Pues no, no estoy de acuerdo y no me considero tiquismiquis...; no queda muy bien un "no a la guerra" ante una nación que ha sido medio destruida e invadida por Rusia...; si le negamos la ayuda a nuestros vecinos, nunca podremos contar con la suya.
Y si en vez de ser Kief fuera Madrid, la ciudad agredida...¿También se invocaría el "no a la guerra"?...
A eso le llamo yo "pacifismo de pacotilla". Y no te enfades, ya sabes quién carga mis teclados...
Por ahí iban esos matices de los que hablaba. Yo, por ejemplo, soy contrario a toda forma de violencia, pero hace años uno intentó atracarme con una navajita de chichinabo y le cayeron unas cuantas ostias... se fue calentito a casa. Porque soy pacifista, pero no soy tonto
Celebro tu coraje, pero a veces, una navajita de chichinabo, puede resultar muy cara, incluso para un pato.
Es cierto que se debe tener cuidado hasta con las navajitas de chichinabo, pero en esa época el pato estaba en plena forma. Hacía una hora diaria de kick boxing... Lo mejor fue su cara de sorpresa. Ni se lo esperaba ni sabía por donde le llegaban los guantazos. Estoy casi seguro que ese día enderecé su rumbo y cambió de profesión.
marapez V.I.P.
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Tema: Re: Carne Cruda Dom Feb 26, 2023 5:02 pm
Creo que no habeis entendido bien este párrafo
No es fácil la tercera vía cuando es evidente que el apoyo armamentístico de Occidente a los ucranianos les ha permitido hacer frente a la invasión. Reconozcamos que desde la comodidad de la paz no somos quiénes para decirles que no nos pidan fusiles. Pero no podemos abandonar el discurso como hemos abandonado las calles. Ese es el problema. Desde el OTAN No y el No a la guerra, el pacifismo se ha retirado del debate, de los movimientos sociales y de las manifestaciones.
Es como si el Pato, después del incidente, dejase de ser pacifista.
καλλαικoι V.I.P.
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Tema: Re: Carne Cruda Dom Feb 26, 2023 7:01 pm
Si quieren retomar las calles que monten una manifa contra Rusia como se montó contra la invasión de USA de Irak.
Si no no son capaces de conseguir esa adhesión, entonces queda claro que aquella manifa tenía una buena parte de antiamericanismo.
NEROCAESAR Moderador
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Tema: Re: Carne Cruda Dom Feb 26, 2023 8:17 pm
el.loco.lucas escribió:
NEROCAESAR escribió:
Celebro tu coraje, pero a veces, una navajita de chichinabo, puede resultar muy cara, incluso para un pato.
Es cierto que se debe tener cuidado hasta con las navajitas de chichinabo, pero en esa época el pato estaba en plena forma. Hacía una hora diaria de kick boxing... Lo mejor fue su cara de sorpresa. Ni se lo esperaba ni sabía por donde le llegaban los guantazos. Estoy casi seguro que ese día enderecé su rumbo y cambió de profesión.
Me alegro...
marapez V.I.P.
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Tema: Re: Carne Cruda Mar Feb 28, 2023 1:36 pm
La gente de bien
En un discurso contra la ley Trans y la ley del solo sí es sí, Feijóo acabó exigiéndole a Pedro Sánchez que dejase de legislar contra “la gente de bien”. A la derecha siempre le ha gustado dividir España en dos clases: la gente de bien, que son ellos, y los malos españoles, que somos los rojos, masones, travestis, separatistas, ateos y demás degenerados que queremos romper la patria y manchar su buen nombre. De esta división viene la guerra civil. En ella se resume todo el clasismo de los conservadores. Por ella distinguen a la gente bien, de la gente pobre, porque la “gente de bien” es también “la gente bien”: el niño pera, la niña pija, la señora del visón y el señoro de traje y corbata. Con ella separan a la gente decente de misa los domingos, de la chusma atea que quiere acabar con la reserva espiritual de Occidente. La superioridad moral de la derecha no es democrática, es económica y nacionalcatólica. Pues, por lo visto, para Feijóo las personas trans no son “gente de bien”. Los trans no son más que otra ralea de desviados que mañana irán en masa al registro a cambiarse de género por capricho. La gente de bien es otra. La gente de bien es la que dirige la banca y las eléctricas, la que obtiene beneficios históricos pero recurre el impuesto a sus ingresos con el que el Gobierno quiere financiar las medidas contra la crisis porque les parece “discriminatorio e injustificado”. A la gente de bien no le parece injustificado y discriminatorio crecer sin medida mientras muchos españoles tienen dificultades para pagarles. La gente de bien son los Roig y compañía que suben la cesta de la compra por encima de la subida general de precios. Los Ortega que ganan como nunca y pagan como siempre: mal. Pero no los llames capitalistas depravados. Llámalos gente de bien. A la gente de bien no le gusta que te suban el salario mínimo ni que hagan una reforma laboral para convertir tu contrato de falso autónomo en contrato fijo. La gente de bien no quiere que haya mucha gente de bien. Prefieren seguir siendo un club reducido porque en el palco del Bernabéu el aforo es limitado. La gente de bien estaba el sábado en el Teatro Real celebrando el 70 cumpleaños de Aznar, al que faltaron los ex ministros del PP que han pasado una temporadita en la cárcel porque la gente de bien tiene tendencia a coger el dinero ajeno y llevárselo a Suiza o a un paraíso fiscal lejano. Aunque lleva siempre la banderita de España en la muñeca y coloca banderones nacionales en plazas principales.
La gente de bien tiene una doble moral muy acusada. Son muy estrictos con la moral del pueblo llano pero muy relajados con la propia. Muy de hacer lo contrario de lo que predican. Muy de Semana Santa pero poco cristianos. Les encanta meterse en tu vida y en tu muerte, en tu casa y en tu cama, y hasta en tu vientre, pero hacer lo que les sale del bajo vientre en lo que respecta a lo suyo. Quieren llevar a sus hijos a colegio de pago pero que se lo paguemos todos. Son enemigos de lo público, los inventores de expresiones tan castizas como “la teta del Estado”, pero muy amigos de chupar del bote y vivir del cuento. La gente de bien esconde, bajo sus puños y puñetas de blanco nuclear, puñados de dinero del blanqueo. La gente de bien, sin duda, se hizo la semana pasada un impagable retrato, la fotografía de la moción de censura de Vox. Ahí había una buena representación de lo que son: los que utilizan la política en beneficio propio, pero dan lecciones de democracia y constitucionalismo. Los que se denominan “la España que madruga” aunque nunca han madrugado. Los que hablan de chiringuitos pero han vivido siempre de ellos, como Abascal. Los que se reforman la mansión pero no pagan al obrero, como Espinosa de los Monteros. Los que quieren que el Estado les financie a la “chacha” que es como llaman a la inmigrante a la que pagan en negro para que les haga la comida y les vista a los niños. Tamames es gente de bien. Esa gente que tiene la ideología donde tiene la cartera, parece fiable pero es traicionera, cambia de chaqueta según sople el viento y divide España en vencedores y vencidos.
La izquierda, tan atea en la teoría pero tan católica en sus prácticas, nos ha vuelto a ofrecer una Semana Santa de pasión, calvario y crucifixión para la que no hay resurrección a la vista. El Domingo de Ramos, Yolanda Díaz presentó Sumar en Magariños como quien entra en Jerusalén, en loor de multitud, rodeada de la mayoría de izquierdas, incluidos cargos territoriales de Podemos pero no su cúpula, que no asistió porque la ministra no ha aceptado las primarias abiertas que le pedían. No ha hecho falta más para tener un nuevo cisma en la izquierda que tiene más cismas que la Iglesia porque para muchos es una religión monoteísta. De eso es de lo que tenemos que hablar: ni religión ni dioses ni mesías, la izquierda será laica y plural o no será. O pactan Podemos y Sumar o será Vox y PP. Ya que hablamos de sumar, restar o dividir, la operación que multiplica es la papeleta con Yolanda Díaz al frente y Podemos dentro de las listas. Lo dicen las matemáticas. La vicepresidenta es la política mejor valorada en las encuestas, es la preferida por los votantes de izquierdas y ha conseguido el apoyo mayoritario de las fuerzas progresistas. Pero la opción de presentar por separado a Sumar y Podemos, como quieren los hooligans, es un suicidio. No solo porque la división resta con la ley electoral en la mano, también por la desmotivación y desmovilización de los votantes hartos de la enésima desunión de la izquierda. Nadie fuera de las turbas y las purgas tuiteras entiende que no se entiendan. No se entiende que Yolanda Díaz diga que “no sería un fracaso” que Podemos y Sumar no se unan. Lo será. Tampoco se entiende a quienes quieren quemar a la ministra de Trabajo por hereje y bruja. Un plan sin fisuras. Convertir a la mejor candidata en traidora. Decir que ella es la muleta de Pedro Sánchez y Sumar es la marca que blanquea a los socialistas con el aplauso de las oligarquías y progresías mediáticas en una confabulación judeomasónica para acabar con la única alternativa auténtica. Esto ya lo hemos vivido pero cambiando el papel de los protagonistas. En 2015, Cayo Lara decía que Podemos le había hecho una “OPA hostil” a Izquierda Unida con la ayuda de las “alfombras rojas del sistema” para “adelantar a la izquierda por la derecha”. Entonces, Pablo Iglesias le llamó “pitufo gruñón” y dijo que “no sabía leer el momento histórico”. Entonces, Iglesias leyó que era el momento histórico de superar a esa izquierda “tristona, amargada y ceniza” que se cocía en su “sopa de estrellas rojas” y se recocía en “la cultura de la derrota”. Ahora creo que es el momento histórico de superar una marca a la que han desgastado el acoso externo y el derribo interno. No para que se destruya sino para que se transforme. Podemos ya se transformó en Unidas Podemos. Todo el resto de Unidas Podemos se ha integrado en Sumar porque han visto lo que Iglesias vio en su retirada, que hay nombres que ahora restan. Las tendencia en las elecciones y los sondeos es mantener posiciones o perderlas. Pero esta izquierda dijo que venía a ganar, no a recocerse en sus derrotas. Por eso creo que hay que sumarse a una nueva estrategia y por eso es necesario que se entiendan. Para no perder lo conquistado y conquistar lo perdido, incluso lo que nunca se ha ganado. Yolanda Díaz ya ha logrado reunir a rivales, restañar heridas, recuperar ilusiones y restaurar la transversalidad del primer Podemos. Pero no debe renunciar a atraer a los que faltan ni contribuir a la distancia. En las elecciones autonómicas y municipales no debería desear que Podemos se debilite para tener más fuerza negociadora, porque si la izquierda cae ahora, no hay milagro ni virgen redentora que la levante. Debería apoyar al partido con el que aún gobierna, para seducirlos para las generales y seducir a quienes les votan.
