Habrá quien diga, y habrá quien lo compre, que el primer pacto de Gobierno del PP con la extrema derecha es cosa de la directiva anterior. Que es una decisión de Pablo Casado, ese líder al que lanzaron desde la ventana de Génova 13, hace dos semanas, y que hoy manda en el partido casi tanto como el bedel. Habrá quien cuente, y quien así se lo crea, que Alfonso Fernández Mañueco va por libre y ha sido él, por su cuenta, quien ha decidido meter en su Gobierno a la ultraderecha de Vox. Sin encomendarse a nadie. Sin siquiera preguntar. Habrá quien intente convencernos de que Alberto Núñez Feijóo no ha tenido nada que ver con esta decisión. Que él aún no manda. Que no lo hará hasta que “hablen los militantes” y decidan si respaldan al candidato al que apoyan absolutamente todos los barones del partido o si se decantan por esa concejala desconocida del Ayuntamiento de Gandía que ni siquiera cuenta con los 100 avales necesarios. Habrá quien se lo crea: que Feijóo no ha tenido nada que ver con esta decisión, la más transcendental para la derecha española en mucho tiempo. Que ha sido Casado, o Mañueco, o el Espíritu Santo descendido de nuevo para la ocasión. Lo venderán de mil maneras. No faltará quien les compre las falsedades. Pero la realidad es que el nuevo presidente in pectore del PP se llama Alberto Núñez Feijóo y es ya quien manda en el partido. No desde hoy, cuando ya es oficialmente el único candidato a presidir el PP. Tampoco desde la Junta Directiva Nacional de hace diez días. Alberto Núñez Feijóo es el jefe desde esa noche, 23 de febrero, en la que forzó a Pablo Casado a anunciar su dimisión, tras un golpe palaciego de todos los barones y coroneles del partido. Tras tomar el poder en la derecha –después de que Casado rompiera la omertá–, la primera decisión importante de Alberto Núñez Feijóo fue dejar claro su nivel de compromiso en la lucha contra la corrupción. “Yo creo en la honorabilidad de Isabel Díaz Ayuso”, y con esa frase explicó lo que opina sobre la comisión que cobró su hermano y que ya investiga la Fiscalía Anticorrupción. Su segunda decisión importante ha quedado clara hoy. El supuesto líder moderado, el que no había venido a la política a insultar, es quien avala el primer Gobierno del PP con la extrema derecha de Vox. Con un partido que niega la violencia machista, que defiende la xenofobia y que abiertamente rechaza aspectos esenciales de la Constitución. Es legítimo y perfectamente democrático pretender un cambio en la Constitución hacia un modelo más centralista, como plantea Vox cuando quiere acabar con el modelo autonómico. Igual que lo es defender una república, en vez de una monarquía, o un referéndum de autodeterminación que tampoco cabe en la actual Constitución. Pero la razón por la que Vox no es un partido como los demás no es porque ponga en dudas consensos constitucionales, como otros partidos también hacen. Sino porque quiere dinamitar los pilares de esta Constitución y de cualquier otro sistema democrático: las libertades políticas más básicas, que Vox pone en serio riesgo cuando pide la ilegalización de partidos a los que votan millones de ciudadanos, o cuando niega la legitimidad del Gobierno elegido por el Parlamento español. Esa es la principal diferencia entre Vox y todos los demás. Es la razón por la que no se puede equiparar a Vox con los independentistas o con Unidas Podemos, como intenta la derecha en un falso paralelismo. "Es un partido de extrema derecha", como explicaba hace no tanto el probable secretario general del PP de Feijóo, Esteban González Pons. Un partido de extrema derecha cuya esencia es contrario a la democracia. Igual que Salvini. Igual que Orbán. Igual que Le Pen. Normalizar a Vox como si fuera un partido mas va a marcar para siempre la carrera de Alberto Núñez Feijóo, que ha intentado pasar de puntillas sobre esta decisión. Lo ha hecho, además, con varias mentiras y medias verdades. Todas ellas, muy fáciles de desmontar.
Alberto Núñez Feijóo: “[Mañueco] convocó al PSOE y le propuso un pacto tan democrático como dejar gobernar a la lista más votada”. Feijóo olvida que la lista más votada en el Parlamento andaluz es la del PSOE. Que la lista más votada en el Parlamento murciano es la del PSOE. Que el más votado en las autonómicas de Madrid de 2019 fue Ángel Gabilondo. Que la más votada en la ciudad de Madrid fue Manuela Carmena. También fue Luis Tudanca, del PSOE, el más votado en las autonómicas de Castilla y León de 2019, cuando Mañueco llegó a la presidencia de la Junta sin haber ganado las elecciones: con lo que la derecha llama “un pacto de perdedores”, cuando es otro partido distinto al PP el que logra una legítima mayoría parlamentaria para gobernar. Alberto Núñez Feijóo: “La respuesta del PSOE [a la oferta de Mañueco] fue la soberbia, ni siquiera se sentó a estudiar esa posibilidad”. Falso. Claro que el PSOE se sentó. Fue Mañueco quien se levantó y se fue a los 15 minutos de empezar la reunión con el líder socialista de Castilla y León, Luis Tudanca. Fue un simple numerito: porque el acuerdo del PP con la extrema derecha estaba ya casi cerrado. Alberto Núñez Feijóo: “El PSOE solo ha dejado una posibilidad: elegir entre Vox o adelanto electoral”. Falso. El PSOE sí dio al PP una tercera opción para no repetir las elecciones ni pactar con Vox. Apoyar a Mañueco, pero con una condición, la misma que aplican en esos otros países europeos donde han decidido sacar a la extrema derecha de las instituciones: que fuera “para siempre y en todos los territorios”, no solo donde le viene bien al PP. Alberto Núñez Feijóo: “En este contexto el presidente Mañueco acaba de evitar un adelanto electoral”. Falso. Porque no es solo Mañueco quien ha tomado esta decisión. Y porque el PP tenía otra opción: llegar a ese acuerdo que ofrecía el PSOE para excluir aquí y en el resto de los parlamentos a la extrema derecha, como hacen los conservadores europeos en la mayoría de los países de la UE. El problema, para Feijóo, es que es plenamente consciente de que no podrá llegar a La Moncloa si no es con el apoyo de Vox. Y también sabe que la mayoría de los votantes de la derecha apoyan esos acuerdos. Para el PP, un cordón sanitario sobre Vox supone un serio riesgo de sorpaso desde su derecha. Por eso no aceptan excluir a Vox, ni admiten siquiera que exista esa posibilidad. El PP prefería no pactar un gobierno con Vox, pero por otros motivos distintos al escrúpulo democrático: porque todos los partidos prefieren gobernar en solitario y porque saben que Vox les llevará a aplicar políticas que movilicen a la izquierda y rechacen algunos votantes moderados. El nuevo PP ha elegido con plena consciencia de lo que supone esta decisión. Probablemente la misma que habría tomado Pablo Casado si aún dependiera de él. “No soy partidario de que Vox entre en los Gobiernos de mi partido”, decía hace no tanto Núñez Feijóo. Parece que ha cambiado de opinión. Alberto Núñez Feijóo: “Legitimidad para pedir responsabilidad en pactos el PSOE no tiene ninguna”. No es solo el PSOE quien pide responsabilidad al PP de Feijóo. También lo hacen muchos líderes europeos conservadores, empezando por el presidente del Partido Popular Europeo y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que ha criticado este acuerdo de Gobierno con la extrema derecha como “una capitulación”. En Alemania, por comparar, Angela Merkel se resistió siempre y en todo momento a pactar con la extrema derecha. Incluso en un länd, Turingia, donde su ‘no’ a un acuerdo con los ultras supuso un Gobierno para Die Linke, la izquierda alemana. Alberto Núñez Feijóo: “Lo que pasa es que cuando uno no quiere ejercer responsabilidades lo que intenta es responsabilizar a otros”. Y en esto Feijóo sí tiene toda la razón.
