalorar al votante, retrasar los pactos autonómicos con Vox no habría servido de mucho al PP. Frente al Todo al rojo de Pedro Sánchez, había un Todo a Vox. A Feijóo se le preguntó durante semanas qué pintarían en su ecuación. Es cierto que los líderes ultraconservadores despejaron la duda: lo pintaban todo y formarían gobierno. Y también ayudó la política de tierra quemada del PP con Vox. La falta de un solo gesto, como permitir la lista más votada en tierra extremeña. Hasta que las urnas dijeron: “No ganarán”.
El PP ha intentado que la sociedad plural metabolice a la extrema derecha. Asumir a través del voto que son de los suyos, escisión y carne de su carne, como si eso fuera una garantía. Como si Vox no hubiera mutado y tejido alianzas destructivas de la arquitectura europea. Los pactos autonómicos no han sido la derrota de Vox, son su potenciador, por más que hayan pasado de 52 a 33 escaños. Ese fue el diagnóstico que hizo el PP del país y con el que pretende –pretendía, más bien– formar gobierno. Volviendo al postelectoral. Feijóo ha evidenciado en sus declaraciones y el futurible intento de investidura la falta de articulación del espacio conservador. Como señala politico.eu, es un aviso del precio que pueden pagar por las alianzas ultras. Sus antiguos socios naturales le han dicho públicamente lo que no supo escuchar en campaña. Las líneas rojas ya se habían traspasado para el PNV. El PP está solo. Y mientras ignora a Vox, con quien cerró todos los acuerdos posibles, llama a la puerta del PSOE. Una ecuación desquiciada tras haber tachado a los socialistas de peligro público y después de que Sánchez haya ganado votos y escaños con el No pasarán. Los ciudadanos han interpretado en las urnas que es más inestable un PP aislado pactando políticas de Estado con la ultraderecha que un gobierno articulado con pactos y múltiples partidos. En un contexto así, la virtud del sistema parlamentario premia la búsqueda de las mayorías. Se levanta sobre quién es más capaz de formar gobierno, de articular España. La estrategia de Sánchez en Cataluña no ha sido castigada. Al contrario, sale reforzado como máximo responsable de las políticas territoriales con un independentismo bajo mínimos. Con el pulso social que dan unas elecciones generales, se rompen los clichés y mantras que la derecha ha construido en la oposición durante toda la legislatura. Ahora, por pura repetición, generan más hartazgo e incredulidad que tensión política. Pero pasado el 23J, continúan con un repertorio desgastado. Así que escuchar el “traidores”, “enemigos de España” y “rompepatrias” genera más hartazgo que eficacia. Oír al popular Antonio Hernando o al diputado tránsfuga Sergio Sayas hablar de la “España sometida” por un Sánchez a quien “le da igual, le importa su silla y está dispuesto a lo sea”; o a Santiago Abascal hablar del “gobierno de destrucción nacional” suena a un raca raca tan manido como gastado. La construcción del villano Sánchez ha quedado desactivada. El PSOE convirtió el insulto perrosanxe en un meme moderno, poderoso y pegadizo. Hasta su mujer acabó luciendo su chapa perrasanxe al cierre de campaña. A los mantras del PP les pasa lo contrario, de la angustia polarizante e identitaria se está a un paso del ¿Es el enemigo? Que se ponga’ .