Podemos pide unas primarias abiertas. Pero recordemos que solo las utilizó el primero de sus muchos procesos de primarias. Hay otras fórmulas. Puede perfectamente sentarse en una mesa como hizo para formar Unidas Podemos y luego someter a sus bases los acuerdos que se obtengan. Podemos pide también respeto para Podemos. Pero el respeto no se le debe a los partidos, sus militantes o sus siglas, el respeto se le debe a los votantes. A la gente. Al país. Por ese respeto, Belarra, Montero, Díaz tienen la obligación de aparcar las diferencias personales y técnicas para encontrar una salida al callejón que nos conduce a la ultraderecha. Esto también es del primer Podemos: el partido es la herramienta de la gente y no viceversa. Me diréis que no hay nada que hacer, que este muerto no resucita al tercer día. Pero yo no voy a contribuir a la hoguera que puede convertirse en pira funeraria. No quiero que la derecha coja las palomitas para ver cómo la izquierda despelleja a sus santas y venera a sus mártires. Me niego a ser un izquierdista tristón, amargado y cenizo. Podemos sumar. Pueden sumar. Deben hacerlo.
Lo de Ana Obregón, lo de Dragó, lo del Dalai Lama, lo de Gérard Depardieu, por citar solo lo de esta semana, nos habla todo el rato de lo mismo. En el mercado y el patriarcado, el cuerpo de las mujeres tiene precio pero no tiene valor. “Si no es atractiva, no vale nada”, dijo en 2015 el Dalai, Premio Nobel de la Paz, en unas declaraciones que se han recuperado ahora a raíz del vídeo en el que obliga a un niño a besarle en los labios y le pide que le chupe la lengua. En otro episodio nauseabundo, Dragó presumió de haberse acostado con dos niñas de 13 años, “pero no dos lolitas cualesquiera sino de esas que se visten como zorritas”. Puedes alardear en un libro de ser un pederasta, continuar tu vida como eximio intelectual y abandonarla entre laureles y panegíricos. Si eres hombre. Si eres hombre, se lo tomarán incluso como una de tus traviesas provocaciones, otra aventura del libertino librepensador para escandalizar a las feministas. Ocurrió también en Francia, donde Gabriel Matzneff, premiado enfant terrible de las letras galas, se pasó años publicando en sus estomagantes diarios sus relaciones con menores, sin que nadie se inmutara, hasta que la escritora Vanessa Springora contó en su libro, El consentimiento, cómo mantuvieron una relación pedófila cuando ella tenía 13 años y él, 50. Al menos, al francés lo apartaron de la vida pública. Dragó apenas mereció un pudoroso reproche, más cómplice que otra cosa, y le han blanqueado el sepulcro con goma de borrar y ríos de tinta. Como a Kobe Bryant, del que pocas necrológicas recordaron su violación a una camarera de hotel de 19 años. Son niñas. Son mujeres. Tampoco importan tanto. Son más importantes ellos y sus hazañas. Para el blanqueamiento de Plácido Domingo no esperaron al obituario, solo al cumpleaños. Cuando cumplió 80, Rubén Amón le escribió la enésima apología, los periódicos de derechas le pusieron la tarta y Ayuso y un Auditorio Nacional repleto le regalaron un aplauso de media hora. Y aquí paz y después gloria bendita. El tenor vuelve a cantar en España como si nada. El Mundo llegó a titular su entrevista: “Tan malo fue el momento que pasé como grande el abrazo que recibí”. Lo importante es lo mal que lo pasó el pobre, no las veintisiete mujeres que denuncian los mismos abusos y acosos en lugares y momentos distintos. Sus cuerpos se pueden agredir, manosear, violentar porque son cuerpos vacíos. Son caramelos. Golosinas. Se chupan, se mastican, se escupen o se gastan. No son nadie. Son busconas. Buscaban su dinero y su fama. ¡Pero él es Plácido, el hombre, el genio, el de los tres tenores! ¡No pasa nada, es Gerard!, les decían a algunas de las trece mujeres que ahora han denunciado a Depardieu por ser un acosador como Domingo. Es Gerard, mujer, tendrías que estar agradecida de que te quiera tocar con su varita. Tan malo es el encubrimiento de estos pollaviejas como grande el desprecio a sus víctimas. No puedo imaginar el asco, la frustración, la ira que deben sentir las mujeres cada vez que a ellos se les disculpa, exculpa, homenajea mientras se esconden, se niegan y se olvidan los cuerpos violentados de ellas. Dan igual. Hay mujeres violadas, maltratadas, asesinadas a todas horas y en todas partes, mujeres que son el botín y el arma de guerra, mujeres explotadas y esclavizadas sexualmente, y no importan. Ocurre en nuestras calles, están en las noticias de prensa, ocupan portadas, y pasamos la página.
Pasamos de todo y no pasa nada. Sus verdugos siguen sus vidas y por eso a ellas las siguen violando. Porque realmente no valen nada. Valen tan poco, que una mujer rica como Ana Obregón puede alquilar el vientre de otra mujer más pobre para comprarse una niña como terapia para superar el duelo por la muerte de su propio hijo. Valen tan poco, que Obregón vende la exclusiva de su compra a una revista, la mujer rica hace negocio con la mujer pobre, primero la alquila y después la vende, aunque a ella nunca la veamos, porque los cuerpos de las mujeres se vuelven invisibles después de que se abusa de ellos. Valen tan poco los cuerpos de las mujeres, y cuanto más pobres menos, que los ricos los pueden alquilar por una pena o un capricho. Miguel Bosé puede comprarse cuatro hijos y luego repartírselos con su expareja como si fueran canicas. Porque son canicas. Bienes de mercado. Producidos por una máquina de carne y hueso, una vasija, una incubadora con piernas. Cuando un humano se puede vender, alquilar y comprar es porque su vida ha perdido todo el valor, ya solo importa lo que cuesta. Son Ana y los 7. Ana y los 7 casos que demuestran que el cuerpo de las mujeres tiene precio pero no valor en el mercado, que en el patriarcado, interesa el cuerpo de las mujer pero no la mujer misma. Si alguien lo duda, la prueba de sustitución no falla. Si en lugar de mujeres fueran hombres las víctimas, si fueran hombres los que se tienen que embarazar para parirte un hijo, si fueran hombres los acosados, los violados y los asesinados por mujeres, si una Dalai Lama femenina dijera que “los hombres que no son atractivos no valen nada”, el mundo se paraba. Porque los hombres, si no son pobres, sí importan.
El tour crudo hace una parada especial en València el 14 de abril, día de la República, desde la Plaza de la Reina para celebrar aquella época en que no hubo reyes. Un programa en directo con entrada libre hasta completar aforo a las 19h.
Una fiesta en la que nos acompañan el escritor y periodista Paco Cerdá, que en su libro “14 de abril” (Libros del Asteroide) hace una crónica épica de la proclamación de la República a partir de la mirada a los olvidados; y Carme Bernat Mateu, investigadora en formación que trabaja en temas de anarquismo, género y Memoria Democrática.
Y además, hablamos con Samuel Sebastian, director del Festival de los Derechos Humanos del Mediterráneo y de su programación especial por este 14 de abril de la que formamos parte, desde una ciudad que fue capital del gobierno republicano legítimo entre 1936 y 1937. Nuestra compañera Irene Valiente nos cuenta la ruta por esa Valencia republicana con José María Azkárraga, profesor jubilado, divulgador y especialista en la transformación de la urbe en el periodo republicano y en la posguerra franquista; y conocemos a Tina Rabanal Miguel, nieta del editor Vicent Miguel Carceller, director de la revista satírica “La Traca”, fusilado en la tapia del cementerio de Paterna el 28 de junio de 1940 por la publicación de viñetas satíricas sobre el dictador.
A esta fiesta republicana le pone la música Aullido Atómico, una banda fraguada en las profundidades del underground valenciano. Si no puedes venirte a la Plaza de la Reina, emitimos el martes 18 de abril en carnecruda.es y en todas las plataformas de audio.
