Escribo esta pieza sentado en mi mesa de trabajo. En ella tengo una foto de Ramón. Vive con mis padres y tiene una buena vida. Tuvo la suerte, hace años, de ir a caer en una familia que lo quiere, lo cuida y lo trata como a un miembro más. Miento. No es un miembro más, sino, probablemente, el más mimado con bastantes cabezas de diferencia sobre el segundo. No podría ser de otra forma con todo el cariño y alegría que él le regala al resto. Ramón, como habrás imaginado, es un perro. Un perro que no necesita protección porque la tiene a toneladas, pero que ahora estará mejor protegido que nunca por una ley recién aprobada. Nadie puede maltratarlo, ni encerrarlo en un lugar insalubre, ni abandonarlo en una gasolinera sin tener que vérselas con la justicia y enfrentarse a una dura pena. Tenemos que celebrarlo con un paquete de sus chucherías favoritas. No todos los perros ni animales tienen la misma suerte. La Ley de Protección Animal, aprobada en el Congreso, excluye del derecho a tener vidas dignas a toros de lidia o perros de caza. Estos podrán seguir siendo legalmente maltratados en España si se le antoja al psicópata de turno. La ley, así debería aparecer en el articulado de la norma en un ejercicio de honestidad que se echa de menos, protege desde hoy a todo animal siempre y cuando no sirva como diversión del señorito de La escopeta nacional. Que una ley a medias sea a lo mejor que puede aspirar este país es un buen recordatorio de que la cacería en la finca de los marqueses de Leguineche sigue vigente. Si no son las presiones políticas y económicas, son directamente los tribunales. La pasada semana, el Supremo obligaba a incluir las corridas de toros como actividad cultural subvencionada por el bono joven aprobado por el Gobierno el pasado año. Es decir, más subvención pública para un maltrato animal de sobra subvencionado. ¿Pero qué ha hecho usted, hombre de dios? ¿Decirle a la señora marquesa que la cacería la paga usted? ¿Cómo se le ha podido ocurrir? Oficialmente son ellos quienes invitan de cacería a unos amigos a su finca, abroncaba Cerrillo, siervo de la señora marquesa, al empresario Saza en la película de Berlanga. Hoy, en eso hemos avanzado, ya nadie duda que la cacería y la diversión basada en el maltrato la paga el ciudadano. No sería justo hablar de maltrato sin hablar de maltratadores, ya que éste no solo llega de la mano del psicópata, también del legislador. La enmienda introducida por el PSOE para excluir de esos derechos a los perros de caza –la tortura a los toros ni se puso sobre la mesa– pasará a la Historia y algunos diputados socialistas se avergonzarán de verse en esta foto cuando el bienestar animal sea una realidad consolidada. Quizá entenderán entonces que el éxito en política no consistía en evitar perder un puñado de votos en las zonas rurales hoy, sino en tener unos principios que sirvan para el mañana. Ni hoy ni mañana dejaría a Ramón al cuidado de quienes han tenido esta falta de escrúpulos.
¿Autorizado por el PSOE? ¿Una manifestación en Madrid?
marapez V.I.P.
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Tema: Re: twitts Miér Feb 15, 2023 11:45 am
Oyen campanas y no saben donde. Aunque algo de razón tienen... si estuviesen prohibidas por ley, ninguna delegación de gobierno las autorizaría... y las FFSS les detendrían.
Z V.I.P.
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Tema: Re: twitts Miér Feb 15, 2023 2:48 pm
marapez escribió:
Oyen campanas y no saben donde. Aunque algo de razón tienen... si estuviesen prohibidas por ley, ninguna delegación de gobierno las autorizaría... y las FFSS les detendrían.
Si, prohibirlas por lo "vándalos" que son... (déjame que me ria)
No consigo acostumbrarme a este nivel de subnormalidad.
Y cada vez lo hacen más ridículo y chillón porque la gente se va habituando y quiere más dosis.
Tatsumaru V.I.P.
