'Chocolate' hasta la misma cocina
En vez de duros antiguos, como en el célebre tanguillo, la orilla gaditana se llenó de fardos
La Guardia Civil se vio desbordada por docenas de 'busquimanos' que recolectan droga
Nos lo cuenta uno de ellos: David, parado y padre. Todo empezó con dos ahogados
La encimera de una mujer divorciada de Chiclana (Cádiz), con los 50 kilos de resina de cannabis que le consiguió un primo, valorados en 50.000 euros.
La casa de esta señora, divorciada y con dos hijos, es humilde. Su barrio, una zona deprimida. Desde que dijo adiós a su ex, la nevera suele estar medio vacía y en los armarios, antiguos, apenas entra ropa nueva. Pero
desde hace cuatro días aquí ya no hay estrecheces. Hasta su cocina llegó la mañana de este jueves el parné que tanta falta le hacía. El chocolate que vino del mar tras un naufragio de narcos va a llenar sus bolsillos con cerca de
50.000 euros. Se lo consiguió un primo hermano que en la madrugada del miércoles se metió en la playa de Chiclana en busca de los fardos de hachís que las olas se tragaron después de que volcaran dos lanchas de Marruecos.
La mujer, que apila la droga en su encimera blanca con detalles negros, hace un recuento rápido amontonando las placas de hachís de cinco en cinco: a ojo, tiene 50 kilos de resina del cannabis que crece en las montañas del valle del Rif o de la costa atlántica de Marruecos. Y
el kilo se paga a mil euros. Negocio redondo. Como ella, muchos vecinos de Chiclana dan las "gracias a los moros" que perdieron su alijo a un par de millas de la costa gaditana.
Fue durante la madrugada de hace dos viernes. Tres lanchas que habían partido de algún punto al norte de Marruecos -en cada una de ellas, dos narcos a bordo- se acercaban a gran velocidad hacia un horizonte donde se veía Chiclana. Allí sería la entrega. Pero el temporal de viento y lluvia que por esas fechas golpeaba Andalucía
hizo que dos de las embarcaciones fueran a pique y que los narcos pidieran socorro. Sorprendidos por un mar embravecido, valoraron más sus vidas que su millonario cargamento de hachís (cada lancha puede cargar hasta dos toneladas ).
Tres de los seis marroquíes que iban a bordo de las embarcaciones fueron rescatados. Nada se sabe del cuerpo de un cuarto. Y
dos cadáveres aparecieron dos días después en una playa al este de Chiclana con tan sólo unas horas de diferencia. Pero por ese entonces, la noticia de que el mar estaba escupiendo centenares de kilos de hachís ya había corrido entre los busquimanos de Chiclana y de localidades cercanas como Conil, Barbate... Incluso más lejanas como La Algaba (Sevilla) o Almería.
Los raudos busquimanos -como se conoce desde los 80 en Cádiz a los jóvenes que recorren la costa en busca del hachís que pierden los narcos o echan al mar al ser avistados por los helicópteros de la Policía- se han lanzado a rastrear cada centímetro de la
playa del caño de Santi Petri, hasta donde la marea está arrastrando la droga. Las escenas de estos días traen a la memoria ese mítico tanguillo de la zona cuya letra decía: "Aquellos duros antiguos que tanto en Cádiz dieron que hablar / que se encontraba la gente en la orillita del mar". Ahora aquellos durillos son placas de cannabis adulterado.
Este jueves, cuando Crónica visita la playa, decenas de chavales pasean por la orilla o merodean el pinar cercano. Entre sus arenas se piensa que muchos
busquimanos entierran de noche su alijo para recogerlo una vez se rebaje el cerco que desde hace nueve días practica la Guardia Civil, que ya ha recuperado cerca de 2,5 toneladas. "Es imposible mantener un control efectivo al 100% durante las 24 horas", reconoce Manuel González, portavoz en Cádiz de la Benemérita. Pese a haber detenido a 70 ladrones del hachís que escupe las olas, no han podido impedir que muchos se lleven "hasta fardos enteros".
Como el primo de la señora que muestra el chocolate en la encimera de su cocina. Él se hizo con fardo y medio para su prima, pero en Chiclana se rumorea que no le entregó todo su botín. La madrugada del jueves, probablemente acompañado por uno o varios amigos,
se adentró en las aguas en busca de su nueva fuente de ingresos. No estaban solos.
Cuentan los chicos que cuando cae la noche, se lanzan al mar desnudos, con neoprenos o con zapatos para no cortarse los pies con las pequeñas pero afiladas rocas. David, parado y con dos hijos, tiene claro que un posible "resfriao" no es excusa:
"Esta noche me meto seguro", dice con grueso acento gaditano al mediodía de este jueves. "Me importa un carajo que esté el pájaro (helicóptero) de los brigadillas sobrevolando mi cabesa. No voy a ser el único tonto de to' Chiclana que se que va a quedar sin un kilito".
De algo eran conscientes los
70 detenidos (ya en libertad con cargos): "Con Los Pelones, esto no hubiera pasao". Los Pelones eran tres hermanos de Chiclana que formaban su propio clan. Eran, sí, eran, porque David, el mediano y jefe del grupo, fue asesinado por dos sicarios en agosto. Le hicieron la corbata (sacarle la lengua por la garganta), recibió numerosas
puñaladas, destrozaron su cara a golpes y se deshicieron de su cadáver en un descampado de Puerto Real. Era la vendetta de un narco marroquí por robarle un cargamento de hachís.
'Pa' que se lo gane uno solo, que se lo quede er pueblo, pisha", dice el amigo de una señora que ha conseguido 50 kg de hachís
Los Pelones, explican fuentes de la Benemérita, se dedicaban al vuelco de alijos: yendo armados hasta los dientes, ya fuera en la orilla o en alta mar, robaban la droga a los tripulantes de las lanchas que venían de Marruecos. No tenían reparo en apretar el gatillo. "Ahora los dos hermanos están cagaítos sin mové un deo", añade al teléfono el busquimano.
Quien aún da gracias a que Los Pelones no estuvieran merodeando la playa del caño de Santi Petri es la señora que ha convertido su cocina en un
almacén de chocolate. El Tali, un veinteañero de Chiclana que con 18 entró en prisión por narcomenudeo, conoce bien a la afortunada. El chico, en libertad condicional y alejado de las drogas -tiene un empleo estable y una relación consolidada- cuenta que se alegra por ella: "Pa' que se lo gane uno solo, que se lo quede er pueblo, pisha".
http://www.elmundo.es/cronica/2014/12/07/5482d26e268e3e262b8b4572.html