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: Feijoo Vie Mar 11, 2022 12:31 pm
Feijóo se quita la careta
No consta una palabra suya contra el aborto, pero tampoco a favor. No hay en sus declaraciones un apoyo explícito al recurso del PP contra la ley de matrimonio homosexual, pero tampoco una sola crítica. No encontrarán un ataque directo a la estrategia desplegada por Pablo Casado, pero tampoco un solo elogio conciso. Así es él. Ambiguo, equívoco, impreciso y hasta oscuro en sus planteamientos. Unos dicen que se llama pragmatismo; otros, que es una forma de ocultar a conciencia su verdadero rostro. El moderado de la derecha política, el político que sabía cómo plantar cara a Vox, el amigo de los nacionalistas, el buen gestor, el referente entre los referentes del PP, el hombre al que un ataque de responsabilidad contenida hasta ahora le ha empujado a salvar del abismo a la derecha española… Alberto Núñez Feijóo. Tanto se ha escrito ya de su imprecisión, de su doble cara y de su habilidad para camuflar lo que es y presumir de lo que carece, que todo lo que se añada sería ya pura redundancia. Hoy toca mejor detenerse entre quienes hace dos días babeaban con Pablo Casado y hoy hacen filigranas a toda velocidad para ganarse ¿la confianza? del gallego que se convertirá, por aclamación, el 2 de abril, en presidente del PP nacional. Los hay que están sentados en la bancada popular del Congreso, los hay entre quienes dirigen importantes cabeceras y los hay también entre la “canalla” habitual de la política. Fue conocerse la noticia de que Mañueco había alcanzado un acuerdo con Vox que dará a la ultraderecha la presidencia de las Cortes de Castilla y León, además de la vicepresidencia del gobierno y tres consejerías y empezar el festival del humor de los comentaristas. Los mismos que decían que el gallego no permitiría alianzas con la derecha ultranacionalista, dicen ahora que ese pacto hay que anotarlo en el debe de Casado, que no tiene nada que ver con Núñez Feijóo y que él se enteró prácticamente por la prensa de lo pactado. Habrá quien se lo crea y habrá quien empiece ahora a descubrir quién y cómo es el gallego. Un político cuyos hechos desmienten a sus palabras. Un veterano, cuya imagen se ha labrado a golpe de mensajes perfectamente calculados en todos estos años. Su estreno en las relaciones con Vox es la primera en la frente y no es cualquier debut. Es la normalización de la ultraderecha, es otorgarle poder a quienes esparcen el discurso del odio, señalan a las minorías, criminalizan a los migrantes, niegan la violencia machista, rechazan el estado de las autonomías, reivindican el centralismo y defienden medidas excluyentes que contradicen principios democráticos básicos. Que la ultraderecha regrese tras más de 40 años a un gobierno, aunque sea regional, no es una buena noticia para Castilla y León, ni para España, ni para Feijóo, que por fin se ha quitado la careta, pese a que hace dos días decía que no compartía el discurso de Vox y que el PP no tendría nada que ver con un partido antiautonomista, euroescéptico, populista… Hoy ya todo es fruto de un “acuerdo perfectamente legítimo”, según sus últimas palabras. Da igual si es cierto o no, como cuentan algunos cronistas, que Feijóo pidiese a Mañueco que cerrarse el pacto antes de que él fuese aclamado en el cónclave de Sevilla de la primera semana de abril porque la entente le pertenece a él y le perseguirá para siempre. Así será aunque lo haya urdido en medio de una guerra y la conmoción general por las bombas, los refugiados ucranianos y las severas consecuencias económicas que vendrán. De momento, el PP europeo ya ha tomado nota y calificado de “capitulación” su pacto con la ultraderecha. Y no es baladí porque lo que ha hecho, por acción u omisión, es justo lo contrario a la senda por la que ha transitado la derecha europea para evitar la normalización de partidos como Vox. Ante ustedes, el verdadero Feijóo, que no es el mismo que el que aparece en los retratos pintados por encargo.
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Tema: Re: Feijoo Sáb Mar 12, 2022 9:52 am
Ya le parecía al llobu muy pronto para afirmar que el pacto de gobierno con la ultraderecha era porque Feijóo así lo quería. Aunque siempre existiera esa posibilidad.
Salú y República.
marapez V.I.P.
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Tema: Re: Feijoo Sáb Mar 12, 2022 11:48 am
Feijóo, primeros kilómetros al volante del PP y derrape con Vox
Alberto Núñez Feijóo ha tenido que entrar en boxes a cambiar los neumáticos apenas consumidos sus primeros kilómetros al volante de su nuevo PP. El todavía presidente de la Xunta de Galicia confiaba en un camino perfectamente asfaltado hacia la cúspide del partido, tras sellar pactos con el resto de los barones, pero no contaba con el chaparrón de esta semana. Una lluvia de críticas desde que el jueves se anunciara el acuerdo que abrirá por primera vez en democracia las puertas de la ultraderecha a un Gobierno de coalición. Feijóo llegó a la proclamación de candidatos a presidir el PP en solitario, sin rivales que le pudieran hacer sombra y tras haber tejido pactos en la trastienda del partido con dirigentes de mucho peso como Juan Manuel Moreno Bonilla e Isabel Díaz Ayuso. Pero la rueda trasera derecha patinó y el bólido se fue al barro tras la primera recta. El traje impoluto con el que pretendía presentarse como como líder de la oposición no ha aguantado limpio ni 24 horas y ya tiene el primer lamparón. El nuevo piloto del PP ha optado por practicar lo más parecido que se puede esperar de él a una rectificación. Si el jueves dijo que el pacto de Alfonso Fernández Mañueco con Vox era "legítimo", este viernes, tras ver en editoriales de periódicos y diatribas radiofónicas, la respuesta a su discurso, intentó enmendarse: "A veces es mejor perder el Gobierno que ganarlo desde el populismo". Es una simple frase, no hay ninguna noticia de que Feijóo ni nadie vaya a dar instrucciones para romper el acuerdo que da entrada a Vox en el Gobierno de Castilla y León.
