LADRONES DE CENICEROS

LADRONES DE CENICEROS

Con mucha cautela, y adoptando toda clase de precauciones, el comensal de la mesa situada frente a la mía ha cogido un cenicero, se lo ha entregado a su mujer, y ésta, camuflándolo en una servilleta lo ha hecho deslizar hacia el interior de su bolso con mucho disimulo.

—¿Nos ha visto alguien? Pregunta el hombre a la mujer.
—Me parece que no.

Todos los camareros del restaurante, se mantienen de espaldas a la mesa donde se cometía el robo, con la mirada perdida en dirección al techo. El dueño del restaurante, un caballero obeso, muy atildado y enjoyado, espiaba tras una cristalera, y al darse cuenta de que el cenicero había desaparecido de la mesa, haciendo un guiño para que los camareros se fijaran, les ha dicho:

—Ya os podéis girar. El robo se ha consumado felizmente.

Entretenido tomándome un delicioso brandy, he esperado a que todos los clientes se hubieran marchado con tal de comprobar si en alguna mesa había quedado algún cenicero, y me he dado cuenta que no quedaba ninguno. Todos habían sido robados, excepto el de mi mesa. En realidad es un cenicero vulgar, de cerámica floreada, y con el anagrama y el nombre del restaurante impreso en color verde oliva.

El dueño del restaurante se ha sorprendido y dirigiéndose a mí me dice:

—¿Usted no se lo lleva?
—No.
—¡Es extraordinario! En siete años que hace que regento este restaurante, usted es el único comensal que no se llevará el cenicero.

El dueño del establecimiento, un gran tipo, pide a un camarero que lleva a mi mesa una botella de Fondillón de la cosecha del 85 y un par de copas, me invita y mientras deleitamos tan excelente vino me cuenta sus desventuras. El primer año de existencia del restaurante, los camareros, obedeciendo sus órdenes, cuando veían a un señor o una señora que disimuladamente se adueñaban de un cenicero, se le acercaban diciéndole: “No se preocupe, puede llevárselo tranquilamente, y si lo desea se lo envolveremos en papel de seda”. Pero los comensales se ofendían, dejaban el cenicero sobre la mesa y ya no volvían más al restaurante. Fue después cuando el hombre comprendió que los “cenicerófilos” no sentían deseos de aquellos ceniceros, se dio cuenta que lo que de verdad les ilusionaba era ejercer la cleptomanía con algo de riesgo. Se dio cuenta que el robo del cenicero les producía una emoción insuperable, intensa, apasionante, era el final feliz de una excelente comida o cena. Una vez comprendió la psicología de los clientes ya no tuvo ningún problema.

—¿Otra copita más de Fondillón? –me dijo.
—Si usted insiste…

Es de esta manera como se razona. Es así cómo se entra en el terreno de las confidencias.

—Mire usted, una dama de cierta edad, que nosotros la llamamos Batty Cenicero, no me sorprendería que en su casa tuviera más de mil de ellos. El primer día que vino a mi restaurante, escondió un cenicero y lo dejó caer disimuladamente dentro de su bolso, el camarero acudió de inmediato y dejó sobre la mesa otro, pero tan pronto se giró de espaldas, el nuevo cenicero desapareció. Yo tengo dadas las órdenes que no escatimen en ceniceros. Una noche, Batty Cenicero se llevó doce piezas…

Tras una breve pausa y de saborear otra copita de Fondillón, el dueño me dijo:

—Son cleptómanos de vía estrecha.

Y después de otra pausa siguió:

—Si supieran que los ceniceros que se llevan se los cargamos en la cuenta…

—Por mí –me dije- no lo sabrán.

YO, el proscrito.


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Eso de los ceniceros es como ser coleccionista.
Si el Hostelero es inteligente debe facilitar la labor. Se carga un poquito mas en la cuenta y todos alegres y felices.
Yo tendo algunas docenas en mi casa, tomados en préstamo de diferentes bares, cafeterías y restaurantes. Ah! y Hoteles. [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Recuerdo una anécdota con unos ceniceros que me encargaron... pero me da corte contarla...

tay escribió:

Recuerdo una anécdota con unos ceniceros que me encargaron... pero me da corte contarla...