Estoy harto de las batallas de la izquierda. Harto de ver cómo se destruye a sí misma, una y otra y otra vez, en guerras fratricidas, suicidios colectivos, asesinatos cainitas. Harto de los puñales por la espalda, los disparos al pie, los tiros en la cabeza. Harto del fuego cruzado a través de la prensa entre quienes tendrían que sentarse en una mesa a solucionar sus diferencias. Harto de la irresponsabilidad de los dirigentes que se dan de navajazos en los medios para ganar una pelea callejera en la que pierde la calle y pierden a la calle. Por culpa de los botellazos que se repartieron antes del pacto de los botellines, Izquierda Unida y Podemos se dejaron más de 1 millón de votos en las elecciones. Porque la gente se harta de ver cómo están más a sus cosas de partido que a las nuestras. Yolanda Díaz lo sabe, lo dijo en Lo de Évole, pero no se aplicó el cuento. Se aplicó a lo contrario, a seguir el combate. Dijo que no se puede buscar la unidad a tortas como hace Podemos porque eso deprime al electorado y luego se dedicó a deprimir al electorado repartiéndole a Podemos con la mano abierta, pero no tendida. Las preguntas de Évole tampoco ayudaron porque más que “Lo de Yolanda Díaz” el programa pareció “Lo de Pablo Iglesias”. Pero si la candidata de Sumar hubiera ido a tender puentes, no los hubiera quemado casi todos. Fue a fijar posiciones. A clavar su bandera. A seguir la guerra. Ya lo dijo ella misma: es una negociadora durísima. Está debilitando a su rival para negociar con ventaja. El domingo, Yolanda Díaz ensanchó la herida, y el lunes, Pablo Iglesias metió la mano entera. Dijo que la unidad sigue siendo necesaria pero que está aún más lejos después de una entrevista que demostró que Sumar y Podemos son proyectos distintos. En la entrevista, Yolanda Díaz apoyó al Sáhara frente a Sánchez, llamó dictadura a Marruecos y pidió la dimisión de Marlaska por Melilla. No se ven diferencias tan grandes, pero la nueva campaña de Podemos es que Díaz o Garzón se ponen de medio lado con la OTAN y Belarra y Montero no se callan. Sin embargo, Iglesias tuvo que callarse cuando era vicepresidente, como reconoció cuando salió del Gobierno. Así que el ex vicepresidente está haciendo lo mismo que la vicepresidenta: marcar posiciones en el frente de una negociación a tiros. Lo ha escrito él mismo en su artículo en CTXT, Ione Belarra le ha pedido que sea el partisano en los medios. A la vista de su dedicación al tiroteo, diría que él también se ha ofrecido para el puesto. Es su reconocimiento de por qué se ha tirado al monte y no hace prisioneros. La buena noticia es que quieren negociar aunque no lo parezca. La mala noticia es que antes van a librar esta guerra para ver quién es más fuerte antes de llegar a la mesa. El problema son las bajas de votantes que caerán en esta carnicería. La izquierda es tan tozuda y obtusa que quiere ganar esta batalla aunque pierda la guerra. Lo importante es tener razón aunque no tengas votos. Ganar por eliminación, no por acumulación. Aniquilar al otro antes que asimilarlo. Vencerlo antes que convencerlo. La izquierda se comporta como derecha —intransigente, implacable, inmisericorde— cuando coge el fusil y la guerrera.
La primera víctima de la guerra es la verdad. No es verdad que Podemos y Sumar sean muy distintos. Quince formaciones de la izquierda, incluida la mayor parte de Unidas Podemos, están en Sumar. Podemos quiere unirse pero no integrarse porque cree que se desintegrará, como algunos creían que IU se desintegraría en Unidas Podemos. Se trata de lo mismo. Una lucha por la hegemonía disfrazada de lucha por la ideología. El riesgo de prolongar mucho esta guerra abierta es que perderá la izquierda y perderá la gente. Como escribió Iglesias, “no sé en qué va ayudar a que Ada Colau revalide la alcaldía”. Él se refería a las “hostias” que le dio Yolanda Díaz, pero se puede aplicar también a las suyas. No ayuda llamar “miserable” a la vicepresidenta ni ayuda que ella se ponga de perfil cuando le preguntan si va a apoyar a Unidas Podemos en las municipales y autonómicas. No ayudan la guerra de guerrillas en las redes ni los periodistas que cavan trincheras en sus tribunas de prensa. No ayuda nadie que continúe esta bronca nefasta en la que se puede perder mucho: desde los avances sociales y económicos hasta la próxima ley de vivienda. No ayudáis, colegas. Somos muchos los que nos sentimos como Estanislao Figueras, primer presidente de la I República, cuando se hartó de la imposibilidad de llegar a un acuerdo y dicen que dijo (la frase es probablemente apócrifa): “Señores, les seré franco, estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Después, cogió un tren y se exilió en Francia. Ahora ni París nos queda.
Francamente, me resulta casi pueril pensar, que los políticos profesionales, nuestros gestores, se muevan por otra cosa que no sean sus propios intereses. Ya pueden ser de VOX, del PP, de Izquierda Unida, Podemos o el PSOE...
Sé que lo que digo es bastante triste, pero desgraciadamente es real...; y no creo que sea solamente en España...
Última edición por NEROCAESAR el Jue Abr 20, 2023 11:22 pm, editado 1 vez
El llobu V.I.P.
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Tema: Re: Carne Cruda Jue Abr 20, 2023 10:53 pm
NEROCAESAR escribió:
Francamente, me resulta casi pueril pensar, que los políticos profesionales, nuestros gestores, se muevan por otra cosa que no sean sus propios intereses. Ya pueden ser de VOX, del PP, de Izquierda Unida, Podemos o el PSOE...
Sé que lo que digo es bastante triste, pero desgraciadamente es real...; y no creo que sea solamente en España...
Realmente pensar generalizaciones no es pueril, sino lo siguiente.
Salú y República.
NEROCAESAR Moderador
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Tema: Re: Carne Cruda Jue Abr 20, 2023 11:21 pm
El llobu escribió:
NEROCAESAR escribió:
Francamente, me resulta casi pueril pensar, que los políticos profesionales, nuestros gestores, se muevan por otra cosa que no sean sus propios intereses. Ya pueden ser de VOX, del PP, de Izquierda Unida, Podemos o el PSOE...
Sé que lo que digo es bastante triste, pero desgraciadamente es real...; y no creo que sea solamente en España...
Realmente pensar generalizaciones no es pueril, sino lo siguiente.
Salú y República.
Y la razón es sólo tuya, claro...
El llobu V.I.P.
Mensajes : 48252 Edad : 63 Localización : La llobera (aquí si estás dentro, allí si estás fuera)
Tema: Re: Carne Cruda Vie Abr 21, 2023 10:20 am
NEROCAESAR escribió:
El llobu escribió:
Realmente pensar generalizaciones no es pueril, sino lo siguiente.
Salú y República.
Y la razón es sólo tuya, claro...
La razón es de quien la tiene, la tenga quien la tenga.
No hace falta ser un lince para entender que NEROCAESAR no conoce a todos los políticos profesionales, nuestros gestores, como para saber por qué se mueven tanto en España como fuera, ni hace falta serlo para entender que cada uno tendrá sus motivos.
Salú y República.
marapez V.I.P.
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Tema: Re: Carne Cruda Mar Abr 25, 2023 1:28 pm
Campan a sus anchas
Ocurrió con la exhumación de Franco, ha vuelto a ocurrir con la de Primo de Rivera. El desfile de momias con el brazo en alto escayolado. Freaks, la parada de los monstruos. La versión española de The Walking Dead. Los franquistas y falangistas y fascistas salen de sus criptas para poner cara al sol sus pieles amarillentas con olor a podre. Aunque la nueva Ley de Memoria Democrática prohíbe los actos de exaltación de la dictadura y de humillación a las víctimas, ahí están ellos coreando vivas al dictador genocida y a uno de los conspiradores golpistas. Todo lo más, reciben un par de empujoncitos de la policía. Sobra decir que si fueran peligrosos izquierdistas en defensa de la democracia, lloverían las hostias a porrón. Pero en este país la carcundia facha campa a sus anchas. Campan tan a sus anchas que se cumple antes la Ley de Memoria Democrática para los verdugos que para las víctimas. Han salido antes Franco y Primo que los miles de republicanos enterrados en ese siniestro pedregal. Antes han podido dar sepultura a sus muertos las familias de los dos golpistas que las familias de los asesinados por culpa de ellos. Antes han podido los Franco honrar al Abuelo que las 118 familias de represaliados que esperan el cumplimiento de las sentencias que les autorizan a llevarse a los suyos. Antes han recibido los Primo de Rivera el permiso para empaquetar al fundador de Falange que las familias de los rojos a los que la alcaldesa del PP en El Escorial no quiere dar la licencia de obra para la exhumación. Claro que sí, cari. Los verdugos, primero. Porque los verdugos en nuestra Españita gozan de muy buena salud. Cómo no. Tienen a jueces, políticos, policía, militares, periodistas, empresarios y curas de su parte haciéndoles el boca a boca. Las fuerzas vivas (que, en España, son las fuerzas muertas). Lo de los zombis del Franquismo es un chiste, un meme para echarnos unas risas en Twitter, lo serio es el Franquismo que dirige el país. El que dicta las sentencias, el dueño de los medios, el que cotiza en Bolsa, legisla en las instituciones y conspira en la sombra para que la democracia no termine de llegar. Ese que responde “¡presente!” cada vez que gobierna la izquierda en este país. Ese, hay que tomárselo en serio, porque es la continuidad del pasado por otros medios. Es lo de antes vestido con lo de ahora. Se les reconoce fácil porque lo han heredado todo de sus mayores, hasta el andar. Es el autoritarismo franquista, la chulería del falangista, la prepotencia de la clase alta adaptada a un contexto democrático. O sea, lo mismo sin tanta sangre. Pero eso. Hacen lo que les da la gana. Se pasan la democracia por el forro. Son muy de aniquilar libertades en nombre de una supuesta libertad. Creen que el poder les pertenece por cuna y por eso todo vale para desalojar a quien se lo arrebata. Su interés particular está por encima del interés general. Sus privilegios de minoría por encima de los derechos de la mayoría. Etcétera. Por supuesto, se llaman a sí mismos “los demócratas”. Tienen arte en lo de disimular.