Feijóo hizo estas declaraciones en Valencia, donde inició una gira que le llevará por toda España y que concluirá en el XX Congreso, extraordinario, del PP. El presidente según el mismo ha dicho seguirá dirigiendo la Xunta "por teléfono", mientras no ceda el mando en Galicia pero está volcado desde ya en dirigir el partido. De hecho, ejerce de líder desde que Pablo Casado se rindiera en la madrugada del 24 de febrero tras una semana de asedio a su despacho de la séptima planta de la sede nacional de la calle Génova, en Madrid. Casado no dimitió pero aceptó mantenerse como presidente florero. Un acto de clemencia del que quizá Feijóo ya está arrepentido vista su última intervención ante sus colegas del PP europeo en la que Casado dejó dos recados: defendió que con él Vox no entró a ningún gobierno y que se lo ha llevado por delante su "lucha contra la corrupción". Los polacos, que tienen a un paso la primera guerra en Europa desde el siglo XX, saben a lo que ha jugado Vladimir Putin con los ultras de medio continente, incluido Vox. Donald Tusk no tuvo dudas y, a la salida de la reunión, fue explícito tildó el acuerdo de los populares de "capitulación" ante los ultras. En este escenario bélico, la metáfora adquiere mucho valor. Feijóo había presentado la víspera más de 55.000 avales de militantes y ofreció la primera rueda de prensa de su vida desde la sala de prensa de la sede, como él mismo recordó cuando los periodistas le preguntaron por la venta del edificio. La jefa de prensa, una veterana del PP de Rajoy repescada para la delicada situación que atraviesa el partido, avisó de que serían pocas preguntas. El dirigente admitió el doble de las previstas. "No me gustan los gobiernos que salen de los despachos, me gustan los que salen de las urnas", dijo. "Entiendo que si un partido ganó, tiene el triple de diputados que otro, parece razonable que presida la Cámara", indica. Eran algo más de las seis de la tarde. Antes del medio día siguiente, Mañueco anunció que cedía la Presidencia de las Cortes a Vox; admitía hablar de "inmigración ordenada", "violencia intrafamiliar" o "adoctrinamiento ideológico"; y pactaba entregar tres consejerías a la ultraderecha tras una negociación exprés intervenida por Madrid. Por la noche, en una comparecencia sin preguntas, el presidente del Comité Organizador del Congreso (COC), Esteban González Pons, anunciaba lo que ya se sabía: que Feijóo será el único candidato a presidir (a partir de abril ya oficialmente) el PP. Las reacciones al pacto con Vox no se hicieron esperar. Medios de comunicación de todo el espectro cargaron durante el jueves y en la mañana del viernes contra el pacto y recordaban la "claudicación" del PP, como la había definido Tusk. Con las portadas y editoriales frescos, este viernes Feijóo viajó a Valencia y a Murcia, sus primeras dos paradas en la gira que ha anunciado para escuchar a la militancia. Sus primeros kilómetros como líder virtual le dirigieron a dos baronías que, hasta hace menos de un mes, Pablo Casado contaba entre sus pretorianos más fieles. En la Comunidad Valenciana la elección de Carlos Mazón, que proviene de Alicante, no fue entendida, mucho menos compartida, por todos. Y de Murcia es el ex secretario general, Teodoro García Egea, que ha tenido en el presidente de la Región, Fernando López Miras, uno de sus principales aliados. En marzo de 2021 se fue en persona a salvar el Gobierno autonómico de la moción de censura de Ciudadanos. Con éxito, aunque también con costes.
¿Quién manda en el PP?
Feijóo no será encumbrado formalmente hasta el primer fin de semana de abril, pese a que en sus intervenciones está yendo mucho más allá de lo que podría esperarse de un mero candidato. Este viernes, en Valencia, aseguró que "España vive uno de los momentos más complejos de su historia reciente. La situación nacional es límite y la situación internacional lo ha venido a agravar. Por este orden". "Los españoles reclaman una alternativa, pero no una cualquiera. No puedo quedarme quieto o callado. Si mi partido me convoca, no puedo negarme", añadió. "Nuestra responsabilidad es indelegable", apuntó. Y, como si no hubiera ocurrido nada en Castilla y León el día anterior, repitió una idea que ya había lanzado: "No creo en los gobiernos que se pactan en los despachos". Pero la amplió: "No creo en un lío de partidos socialistas, comunistas, populistas e independentistas. No lo hemos practicado durante 40 años, salvo en los tres últimos". Por primera vez, el PP admitió eso sí que el Gobierno de Pedro Sánchez es "legítimo", pero con apellidos: "Es legítimo sumar aunque no cuadre. Qué más da, si el número total es suficiente". Minutos antes, en unas breves declaraciones cogidas al vuelo por los periodistas, Feijóo trató de negar que su mandato se haya estrenado con un pacto con Vox. "No, no. Se estrenan los castellanoleoneses", esquivó. El líder gallego ha comprobado que, a diferencia de lo que ocurría cuando apenas salía de Santiago, todo lo que pase ahora alrededor de sus siglas le toca y le afecta. Él mientras da a entender que no tiene ninguna responsabilidad en la decisión, pero en el partido se ha instalado ya la idea de que lleva muchos días ejerciendo y que los primeros cambios y la reaparición de González Pons y otros dirigentes del marianismo son exigencias suyas. Desde el punto de vista de la oficialidad, el PP sigue teniendo de presidente a Pablo Casado, cuyas funciones siguen plenamente vigentes hasta el 1 de abril. La dimisión de Egea fue salvada con el ascenso de Cuca Gamarra al puesto de coordinadora general, otra elección que se atribuye a Feijóo. La dirigente riojana es, además, la jefa del grupo parlamentario en el Congreso y ejerce como portavoz del partido junto a González Pons. Hay 17 líderes autonómicos y decenas de provinciales o insulares. Los órganos del partido no se han disuelto pero, desde el jueves e incluso antes de que recopilase los avales y se presentase en rueda de prensa con más de 50.000, hay un presidente virtual: Alberto Núñez Feijóo. Otra cosa es que nadie quiera hacerse responsable de una decisión