"Triste de la nación que deja caer en el olvido las ideas y concepciones de sus mayores. Esclava alternativamente de doctrinas exóticas, entre sí opuestas, vagará sin rumbo fijo por los mares del pensamiento, y cuando acabe de perder los restos de la ciencia castiza, perderá a la corta o a la larga los caracteres distintivos de su lengua y los de su arte y los de sus costumbres, y luego...estará amenazada de perder también hasta su integridad territorial y su independencia..."
Gumersindo Laverde.
Madrid, marzo de 1917, del prólogo a la segunda edición de La Leyenda Negra de Julián Juderías