Pero no nos la cuelan. Hemos aprendido a identificarlos a la legua porque aunque se vistan de Armani, fachas se quedan. Ahí tenemos a Díaz Ayuso que, por mucha camiseta de Héroes del Silencio que se ponga, no deja de ser una señora de ultraderecha como dios manda. Que el Gobierno anuncia la primera Ley de Vivienda de la democracia, pues ella responde que la incumplirá en lo que pueda y la recurrirá donde le dejen. Porque yo lo valgo, porque tú no vales nada y porque libertad, libertad. Hay que servir a los fondos buitre y a las familias franquistas multi propietarias. Franquismo S.A. Y ahí tenemos a Moreno Bonilla que bajo su sonrisa de yerno ideal esconde a otro cacique español y señorito andaluz capaz de apuñalar a Doñana por un puñado de votos. La muerte tenía un precio. España es nuestra y la destruímos como queremos. Que Franco no murió en esa cama, que sus nietos le continúan, que el franquismo es sociológico y cultural, que cuarenta años de democracia no han borrado los cuarenta años de dictadura, que los franquistas están entre nosotros como los aliens, que están en las instituciones, en las organizaciones y en las televisiones, que campan a sus anchas, ni cotiza. Primo de Rivera y Franco han salido del Valle de los Caídos, pero el poder sigue allí. Emite desde esa antena monstruosa.
El jueves pasado se aprobaba en el Congreso la primera ley de vivienda de la democracia. No es la ley más audaz que se podía hacer, la ley que pedía Unidas Podemos y nos gustaría a muchos, pero es histórica. El actor y dramaturgo Juan Diego Botto sintetizaba la emoción y significación del momento en un tuit con una foto de afectados y activistas que asistían a la aprobación desde la tribuna de invitados: “Asun, con una notificación de desahucio pendiente, Richard con siete intentos de desahucio sufridos, Mercedes, que ha ayudado a detener decenas de desahucios, se abrazan tras la aprobación de la ley de vivienda. Falta mucho y podría ser mejor pero es un paso importante”. Es un primer paso para las instituciones, pero es el resultado de los millones de pasos que han dado durante años las organizaciones. Es un “sí se puede” resonando en el Parlamento. Ha costado mucho llegar hasta aquí. Muchas noches en vela, muchas asambleas, mucho llanto, mucha angustia, mucho miedo, muchas manifestaciones y protestas, mucho sindicato, muchos choques con la policía, mucha detención y acoso, mucha lucha obrera y mucho apoyo mutuo, muchos desahucios, familias destruidas y vidas que se han quedado por el camino. Ha costado más de una década de labor incansable de los movimientos por la vivienda digna. Y ha costado que Unidas Podemos venza la oposición del PSOE dentro del propio Gobierno. Recordemos que el anterior ministro de Fomento, José Luis Ábalos, decía que la vivienda es “un bien de mercado” sobre el que no se podía actuar. Hablaba como si el mercado fuera intocable e incontrolable, como si la Constitución no dijese bien claro en su artículo 128 que el Estado puede intervenir por el interés general en cualquier ámbito económico. Las negociaciones estaban detenidas, en el dique seco, con los socialistas bloqueando por miedo a molestar a los fondos y a los bancos, pero la cercanía de las elecciones, la presión de Unidas Podemos, y una sociedad civil organizada que nunca ha dejado de empujar y de creer en que era posible, han forzado una ley que consagra que la vivienda es un derecho, regula los alquileres y fomenta el alquiler público, impone topes a las subidas de precios, controla a los grandes propietarios y ofrece mayor protección a los desahuciados. Por eso han votado a favor los partidos de izquierda de la investidura y en contra todos los partidos de derechas del Parlamento (PP, Vox, Cs, PNV, Junts, PDeCat, UPN y Coalición Canaria) con la CUP a la que le parece insuficiente. Insuficiente es, pero mucho más sería no haber hecho nada y seguir como estábamos. Es una ley que tendrán que aplicar las autonomías y el PP ha anunciado que la incumplirá en Madrid y Andalucía, y el PNV que estudia recurrirla en el Constitucional, como hace la derecha española con todo lo que se aprueba. La Ley de Vivienda es un ejemplo de lo que se ha avanzado, de lo mucho que queda por avanzar, del esfuerzo que hay detrás de cada avance y de lo fácil que sería retroceder. Es también un ejemplo de por qué es necesaria una fuerza a la izquierda del PSOE y por qué su descomposición nos abocaría a un gobierno de extrema derecha negacionista que destruiría todas las conquistas y evitaría otras muchas.
Ha sido una legislatura dificilísima, con una crisis pandémica, bélica y económica que este gobierno ha contestado por primera vez rescatando a la clase trabajadora. Se han aprobado impuestos a los ricos, la banca o las eléctricas, subidas del salario mínimo y leyes de eutanasia y de igualdad y libertad sexual. Hay reformas que se han quedado a medias como la reforma laboral, la reforma de las leyes mordaza o esta misma ley de vivienda, y otras muchas como la Justicia, la Transparencia o la Gobernanza que ni se han emprendido. Este mismo 1 de mayo, Día de los Trabajadores, nos recuerda lo mucho que queda aún por hacer para “subir salarios, bajar precios y repartir beneficios” como pedíamos hoy en las calles. Me invade la melancolía al pensar todo lo que se puede perder por la división de la izquierda. De lo que se ha hecho y de lo que está por hacer. Solo una foto de Irene Montero en la manifestación junto a Yolanda Díaz (rodeadas por Alejandra Jacinto, Alberto Garzón y Enrique Santiago) me ha devuelto la esperanza de que todos estos momentos, y los que podrían venir, no se pierdan como lágrimas en la lluvia.
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: Carne Cruda Mar Mayo 16, 2023 1:00 pm
España no decide, decide Telecinco
Es un milagro que la izquierda haya llegado al Gobierno de la nación y a otros gobiernos municipales y autonómicos con este panorama mediático de derecha extrema que tenemos en Españita. A mí me resulta cada día más difícil de explicar cómo es que aún quedan rojos en un país en el que hay una abrumadora mayoría de medios reaccionarios bombardeándonos sin cesar por prensa, tele y radio. Cómo es posible que no nos hayamos extinguido si llevan toda la vida intentándolo, muy especialmente desde aquel 15 de mayo de hace 12 años en el que nos atrevimos a desafiar su hegemonía y monopolio. La reacción a la acción no ha parado pero no ha obtenido los resultados deseados y llegan las elecciones y los socialcomunistas siguen vivos y se han puesto tan nerviosos que han quitado el Sálvame de Jorge Javier porque era ‘un programa de rojos y maricones’ y le han dicho a Ana Rosa que presente de la mañana a la noche todo Tele 5. Ana Rosa es una señora muy de derechas y mucho de derechas que con una mano le da cera a Sánchez y a Podemos y con la otra le da jabón a Ayuso y los peperos. Cada mañana. En el canal más visto. Empieza siempre con un editorial que podría firmarlo Miguel Ángel Rodríguez. Mínima precisión informativa, máxima eficacia ideológica. Por los servicios prestados, ayer Almeida le concedió una medalla del Ayuntamiento. Minutos antes, en su programa habían estado criticando una lona electoral de Roberto Sotomayor, el candidato de Podemos a ser alcalde madrileño. Así se fabrican las mentiras en los medios, sin reparos ni disimulos: el político le da un premio al periodista que dice lo que le gusta al político. El político premia con subvenciones, publicidad institucional y contratos de televisión pública al periodista amigo. Así compra Ayuso sus apoyos, de AR a Losantos, con nuestro dinero. Democracia en estado puro. A pleno rendimiento. Tampoco hay disimulo en este cambio en Tele 5. La propia Ana Rosa ha dicho que ella dirigirá también la tertulia de la tarde “al menos hasta las elecciones”. Esto se hace para lo que se hace. Para que gane la derecha. La decisión es del actual director de Mediaset, Borja Prado, aristócrata y burócrata de Berlusconi en España, que necesita al PP en Moncloa para que le conceda un permiso de fusión que el Gobierno de coalición le ha negado. Es como el nuevo capítulo de Succession: los hermanos Roy manipulan la información para forzar la victoria electoral del Trump de turno que les ha prometido velar desde la Casa Blanca por sus intereses empresariales. El capítulo se titula América decide, pero no decide América. Tampoco decide España. Deciden los ricos y sus imperios mediáticos. La decisión de quién gobierna un país no depende tanto de la voluntad general y el bien común como de los intereses y beneficios particulares de unos pocos. Decidieron que no podía haber un cambio progresista en España y no han parado hasta destruir a la nueva política y sus líderes. Decidieron que hay que acabar con este Gobierno y pintan un presidente Gran Hermano que controla a los jueces y a los medios cuando es exactamente al revés, son los jueces y los medios los que mueven los hilos. Ahora han decidido ir contra la Ley de la Vivienda porque ataca a los fondos buitre y los bancos. Por eso, blanquean al neonazi que dirige Desokupa y la manifestación en la que gritan “Puta Colau” mientras te venden la alarma para tu piso para que no te lo okupe el MENA ni el negro. Decide Ana Rosa, decide Ana Botín, decide Borja Prado. Decide la Caverna, deciden las cloacas, decide Tele 5. Decide ABC, decide la COPE, decide Vocento. Decide El Mundo, decide el PP, decide Federico. Decide el rey, decide Atresmedia, decide Florentino. Deciden los bancos, las multis y el Ibex 35.