sobre un asunto central, que marcará un antes y un después en la derecha española y cuya onda expansiva ha llegado al corazón del proyecto europeo, surgido en la segunda mitad del siglo XX como antídoto para el resurgimiento del nazismo y del fascismo: la entrada de la ultraderecha en el Gobierno de Castilla y León. Casado se fue a París a la reunión del EPP sin pactar previamente nada con la dirección in péctore. Ni con Feijóo. elDiario.es trató en los días previos de saber quién iba a representar al partido en la cita, previa a la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que debía abordar la crisis provocada por la invasión rusa de Ucrania. Nadie parecía saberlo. Tampoco lo que se iba a decir en esa cita. Las referencias sobre lo que dijo a puerta cerrada a sus aliados son indirectas. Además de las ya referidas de Tusk, que habló de capitulación ante los micrófonos, el dirigente de Les Republicains franceses, Michel Bernier, recordó el cordón sanitario en su país a la extrema derecha y reveló que Casado había desaprobado lo ocurrido en España. El alemán Manfred Weber se pronunció puertas adentro en términos similares, aunque luego reculó en Twitter. La digestión del acuerdo con Vox se le puede revolver al PP y amenaza con quemar a algunos dirigentes. Gamarra, como Feijóo, responsabilizó a Mañueco: "A él le corresponde y tiene la responsabilidad. Así se lo encargamos y encomendamos en un Consejo Ejecutivo Nacional. Le corresponde liderar las negociaciones y dar cuenta de las mismas". González Pons, que la semana pasada llamó "extrema derecha" a Vox y esta ha evitado repetirlo, se quedó con las ganas, pero se ciñó al argumentario y señaló al PSOE. Y todos ellos dirigieron sus miradas a Casado, porque formalmente es todavía el presidente, y muchos le responsabilizan del adelanto electoral en Castilla y León. Mañueco antes de las elecciones repetía que la decisión fue suya. Los barones, también. En su última aparición pública del viernes, ya en Murcia, Feijóo habló de "defender la idea de Europa de sus enemigos". "De todos los enemigos, los externos y también los internos", señaló. Pero no habló de los países dirigidos por los aliados de Vox que rompen las reglas de la UE, como Polonia y Hungría, ni tampoco de las duras críticas de la ultraderecha española a las instituciones europeas y su defensa del regreso a los estados-nación. En su lugar, Feijóo citó a "partidos, en el Gobierno y en el ámbito de sus alianzas parlamentarias, que no les interesa Europa". Y apenas 24 horas depu´se de haber defendido como "legítimo" el pacto con Vox también hizo una encendida defensa del "orden liberal internacional" frente a los "enemigos de la libertad que les interesa el populismo" y los "enemigos de la democracia que les interesa la autocracia". Hace apenas unas semanas, y esta vez sí con mención expresa, había dicho no compartir "el discurso de Vox". "El PP y Vox no son lo mismo. El PP nunca ha sido un partido antiautonomista, euroescéptico ni populista, que cuestiona las instituciones de nuestro país y las europeas. Vox no es el PP. Ni el de ahora, ni el de antes ni nunca", señaló. También habló de "combatirlos". "Estoy preparado para presidir el PP y si ganamos, solo si ganamos, el Gobierno de España", dijo en Valencia. Feijóo ha recuperado la vieja idea, cuando el bipartidismo dominaba ampliamente el espectro político salvo en lugares como Catalunya o Euskadi, de que gobierne la lista más votada. Justo lo contrario de lo que hizo el PP en 2019 en Madrid, Murcia, Andalucía o Castilla y León, gobiernos que el dirigente gallego aplaudió estos últimos años. Feijóo trata de vender un PP nuevo y centrado pero las fechas han cuadrado de la peor manera posible. Intentar desvincularse de las decisiones de Mañueco, tras participar en su campaña y participar en el mitin de cierre, resulta inverosímil para todos, fuera y dentro del partido. Él intenta alegar que aún no presidía el PP cuando se le dio manos libres al barón catellano-leonés. Pero todo el partido sabe que ese pacto sería casi imposible sin el aval de Feijóo, que además lo ha calificado a la vista de todos como "legítimo". En su intento de alejarse del populismo de extrema derecha, Feijóo llegó a citar este viernes por la tarde en Murcia a Angela Merkel, quien renunció al Gobierno de Turingia y optó por dárselo a Die Linke (homólogo de Podemos en Alemania) antes que gobernar con Alternativa por Alemania. El próximo presidente del PP apenas ha recorrido unos pocos kilómetros de los miles que quemará en su gira hasta el mes de abril. Para entonces, confía en haber ajustado los reglajes del partido y en que el pacto de Castilla y León sea un sueño remoto. El problema es que a la vuelta del verano viene otra curva muy complicada: las elecciones en Andalucía. Su presidente, Juan Manuel Moreno, dijo el jueves que "Castilla y León es Castilla y León, y Andalucía es Andalucía". Para entonces, Casado llevará muchos meses fuera. Los mismos que Feijóo como presidente. Y después de eso llegará la verdadera carrera, la que tiene su meta en La Moncloa.
200 viernes de protesta contra la manipulación en la televisión pública controlada por Feijóo
La plataforma Defende a Galega acumula dos años de protestas por la manipulación y el control informativo en la Compañía de Radio Televisión de Galicia. En este tiempo cada viernes se han vestido de negro para denunciar la muerte del periodismo plural y libre bajo el mandato de Alberto Núñez Feijóo. Son los denominados “venres negros”. Esta semana han llegado al número 200. Y es que el control y la represión a los trabajadores que protestan es una de las señas de identidad que Feijóo dejará atrás en su vuelo hacia Madrid. Acostumbrado a vivir en un escenario mediático sin sobresaltos la radio y televisión públicas de Galicia se han convertido en un ejemplo anacrónico de lo que es el periodismo controlado por el poder político. La protesta, surgida entre los propios asalariados de la casa, persigue una único objetivo: no rendirse ni asumir que el control político de los medios públicos es algo inevitable.