Tema: Re: Tribuna abierta Sáb Oct 14, 2023 9:37 am
La sociedad como arma de guerra
En marzo de 2003, varios países, encabezados por los Estados Unidos de George W. Bush, invadieron Irak bajo la excusa de unas armas de destrucción masiva que no existían. Fue el origen de grandes males, hasta de la potenciación del terrorismo, pero el rechazo social se extendió por el mundo. La opinión pública se convirtió en el “Quinto Poder” –término acuñado por The New York Times– al condenar enérgicamente la guerra de Irak en las masivas manifestaciones desarrolladas aquellos días. En España particularmente, dado que entre los actores de la invasión ilegal estuvo el presidente del gobierno José María Aznar. Dos décadas después la ciudadanía es otra, incapaz de conmoverse con los efectos de la injusticia, el dolor y el odio. Perturbada por un cúmulo de sensaciones erróneas, movida por bulos e intereses a manera de armas de destrucción de conciencias. El actual estallido de violencia entre Gaza y Palestina revela que la sociedad extraviada puede estar siendo también un arma de guerra. Ver llorar a una persona adulta en la vía pública era algo que solía impresionar a cualquiera de los ocasionales testigos. Ahora, cada vez menos y apenas nada según el contexto. En una guerra, depende de si se ha tomado partido pleno, pasando a ser y sentir como uno de los adversarios. Todos los llantos tienen una historia detrás; a mí, éste, de dolor y de impotencia, me rompió por dentro y mucho más saber el desenlace. Se llamaba Hatem Awad y era sanitario de la Media Luna Roja, la organización humanitaria hermana de la Cruz Roja occidental. Su ambulancia fue atacada por el ejército israelí en Gaza este miércoles y murió junto a otros tres compañeros. En circunstancias similares han caído 11 miembros de la agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA). Médicos Sin Fronteras también ha denunciado ataques contra sus instalaciones y medios. El ejército israelí dispara a quienes salvan vidas para evitar que rescaten a aquellos que han puesto en el camino de la muerte. Porque ya lo dijo el ministro de Defensa del ultraderechista gobierno de Netanyahu: los palestinos son “animales” a los que exterminar. Odio de la máxima calidad. Está claro que en la escalada bélica lo que crece es precisamente el odio. No se trata de resolver sino de triturar al enemigo. Israel ha dado un ultimátum a los habitantes del norte de Gaza para que se vayan al sur –no tienen otra salida abierta– en 24 horas. Son un millón, no pueden hacerlo sin añadir drama a la catástrofe humanitaria que viven. Hamás les insta a quedarse y llama a activar a lobos solitarios de todo el mundo para que actúen. Sin duda Hamás perpetró una masacre contra Israel y sus ciudadanos hace una semana; Israel parece estar buscando el exterminio de los palestinos. Este sábado se propone invadir la franja con cazas, tanques, artillería e infantería, Y, como siempre, son ayudados por colaboradores políticos y mediáticos. Lo que me llama la atención en este caso es la inhumanidad desplegada desde cómodos sillones ajenos al frente de guerra. No es indiferencia, es inconsciencia que no calcula sus efectos, porque los tiene. Con qué frivolidad compran una versión, la del fuerte, y admiten e incluso aplauden la aniquilación de seres humanos inocentes. El llanto de Hatem, su muerte, no inmuta a quienes ya han tomado partido. Da igual que el conflicto israelí-palestino nazca de una ocupación que se incrementa y radicaliza con los años y que los gobiernos de Tel Aviv hayan hecho caso omiso a las resoluciones de la ONU para la coexistencia pacífica de dos estados. Los sionistas en particular solo quieren uno, el suyo. Los palestinos no pueden permitirse ni intentarlo. Décadas de agravios explotan de cuando en cuando. Y se llevan vidas y haciendas. Y sus luchas repercuten en el tablero mundial. Y, aquí, tenemos a la política de la bajeza suprema que no solo no llora con el dolor de la impotencia y la muerte de las víctimas, sino que la usa en su provecho. Y hace cómplices a sus seguidores. La campaña sucia del PP de vincular a Hamás con el PSOE se inscribe en los anales de la infamia. Y se añade el problema del caldo de cultivo en el que operan: una sociedad mediatizada, frívola y carente de humanidad en donde encuentran su mejor campo de operaciones. Son los que entienden que se masacre a dos millones de personas en Gaza, que se salten los convenios internacionales y se cometan crímenes de guerra al dejarlos sin agua, sin luz, sin víveres, sin asistencia sanitaria ni de ningún tipo por vivir en un territorio