El otro día pillaron a Ayuso en otro de sus balbuceos. Le preguntaron por la “justicia social” y acabó diciendo que era un invento de la izquierda, aunque es un invento de los jesuitas y hasta del Vaticano. Dijo que no podía improvisar una respuesta y realmente no pudo. Volvió la sospecha de que lleva un pinganillo por el que le habla su ventrílocuo. Viéndola con los ojos extraviados en busca de la voz del otro dentro de su cabeza, pensé que eso es lo que les pasa a muchos españoles, que todo el rato les hablan por el pinganillo esos ventrílocuos del apocalipsis, y cuando por fin se callan, se sienten perdidos, balbucean y se llevan la mano al oído esperando escuchar voces que les digan qué pensar, que les dirijan el pensamiento. PD: Para que haya periodismo libre y periodismo de calidad son necesarios medios como Eldiario.es o Carne Cruda, financiados por su comunidad. Precisamente, mi programa emprende una nueva etapa y necesita vuestro apoyo: vamos a hacer realidad la República Independiente de la Radio, vamos a montar un estudio propio, a pie de calle y con vistas a la calle, abierto al público, a otros programas y a otras actividades: charlas, coloquios, conciertos... Un lugar donde encontrarnos. Una radio. ¡Vamos a proclamar la República! Gracias por ayudarnos a hacerlo posible: http://goteo.cc/vamosaproclamarlarepublica
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: Carne Cruda Jue Mayo 18, 2023 1:14 pm
El PP ha secuestrado este artículo
Preferiría no hacerlo, como decía Bartleby. Preferiría no escribir este artículo porque contribuye a hablar de lo que quiere la derecha que hablemos: Bildu y ETA. Pero han secuestrado la conversación y me obligan a darles la réplica. Al PP no le importan las víctimas del terrorismo más que para utilizarlas. Cuando no puede hacerlo, como le ocurre con las víctimas del 11M y la Dictadura, las desprecia y persigue. Cuando llegan las elecciones, echa mano de ETA aunque ETA no existe desde hace más de una década. No es la izquierda abertzale, es la derecha española la que más hace por mantener viva la memoria de la banda terrorista, no me digan. Porque canjean muertos por papeletas. La estrategia no es solo atacar a la izquierda, es también defender a la ultraderecha. El PP ha encontrado la excusa perfecta para justificar sus pactos con Vox. “No nos van a decir con quién pactar los que pactan con etarras. Lecciones, ninguna”, dicen en el PP en respuesta a los socialistas. Puede que el partido de los GAL no esté para dar lecciones, pero tampoco lo está el partido de Fraga. Lecciones del PP, ninguna. Lecciones al PP, todas. Lecciones sobre ETA. El PP liberó y acercó presos, pactó con Bildu y negoció con la banda a la que Aznar llamó Movimiento Vasco de Liberación. Lección de Historia. Manuel Fraga firmó la muerte de Julián Grimau, encubrió el asesinato de Enrique Ruano en la Dirección General de Seguridad y fue el responsable gubernamental de la masacre policial en Vitoria que mató a cinco personas. No están para dar lecciones de moral quienes jamás han pedido perdón por los crímenes de su fundador. No están para dar lecciones de democracia los que no reniegan del Franquismo pero destruyen los símbolos de la República. No están para dar lecciones sobre las víctimas los que se niegan a reparar a las víctimas de la Dictadura. No están para dar lecciones los que blanquean la violencia franquista y machista pactando con la ultraderecha. Bildu ha reconocido el dolor de las víctimas de ETA mucho más abiertamente que el PP el dolor de las víctimas del terrorismo de Franco. Lecciones de la derecha, ninguna.
Bildu se equivocó, pero ha rectificado, el PP nunca. El partido de Otegi metió a ex etarras en sus listas para contentar a la juventud abertzale más socialista que les acusa de venderse al Estado y la socialdemocracia. No pensó en las víctimas del terrorismo ni creo que piense en ellas cuando renuncia a que tomen posesión los siete ex convictos con delitos de sangre. Piensa en no perder votos… ¡como todas las formaciones políticas! Es un síntoma de normalidad democrática. Pero esa normalidad no le interesa a las extremas derechas españolas. No les interesa que los presos se reinserten ni que se arrepientan ni que pidan perdón. No les interesa que la izquierda abertzale renuncie a la violencia y defienda la independencia por vías pacíficas, legales y legítimas. PP y Vox no quieren la paz, quieren que siga el conflicto. Porque no quieren un país plural ni plurinacional. No quieren una izquierda fuerte que apruebe subidas del salario mínimo, impuestos a los más ricos, reformas progresistas y una ley de vivienda. No quieren que las izquierdas les pongan límites a la especulación, a la explotación y a la destrucción de las ciudades y el medio ambiente. No quieren que nadie les pare los pies para hacer un complejo turístico con campo de golf en Doñana. No quieren que les obliguen a desbloquear la Justicia, pagar mejor a los trabajadores, bajar los alquileres y subir los impuestos para la Sanidad y la Educación públicas. ¡No quieren que vuelva a gobernar la izquierda nacional con la izquierda nacionalista! Punto. Por eso te hablan de Bildu, en lugar de hablarte del clima o la casa. Las víctimas les importan lo mismo que los problemas de tu municipio o tu comunidad: nada.
¿Cómo es posible que Ayuso esté al borde de la mayoría absoluta, según todas las encuestas, después de la muerte de 7.291 ancianos en las residencias a los que dejó sin asistencia hospitalaria, después de las dos manifestaciones masivas en Madrid contra su destrozo de la Sanidad Pública, después de que diera a dedo a un amigo de su familia un contrato de mascarillas por el que su hermano se embolsó 250.000 euros, después de tener los peores datos de mortalidad en la pandemia de toda la Unión Europea, después de que el Zendal costase tres veces más de lo presupuestado para convertirse en un cascarón inhóspito, después de abandonar a la Cañada Real y llamar delincuentes a sus vecinos? ¿Cómo es posible? ¿Es que la mayoría de madrileños son fachas, son zombis? Desde fuera, estoy seguro de que muchos lo ven así. Pero la respuesta a esta pregunta provocadora es un poco más compleja. Es un no pero sí. No son tanto los madrileños como el medio: los medios. Es el aire irrespirable de Madrid, de su ecosistema mediático y su cloaca periodística, que es contagioso como el hongo de The Last Of Us. Es difícil no volverse un zombi facha con la ponzoña que sale a todas horas por las mil bocas de riego de la derecha madrileña, que es extrema en la capital. Madrid es tristemente más la cuna que la tumba del fascismo. Ahí nace, crece, se reproduce y carcome los cerebros como en La invasión de los ultracuerpos, nunca mejor dicho lo de ultracuerpos. Madrid es un gigantesco plató en el que Ayuso es la reina porque los medios le hacen la corte y porque el Ayusismo es básicamente una estrategia de comunicación. Es una fachada para esconder el vacío. Detrás, no hay una acción de gobierno, no hay gestión, solo pésima gestión, y el caciquismo, el conservadurismo y el neoliberalismo que heredó de su mentora. ¿Qué ha hecho Ayuso aparte de despilfarrar como Aguirre, regalar contratos a los colegas y bajar los impuestos a los más ricos? Ni sus votantes sabrían decirlo. No sabrían decir ni una sola medida más allá del Zendal, Telepizza y Sarasola. No sabrían decir más que Sanchismo, comunismo, libertad, Bildu y ETA. Porque no hay mucho más. Ayuso es un meme, lo reduce todo a un meme, a un emoji, a un tweet. Lo vacía de contenido, lo convierte todo en nada. Tiene dos formas de hacerlo. El consentido y el sinsentido. Es un niño consentido cuando le llevan la contraria. Carga contra todos y lo rompe todo. Es precisamente ese descaro y esa ordinariez con los que ataca a la izquierda lo que tanto le pone a la derecha. El resto del tiempo, juega al sinsentido, a decir banalidades y barbaridades para que sea imposible tener una conversación adulta. Las ayusadas que nos tomamos a broma son muy serias, en realidad, por lo que persiguen y lo que consiguen casi siempre: que no hablemos de lo importante, del desastre de la Sanidad o del récord de muertes en pandemia mientras ella invitaba a cañas y bares. Su éxito es que hablamos de las cañas y los bares y no de los cadáveres. La única vez que no dirigió ella el debate, cargó contra los médicos, como le enseñó Aguirre. No consiguió desviar por completo la atención, pero sí echar a algunos usuarios encima de los sanitarios. Ahí hay otras dos claves: tener siempre un enemigo y tratar de humillarle. Porque si vamos al contenido, el Ayusismo también tiene dos patas. Orgullo y prejuicio. Orgullo y odio. El odio de clase y el orgullo nacional. El odio de clase es ideológico, es el odio al pobre y al rojo, que en su cabeza van unidos, porque “el comunismo es miseria”, ya se sabe. Ayuso es franquismo sociológico más que político, o sea, no es Vox, pero sí es ultraderecha. Sin caspa y sobaco. Como cuqui. Franquismo simpático que no ve a los pobres y les llama delincuentes cuando los ve. De ese franquismo clasista que quiere borrar a la mitad de España viene el orgullo patriotero de Ayuso que tiene una formulación paradójica: el Ayusismo es independentismos madrileño pero nacionalismo español. Defiende el dumping fiscal de Madrid y la unidad de España al mismo tiempo. Se declara en rebeldía ante el Gobierno, pero pide el 155 para Euskadi o Cataluña. En resumen, Madrid es España dentro España, pero Madrid es única, Madrid is different.
