Hace unos días Isabel Díaz Ayuso planteaba su medida fiscal “estrella” en la Comunidad de Madrid con la que reducirá 0,5 puntos el impuesto sobre el IRPF a los madrileños, además de anunciar la supresión de todos los tributos propios.
Pues bien, cabe decir que la bajada de la tarifa autonómica del impuesto sobre la renta en Madrid, con la consiguiente pérdida de recaudación que conllevará no resulta acorde con la situación actual en la que el gasto sanitario y de protección social, como consecuencia de la crisis derivada de la pandemia, han aumentado considerablemente. Por tanto, es necesario disponer de mayores recursos para afrontarlos y contribuir así al mantenimiento del Estado de bienestar contemplado en nuestra Constitución.
En este sentido, la OCDE y el Fondo Monetario Internacional vienen planteando la necesidad de incrementar la progresividad de la tributación en estos momentos en los países desarrollados. Y así, el FMI, en su informe Monitor Fiscal del pasado mes de abril, señalaba que las grandes desigualdades persistentes han empeorado el efecto de la pandemia de COVID-19, mientras que la crisis, a su vez, ha intensificado esas desigualdades; recomendando que las respuestas de política económica reúnan los ingresos necesarios para hacer frente a la crisis, incrementando la progresividad de la tributación del ingreso y aumentando el recurso a impuestos sobre sucesiones/donaciones y la tributación inmobiliaria, así como considerar contribuciones para la recuperación de la COVID-19, impuestos sobre beneficios empresariales «excesivos» e impuestos sobre el patrimonio si las medidas anteriores no son suficientes.
Por otro lado, la rebaja fiscal de reducir el mismo medio punto porcentual en cada tramo de la escala autonómica beneficia cada vez más conforme aumentan los ingresos declarados, de forma que, en esa medida, disminuye en mayor proporción la carga efectiva sobre la base liquidable según aumentan los ingresos.
Por tanto, la rebaja fiscal, tal y como está configurada, disminuye la progresividad de la escala autonómica del impuesto sobre la renta como se observa del porcentaje de ahorro en términos relativos. Además, debe aclarase que la rebaja no afecta al 46% de los madrileños que declaran una base liquidable general por debajo de 14.000 euros o hasta los 16.500 euros con cargas familiares y personales, ni a los trabajadores madrileños no obligados a declarar por la baja cuantía de sus rentas del trabajo.
Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos de Hacienda (GESTHA)