desde el que partió el ataque terrorista a Israel. Y que, al decir de sus voceros, van en el paso siguiente a… aplastarlos. Difícilmente aceptarían –si cupiera cierta racionalidad en sus cabezas– que Euskadi hubiera sido arrasado –con todos esos recortes previos de suministros– como respuesta a los atentados de ETA. En la opinión que se impone, Israel es el bueno, el agraviado, el que recibe la ayuda militar, política y mediática de los otros buenos del planeta: EEUU, UE, numerosos países de Europa, todas las derechas de todos ellos. De ahí que sus víctimas sean insoportables y las palestinas lógicas y merecidas, si nos atenemos a lo que se está viendo. Ése es el gran problema al que nos enfrentamos, el profundo fracaso de esta sociedad global. Frente a los miles de Hatem Awad que se vuelcan en la ayuda y la defensa de los derechos humanos, y hasta perder la vida, una masa amorfa y cruel pasa de todo llanto y de toda violación que no le afecte personalmente o así lo crea. Porque sí les afecta. Estamos viendo casos extremos de crueldad, de falta de empatía social desde tiempo atrás y, lejos de mejorar, el problema empeora. Yo no he dejado de preguntarme en tres años desde la pandemia de coronavirus, en qué pensaba Isabel Díaz Ayuso, presidenta de Madrid, al dar vía libre al protocolo de la vergüenza para las residencias de ancianos. Si en algún momento visualizó la angustia de aquellos seres humanos que morían sin siquiera asistencia médica. Y qué siente al limitar la gratuidad del comedor escolar a 5.500 niños, pese a que 130.000 viven en situación de pobreza. Mientras proyecta nuevas obras para su hospital fantasma llamado Zendal. Y en qué piensan sus votantes. Y los de Cantabria, a quienes el nuevo consejero les ha dicho que si pagan más tendrán prioridad en las listas de espera. ¿Lo entienden también? pues igual son usados como armas contra el conjunto de la sociedad. En qué piensan los ciudadanos que ven usar a las víctimas lejanas de Oriente Medio y a las de aquí para lograr el poder. Si son conscientes de la inhumanidad que les posee. Ah, que a lo mejor no se enteran, que se informan por los medios que se dedican a desinformar. ¿Y a esos medios, cómo se les queda el cuerpo al engañar a sus audiencias en temas sangrantes y con resultados a menudo trágicos? Porque solo el hecho de conducir a una población, con mentiras o desvirtuando la realidad, a decisiones que perjudican al conjunto, no parece demasiado edificante. Desde luego no responde a la profesión a la que dicen dedicarse.
El momento de extrema degradación que vive cierto periodismo y cierta clase política se mostraba en toda su crudeza este pasado martes en el bulo de los supuestos 40 bebés degollados por Hamás. Ha habido y habrá en esta guerra crímenes así de abominables, pero esto no se demostró cierto. Se lanzó sin confirmar y con una fuente prácticamente anónima. Se lo comió hasta el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y [url=https:// https//www.eldiario.es/internacional/casa-blanca-aclara-palabras-biden-afirma-presidente-no-visto-fotos-hamas-decapitando-ninos_1_10592484.html]tuvo que desmentirle la Casa Blanca[/url]. En España, la primera que se apuntó fue Ayuso para atacar a Pedro Sánchez. Siguió Sémper y la cuadrilla de siempre. Y sus fieles lo tienen tragado hasta el fondo y allí piensan dejarlo en defensa férrea de su veracidad. Centenares de niños han muerto esta semana, y mujeres y hombres. Esto es una guerra real, no un programa de televisión. No son todos, claro. Manifestaciones en diversos países apoyan desde el uso de la cordura a salidas drásticas. Hay reacciones pero son distintas a aquel quinto poder que rechazó la guerra de Irak. Podríamos estar incluso ante un Otoño Árabe y no de propuestas altruistas. Lo terrible es esa enorme masa social que no se conmueve con la injusticia y el dolor. Peor aún si lo comprende, lo apoya e incluso lo exige. Es una forma de volverse cómplices de verdaderas atrocidades. Y este camino da vértigo.
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Laberinto V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna abierta Sáb Oct 14, 2023 11:38 pm
Bravo!!!
Estoy hasta el moño de la hipocresía de este mundo "civilizado ", de justificaciones absurdas y de que las vidas, sean las que sean, cuesten menos que una puta bala! Gracias, marapez!
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athenea V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna abierta Sáb Oct 14, 2023 11:48 pm
Llegamos a la espantosa conclusión que las vidas valen (o no) de acuerdo al bando al cual pertenezcan...