Escribía Pla que Madrid es un pueblo de señoritos pagados de sí mismos, que tienen muy poco mundo pero se las dan de viajados. El Ayusismo es la máxima expresión de esa vulgaridad insustancial. Del Madrid que se cree el ombligo de España. Ese Madrid que detestan fuera y muchos detestamos dentro porque no es inclusivo ni abierto, es excluyente, desaprensivo, superficial. Ayuso funciona porque tiene un altavoz monstruoso, al que todos contribuimos, para rebajar el debate y alimentar todas las formas zafias del orgullo y el prejuicio: machismo, racismo, clasismo, nacionalismo, regionalismo... Es fácil hacerte creer que eres especial, mejor que el otro: que los rojos, las feminazis, los gitanos, los malditos vascos y catalanes... Sobre todo cuando todo va peor, o te dicen que va peor. Make Madrid great again. Make yourself great again. Trump presumía de que podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos. Tan fieles eran sus votantes. Tan zombis. A Ayuso le pasaría algo parecido si lo hiciera en la Gran Vía. Los medios dirían que estaba defendiendo la libertad de los comunistas que la quieren destruir. La única manera de hacerle frente a este ejército de comecerebros es con sus mismas armas: comunicación y agitación. Con la camiseta y la lona del hermano de Ayuso. Con el libro sobre las residencias que le dieron en el debate. “No invada mi espacio”, le dijo a Alejandra Jacinto. Eso es justo lo que hay que hacer. Invadir a la invasora. Invadir su espacio.
Pedro Sánchez ha sacado el Manual de supervivencia para casos de emergencia. Ha abierto por donde dice que, cuando te caes o te tiran, hay que levantarse rápido y volver a intentarlo para perder el miedo y coger a tus enemigos desprevenidos. Es lo que hizo cuando le descabalgaron de la secretaría general del PSOE y tuvo éxito. Es lo que ha hecho después del descalabro de las municipales y autonómicas, convocar generales para el 23 de julio antes de que sea demasiado tarde. Audacia o temeridad, se la juega a una carta pero es la mejor baza que tiene. La menos mala porque amortigua golpes y asesta uno. De momento, ha conseguido cambiar el marco de la discusión, arrebatarle a la derecha el relato, dejar de hablar de la derrota en esta batalla para empezar a hablar de ganar la guerra. El presidente logra tres objetivos que tienen que ver con el tiempo. Primero, no deja tiempo a la derecha para regodearse en su victoria, ni a la izquierda para lamerse las heridas. Les ha hurtado al PP y a Vox la celebración y les ha ahorrado el funeral a los suyos. No hay lugar para lamentaciones, tampoco para las críticas a su liderazgo. Prietas las filas detrás del alto mando. Obliga a sus barones a dejar los debates internos y hacer piña para salvar los muebles. Es el Cid saliendo a batallar después de muerto, atado al caballo. Apela a la épica y el heroísmo. Si no consigue la victoria, al menos aspira a mantener en pie al ejército. En segundo lugar, no deja tiempo para que la oposición abrase al Gobierno desde la fortaleza que han ganado porque apenas habrán tomado posesión de sus nuevas plazas. De hecho, atrapa a PP y Vox en plenas negociaciones, una imagen que le conviene para atacar a Feijóo por sus pactos con la extrema derecha. Sánchez piensa que en dos meses aún puede rearmarse, pero en seis sería un cadáver. En las municipales, el PSOE solo ha obtenido un punto menos que el PP, 750.000 votos, que son recuperables si consigue movilizar a sus votantes y recoger a los votantes descolgados a la izquierda de su espacio. Sin duda es una llamada a unificar el voto en torno a los socialistas apelando al voto útil. Y en tercer lugar, fuerza a Sumar y Podemos a dejar las hostilidades y cerrar un acuerdo en diez días de infarto. Es cierto que ha dejado a Yolanda Díaz sin tiempo para consolidar una propuesta firme, que el presidente podría querer apuntalar esta debilidad para fortalecerse y gobernar en solitario con pactos externos sin los incómodos socios, pero soy más de la tesis de que ha pensado en relanzar a todo el bloque porque sabe que es imposible seguir en Moncloa si las izquierdas se hunden. Si Yolanda Díaz hace de la necesidad virtud, puede convertir la falta de tiempo en aliado para apartar las diferencias, apagar el fuego amigo que la ha puesto de vuelta y media, dejar atrás a los que intoxican, que ya vemos adonde nos llevan, y salir reforzada como líder. De ella y Podemos depende. Anticipar las elecciones ha sido anticiparse a sus rivales para cambiar el rumbo de la partida. Pasar de la reacción a la acción. Despertar a la izquierda. Romper la narrativa perdedora. En el 28M ha sido la derecha la que ha llevado el paso. Ha logrado imponer el marco de la derogación del ‘sanchismo’ y convertir a Pedro Sánchez en el nuevo Pablo Iglesias al que odia media España. Hay que apelar a la otra media. Dos meses parecen poco tiempo para darle la vuelta al relato y arreglar todo lo que está roto en la izquierda, pero también son un acicate para armar una respuesta contundente contra el posible primer gobierno de la democracia con la extrema derecha. Si no ilusionante, al menos beligerante contra esa anormalidad democrática.
La derecha seguirá agitando los fantasmas de ETA, la ocupación, los violadores, los trans, los migrantes, el gobierno Frankenstein. Pero la izquierda tiene un monstruo mucho más temible con el que mover a un país que no quiere volver a las cavernas. Tiene que hacer valer sus muchos avances para hacerle frente al retroceso. Parece difícil pero si hay unidad muchos de los escaños que se han perdido son recuperables y los socios de investidura y las izquierdas aún son fuertes en Cataluña y Euskadi que son esenciales en nuestro sistema electoral. Pedro Sánchez siempre ha caído de pie después de sus saltos mortales. Este podría ser el último y podría ser mortal. Puede ser Peter Parker o Peter Sellers. El Gobierno de coalición se salvará solo si la izquierda es capaz de tejer la red que evite el golpe.
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marapez V.I.P.
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Tema: Re: Carne Cruda Jue Jun 01, 2023 12:32 pm
Autocrítica
“Cómo no va a ganar la derecha si la ETA ha vuelto y gobierna con Perro Sanxe en un régimen totalitario que ha intentado robar las elecciones mientras a ti te ocupan la casa cada vez que sales a por el pan y no te llega ninguna ayuda porque se lo llevan los inmigrantes y los chiringuitos feministas”. Este mensaje ha calado. El poder es reaccionario, controla los medios, intoxica a la opinión pública y quiere acabar con este Gobierno de coalición. Eso es indiscutible, pero no basta para explicar la derrota de la izquierda porque si bastara, no se entendería por qué entonces ha podido ganar alguna vez, gobernar ayuntamientos y autonomías y formar un Gobierno progresista. Si gana la derecha es también responsable la izquierda. Si se ha impuesto el relato de la derecha es también porque la izquierda no ha sabido comunicar el suyo. Si a la derecha le va mejor es porque la izquierda lo ha hecho peor. Si no conectas con las clases populares es porque no estás hablando ni su lenguaje ni de sus problemas. El cliente no siempre tiene la razón pero llamar idiota al cliente no va a hacer que tú la tengas y mucho menos que el cliente vuelva. Podemos y debemos criticar, hasta quedarnos sin saliva, el país en el que vivimos, lo malos malísimos que son los poderes fácticos y sus castas y sus mafias y sus cloacas, pero eso ya lo sabíamos, eso ya estaba, y si has perdido el favor de la gente, si has perdido a la gente que tenías cerca es porque te has alejado de ella. Hay que hacer autocrítica. Pero a la izquierda le cuesta. Cree tener la razón y la moral de su parte por lo que siempre acaba buscando culpables ajenos a sus propios errores. Cada vez que dice que va a hacer autocrítica acaba echando la bronca y los balones fuera. Saca el flagelo para hacer penitencia y acaba a latigazos con la parroquia. Empieza pidiendo perdón y acaba pidiendo explicaciones. Pecado original de la izquierda moralista: dar lecciones más que aprenderlas. Abroncar y aleccionar al ciudadano que no se entera, al votante que no sabe votar, al aliado que no nos da la razón, al obrero sin conciencia. La primera lección de autocrítica es mirar la viga propia antes de señalar la paja ajena. Es la humildad. Cada palo que aguante su vela. En este entierro la responsabilidad está muy repartida. Sumar se presentó antes de tiempo, distorsionó la campaña, desgastó a otras marcas y a su marca propia antes de nacer siquiera. Sumar restó, pero Sumar no se presentaba. Es una falacia decir que la culpa de todo la tiene Yolanda Díaz. La izquierda ya estaba dividida. Miren Madrid, Andalucía y Valencia. Miren Huesca, donde cinco formaciones distintas se quedan fuera sumando el 20% de los votos, mientras dejan paso a la ultraderecha. Segunda lección de la autocrítica: todos somos diferentes, pero hay que encontrarse en lo que nos iguala. Hay que ser generosos. Ceder en lo propio para ganar en lo colectivo. Ni siquiera todos estos factores explican la debacle de Podemos. Es de tal magnitud que ya no se pueden obviar las responsabilidades propias. Alguien en la dirección debería asumirlas como hizo Pablo Iglesias, como ha hecho Sánchez convocando elecciones. El partido morado ha sufrido una descomposición en las urnas paralela a su descomposición interna. Se ha ido reduciendo por fuera tanto como por dentro. Le han aislado pero se ha aislado. Se ha bunkerizado. Ha quedado reducido a un reducto. Duro e impenetrable. Les han hecho antipáticos, pero se han terminado creyendo el papel. Lo entiendo. Se han tenido que proteger del acoso. Pero por protegerse, han acabado rompiendo puentes, usando sus inmensos logros como arma arrojadiza más que como lugar de encuentro y convirtiendo a Yolanda Díaz en poco menos que una aliada del demonio, el Ibex 35 y la OTAN. Eso no lo entiende ni comparte la mayoría de los votantes de izquierdas.