Atrévete. Te leeré con atención. [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Venga va... ejem...

Ayudaba yo a una amiga en una tienda, y nos habian encargado unos ceniceros (como 40, creo) para el ayuntamiento y otros edificios municipales. La persona encargada de venir a recogerlos era (es) un vecino del pueblo, que denotaba una tartamudez bastante exagerada. (Debo advertir que es amigo mio, y mi comentario fue en tono amistoso).
Como no aparecía el chico por la tienda después de haber avisado que ya los teníamos, y los ceniceros (con sus cajas) abultaban un montón, llamé por teléfono:
-¡¡¡Oyeeeeeee!!! Pero bueno, le queréis decir al tartaja éste que venga de una vez a por los ceniceros??? ¡¡Me le voy a traer arrastraaaaaaaaas!!!

Contestación:
-Ya... ya... i... iba a... a ir.. a p...p...p...p...ooooor... e... ellos est... est... a misma... ma... a... a... ñana... mu... mu... jjj...er...

_DESTELLO_ escribió:

Juajua juajuajua [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

¡ Toma yaaaa ! Si es que no se pué sé una tan espontánea , mujéee.

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Real como la vida misma. Somos así...

Me ha gustado mucho, sobretodo el final. Muy bueno!!!

Así que Batty ceniceros jajajjjj La Batty real no fuma, pero si el cenicero es muy chulo...

tay escribió:

Venga va... ejem...

Ayudaba yo a una amiga en una tienda, y nos habian encargado unos ceniceros (como 40, creo) para el ayuntamiento y otros edificios municipales. La persona encargada de venir a recogerlos era (es) un vecino del pueblo, que denotaba una tartamudez bastante exagerada. (Debo advertir que es amigo mio, y mi comentario fue en tono amistoso).
Como no aparecía el chico por la tienda después de haber avisado que ya los teníamos, y los ceniceros (con sus cajas) abultaban un montón, llamé por teléfono:
-¡¡¡Oyeeeeeee!!! Pero bueno, le queréis decir al tartaja éste que venga de una vez a por los ceniceros??? ¡¡Me le voy a traer arrastraaaaaaaaas!!!

Contestación:
-Ya... ya... i... iba a... a ir.. a p...p...p...p...ooooor... e... ellos est... est... a misma... ma... a... a... ñana... mu... mu... jjj...er...

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Batty escribió:

tay escribió:

Venga va... ejem...

Ayudaba yo a una amiga en una tienda, y nos habian encargado unos ceniceros (como 40, creo) para el ayuntamiento y otros edificios municipales. La persona encargada de venir a recogerlos era (es) un vecino del pueblo, que denotaba una tartamudez bastante exagerada. (Debo advertir que es amigo mio, y mi comentario fue en tono amistoso).
Como no aparecía el chico por la tienda después de haber avisado que ya los teníamos, y los ceniceros (con sus cajas) abultaban un montón, llamé por teléfono:
-¡¡¡Oyeeeeeee!!! Pero bueno, le queréis decir al tartaja éste que venga de una vez a por los ceniceros??? ¡¡Me le voy a traer arrastraaaaaaaaas!!!

Contestación:
-Ya... ya... i... iba a... a ir.. a p...p...p...p...ooooor... e... ellos est... est... a misma... ma... a... a... ñana... mu... mu... jjj...er...

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No sabía yo que los murciélagos se ríen, jaté...

Pues una vez me lleve una almohada de un hotel, pero no se lo digais a nadie ¿vale?

gandhi escribió:

Pues una vez me lleve una almohada de un hotel, pero no se lo digais a nadie ¿vale?

Como si no hubieras dicho nada!!! [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

es que me hacia falta, el nano andaba de vomiteras y volviamos a casa desde Galicia todo de un tacá.

