Rajoy:
insistió este lunes en que no habrá cambios aunque se da por hecho algún retoque. Con la moral por los suelos, la respuesta de los dirigentes del PP a los misiles que disparan desde La Moncloa resulta débil y fatigada. El pulso entre Cospedal y Santamaría vivió momentos incandescentes en torno a la designacón del presidente del PP andaluz. El pulso lo ganó la vicepresidenta, al colocar a su protegido Moreno Bonilla, cuya gestión se caracteriza por sufrir derrotas en todas las elecciones que le han tocado en suerte.