El pasado mes de diciembre Carlos Jiménez, uno de los miembros del colectivo, consiguió una victoria moral en los tribunales al torcerle el brazo a la dirección de la empresa pública que lo había sancionado durante nueve días sin empleo y sueldo por pertenecer al colectivo Defende a Galega. Un juzgado de Santiago consideró en su sentencia que el castigo al trabajador estaba motivado por su posición disidente. Integrado en el grupo de periodistas que decidieron no callarse ante las órdenes de hacer brillar todo lo que tenga que ver con la Xunta y usar la parrilla de informativos para atacar sin cuartel cualquier acción de los partidos de oposición Jiménez reconoce que, pese a su vitoria, el enfrentamiento le ha dejado herido. En 2019 el Colexio de Xornalista de Galicia otorgó al colectivo el prestigioso premio José Couso por su incansable lucha en defensa del derecho a la información. La Televisión de Galicia obvió la noticia en sus informativos. De puertas hacia fuera el mutismo es también la moneda de cambio cada vez que el escándalo arrecia en la casa. La compañía pública impone el cerrojo informativo para los medios de comunicación que cuestionan su funcionamiento y no atiende telefónicamente las dudas de los informadores que preguntan por escándalos como el despacho en el que su director se gastó 70.000 euros o la ocasión en la que desde uno de sus programas se arrinconó a una joven para que se reuniera con su expareja, de la que se había separado por la actitud controladora de él. Defende a Galega insiste en que han transcurrido más de 10 años desde que se aprobó la ley de medios públicos de Galicia, pero la televisión y la radio aún no tienen un Estatuto Profesional ni un Consejo de Informativos que vele “por la independencia, veracidad y objetividad de los contenidos”. Esta exigencia legal está “bloqueada” por la dirección de la CRTVG, señala. Pese a los cuatro años de movilizaciones, los problemas que llevaron a los trabajadores a protestar “están todavía más enquistados”. Según la nota, se centran, además de en la manipulación “sistemática”, en “desmantelamiento del servicio público”, una “degradación profesional” y la reducción “al mínimo” de la producción propia. “200 Venres Negros después seguimos pidiendo algo muy simple: que se cumpla la ley, que se ponga la CRTVG al servicio de la sociedad que la sostiene”, reclama la plataforma.
Todo empezó el viernes, claro. Aquel día, la solución del Wordle gallego era “Fraga”, el exconcejal compostelano que manda cada mañana por Whatsapp una canción eligió Cien Gaviotas y esa fábrica de memes instantáneos que es Pantomima Full nos dejó la imagen de Rober Bodegas con una bolsa de la compra en cada mano bajo el rótulo “El gestor”. Sí, era evidente que todo apuntaba a Sevilla... También podía ser que no, y que en realidad fuese yo, comportándome como uno de esos tipos que, después de una ruptura dramática, encuentran por todos lados cosas que les recuerdan a su expareja. Pero tanto da si fue una cosa o la otra. Lo importante es que estoy aquí para mandarte un mensaje claro: Alberto, no te vayas. Non te vaias, Rianxeira. No te vayas. Porque esos quince días en los que recorriste España sin dejar de gobernar Galicia a golpe de teléfono (es increíble cómo avanzó el teletrabajo con la pandemia) fueron suficientes para que nadie piense ya -del Padornelo para allá- que eres un moderado. Que si el pacto con Vox, que si la violencia intrafamiliar, que si el Gobierno autista que se forra con los impuestos, que si dejaste a deber el hospital de Vigo, que si la gente tiene que currar cuando está de baja… En trece largos años -eternos- de presidente gallego te he escuchado decir barbaridades como esas... ¡y mucho peores! ¿Y pasó algo? No. ¿Seguías siendo moderado? Por supuesto. ¿Empiezas a ver por dónde voy...? No te vayas porque aquí aún puedes seguir con el cuento ese de “que gobierne la lista más votada” y por ahí fuera, después de lo de Madrid y Andalucía ya no convences a nadie. Que aquí está el caso de Ourense, vale, pero ¿quién se acuerda de que el PSOE tuvo más votos o de que Jácome iba a ser un alcalde “letal”? Además, siempre puedes decir que esto es cosa de Baltar, que ya fue el primero en moverse cuando tu silla en la jefatura del partido aún estaba caliente. Imagina lo que hará cuando no estés... (¿Entiendes ahora lo de la Rianxeira?) No te vayas porque tú tampoco eres un tipo valiente, de los que se enfrentan a cualquier cosa. Tú eres más de salir a jugar con la hierba alta, el árbitro comprado y el delantero rival cojeando (a poder ser, que parezca un accidente). Recuerda que ya con el bipartito huías de los debates electorales porque “eran dos contra uno” y cuando llegaste al Gobierno y ya mandabas en la TVG -en Madrid no vas a tener una tele que interrumpa su programación para que salgas a vender humo-, hiciste debatir entre ellos a los candidatos de la oposición. Aquel biscotto sigue siendo uno de los momentos más surrealistas de la historia de nuestra tele. Si fueses valiente como dicen, habrías dado el paso para suceder a M. Rajoy en 2018. No lo hiciste porque entonces había que pelearlo y, si ganabas, todavía te esperaba toda una travesía por el desierto. Yo nunca creí que el motivo real de aquella cobardía fuese el amor a Galicia -¿o es que dejaste de quererla en estos meses, fascinado por la “libertá” de Madrid?- pero tampoco el miedo a los famosos dosieres de Soraya. Claro que yo pasé años convencido de que las fotos con Marcial Dorado de las que tanto se hablaba eran una leyenda urbana, y mira tú... Ya que sale el tema de Dorado (Marcial, no la Costa esa que cambiaste de provincia), ¿te acuerdas de cómo solucionaste aquella crisis? Inyección de pasta a los medios y tema soterrado, como si le pusiesen unos zapatos de cemento y lo tirasen desde una batea. ¿Crees que en Madrid las cosas son así de fáciles...? Oye, que igual sí, pero ¿quién tendría entonces que poner el dinero? ¿Ayuso? Ayuso. Es normal que la apoyases con lo de su hermano. Tú también tuviste que escuchar cosas -pocas, poquitas, casi ninguna- sobre tu hermana Micaela, ascendida a directora de Eulen para el Noroeste justo después de que consiguiese batir el récord de contratos con tu Xunta. Ahora, dos fiscalías se pelean por investigar a Tomás. ¿Y a Micaela? (Pasa una planta rodadora) No te vayas, porque asaltar el poder da una pereza terrible. Ya me he percatado de que estás tirando del manual de 2009. Si Touriño era el “Sultán de Monte Pío”, Sánchez es un derrochador. Si Emilio tenía un coche oficial, Pedro tiene un Falcon. Sí, esta peli ya la vimos. Después tocará sacar del archivo fotos de Yolanda Díaz con algún empresario. Va a ser fácil, la tía no para de reunirse con la patronal, y a veces ¡hasta se lleva con ella a los sindicatos! Más complicado será lo de sembrar sospechas sobre violencia de género (o intrafamiliar, o como tengas que decir ahora para no enfadar a una ultraderecha que, recuerda, en Galicia no te condiciona). Con un Gobierno lleno de tías y de gays a ver a quién se puede señalar… No te vayas. Ya te dijo en su día Roberto Vilar que no merecía la pena. Míralo a él, que en Madrid no se comió un rosco y aquí sigue siendo líder de audiencia, como tú. Por eso igual -solo igual-, no era mala idea copiar el método de Antón Gómez-Reino. No sé si lo recuerdas, aquel diputado de Podemos (alto, guapete, con barba...) que fue candidato a la Presidencia de la Xunta sin dejar su escaño en el Congreso. Podemos ni entro en el Parlamento, pero ahí sigue él, tan contento, en la Carrera de San Jerónimo. Pues a lo mejor tú puedes hacer algo parecido: aguanta el cargo en la Xunta todo lo que puedas y, si lo de Madrid sale mal, siempre puedes volver a San Caetano. Que para algo la TVG tiene un estudio en la capital y, total, lo de gobernar por teléfono también lo puedes hacer desde Génova...