Batty Ceniceros solamente por un día, por una humorada, por un pequeño pasatiempos..., porque en realidad eres y serás Batty la Encantadora y no de serpientes, sino de un Proscrito que deambula por el Valle de los Leprosos, y que, igual, —¡quién lo sabe!— también es algo serpiente.(*)

YO, el proscrito
_____________

(*) Me pareció ver muchas cabezas asintiendo, o bien que, amodorradas, se daban una cabezadita.

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YO escribió:

Batty Ceniceros solamente por un día, por una humorada, por un pequeño pasatiempos..., porque en realidad eres y serás Batty la Encantadora y no de serpientes, sino de un Proscrito que deambula por el Valle de los Leprosos, y que, igual, —¡quién lo sabe!— también es algo serpiente.(*)

YO, el proscrito
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(*) Me pareció ver muchas cabezas asintiendo, o bien que, amodorradas, se daban una cabezadita.

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ya me gusta ya... Ser Batty ceniceros o la mala y fea de la película... jajajj Total soy la prota...

Lo que no me gusta es lo del valle de leprosos. Habrá que hacer algo al respecto...

Palabras de Batty:

"Lo que no me gusta
es lo del valle de leprosos.
Habrá que hacer algo al respecto..."

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Podría, mi estimada y preciosa Musa, llamar a este mi lugar de destierro con otro nombre, pero este elegido no me preocupa. No son los nombres los que hacen las cosas, sino las cosas lo que hacen los nombres.

Podría, en mi elección, haberlo llamado “La forja”, y quizás este nombre le hubiera caído como anillo al dedo, pues como castigo por mi frialdad y dureza a una forja se me ha querido llevar. En estos lugares, como bien sabrás, se calienta al hierro a temperaturas elevadísimas para en el yunque, y con el martillo en mano, ir golpeándolo el herrero hasta darle la forma que quiere; claro que, en mi caso, prefiero no cambiar y, con mis muchos defectos y algunas virtudes (supongo tendré), presentarme en todas partes tal cual soy. Mejor, por tanto, no considerarlo forja, pues una factoría así destinada a mi de poco o nada serviría. Alguien insumiso no se presta a manipulaciones ni transformaciones por dar placer al forjador.

Un día de estos, mi amada Musa, escribiré un relato donde la temida lepra esté presente, pero he de decirte que esta enfermedad bíblica tiene mucho de leyenda errónea. No es una enfermedad contagiosa, por mucho que se crea. Hay que borrarle su gran dramatismo, y para ello nada mejor que visitar alguna vez la leprosería de Fontilles que tenemos muy cerca de Alacant y, por otra parte, te lo aseguro, es la lepra mental, que ni se ve ni afea físicamente, muchísimo peor que la del cuerpo. Mi desplazamiento a este Valle de los Leprosos no fue por miedo al contagio, porque mi piel está limpia de impurezas. No hay ni un atisbo de tal mal en mi todo cuerpo, pero fui echado aquí como apestoso, por gentes mentalmente leprosas. Pero, a Dios gracias, siempre hay personas bondadosas que vienen a visitarme, o sea Musa de mi alma: tú. Y con solo tu presencia, con solo unas palabras tuyas, y más si son de aliento y felicitación, pocos sabrán el placer y felicidad de vivir, como yo, en un lazareto.

YO, el proscrito


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¡Mamma mía!, que diría el paisano de Berlusconi, treinta y pico de años menos… una joya, chiquilla. Y de las buenas, como hecha por el mejor orfebre, nada de imitaciones tipo Tous.

Pero Batty ¿hay algo mejor que la risa? ¿No crees, acaso, que mi intención es hacerte reír? Mira, pequeña (permíteme que te lo llame no por tamaño, sino por edad), tienes razón en cuanto a que el diablo sabe más por viejo que por diablo, porque la vida es experiencia, y a más vida más hay de esto último, pero lo principal, y esto es un buen consejo, sé observadora, mira y estudia a todos cuantos te rodean, saca conclusiones de sus actos, y críbalo todo bien de manera que te quedes únicamente con el grano y dejes volar la paja. Pero sé tolerante, respetuosa con todas las ideas y con todos y más todavía con el desvalido, con el débil e incluso con el inútil, que inútiles los hay. La viña del Señor está llena de todo. Y piensa que en esta vida estamos como en un gran teatro y a cada uno del elenco se nos ha dado un papel a interpretar. Tú, por ejemplo, y aquí en este Valle de los Leprosos, haces de buena samaritana, y desciendes a él para dar alegría a un desterrado, a un proscrito, a alguien que por hablar claro, sin rodeos ni hipocresías, la sociedad lo ha desterrado como enemigo público número uno.