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Tema: Re: Tribuna abierta Sáb Oct 14, 2023 11:51 pm
athenea escribió:
Llegamos a la espantosa conclusión que las vidas valen (o no) de acuerdo al bando al cual pertenezcan...
Sí...y eso es más terrible aún si cabe.
Y parece que algunos tienen patente de corso , amparándose en los sufrimientos pasados...qué triste. Es posible que hayan olvidado la historia porque quieren repetirla...
Laberinto
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: Tribuna abierta Lun Oct 23, 2023 9:04 am
Diez hombres justos
Cuenta Jorge Luis Borges que en la tierra hay, y siempre habrá, treinta y seis hombres justos cuya misión es justificar el mundo ante Dios. Son los pilares secretos del universo, no sospechan que lo son, no se conocen entre sí, son muy pobres y, cuando uno de ellos muere, inmediatamente, de manera automática, otro de cualquier región del mundo toma su lugar. Es una antigua tradición judía, los Lamed Wufniks, que encuentra su par en la cultura árabe; en la filosofía sufí se reconoce con igual papel a los Ktubs, hombres perfectos por encima de hombres y de santos. En mi curiosidad queda que en árabe la palabra tiene la misma raíz trilátera de libro. Borges se remonta al capítulo dieciocho del libro del Génesis para buscar la raíz remota de la creencia, cuando el Señor dice que si encontrare diez hombres justos no destruiría la ciudad de Sodoma. El Señor no los encontró y eso que es omnisciente y ya se sabe de la ira y violencia del mencionado. Es solo una creencia. Albert Einstein, judío, dejó escrito que la “palabra Dios es la expresión, el producto de las debilidades humanas y, refiriéndose a la religión judía: la Biblia es una colección de leyendas venerables, pero bastantes primitivas”. Lo escribió en la 'Carta de Dios', en 1954, con gran revuelo, apenas unos años después de la creación del Estado de Israel. El Dios de Einstein era el Dios de Spinoza. Baruj Spinoza, judío sefardí, desde muy joven fue apartado por la autoridad talmúdica del seno de su familia religiosa en Holanda. Ninguno de los dos dejó nunca de ser judío, pertenecen al gran acervo de la cultura mundial, rica en personas judías creyentes o ateas. En las mismas creencias ateas podemos situar a José de Saramago por ver Israel de otra manera, todos grandes disidentes del pensamientos único. Hoy, seguramente, con la materia gris existente y dominante en nuestro mundo, tanto por judíos como gentiles, serían considerados como antisemitas. A Einstein, que no veía muy claro la necesidad de un Estado solo judío, y eso que se adhirió al primer sionismo, le ofrecieron incluso la presidencia del nuevo Estado de Israel que rechazó. Por razones obvias, nunca se lo hubieran ofrecido ni a Spinoza ni a Saramago. Lo cierto es que con la luz y lucidez mental de personas como las citadas y otras muchas, la humanidad no ha conseguido desprenderse de los fanatismos. Hamás es un movimiento islámico ultra, terrorista, que abraza el radicalismo del salafismo sunní; el Likud se abraza a la ultraortodoxia ultraderechista para gobernar su país a la berlinesa de los treinta y primeros cuarenta.
La ira ha caído sobre Gaza, sobre toda Gaza y todo el pueblo palestino, en Gaza o en Cisjordania. Las bombas caen sobre las mezquitas, la última la de Al Ansari en Cisjordania, sobre hospitales, como el cristiano Al Ahli, Batista, de Gaza, sobre la iglesia ortodoxa de San Porfirio. Sobre civiles y militares, mujeres, ancianos o niños, suníes moderados o radicales, chiíes, ateos y laicos, cristianos evangélicos, ortodoxos o católicos. En contra de toda disposición de derecho internacional, contra la Biblia, la Torá o los Evangelios. El Dios de la ira, la venganza, como en el Génesis, no ha encontrado tampoco ahora diez hombres justos en Gaza, y eso que es omnisciente; todos merecen el exterminio. Así lo ha predicado el presidente israelí Isaac Herzog. Ni siquiera el Dios de Netanyahu ha encontrado diez niños justos. Salam, Shalom para todos en nombre de su Dios.