Así que la tercera lección de la autocrítica es de El arte de la prudencia de Gracián. “Los malos modos todo lo corrompen, hasta la justicia y la razón. Los buenos, todo lo remedian”. Me sumo a la autocrítica. Los periodistas tenemos la responsabilidad de contribuir a bajar el ruido de fondo y generar espacios de diálogo. Pido disculpas si alguna vez no lo he hecho. “No todo se ha de conceder ni a todos. Es una gran lección de la vida el saber negar, pero lo es mayor el negarse uno mismo. Conseguir la admiración general es mucho, pero es más ganar el afecto”, escribió Gracián. Toca cuidarse y cuidar este frágil equilibrio que es la unidad de los diversos. Con humildad, generosidad y prudencia. Una autocrítica para el votante: esto también va contigo. Puede que Sumar no sea tu mejor opción para ir a votar y que esta coalición haya tenido muchos defectos, pero la otra opción es la ultraderecha en el gobierno.
El presidente ha pasado de querer reeditar la coalición con Yolanda Díaz a querer comerle el pedazo de pastel y reeditar el bipartidismo. Es el último ejemplo de su manual del volantazo. Pedro Sánchez es un oportunista, literalmente un político que sabe encontrar sus oportunidades para resistir en el poder y cambia de parecer según le convenga. Nada que no pueda decirse de muchos políticos en la cúspide. Resistir en el poder es parte del trabajo. Con el poder se cambian las cosas. Y hay pocos políticos que no mezclen su interés particular o partidista con el general. Los hay que tienen una vocación genuina y generosa de servicio público, pero son muchos más los que lo hacen bien porque les viene bien. Por egoísmo. Pedro Sánchez no es una anomalía, su anomalía es su proverbial don del oportunismo. Sin embargo, la derecha ha convertido la normalidad de cualquier político ambicioso en una monstruosidad, haciendo de Sánchez un perverso Maquiavelo, adorador del mal, que ha sumido a España en el caos y la destrucción. Su gobierno es Frankenstein y él es Drácula, príncipe de las tinieblas. “Es un gran impostor, un simulador, un embustero. Su personaje nace de un complejo profundo y un resentimiento. El sanchismo es una forma de entender la política en la que todo vale, es el poder a cualquier precio”. Comparen estas líneas con mi crítica anterior. Así presentaba EL MUNDO al personaje este fin de semana en un perfil que ofrece una visión tan desfigurada como la imagen de Sánchez que acompañaba al reportaje, confeccionado con una mayoría de voces hostiles. Si pones un espejo deformante, te sale un esperpento. La caricatura grotesca es un básico de la propaganda del que el nazismo fue maestro y todos los ultraísmos posteriores, sus alumnos aventajados. Consiste en hacer del rival político un enemigo público hasta hacerlo detestable. La derecha mediática y política se ha especializado en esta técnica de manipulación masiva para eliminar las molestias. Animalizan o deforman a la víctima para convertirla en una bestia o un monstruo repulsivo. Quien más lo ha sufrido ha sido Pablo Iglesias al que llegaron a caracterizar como “Coletas Rata” o “El Chepas” y a retratar en un artículo con una pistola en la boca. La consecuencia es que le enviaron balas en un sobre y esta persecución en los medios se trasladó a la puerta de su propia casa. Acabó dejando la política institucional por el odio irracional que despierta. También lo ha sufrido Irene Montero a la que han atacado por ser mujer, joven, pareja de Iglesias y ministra de Podemos que ha sacado adelante algunas de las leyes igualitarias más importantes del Gobierno. En mi opinión, no siempre ha gestionado bien las controversias y crisis que han provocado sus leyes, pero eso no justifica la oleada de odio contra ella. La derecha no parará hasta conseguir que se retire. La izquierda se enfrenta estos días al dilema de reconocer su valor y convivir con su devaluación. Creo que se ha ganado el derecho a decidir si dar la cara en primera fila o un paso al lado como Garzón para apoyar desde otra posición. A Sánchez también lo han crujido. El propio término “sanchismo” como definición de una especie de régimen autoritario, de Gran Hermano absurdo e irreal, es un ejemplo de esta demonización. A Sánchez hay mucha gente que le odia porque cree que ha metido a ETA en el Gobierno y a los okupas en sus casas. Lo odian porque creen que tiene un plan secreto para romper y hundir España aunque las cifras económicas y del paro dicen lo contrario y ha conseguido rebajar el conflicto con Cataluña. Son mentiras que no resisten el menor análisis serio. Pero qué más da. La intoxicación funciona. El odio funciona. La trituradora tritura. Tritura personas, tritura vidas, tritura carreras.
Vivimos en tiempos de trituración del pensamiento, del debate y del otro. Se trituran las ideas hasta reducirlas a eslóganes vacíos. Se tritura al que piensa diferente hasta reducirlo a enemigo o traidor. Se tritura el diálogo hasta reducirlo a pelea. La política, los medios, las redes son trituradoras. La derecha las utiliza para despedazar al contrario. Lo peor es que la izquierda se ha sumado a la trituración para despedazar al aliado. Se pide la unidad, pero los intransigentes trituran toda posibilidad de lograrla. Trituran todos los puentes. Cuando todo el mundo quiere llevar razón todo el tiempo, no hay razones, hay pasiones. Hay posiciones, trincheras, cañones. Cuando nos trituramos entre nosotros, entramos a formar parte de la trituradora y la hacemos avanzar. Avanza la trituradora, retrocede la democracia. Para ganar a la derecha extrema hay que empezar por no parecerse a ella. Si la izquierda tritura igual, ya han ganado ellos.
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NEROCAESAR Moderador
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Tema: Re: Carne Cruda Mar Jun 06, 2023 1:06 pm
marapez escribió:
Creo que no habeis entendido bien este párrafo
No es fácil la tercera vía cuando es evidente que el apoyo armamentístico de Occidente a los ucranianos les ha permitido hacer frente a la invasión. Reconozcamos que desde la comodidad de la paz no somos quiénes para decirles que no nos pidan fusiles. Pero no podemos abandonar el discurso como hemos abandonado las calles. Ese es el problema. Desde el OTAN No y el No a la guerra, el pacifismo se ha retirado del debate, de los movimientos sociales y de las manifestaciones.
Es como si el Pato, después del incidente, dejase de ser pacifista.
Es lo que tiene, esa manía que tienen algunos pueblos de defenderse si les invaden...; lo de "presentar la otra mejilla" como que no vende...
P.D. ¿Qué incidente ha tenido nuestro pato?...
Laberinto V.I.P.
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Tema: Re: Carne Cruda Mar Jun 06, 2023 1:18 pm
NEROCAESAR escribió:
marapez escribió:
Creo que no habeis entendido bien este párrafo
No es fácil la tercera vía cuando es evidente que el apoyo armamentístico de Occidente a los ucranianos les ha permitido hacer frente a la invasión. Reconozcamos que desde la comodidad de la paz no somos quiénes para decirles que no nos pidan fusiles. Pero no podemos abandonar el discurso como hemos abandonado las calles. Ese es el problema. Desde el OTAN No y el No a la guerra, el pacifismo se ha retirado del debate, de los movimientos sociales y de las manifestaciones.
Es como si el Pato, después del incidente, dejase de ser pacifista.
Es lo que tiene, esa manía que tienen algunos pueblos de defenderse si les invaden...; lo de "presentar la otra mejilla" como que no vende...
P.D. ¿Qué incidente ha tenido nuestro pato?...
