En un artículo del The New Yorker un conocido periodista, Jon Lee Anderson ,trató de explicar lo que sucedía en Cataluña como que " eran heridas mal cerradas del franquismo", una especie de prolongación de la leyenda negra que solo nos creemos los españoles.
A Anderson le contestó en el El País ,Antonio Muñoz Molina ,harto de que a España se la retratara en el exterior ciomo una especie de Francolandia y dijo lo siguiente: Si, seguíamos en la tierra de Franco, ¿cómo era posible que Cataluña dispusiera de un sistema educativo propio, un Parlamento, una fuerza de policía, una radio y una televisión públicas, un instituto internacional para la difusión de la lengua y la cultura catalanas? El reconocimiento de la singularidad de Cataluña era tan prioritario para la naciente democracia española, le dije, que la Generalitat se restableció incluso antes de que se aprobara la Constitución. Extraño país franquista el nuestro, tan opresor de la lengua y de la cultura catalana, que elige una película hablada en catalán para representar a España en los Oscar.