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Tema: Re: twitts Jue Feb 16, 2023 2:42 pm
A esparragar y a coger aceituna mejor que creando dialéctica...No sé exactamente cual es el jodido nivel seguro de homosexualidad y que cómo se lleva la cuenta sobre si es inofensivo o alarmante en ese aspecto.Si es mayor que 0, supongo.
Cuando la gente a la que dices querer representar te la sopla por completo y si tienes algún problema de movilidad, ah, se siente.Es una oferta electoral irresistible.
Se está produciendo un alarmante aumento de casos. Si escucha usted esta expresión, inmediatamente le vendrá a la cabeza la idea de enfermedad contagiosa, y es justo a lo que la diputada de Vox, María Ruiz Solás, se refería. Pudimos comprobarlo cuando, tras dejarnos con el alma en vilo a la espera de una nueva amenaza sanitaria, completó la frase desde la tribuna del Congreso: “Se está produciendo un alarmante aumento de casos de homosexualidad y transexualidad en España”. No se enfaden con María Ruiz Solás. No se indignen por su homofobia y transfobia, ni se sulfuren por su desprecio y falta de humanidad. Aquella mediocre diputada que se dio a conocer culpando a Pablo Iglesias de los fallecimientos en residencias, escasos meses antes de que Vox y PP vetasen en la Asamblea de Madrid que el asunto se investigara, no es más que una pobre portadora de esa bacteria que extiende la peste ultraderechista por nuestras calles e instituciones. Enfádense, eso sí, con una presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que, en un ejercicio de dejación de funciones más –y van demasiados–, volvió a permitir que la bacteria siguiese campando a sus anchas por la institución que está llamada a defender. Ni una llamada al orden en un Congreso infectado y resignado, en el que un día se llama enfermos por su condición sexual a millones de españoles y al siguiente se permite que franquistas con micrófono revienten las ruedas de prensa de los representantes del pueblo. No se pierdan el momento estelar de esta semana, en el que un enviado de un digital ultraderechista con acreditación le exigía a un diputado que condenase una nominación a mejor película de animación en los Premios Goya. Meritxell Batet, que en su haber tendrá para siempre el honor de ser quien permitió que se les robase a miles de ciudadanos de las Islas Canarias su derecho a elegir representante con la retirada de acta a Alberto Rodríguez, no llamó al orden a la diputada de Vox, ni le exigió que retirara lo dicho, ni siquiera interrumpió el discurso de odio. Batet no quiere gritos, lo ha repetido en más de una ocasión. Pero si el odio llega con la entonación correcta, Batet lo respeta. La presidenta de la cámara que, en un ejercicio de desconocimiento sonrojante, exigió a la ministra Montero que retirase de su discurso una expresión tan académica como “cultura de la violación”, es una infectada más. Y es que el peligro de la bacteria no es tanto el odio que porta como la tolerancia de quienes la rodean. Hoy es permitir que, desde la institución que representa a la ciudadanía, se llame enfermos a los ciudadanos que aman o sienten de un modo que la ultraderecha odia, o que se destrocen ruedas de prensa con bulos y esperpentos que impiden el trabajo de quienes van allí a informar. Mañana será, ya lo sabemos, un asalto al Congreso porque la bacteria entendió –y entendió bien– que la falta de antibiótico era una invitación a matar al organismo completo. Batet dirá entonces que esto es intolerable y llenará su boca de lugares comunes basados en una cultura democrática que hoy no defiende. Si lo hiciese, los diputados de Vox tendrían que interrumpir sus discursos cada dos frases, es decir, cada vez que apareciese su odio. Si la presidenta del Congreso defendiese la institución, por los pasillos de la Carrera de San Jerónimo habría políticos y periodistas, de izquierdas y de derechas, haciendo preguntas y respondiéndolas, pero no habría ultras acreditados porque en la puerta les permitieron hacer el truco de cambiar el bate de béisbol por un micrófono. Cuando los libros de historia hablen de este tiempo, cuando hablen del drama que llegó por culpa de la tolerancia hacia el intolerante, la foto de Batet estará ahí.
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Zerg Rush Moderador
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