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Tema: Re: Feijoo Dom Abr 03, 2022 11:33 am
Isabel Núñez Ayuso Feijóo
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NEROCAESAR Moderador
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Tema: Re: Feijoo Lun Abr 04, 2022 6:41 pm
El llobu escribió:
marapez escribió:
Pues ha venido. Hoy estaba en Valencia...
Pues mucho ojo, porque no podréis saber si está yendo o viniendo, y responderá las preguntas con más preguntas.
La mayoría de gallegos están de él y del PP hasta el gorro:
Salú y República.
No es que me quiera meter mucho en ese berenjenal, pues no lo domino, pero me temo que las urnas de los últimos comicios en Galicia, no decían eso.
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Tema: Re: Feijoo Lun Abr 04, 2022 11:47 pm
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Tema: Re: Feijoo Vie Abr 08, 2022 11:16 am
marapez V.I.P.
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Tema: Re: Feijoo Vie Abr 08, 2022 2:33 pm
El mito de un PP de centro
Ahora que Núñez Feijóo ocupa el trono del PP, se habla de un giro al centro del principal (al menos por ahora) partido de la oposición. La hipótesis vendría a ser que el PP gana cuando ocupa el centro y pierde cuando se escora a la derecha, que en la moderación está su virtud electoral y que el propio Núñez Feijóo, que en Galicia cuenta con un apoyo sólido, sabe que en buena parte lo disfruta gracias a su tono optimista e integrador.
Haciendo memoria de la larga vida del PP, tanto en el Gobierno como en la oposición, esta hipótesis se asienta en algunas premisas falsas.
No hay antecedentes de un PP moderado mientras éste está en la oposición. Más bien al contrario: el Partido Popular ha ejercido siempre una oposición implacable contra su adversario máximo, el Partido Socialista. Empecemos en 1990, cuando Aznar es designado presidente, puesto que de Manuel Fraga, su valedor, ex ministro franquista, mejor ni hablar. José María Aznar fue tan duro con Felipe González que le llamó despreciable, chantajista o profesor del engaño, entre otras muchas lindezas. Álvarez Cascos, entonces lugarteniente del adusto líder conservador, llegó a describirle como “podredumbre”, y a enviarlo “al basurero”. El PP de aquella época, muy especialmente desde que perdiera las elecciones contra de todo pronóstico en 1993 aupado por el joven diario El Mundo, fue un lanzallamas contra un Felipe González cada día más arrinconado. El “¡váyase señor González!” se convirtió en el epítome de aquella época, muy bien denominada “de la crispación”. Entre 1993 y 1996 se produjo una auténtica conspiración contra el González del “paro, despilfarro y corrupción”. Conspiración fue la palabra que utilizó el politólogo Ramón Cotarelo dando título homónimo a un libro, pero conspiración fue lo que también Luis María Anson reconoció años más tarde haber organizado con otros participantes. Estuvieron en ella todos los medios de la derecha, incluidos los de la Iglesia, el Partido Popular y algunos promotores económicos, entre los que destacaba Mario Conde. El objetivo era, efectivamente, que el señor González se fuera. Solo lo hizo cuando perdió las elecciones en 1996. Y entonces, cuando Aznar fue elegido presidente del Gobierno, el PP se moderó… un rato. En concreto hasta que el PSOE se recompuso. Era fácil ser “moderado” con unos socialistas atravesando el desierto (Almunia–Borrell–Almunia de nuevo) y con unos nacionalistas catalanes y vascos al lado que eran imprescindibles apoyos parlamentarios. Así, Aznar pudo vender la supresión de la mili, un éxito del nacionalismo periférico, como un logro personal, privatizar las grandes empresas públicas entregándolas a un puñado de empresarios amigos, y, por lo demás, permitir a Rodrigo Rato que guiara el timón de una economía que en realidad iba casi sola… La “moderación” duró lo que tardó el PP en lograr la mayoría absoluta y el PSOE en recomponerse, bajo el liderazgo de Zapatero. De modo que los años 2000 a 2004, Aznar presidió el Gobierno más arrogante de nuestra historia reciente: el que despreció a la Galicia ennegrecida por el derrame del Prestige, humilló a los familiares de los militares muertos en el Yakolev, cuyos restos fueron mezclados sin pudor alguno, llevó a España a una guerra absurda en Irak, y finalmente mintió a los españoles a propósito de la autoría de los atentados del 11-M en Madrid. El tono bronco y agresivo del Partido Popular se elevó a la estratosfera cuando, ya bajo el liderazgo de Rajoy, los conservadores, resentidos con una pérdida del Gobierno que les sorprendió, pasaron a la oposición y Zapatero se mudó al Palacio de la Moncloa. La arrogancia de los cuatro años anteriores se convirtió en un ataque despiadado al presidente que –afirmaban los populares– pretendía destruir la familia, rendirse ante los terroristas y traicionar a los muertos, y plegarse ante los separatistas catalanes y negar la existencia de una nación española. Los seguidores del PP se echaron a la calle junto a los obispos y las organizaciones ultracatólicas. La moderación tampoco llegó cuando la crisis financiera de 2007 azotó al mundo y quebró la economía española, durante la segunda Legislatura de Zapatero, entre 2008 y 2011. Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y González Pons no resultaban tan correosos como Aznar, Zaplana y Acebes, pero sí eran tan agresivos en el ataque como ellos. No hubo tregua desde el PP para un Gobierno abrumado por los pésimos datos económicos. De nuevo, tan solo ligeramente, la moderación volvió al PP cuando éste recuperó el Gobierno y el PSOE volvió a ensimismarse en la renovación de su liderazgo (Rubalcaba–Chacón, Díaz–Sánchez, por resumir). Como había sucedido entre 1996 y 2000, era fácil ser “moderado” desde el Gobierno, con una economía en alza y un adversario político en recomposición. Además, ahora el PP sufría en sus carnes el descubrimiento de una corrupción a gran escala. Con todo y con eso, el Partido de Rajoy seguía manteniendo un tono agresivo, desafiante y displicente con Sánchez, al que menospreciaba por completo. La oposición más desabrida y brutal volvió de nuevo cuando el PP fue enviado a la oposición de nuevo, primero con la moción de censura y luego con los votos de los españoles. Sólo una frágil memoria puede considerar que las barbaridades que profirió Pablo Casado sobre Pedro Sánchez no fueran equivalentes a las que regurgitaron Aznar y Rajoy sobre Felipe González y Zapatero. No, el PP no ha sido un partido moderado nunca. Sí podía lucir una cierta apariencia de moderación cuando gobernaba, no tenía enfrente a un PSOE bien armado, y la economía sonreía. Pero eso eran solo apariencias. El Partido Popular está acostumbrado a pelear con su principal adversario, que es el PSOE. Si este está más o menos fuerte, está en su naturaleza atacarle sin piedad para desgastarlo y desactivar así sus apoyos electorales. Por eso me resultaría extraño que Feijóo cumpliera con su palabra de ejercer una oposición moderada. Porque si lo hace, los apoyos de sus cuadros, sus militantes y sus votantes se perderían a espuertas. Y porque ahora, además, tiene a su derecha a un auténtico perro de presa llamado Vox.