El de la navajita de chichinabo ...no?
Laberinto.
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Tema: Re: Carne Cruda Mar Jun 06, 2023 9:15 pm
marapez escribió:
La trituradora
El presidente ha pasado de querer reeditar la coalición con Yolanda Díaz a querer comerle el pedazo de pastel y reeditar el bipartidismo. Es el último ejemplo de su manual del volantazo. Pedro Sánchez es un oportunista, literalmente un político que sabe encontrar sus oportunidades para resistir en el poder y cambia de parecer según le convenga. Nada que no pueda decirse de muchos políticos en la cúspide. Resistir en el poder es parte del trabajo. Con el poder se cambian las cosas. Y hay pocos políticos que no mezclen su interés particular o partidista con el general. Los hay que tienen una vocación genuina y generosa de servicio público, pero son muchos más los que lo hacen bien porque les viene bien. Por egoísmo. Pedro Sánchez no es una anomalía, su anomalía es su proverbial don del oportunismo. Sin embargo, la derecha ha convertido la normalidad de cualquier político ambicioso en una monstruosidad, haciendo de Sánchez un perverso Maquiavelo, adorador del mal, que ha sumido a España en el caos y la destrucción. Su gobierno es Frankenstein y él es Drácula, príncipe de las tinieblas. “Es un gran impostor, un simulador, un embustero. Su personaje nace de un complejo profundo y un resentimiento. El sanchismo es una forma de entender la política en la que todo vale, es el poder a cualquier precio”. Comparen estas líneas con mi crítica anterior. Así presentaba EL MUNDO al personaje este fin de semana en un perfil que ofrece una visión tan desfigurada como la imagen de Sánchez que acompañaba al reportaje, confeccionado con una mayoría de voces hostiles. Si pones un espejo deformante, te sale un esperpento. La caricatura grotesca es un básico de la propaganda del que el nazismo fue maestro y todos los ultraísmos posteriores, sus alumnos aventajados. Consiste en hacer del rival político un enemigo público hasta hacerlo detestable. La derecha mediática y política se ha especializado en esta técnica de manipulación masiva para eliminar las molestias. Animalizan o deforman a la víctima para convertirla en una bestia o un monstruo repulsivo. Quien más lo ha sufrido ha sido Pablo Iglesias al que llegaron a caracterizar como “Coletas Rata” o “El Chepas” y a retratar en un artículo con una pistola en la boca. La consecuencia es que le enviaron balas en un sobre y esta persecución en los medios se trasladó a la puerta de su propia casa. Acabó dejando la política institucional por el odio irracional que despierta. También lo ha sufrido Irene Montero a la que han atacado por ser mujer, joven, pareja de Iglesias y ministra de Podemos que ha sacado adelante algunas de las leyes igualitarias más importantes del Gobierno. En mi opinión, no siempre ha gestionado bien las controversias y crisis que han provocado sus leyes, pero eso no justifica la oleada de odio contra ella. La derecha no parará hasta conseguir que se retire. La izquierda se enfrenta estos días al dilema de reconocer su valor y convivir con su devaluación. Creo que se ha ganado el derecho a decidir si dar la cara en primera fila o un paso al lado como Garzón para apoyar desde otra posición. A Sánchez también lo han crujido. El propio término “sanchismo” como definición de una especie de régimen autoritario, de Gran Hermano absurdo e irreal, es un ejemplo de esta demonización. A Sánchez hay mucha gente que le odia porque cree que ha metido a ETA en el Gobierno y a los okupas en sus casas. Lo odian porque creen que tiene un plan secreto para romper y hundir España aunque las cifras económicas y del paro dicen lo contrario y ha conseguido rebajar el conflicto con Cataluña. Son mentiras que no resisten el menor análisis serio. Pero qué más da. La intoxicación funciona. El odio funciona. La trituradora tritura. Tritura personas, tritura vidas, tritura carreras.
Vivimos en tiempos de trituración del pensamiento, del debate y del otro. Se trituran las ideas hasta reducirlas a eslóganes vacíos. Se tritura al que piensa diferente hasta reducirlo a enemigo o traidor. Se tritura el diálogo hasta reducirlo a pelea. La política, los medios, las redes son trituradoras. La derecha las utiliza para despedazar al contrario. Lo peor es que la izquierda se ha sumado a la trituración para despedazar al aliado. Se pide la unidad, pero los intransigentes trituran toda posibilidad de lograrla. Trituran todos los puentes. Cuando todo el mundo quiere llevar razón todo el tiempo, no hay razones, hay pasiones. Hay posiciones, trincheras, cañones. Cuando nos trituramos entre nosotros, entramos a formar parte de la trituradora y la hacemos avanzar. Avanza la trituradora, retrocede la democracia. Para ganar a la derecha extrema hay que empezar por no parecerse a ella. Si la izquierda tritura igual, ya han ganado ellos.
El presidente ha pasado de querer reeditar la coalición con Yolanda Díaz a querer comerle el pedazo de pastel y reeditar el bipartidismo. Es el último ejemplo de su manual del volantazo. Pedro Sánchez es un oportunista, literalmente un político que sabe encontrar sus oportunidades para resistir en el poder y cambia de parecer según le convenga. Nada que no pueda decirse de muchos políticos en la cúspide. Resistir en el poder es parte del trabajo. Con el poder se cambian las cosas. Y hay pocos políticos que no mezclen su interés particular o partidista con el general. Los hay que tienen una vocación genuina y generosa de servicio público, pero son muchos más los que lo hacen bien porque les viene bien. Por egoísmo. Pedro Sánchez no es una anomalía, su anomalía es su proverbial don del oportunismo. Sin embargo, la derecha ha convertido la normalidad de cualquier político ambicioso en una monstruosidad, haciendo de Sánchez un perverso Maquiavelo, adorador del mal, que ha sumido a España en el caos y la destrucción. Su gobierno es Frankenstein y él es Drácula, príncipe de las tinieblas. “Es un gran impostor, un simulador, un embustero. Su personaje nace de un complejo profundo y un resentimiento. El sanchismo es una forma de entender la política en la que todo vale, es el poder a cualquier precio”. Comparen estas líneas con mi crítica anterior. Así presentaba EL MUNDO al personaje este fin de semana en un perfil que ofrece una visión tan desfigurada como la imagen de Sánchez que acompañaba al reportaje, confeccionado con una mayoría de voces hostiles. Si pones un espejo deformante, te sale un esperpento. La caricatura grotesca es un básico de la propaganda del que el nazismo fue maestro y todos los ultraísmos posteriores, sus alumnos aventajados. Consiste en hacer del rival político un enemigo público hasta hacerlo detestable. La derecha mediática y política se ha especializado en esta técnica de manipulación masiva para eliminar las molestias. Animalizan o deforman a la víctima para convertirla en una bestia o un monstruo repulsivo. Quien más lo ha sufrido ha sido Pablo Iglesias al que llegaron a caracterizar como “Coletas Rata” o “El Chepas” y a retratar en un artículo con una pistola en la boca. La consecuencia es que le enviaron balas en un sobre y esta persecución en los medios se trasladó a la puerta de su propia casa. Acabó dejando la política institucional por el odio irracional que despierta. También lo ha sufrido Irene Montero a la que han atacado por ser mujer, joven, pareja de Iglesias y ministra de Podemos que ha sacado adelante algunas de las leyes igualitarias más importantes del Gobierno. En mi opinión, no siempre ha gestionado bien las controversias y crisis que han provocado sus leyes, pero eso no justifica la oleada de odio contra ella. La derecha no parará hasta conseguir que se retire. La izquierda se enfrenta estos días al dilema de reconocer su valor y convivir con su devaluación. Creo que se ha ganado el derecho a decidir si dar la cara en primera fila o un paso al lado como Garzón para apoyar desde otra posición. A Sánchez también lo han crujido. El propio término “sanchismo” como definición de una especie de régimen autoritario, de Gran Hermano absurdo e irreal, es un ejemplo de esta demonización. A Sánchez hay mucha gente que le odia porque cree que ha metido a ETA en el Gobierno y a los okupas en sus casas. Lo odian porque creen que tiene un plan secreto para romper y hundir España aunque las cifras económicas y del paro dicen lo contrario y ha conseguido rebajar el conflicto con Cataluña. Son mentiras que no resisten el menor análisis serio. Pero qué más da. La intoxicación funciona. El odio funciona. La trituradora tritura. Tritura personas, tritura vidas, tritura carreras.
Vivimos en tiempos de trituración del pensamiento, del debate y del otro. Se trituran las ideas hasta reducirlas a eslóganes vacíos. Se tritura al que piensa diferente hasta reducirlo a enemigo o traidor. Se tritura el diálogo hasta reducirlo a pelea. La política, los medios, las redes son trituradoras. La derecha las utiliza para despedazar al contrario. Lo peor es que la izquierda se ha sumado a la trituración para despedazar al aliado. Se pide la unidad, pero los intransigentes trituran toda posibilidad de lograrla. Trituran todos los puentes. Cuando todo el mundo quiere llevar razón todo el tiempo, no hay razones, hay pasiones. Hay posiciones, trincheras, cañones. Cuando nos trituramos entre nosotros, entramos a formar parte de la trituradora y la hacemos avanzar. Avanza la trituradora, retrocede la democracia. Para ganar a la derecha extrema hay que empezar por no parecerse a ella. Si la izquierda tritura igual, ya han ganado ellos.