Y te decía lo de sacar conclusiones para no caer en el mismo terrible pecado mortal en que cayó este que te quiere y aprecia y ha hecho de ti su Musa particular, porque Batty estimada, si hablas claro como el agua del alegre manantial, si dices cuanto piensas aun diciéndolo con respeto, siempre habrá, no lo dudes, quien lo tergiverse, malinterprete y se sienta molesto u ofendido, y cuidado si tiene algún poder mundano por pequeño que sea. En definitiva, mi muy estimada princesita, que no es tan beneficioso ser honesto si se quiere pasear por la sociedad sin sobresaltos, que hay que ponerle al guiso más perejil de lo necesario, esto es, un toque excesivo de hipocresía en algunos casos, sumisión en otros, a veces indignidad y en ocasiones hacer la vista gorda si no quieres ser desterrada a un valle de apestados como este.

Pero, también te digo, y esto lo digo como cazurro, insumiso, de voz clara y contundente, que antes pasearme por un lugar solitario donde salvo tú, el sol ni asoma, que aborregarme. El mundo es maravilloso si la sociedad que lo habita lo es, pero si esa sociedad se infecta de malos modos y acostumbra a vivir sin honestidad (la hipocresía es deshonesta) la soledad es el estado más maravilloso que te puedes encontrar. Y, si además, de vez en cuando el sol (o sea tú) me acaricia con sus cálidos rayos ¿qué más se le puede pedir al mundo?

Eso sí, por favor Batty, no dejes de visitarme. Y si algún día la lepra va carcomiendo mi rostro, yo me cubriré para que tus almendrados ojos verde jade no perciban mi monstruosa apariencia. Pero, a Dios gracias, la lepra no afecta a la voz, y mi voz será clara, contundente y no entregada a la mentira, la falsedad, la tergiversación, el ensañamiento ni a indecencia alguna. Y la lepra tampoco afecta a los sentimientos, que serán en mí, te lo aseguro, tan nobles, afectivos y respetuosos como el primer día.

YO, el proscrito


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Imitaciones tipo Tous... jajajajjj Estás en todo...

No, no hay nada mejor que la risa. La risa es lo mejor para todo... Es uno de los motivos por el cual no te librarás de mi tan facilmente.

Gracias por tus consejos, los escucho atentamente, son sabios.

Y no digas eso de que hago de buena samaritana... Porque lo hago por los dos, lo que quiere decir que, por mi también, eh!!

Por lo tanto, no tengas ninguna duda de que, siempre que pueda estaré aquí contigo.

Ahora sólo falta que me anime y me vuelva la inspiración... De momento sólo puedo estar.



Un abrazoo[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] (hay días en los que una necesita un achuchón)

Coincidimos totalmente, Batty, pues nada mejor que la risa y nada mejor que saberse reír de uno mismo. Creo, sinceramente, que alcanzando esto último el ser humano está muy cerca de la felicidad que tanto busca y anhela; porque en realidad, quien se ríe de sí mismo, es porque se ha dado cuenta que en esta vida somos muy poca cosa. El engreimiento, la soberbia, el despotismo, el orgullo como una elevación del ego exagerada y fuera de lugar, conducen, lamentablemente, a la desdicha.

No caigamos, amiga mía, en estas insanas actitudes.

Un beso respetuosísimo. Como te mereces.

Por cierto ¿te has ido alguna vez por los cerros de Úbeda? ¿Sabes el origen de esta frase? ¿No? Pues visita mi web. Allí doy una pequeña explicación.

YO, el proscrito.


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