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Tema: Re: Feijoo Sáb Abr 09, 2022 10:21 am
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Tema: Re: Feijoo Jue Abr 14, 2022 1:00 am
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Tema: Re: Feijoo Sáb Abr 16, 2022 2:49 pm
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Tema: Re: Feijoo Jue Abr 21, 2022 11:15 am
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Tema: Re: Feijoo Jue Abr 21, 2022 5:40 pm
Pues repiten el mensaje en plan machacón.
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Tema: Re: Feijoo Jue Abr 21, 2022 6:58 pm
marapez escribió:
Pues repiten el mensaje en plan machacón.
Eso sólo los convierte en cínicos.
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Tema: Re: Feijoo Miér Mayo 04, 2022 12:32 am
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Tema: Re: Feijoo Sáb Jun 04, 2022 10:02 am
Ni están bloqueados ni España incumple: el PP de Feijóo retuerce los datos en su campaña sobre los fondos europeos
“España los necesita para acelerar una recuperación en la que va a la cola de Europa. Europa debe desbloquearlos y España debe cumplir con los hitos pactados”. Así cargaba contra el Gobierno desde el reciente congreso del PP europeo, en Rotterdam, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, esta semana. Pero sus argumentos están llenos de inexactitudes. ¿España necesita los fondos para acelerar la recuperación? Sin duda, quizá sea la única parte de lo expresado por el líder del PP que se ajuste fielmente a la realidad.
“España va a la cola de Europa”, dice Feijóo en relación con la recuperación. Este mismo viernes, en el arranque de la campaña de las elecciones andaluzas, Feijóo ha insistido en que España es “el único país” de la UE que no ha recuperado los niveles de PIB previos a la pandemia. Y es verdad que las previsiones económicas auguran que España no recuperará su nivel de riqueza hasta el tercer trimestre de 2023, y que la mayoría de los países de la UE lo harán antes. Pero eso no implica que los otros ya lo hayan recuperado, se trata de las previsiones. Y España no ha recibido una sola crítica de Bruselas. La Comisión Europea achaca el retraso a la dependencia económica de sectores especialmente golpeados durante la pandemia, como el turismo, por ejemplo, y de la repercusión de la crisis energética. A partir de ahí, el presidente del PP no deja de retorcer la realidad. “Europa debe desbloquearlos”, dice, en alusión a los fondos europeos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y el plan NextGenerationEU. Y lo dice mientras saluda a la presidenta de la propia Comisión, Ursula Von der Leyen, del PP Europeo y quien ha felicitado en múltiples ocasiones al Gobierno por la velocidad a la que España ha presentado los planes de reformas que van aparejados a la entrega del dinero procedente de las arcas europeas. Pero, ¿están bloqueados realmente los fondos europeos? ¿Desde cuándo? España fue de los primeros países en recibir la prefinanciación de 9.000 millones de euros, el 17 de agosto de 2021; un pago que Finlandia, por ejemplo, no consiguió hasta el 21 de enero pasado, cinco meses después que España. Pero es que España, además, fue el primer país en firmar las disposiciones operativas –reglamento de funcionamiento del fondo– que han servido de modelo para el resto de países. Es más, España fue el primer país en pedir el primer tramo de los fondos de recuperación –10.000 millones– y recibió el dinero el 27 de diciembre de 2021. Portugal, por ejemplo, acaba de lograr ese primer pago el 9 de mayo pasado. Italia, el 13 de abril. Y Francia, el 4 de marzo. Pero no solo eso, es que España ha pedido ya el segundo tramo –12.000 millones– el 30 de abril. Es decir, lo solicitó antes de que Portugal recibiera el pago del primero. De hecho, solo cinco países han obtenido ese primer tramo –España, Portugal, Francia, Italia y Grecia–. Los otros 22 aún están en proceso. Incluso hay países como Hungría que sí tienen la aprobación bloqueada por sus problemas de corrupción y la deriva autoritaria que ha emprendido Viktor Orbán, socio en Europa de Vox; o como Polonia, que ha visto como su plan se acaba de aprobar esta semana, pero el desembolso de dinero está condicionado a reformas para recuperar la independencia judicial del país. O Países Bajos, que envió su solicitud a finales de marzo de 2022. ¿Y cuál es el mecanismo de desembolso de los fondos? El reglamento establece que, después de hacer la petición del dinero (si previamente el plan está aprobado, y el español fue de los primeros en pasar el filtro, en junio pasado por la Comisión y un mes después por el Consejo) la Comisión Europea dispone de hasta dos meses para emitir su evaluación. Si es favorable, el Consejo –los gobiernos– disponen de otro mes para ratificarlo. A partir de ahí, en unos días, se desembolsaría el dinero. Entonces, si España ha pedido el segundo tramo de dinero el 30 de abril, la Comisión tiene hasta el 30 de junio para hacer su evaluación. Dentro de casi un mes. Por lo tanto, no es que haya bloqueo del segundo desembolso –porque tanto con la prefinanciación como con el primer tramo, España ha ido a la cabeza–, sino que todo va según lo previsto, y Bruselas está en el proceso de evaluación dentro de los plazos fijados en el reglamento. “Y España debe cumplir con los hitos pactados”, dice Feijóo a continuación. Teniendo en cuenta que los fondos de recuperación vinculan el desembolso de dinero con la consecución de hitos, metas, reformas e inversiones, Bruselas solo da el dinero si esos “hitos pactados” se cumplen. Es decir: en el caso de España se han cumplido, y con tanta celeridad, que ha sido de los países que antes están recibiendo el dinero europeo. Justo lo contrario de lo que insinúa el líder del PP, mientras acusa al Ejecutivo de “maquillar” los datos del paro –sin ningún argumento que lo avale– y, en la misma comparecencia, presume del empleo creado en Andalucía tras la reforma laboral aprobada por el Gobierno de coalición. El vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ya recordó hace unos meses a la eurodiputada del PP Isabel Benjumea el funcionamiento del mecanismo: “Es un instrumento que se fundamenta en cumplir objetivos, el dinero se da cuando se cumplen metas. Cuando se han cumplido inversiones y reformas, y la Comisión Europea verifica si ese es el caso, entonces se desembolsa el dinero”. Dombrovskis, como Von der Leyen, es dirigente del PP Europeo. El comisario europeo de Finanzas, Paolo Gentiloni, le dijo, por su parte, a Benjumea: “En relación con España, la decisión [del desembolso del primer tramo de 10.000 millones] fue tomada de forma rápida porque muchos de los objetivos estaban relacionados con decisiones e iniciativas ya cumplidas y adoptadas por las autoridades, algo que es legal y que han hecho otros países” Dombrovskis, además, recordaba que hay gráficos de seguimiento y de cumplimiento del plan y los objetivos de los 27 Estados miembros “público y disponible”. En efecto, en esa web de la Comisión Europea puede comprobarse que, mientras que la media de los 27 en aplicación de los hitos y reformas es del 3%, España va por el 13%, solo superada por Francia (22%). Eso es, entre otros motivos, porque la contabilización de las reformas se hace con los desembolsos, y como solo ha habido cinco, únicamente se recogen los cumplimientos de esos cinco países.
“El primer pago a España reconoce la consecución de los hitos y objetivos”
En su primer informe sobre la aplicación de los fondos europeos, publicado por la Comisión Europea a principios del pasado marzo, el Ejecutivo comunitario afirma sobre España: “El Mecanismo ha entrado en la fase de ejecución, avanzando rápidamente de acuerdo con el calendario de reformas e inversiones establecido por los Estados miembros. La primera solicitud de pago se tramitó en su totalidad en 2021, con el desembolso de 10.000 millones a España en diciembre de ese año, mientras que en 2022 se espera que se presenten más de treinta solicitudes de pago”. “Hasta la fecha, la Comisión ha desembolsado un primer pago a España”, decía Bruselas, que desde la publicación del informe ha liberado el abono a otros cuatro países: “España fue el primer Estado miembro en presentar una solicitud de pago el 11 de noviembre de 2021, tras la firma del acuerdo operativo. La primera solicitud de pago de España guarda relación con el cumplimiento satisfactorio de 52 hitos, principalmente asociados a reformas que ya se habían llevado a cabo para el segundo trimestre de 2021. En vista del carácter retrospectivo de la mayoría de los hitos y dado que España había compartido con la Comisión la mayor parte de la información necesaria para llevar a cabo su evaluación antes de la presentación oficial de la solicitud de pago, la Comisión pudo tramitar sin demora la evaluación de la solicitud de pago y desembolsó a España 10.000 millones el 27 de diciembre de 2021”. Bruselas insiste: “Dado que el primer pago a España reconoce la consecución de los hitos y objetivos en los que se basan las correspondientes medidas del Plan de Recuperación y Resiliencia, dicho pago ya ilustra los progresos realizados en la ejecución del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Los hitos contemplados en el pago demuestran avances significativos en la aplicación del plan de recuperación y resiliencia de España y de su amplio programa de reformas. Abarcan medidas importantes como la Ley de cambio climático y transición energética (que consagra la neutralidad climática de aquí a 2050), la reforma del apoyo a la renta mínima, medidas para respaldar la digitalización de las pymes e impulsar las capacidades digitales y reformas para reforzar la capacidad de llevar a cabo y hacer un seguimiento de los análisis de gastos. Este ejemplo muestra cómo el Mecanismo ya está teniendo repercusiones tangibles sobre el terreno al apoyar la aplicación de reformas significativas. El primer pago a España a finales de 2021 ya demuestra el impacto del Mecanismo en el apoyo a la aplicación de reformas importantes”.
Sembrando dudas sobre la ejecución
Otro de los caballos de batalla del PP, que Feijóo ha heredado de los tiempos de Pablo Casado, era sembrar dudas sobre la ejecución del plan español. “No existe ningún requisito general por el que los Estados miembros deban presentar a la Comisión Europea las pruebas efectivas de los gastos o de las transferencias a los organismos de ejecución”, responde una y otra vez Bruselas a las preguntas de los eurodiputados del PP. Y añaden: “No obstante, España ha publicado un sitio web con información detallada sobre su gasto”. El vicepresidente Dombrovkis concluía en este caso: “La ejecución del plan español sigue actualmente el calendario acordado, que se indica en la Decisión de Ejecución del Consejo”. ¿Y por qué dice eso Dombrovskis? Porque para la Comisión Europea la ejecución tiene que ver con el cumplimiento de reformas, como la reforma laboral aprobada a finales de 2021, por ejemplo, y por la que España ha pedido los 12.000 millones del segundo tramo para cuya evaluación tiene Bruselas hasta finales de mes. Una reforma que, pese a las previsiones de la oposición de las derechas o algunos empresarios, no ha provocado una debacle en el empleo. De hecho, España ha bajado de los tres millones de parados por primera vez desde 2008. Pese a los datos, pese a las continuas reconvenciones que el PP recibe por parte de los comisarios europeos, algunos de su misma familia política, Feijóo insiste. Y retuerce estadísticas o informes para justificar sus palabras. La última vez, este mismo viernes en Málaga, durante su primer acto de campaña, cuando reiteró la “baja ejecución” de los fondos europeos. El líder de la oposición, que se considera a sí mismo la “alternativa”, esgrimió un informe de la Intervención General del Estado que asegura, según el dirigente gallego, que “tan solo el 6% del total de fondos han llegado a las empresas, poco más de 1.500 millones de los más de 29.000” que ha recibido España. La nota de prensa de Génova iba un paso más allá al asegurar que “la ejecución de los fondos europeos se sitúa tan solo en el 6% de los más de 29.000 millones de euros que ha recibido ya España”. Dos afirmaciones que parecen compatibles, pero que no lo son. Y que tampoco se compadecen con la realidad ni con los mensajes que envía la UE sobre el lugar de España en la aplicación de los fondos.